La bassesstá

Los jóvenes de ayer y de hoy. El compromiso y la volatilidad de lo inmediato. La militancia y el Facebook. Las gacetillas de prensa a la salida de la facultad y los 140 caracteres del Twitter en el celular. No se trata de una crítica sino de un estado de situación. Los muchachos de antes no usaban gomina: usaban membrillo. Los muchachos de mi generación se peinaban. Los de hoy usan flequillos, claritos, cortes desmechados y gel.

Ah... si tan sólo la militancia fuera así de divertida...

Demasiado Sony Entertainment Television y poco The History Channel. El único Encuentro que conocen es el hijo de Elsa Bor.

Doy como un perfil de viejo choto, ¿no?

No se los critica a Agüero o Messi por la Playstation. Quique Wolff les pregunta como si le interesara realmente, mientras en su cabeza desfilan comparaciones odiosas con futbolistas de generaciones pasadas, esos que iban a la cancha a ver al rival del próximo domingo.
La noticia era también que Pico Mónaco jugaba a la Play con Nadal. Y Paco Gerlo, en cambio, contaba que veía todos los partidos, hasta los del ascenso, para aprender, para estudiar movimientos, rivales, tácticas.

"Estamos en la tierra de nadie, pero es mía" cantaba Serú en Canción de Alicia en el País. En algún capítulo Lisa Simpson se queja porque sólo cantan jingles de comerciales, y toda la familia, contenta, da vueltas alrededor de la mesa imitando publicidades de pollos fritos. "Lu, lu... ¡Luchetti!".

Los Kirchner no son revolucionarios, dicen por ahí. Es una crítica constante. Que revolucionarios los K, mientras los Bancos siguen ganando fortunas y la minería no está en manos del pueblo. ¡Oh, la pobreza! ¡Que alguien piense en los niños sin Fibertel! Es válido el argumento. Tanto Néstor como Cristina, y sobre todo durante la 125, quisieron crear una épica, una epopeya. Peleamos contra las megacorporaciones. El FMI. La puta oligarquía en sus 4x4 cromadas y enceradas. Están esperando un 17 de octubre que no va a llegar, dicen los contra con sorna. Ya parezco un Morales Solá cualquiera.

Es la crítica al kirchnerismo que más me duele: Kirchner no supo/no quiso/no pudo construir una base social que fuera su sustento.

¿Qué tanto hay de cierto en eso? ¿Cuántos salieron a defender la Ley de Medios? ¿Y a bancar al oficialismo en tiempos de la "guerra de secesión gaucha"?

Es como mojarle la oreja a Néstor por depender de Moyano para movilizar. O de los Barones sucios y feos, no lindos enough para la París en Sudamérica. Y eso que hasta ahora no los sacó, aunque ocasiones sobraron. Siete años y más bien desactivó la protesta de los MM.SS.

Pero escuchame -leeme-, ¿es posible armar/crear una base social en tiempos líquidos de Playstations, Facebooks, MySpaces y Twitters? Perón tuvo su 17 de octubre porque descubrió, interpeló, cobijó, crió y creó un nuevo sujeto social: el Movimiento Obrero Argentino. Ese proletariado podía ir a la Plaza a defender a su líder porque sin él no habría conseguido ni iba a conservar nada. "La vida por Perón" -decían-, y muchos la terminaron ofrendando, junto a estudiantes, profesores y jóvenes de izquierda, pero mucho, mucho más adelante. Eso no existe hoy. Nadie va a dar la vida por nadie y a mí me parece bárbaro. Es uno de los logros de esta Democracia que supimos conseguir. Lástima que attacheada viene una dosis increíble de nihilismo y nada parece tener sentido, excepto consumir.

Sabemos, si, que existe en cambio una minoría intensa, como la llaman, que desde sus hogares, en sus lugares de trabajo, en el café con amigos, defienden a una gestión, a un gobierno, a un proyecto político. Y eso es demasiado para estos tiempos de entretenimiento, inmediatez y ausencia de compromiso. Y si no me creen, pregúntenle a Durán Barba, que apunta a los votantes menos instruidos.

También pudo apreciarse durante marzo en Chaco y en Ferro, y se va a apreciar el 14 en el Luna Park, que son muchos los que se sienten todavía representados por el peronismo, o por Kirchner, pero representados, que es la posibilidad que nos otorga esta democracia representativa en la que vivimos. Y eso es algo que sólo puede demostrar el peronismo actual existente. Y no es poco decir, luego de tanta educación y reeducación antipolítica.