La Historia se construye a partir de gestos y discursos y es un recuento de todos ellos. En torno a la pluma y la espada se resumen acontecimientos que no pocas veces serían incomprensibles o casi imposibles de abarcar de otra manera.
El reciente golpe de Estado fallido, llevado adelante por las fuerzas de seguridad en Ecuador, puede hacernos recordar nuestra Semana Santa de 1987. No quiero ser injusto: los actores y el contexto histórico son muy distintos. Si vemos la foto podemos pensar que hay relación, pero la película muestra secuencias de apertura, trama y resoluciones bien diferentes. El pueblo sí, el pueblo es el mismo: el que salió a las calles a defender a la democracia.
Raúl Alfonsín le puso el cuerpo a la situación recién luego de comprobar que se había quebrado la cadena de mando y que no habían hombres de las FF.AA. que le respondieran. Rafael Correa, por otro lado, puso también su cuerpo, su sangre, como escudo frente al conflicto. Las FF.AA. ecuatorianas comunicaron que respondían a su Comandante en Jefe, pero que éste debía dialogar. Algún inocente cobista puede pensar -luego de tanto sentido común impuesto desde los Mass Media- que el diálogo siempre es bueno. Pero dialogar bajo presión es aceptar la derrota de antemano. Sepanlón (sic), republicanos.
Alfonsín pronunció, antes de partir a Campo de Mayo para destrabar el conflicto, un discurso enérgico ante el pueblo reunido en Plaza de Mayo. Su voz, sus puños cerrados, el dedo índice señalando para enfatizar sus palabras eran prueba irrefutable de sus convicciones. A su lado, quien más fuerte aplaudía era Antonio Cafiero. Gestos y palabras.
Y fue Alfonsín, negoció las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final y regresó para pronuciar la histórica frase: "Felices Pascuas (...) La casa está en orden...". Su voz no era ya la misma, tampoco los gestos. A su lado estaba Luder y no Cafiero. Era, en ese balcón Alfonsín, un hombre que había claudicado para evitar el derramamiento de sangre y la posibilidad de que la naciente democracia se viera aún más comprometida. No es motivo de este post juzgar si estuvo bien, mal o si debió tomar un camino diferente.
Correa, ante los policías amotinados, insurrectos, también tuvo palabras y gestos. Pronunció una frase que creo -como Lisandro en este post de Los desnudos y los muertos- será una de las frases de la década. Quedará, sin dudas, grabada a fuego en la Historia del Ecuador. Dijo Correa:
"Señores... Si quieren matar al Presidente, ¡aquí está! ¡Mátenlo si les da la gana! ¡Mátenlo si tienen poder! ¡Mátenlo si tienen valor! (...) si quieren destruir la Patria, ¡aquí está! ¡Destrúyanla! ¡Pero este Presidente no dará ni un paso atrás! ¡Viva la Patria!"
El lenguaje gestual que acompañó sus palabras, mostrando el cuello no como el cachorro sumiso sino como alguien que pelea e invita al otro a dar el primer golpe, me hace pensar que hubiera sido un excelentísimo actor en Hollywood -un Marlon Brando o un De Niro- o que estaba realmente convencido de la oferta que hacía. Su vida por el triunfo. Una oferta difícil de realizar y, en ocasiones, dura de rechazar. Su voz, sus manos, no dejaban lugar a dudas.
Correa apostó a que no iban a matarlo en ese momento. Sabía muy bien que no les gusta crear mártires. Combatir contra la memoria de un muerto es imposible: el triunfo nunca estaría asegurado porque los muertos son para siempre buenos y nobles -hasta Michael Jackson parece bueno ahora-.
A la noche, ya libre Rafel Correa-y frente al pueblo que también, como acá, había salido a las calles a defenderlo y defender la democracia-, pronunció un discurso en el que sus palabras y gestos eran copia fiel del Correa original, el que dijo que salía como Presidente o salía como cadáver.
La Historia se escribe con estos gestos.
Que además compañero, hoy tenemos presidentes dispuestos a morir por su pueblo, a no tener dudas del poder simbólico que esto dignifica.
ResponderBorrarQuedará también esto de la necesidad de contar con fuerzas armadas que, como ya dije, de mínima respeten los valores democráticos y que de máxima, se sientan parte del pueblo y no defensores de de los poderes de los poderosos.
En los actos en apoyo a Correa en Venezuela se veía a los uniformados venezolanos arriba de los palcos arengando y dando discursos. Un orgullo sin dudas para el pueblo bolivariano.
Para eso a nosotros nos falta bastantón, pero de mínima, tenemos milicos hoy que noson útiles a los poderes en las sombras.
me fuí de mambo, como el Tomba (?)
Es muy bueno el post. Hago una humilde sugerencia, faltaría una video de Correa ya en el balcón de regreso. En el caso de Alfonsín esta el antes y el después.
ResponderBorrarY si, las diferencias son abismales.
