Son cada vez más esporádicas las columnas editoriales opositoras capaces de despertarme interés. Si se enfocan en lo coyuntural se tratan generalmente de un reto a la oposición o una crítica al oficialismo. Podemos resumir los argumentos para uno y otro caso. En el primero los conminarán a unir voluntades, a deponer egos y, cuando no, los maltratarán tachándolos como políticos adictos al fracaso. Las críticas al oficialismo van, en cambio, desde describir supuestas faltas al republicanismo hasta la voluntad de hegemonizar. Los temas van rotando entre inflación e inseguridad. Además, desde que vieron que inflando a opositores no conseguían que midieran, intentan generar contradicciones hacia el interior del peronismo: Scioli, Moyano y el sindicalismo malo, sucio y feo y, con mayor ahínco desde el acto del Luna Park, apuntan a La Cámpora.
Será por eso que cada vez son menos citados en los blogs Morales Solá, Grondona y Van Der Kooy. Será por eso que algunos artículos de Beatriz Sarlo tienen más repercusión. Disparos en la dirección correcta son las columnas de Reymundo Roberts: es más fácil colar el mensaje desde el humor que desde el odio. Tal vez no se equivoque Roberts cuando dice que su sueño es ser un bloguero K: su forzada ironía rinde homenaje al humor de la blogósfera oficialista y es un tributo al pensamiento jauretchiano desde las páginas mismas del diario emblema del conservadurismo en nuestro país.
Hoy Jorge Fernández Díaz publica una columna de la que sólo quiero rescatar dos frases ya que, me parece, pueden tratarse de un sincericidio o un llamado de atención para sus propios colegas. Describe una escena de periodistas de todo signo político, retirados en un geriátrico, que discuten y se atacan desde las dos posiciones en disputa dentro de la actividad, Periodismo Profesional o Independiente vs. Periodismo Militante:
Se oirán, de tarde en tarde, frases enfáticas como "la objetividad no existe, estúpido, ustedes trabajaban para las corporaciones". O "eso no era periodismo, era política, tarado, no había que casarse con nadie".
Desde un lado, el militante, niegan que trabajar para las corporaciones permita objetividad alguna, pero no niegan que eso sea periodismo. Me parece acertado. Desde el otro, el profesional o independiente, niegan de plano que tomar partido permita hacer periodismo.
Juzgando desde mis valores puedo decir que me genera menos contradicciones que el periodismo haga política (porque la hace) y muchas más que trabaje (como también lo hace) para las corporaciones. Que este sea un debate que se da en La Nacion nos permite apreciar que hondo calaron las definiciones de Martín García, y la importancia del debate generado alrededor de la nueva Ley de Medios.
Creo que el debate sobre la ley de medios, aún más que la ley en sí (que tardará en implementarse realmente) fue efectivamente el detonante de lo que escribís.
ResponderBorrarEsa discusión de café entre iluminados que denunciaban la mano invisible de las corporaciones pasó a la agenda de todos los días (cuando el kiosquero se burla de una tapa de Clarín o cuando hasta mi tía Chola desconfía de Santo) haciéndola cada vez menos invisible.
Es un gran logro.
Un abrazo,
r.
Ocurre que los tipos están fuera del tiempo cultural que corre. Pasados de moda. No conjugan el tiempo institucional ni político que corre porque no han tomado nota de que el cambio opera en multiples y variados frentes: cultural, material, institucional, político. Entonces los esquemas que utilizan ya les quedaron demodé.
ResponderBorrarDomingo, lluvia, fresquete fuera de lo previsible, ¿qué quiere que le diga?, no es un buen momento para gastar ojos y paciencia en el sonsonete pseudo periodístico del esciba - modelo escuelita de Famaillá - morales solá o de cualquiera de su misma comparsa.
ResponderBorrarAdemás son como esas películas yanquis, mucho efecto, mucho colorinche y mucho barullo pero el guión recontrasabido, previsible hasta para el sobrinito de 4 años o el loro de la tía Fulgencia.
Y si el vicio (suyo de usted, claro, a mí ni aunque me paguen) le incluye visitar el paisaje que ofrece lagaceta, no me queda más que darle mi más sentido pésame o, en una de ésas, la enfermedad de leer opiniones refritadas (y de ayer!!) no está tan avanzada, puedo acercarle mi respaldo cuando se decida por la abstención.
Uno es menos joven que usted y ya aprendió que siempre va a haber alguien que se sacrifique y nos cuente las burradas más resonantes y nos ahorre la úlcera, el estrés y tanto regalito de esa "prensa".
Piénselo, que la sarlo no le va a bancar el reliverán....
Mi suegra ya dejó Noticias hace rato y últimamente desconfía de La Nación, de quien es fiel y consecuente lectora. Lo que si, el televisor sigue clavado en TN, pero bueno, de a poquito...
ResponderBorrarLo que si, tenemos algunos demasiado zarpados de nuestro lado.
El otro día viene a casa mi hija mayor con su nuevo novio y el marido de mi otra hija le larga de una y sin anestesia:
-"Mirá que acá somos todos "K", eh..."
Jaja.
