miércoles, 17 de febrero de 2010

Apuntes Bicentenarios: Neoliberalismo y Mariano Moreno

Un par de posts atrás decía que la pelea que se viene dando es entre dos modelos de país. Y que el plan del Grupo A, sea quien sea su representante final, es neoliberalismo al palo: reinsertanos en un Mundo que ya no existe como antes y seguir recetas que se probaron equivocadas.

Como se habrán dado cuenta aquellos lectores perspicaces, porque soy sutil como bebé con pañal cargado, para quien esto escribe el Neoliberalismo es un arma cargada apuntando a la cabeza de los que menos tienen. No descreo del Capitalismo. No adscribo a la Patria Socialista en los términos revolucionarios que se le daba al término y que no se si aún conserva; pero si a un Capitalismo Humano. Si a un Estado presente articulando la voracidad del Mercado en defensa de aquellos a los que éste quiere someter como rehenes. La política no es necesaria para los que tienen el Poder, sí para los desprotegidos del Sistema. En fin, es un debate, filosófico casi, que no estoy ni cerca en condiciones de dar.

Pero es un debate antiguo. Ya en la época de la Colonia, ahora que estamos cerca del Bicentenario y podemos mirarlo con una perspectiva particular, se discutía la libertad que tenía que poseer el Mercado y los peligros que la apertura comercial irrestricta representaba para el Virreinato.

La discusión, que estaba zanjada a favor del Mercado (Argentina Granero del Mundo) en épocas del Primer Centenario, se está dando ahora nuevamente y la Derecha aparece con posibilidades reales, por primera vez, de legitimarse en elecciones democráticas y acceder también al Poder Formal del país.

Quiero acercarles unos párrafos del libro Filosofía y Nación de José Pablo Feinmann, el cual recomiendo como lectura amena y esclarecedora sobre muchos puntos de nuestra Historia que nos cuentan, por decirlo educadamente, torcida:

Primer Estudio: La razón iluminista y la revolución de Mayo

Hubo dos invasiones extranjeras (nota: las inglesas) y hubo dos heroicos triunfos basados en la decidida participación de los sectores populares: la Corona española comienza ya a sospechar el alto costo de su victoria sobre el invasor británico. (pág. 25)

Habían encontrado los astutos políticos británicos la clave ideal para el dominio de las colonias hispanoamericanas... ...Reflejo de este plan fue el proyecto de monarquía constitucional en el Plata al que adhirieron hombres como Pueyrredón, Belgrano, Castelli, Alberti, Yrigoyen y Vieytes (pag. 26)

(Mariano Moreno) se transforma en el hombre de confianza de los sectores comerciales británicos afincados en el Plata... ...Una súbita pasión por la legalidad se apoder de estos sagaces comerciantes: lejos de intentar colocar sus productos según la usanza habitual, tolerada y fácilmente instrumentable del contrabando, solicitan a Cisneros... ...autorización para desembarcar sus productos respetando todas las condiciones establecidas por la plaza... Económicamente, un desembolso que con facilidad evitaría el contrabando; pero políticamente, una inteligente medida tendiente a conseguir la apertura del puerto de Buenos Aires al comercio inglés. Pues son conocidos los planes del Foreing Office que reemplazaron al intento de conquista armada abortado por los españos y criollos: no penetrar como soldados sino como mercaderes.

Es lo que proponen los agentes de Dillon & Cía... ...pues los brasileños (adviértalo usted, señor Virrey) no ponen trabas a la mano invisible del libre comercio y disfrutan así de suculentas rentas aduaneras.

Económicamente, el Virreinato constituía una entidad autosuficiente y en desarrollo, gozando sus artesanías interiores del indirecto proteccionismo con que las beneficiaba el monopolio español. Financieramente, la administración Cisneros enfrentaba problemas de consideración...

Cisneros no quiere cargar con la entera responsabilidad de la cuestión: el 20 de agosto (1809) remite al Cabildo y al Consulado copia del petitorio de Dillan & Cía... ...algunas sugerencias hace: que nadie dude que los aranceles de las manufacturas británicas habrán de ayudar a solucionar las penurias del erario y que nadie deje de tener en cuenta que Inglaterra es, decididamente, "una nación amiga y aliada".

Pero la cuestión no es tan sencilla. El 4 de setiembre, el Consulado, a través de su síndico suplente Manuel Gregorio Yañiz, ofrece una respuesta categórica: no al librecambio. Y por varios motivos:

1º) la medida implicará una exagerada injerencia Británica en los asuntos de la colonia: "si ahora se tropieza el inglés a vuelta de cada esquina, luego llegará el caso de que nos echen de nuestras casas, como se dice que está sucediendo en el Janeiro";

2º) se equivocan quienes piensan que el librecambio determinará la baratura de los productos del mercado interno: "es un error que la baratura sea benéfica a la patria. No lo es efectivamente cuando ésta procede de la ruina del comercio (...) Los ingleses no traerán casas hechas porque no caben en sus buques, pero traerán botas, zapatos, ropa hecha, clavos, herraduras, alcayatas, rejas, argollas, frenos, espuelas, estribos y hasta mucha parte de carpinterá y ¿qué les quedará entonces a nuestros artesanos?";

3º) el librecambio arrastrará a las artesanías e industrias de la colonia a una competencia desigual y ruinosa: "sería temeridad querer equilibrar la industria americana con la inglesa (...) por consiguiente arruinarán enteramente nuestras fábricas y reducirán a la indigencia a una multitud innumerable de hombres y mujeres que se mantiene con sus hilados y tejidos, en forma que dondequiera que se mire no será mas que desolación y miseria".

En acuerdo con Yañiz se pronuncia tabién Miguel Fernández de Agüero como apoderado del Real Consulado y Universidad de Cargadores a Indias de Cádiz.

Estos conocidos textos de Yañiz y Agüero deben ser adecuadamente valorados. Es cierto que responden a los intereses monopolistas, pero tampoco puede dejar de advertirse en ellos una aguda defensa de las necesidades de la provincias del Virreinato. (pág. 29, 30, 31 y 32)

Repito: ya en la época de la Colonia se advertía el peligro del librecomercio irrestricto. Del neoliberalismo que todavía no existía o no era llamado como tal. Faltaba mucho para que se reunieran a Consensuar en Washington, ahora que está nuevamente de moda el "Consenso".

No digo que el país no debía modernizarse durante los 90s. Era necesario. Pero seguramente había formas menos entreguistas de encarar el proceso que las relaciones carnales con el Imperio.

Advierta que nuevamente quieren llevarnos por esa senda. Advierta que quieren ajustar, "achicar el Estado para que se agrande la Nación" (lo decía Menem y lo dicen ahora De Narváez y Cobos junto a la UCR). Advierta que hablan de reprivatizar (lo hizo Menem con Dromi y Alsogaray y lo quiere volver a hacer Macri). Advierta que conocemos adónde nos lleva ese camino que termina, tarde o temprano, en diciembre de 2001.

2 comentarios:

  1. “si el interes privado se prefiere al interés general”

    Algún día iba a armar un post con esa frase de Moreno compañero, bueno, me ganó de mano.

    Frase muy peroncha si recordamos la del General definiendo a los Traidores:

    "quienes defienden sus intereses por sobre los del bien común"

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  2. Si, Manuel.
    Me parecieron muy interesantes las conclusiones de Yañiz. Y estamos hablando de 1809.

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Se agradecen todos los comentarios con ganas de aportar. Los que insultan serán automáticamente borrados así el autor sea Obama. Y a quejarse a La Haya, loco.