Es cierto lo que decís, aposto a que no lo meten, a que no quieren crear un martir. Pero así como hubo un hdp con la suficiente sangre fría para tirar la granada de gas sobre su cabeza, en medio de ese quilombo no hacía falta buscar mucho para encontrar un loco dispuesto a matar. Sinó, recordar el microcentro en diciembre de 2001... con uno nomás que vacíe el cargador, ya tenés una tragedia.
Cuando la corporación mediática formatizo a todos los que hablaban a un micrófono para que en pleno lío de la 125 contra los estancieros la Presidenta "diera una muestra de grandeza eliminando la 125 y llamara a la Mesa de Enlace a acordar otro nivel de retenciones"... te lo pintaban como algo fácil, ideal, sin consecuencias. Y hasta a mi, que la banco a morir a Cristina, muchas veces pensaba "y si da marcha atrás? será mucho el desgaste por haber cedido?"... Pero después me acordaba de Alfonsín... y Cristina no es ninguna boluda. Ceder un paso ante la presión, es empezar a morir.
Todo es opinable y debatible, pero Alfonsín fue un desastre. Su figura estaba por el piso, pero para contraponer una situación ideal contra este gobierno es que su imagen levbanto... le elogiaban su capacidad de dialogar, de acordar y montones de boludeces mas a la hora de los bifes. Yo me acuerdo bien ese día... mi vieja y un vecino, ambos peronistas, obreros de toda la vida, salían para "la capital"... se iban a Plaza de Mayo a bancar al Presidente y la democracia. Mi vieja nos hablo a los tres... yo el mas chico... y era raro que mi vieja hablara... pero ese día dió instrucciones, por nada del mundo teníamos que salir de la casa. Media rara note su cara. Nos dios besos, nos abrazo... y no nos soltaba. No entendí mucho, después si. Y como muchos peronchos de esos días, salieron a poner el pecho. Pero si el líder no tenía los huevos para bancar la parada... la justificacón que escuche siempre fue "no quería un derramamiento de sangre"... macana, no le dió el pineé... si total, morir de golpe o ir muriendo despacito bajo la dominación era lo mismo. Pero bue.
Correa desmotró que es un tipo valiente.
Así es Ricardo, la política es esencialmente gestual, desde siempre.
ResponderBorrarAbrazo.
No solamente los presidentes de cada país sino que tenemos gente como Néstor o como Chávez que estaban dispuestos a meterse en las mismísimas fauces del lobo con tal de proteger la identidad democrática del pueblo ecuatoriano, si no es porque el aeropuerto de Quito estuvo cerrado, allí los hubiésemos visto (aunque creo que a Cristina no le hubiese hecho mayor gracia sobretodo por la última cirugía je je)
ResponderBorrarTodos, incluso aquellos que no están liderando procesos revolucionarios en sus países (como es el caso de Piñera y Santos) estuvieron ahi, al pie del cañón y todos se replegaron como parte de un mismo proyecto
Correa es un tipo valiente, tal vez demasiado temperamental para mi gusto (hace ver a Néstor calmado :p) pero lo que no se puede negar es que está defendiendo la democracia de la mejor forma posible y no está dispuesto a ceder bajo ninguna clase de presión, ni siquiera si su propia vida está en riesgo
Un abrazo y te he contestado en mi blog, disculpa la demora pero es sábado y tenía cosas que hacer :)
Muy buena lectura, Ricardo.
ResponderBorrarAlfonsin ahi terminó su ciclo político . Millones de argentinos sintioeron que la militanmcia y la politica no tenia ningun sentido y parieron un menem y una decada de presdomiinio corporativo . Por suerte en Ecuadir Correa nunca estuvo dipsuesto a negociar con los golpistas
ResponderBorrarUn abrazo
De paso, hablando de "gestos", no hay que perder de vista el cómo tenemos ahora delante nuestro y mediáticamente, una "nueva gestualidad" alfonsinista, el hijo como versión pasteurizada y muy descremada del padre, al que se prepara (tal vez con poco entusiasmo por previsibles decepciones) para ser la fachada de los mismos intereses que se cargaron al alfonsín original e intentaron cargarse a Correa.
ResponderBorrarHola Ricardo
ResponderBorrarMuy buena observación. Correa, para mi gusto, se "despersonalizó" en ese momento, dejó de ser persona, encarnó en un ideal.
Te mando un abrazo
Manuel: así es. No conozco la historia de las fuerzas de seguridad en Ecuador, pero me imagino que no deben ser muy distintas a las que teníamos acá, ya que el formato de militar sudamericano era uno sólo para sus fines prácticos.
ResponderBorrarMarcelo: muchas gracias.
Tenés razón que en medio de tanto polvorín hacía falta poco para que todo se desmadre. Supongo que no era a eso a lo que apostaban sino a un conflicto más prolongado y con muertes civiles anónimas.
Gracias por tu anécdota de Semana Santa. Sumamente gráfica.
Yo también en algunos momentos pensé en si no sería conveniente "consensuar" (según su acepción de la palabra) un poco. Hasta en algún momento pensé que hubiera sido bueno arreglar con Clarín.
Hay que tener muchos huevos y ovarios, ¿eh?