Supongo que hay que profundizar la aplicacion de la leuy de medios y el rumbo en gral para que empiece aflorecer la primavera en los medios de comunicacion
ResponderBorrary el periodismo de paso a una nueva generacion nacida en plena libertad mediatica y democratica
Un abrazo
Tal cual, rinconete. La Ley en sí viene modificando poco, más que nada en la misma TV Pública. Pero cuánta importancia en eso que se llama batalla cultural, ¿eh?
ResponderBorrarPablo: no sólo que no quieren registrar los cambios sino que abogan por extirparlos y volver a aquellos años felices, en los que su palabra era sagrada.
ram: ¿le parece poco previsible el frescor (sic)? Me parece que viene siendo la regla, ¿eh?
Pero suficiente sobre el clima, lo que dice usted es lo que digo en el post: cada vez leo menos editoriales porque siempre dicen lo mismo. Ojo, que me pasa también con columnas más amigables en términos ideológicos. A veces cansa leer que el kirchnerismo es tan maravilloso, je. ;)
¡Bien ahí por su suegra, Unfor! Debe ser todo mérito suyo. Y bien también por su yerno, que amablemente le pegó en la nuca al recién llegado. La abuela de Ana (mi esposa) hacía lo mismo pero con el fútbol: mi suegro recién pudo blanquear que es de River como al año, je.
Abrazos pa' todos.
Javier: cruzamos comentarios.
ResponderBorrarSí, seguramente mucho periodismo fue educado en otras épocas y con otros valores.
Aún así no dejemos de observar que en Clarín vienen renovando de a poco (el papafrita ese de Leonardo Míndez, Juan Cruz Sanz) y los muchachos nuevos parecen más fundamentalistas-magnettianos aún que los de la vieja guardia.
Abrazo, che.
Concuerdo con vos Ricardo, el problema no es que ejerzan la militancia de ideas e intereses desde su rol periodisticos. El problema es que no lo reconozcan.
ResponderBorrarPor que Barone lo reconoce y "vuestro vetado" Majul no?
Unfor sume a su flamante yerno a la red Nac y Pop.
Abrazo
Claro, Cané. ¿Qué les podríamos decir si reconocieran que defienden intereses? Nada.
ResponderBorrarPero al sincerarse sería como apagar la vela y prender la luz. Los verían como son y, no es novedad, son horribles. Je.
Un abrazo.
La ley de Medios tiene , entre otros, dos aspectos fundamentales. El primero que permite ampliar el abanico de las voces que se expresen aunque para que se concrete se necesitarán apoyo gubernamental y de manera preferencial desde las organizaciones sociales. El segundo aspecto es el regulativo tendiente a limitar a las empresas que por su poder económico imponen "su palabra" como la única. Un aspecto está ligado al otro. En otras palabras, la ley viene a hacer lo que deben hacer todas las leyes del Estado democrático tender a igualar el poder de los poderosos con el de los débiles. Desde que los productores de medios son controlados por empresas o por partidos políticos o por el ejecutivo no hay independencia. Hay puntos de vista y eso no está mal en la democracia. El tema es que todos puedan ser tenidos en cuenta y analizados o simplemente adoptados sin mayor justificación por parte de los ciudadanos individuales. Lo de Periodismo militante vs independiente es una soberana pelotudez una cortina de humo. Ricardo disiento en un 100% con respecto al humor de Reymundo. No lo tiene, para mi gusto, no es nada gracioso, ni siquiera irónico. Escribe mal y, además me parece que es un seudónimo. ¿No será el propio M.Solá?
ResponderBorrarPor mi situación, leo todos los dias todos los diarios. Bueno leo lo que me interesa y comparo como tratan la misma noticia. De modo que soy de aquellos que pierden el tiempo con los sonsonetes de la "corpo". A pesar de todo, el hacerlo te da un aspecto de la información, el otro, en mi caso, me lo da la lectura de las reflexiones y las experiencias relatadas en los blogs. No pensemos tampoco que entre los lectores de Clarín o Nación no hay nadie conquistable para este lado. Por algo han bajado significativamente los lectores de magnetto-noblex.
ResponderBorrarProfe: gracias a sus comentarios me dí cuenta de que había olvidado poner en itálicas lo de profesional/independiente vs. militante.
ResponderBorrarYo creo que como tema de debate, lo que dijo Martín García está bien. Como dijo rinconete, permitió que una discusión entre pocos se desparramara hacia el resto de la sociedad. Creo, además, que de alguna manera transparenta -quizás me estoy yendo de mambo- que lo que hacen los periodistas opositores también es militancia. No podemos decir que Grondona o Morales Solá no son militantes. ¡Claro que lo son!
Una acotación: no quiero para Télam la imagen del Nestornauta o las acotaciones al margen de esa biografía de CFK. Fueron un error.
Ahora, así como a veces me molesta el seisieteochismo al palo, también comprendo que no podemos dejarnos tentar por ningún complejo de superioridad y criticar gratuitamente ese tipo de programas. Cumple una función.
Bueno, se hizo largo. Creo que este debate tiene aristas ricas y por ahí excede lo que puedo decir ahora en un comentario.
Le mando un abrazo.
PD: con respecto a Reymundito -lindo chico, je-, creo que es el único, en este momento y en La Nacion, que está "cazando afuera del zoológico" (como decía Artemio el año pasado).