Aldo: y que tipo carismático, Correa.
(sigo...)
Natalia: así fue cuando lo de Honduras también, que Cristina misma iba en el avión que llevaba a Zelaya y no dejaron aterrizar.
ResponderBorrarNo es lo mismo Ecuador que Honduras para los EE.UU.
Que Piñera y Santos hayan estado al pie del cañón, al igual que Alan García, habla de la importancia de la Unasur para los procesos latinoamericanos, sean del signo político que sean.
Gracias, Comandante.
Javier: visto ahora podemos sacar conclusiones que quizás en 1987 no eran tan simples. Yo creo que el contexto histórico pesó y mucho.
Qué sé yo, le tengo cariño al Alfonsín de a de veras, no al Alfonsín ícono que crearon luego de su muerte.
ram: Afonsín (h) sólo podría ser Presidente si la mayoría del pueblo perdió la memoria. Ojalá que no. Y el Ricardito debe ser uno de los más asustados ante la posibilidad. No se gobierna sólo con Clarín, como quedó demostrado con Duhalde y De la Rúa.
Abrazos a todos.
Buen domingo.
Sujeto: muy buena observación.
ResponderBorrarGracias por el aporte.
¡Abrazo!
Esos gestos, de coraje y de convicción, hacen historia. No como el tibio incómodo de Alfonsín que liberó a los genocidas cuando lo apretaron un poco.
ResponderBorrarSi me quieren matar, mátenme.
ResponderBorrarEso me identifica,
ese coraje
ese amor
a tu idiología
por el bien mayor.
Un abrazo
Rio
No hay que negociar con gopistas
ResponderBorrareso les da más importancia, es mejor
enfrentarlos, son cobardes, hay que
dejarlos al descubierto se van al
mazo, hay que nombrarlos para mi
ése fue el error de Alfonsín amenazó
muchas veces pero nunca dió nombres.
Un abrazo Ricardo.
Muy bueno, Ricardo, como siempre. Recuerdo haber estado en la Plaza, cuando habló Alfonsín, junto a otras personas que si bien éramos opositores fuimos a defender la democracia. Recuerdo la espera y la frustración final. Fue grave la herida que provocó aquella agachada en la confianza de la sociedad hacia la política. Un abrazo.
ResponderBorrarEste tipo de presidentes, que intentan ensanchar los márgenes de acción de los estados (también a Alfonsín le preocupaba lograr eso, pero, a diferencia de los líderes de la nueva izquierda, creía que podría hacerlo negociando, grave error: Así se lo fueron comiendo crudo), sólo pueden tener lugar con tipos que, como Correa, le ponen el cuerpo a la situación y el pecho a las balas. De otra forma, sencillamente, no se puede. Por eso no me extrañó en lo más mínimo como afrontó la situación.
ResponderBorrarLa verdad; a los cien días de su gobierno, alfonso ya estaba completamente entregado. Mas o menos cuando lo removió a Grispun.
ResponderBorrarEsto es al revés, uno espera la profundización de las medidas socioeconómicas; pero si a poco de avanzar te hacen esto, no es tan fácil la cosa.
Hay que ir, como dijo Néstor, escalón por escalón, pero afirmándose así entre todos, con buen peso real.
Tio Pepe: gracias por pasar y comentar.
ResponderBorrarSeguramente si Alfonsín hubiera demostrado mayor coraje, sería mejor la imagen que hubiera dejado tras de sí.
Como dije antes, yo le tenía cariño a Alfonsín.
Rio: gracias por el ¿haiku?
Roberto: es importante eso que decís, el dar nombres. Acá estamos empezando a poner sobre la mesa los nombres de los cómplices civiles de la Dictadura.
Sanín: gracias por tu anécdota. ¿No te animás a contarnos en un post esa experiencia?
Y si, por algo todos señalan ese momento como el del comienzo de la debacle alfonsinista.
Pablo: a mí no es que me extrañó, pero si me pareció muy pero muy valiente.
Con respecto a Alfonsín -y como decía más arriba- creo que hay que considerar el momento histórico y el contexto, no sólo local, sino continental también.
Abrazos pa' todos.
Unfor: se nos cruzaron los comentarios.
ResponderBorrarAdhiero al pensamiento nestorista-"mostazista": paso a paso, firmes, y apoyándonos entre todos.
Un abrazo.
Esta genial Ricardo!
ResponderBorrarComo todos tus artículos, bien completos!
La verdad no lo había visto antes!
Ahí te lo Linkie con en el mio.
Un Abrazo y seguí así Genio!
A la mier...
ResponderBorrarBueno, gracias, je.
¡Un abrazo!
Y, bueh, me metiste en un brete. Pero como SOS mi amigo, te voy a hacer caso. Un abrazo.
ResponderBorrar¡Grande, Sanín!
ResponderBorrarMe siento honrado con el calificativo.
Abrazo grande.
El bombón de CORREA hizo honor a tu blog puso "huevos e ideas".
ResponderBorrarsaludos
Jeje.
ResponderBorrarGracias, Monikucha.
Saludos.