Santa Fue II: Rossi como candidato, el FpV y la boleta única

Una de las características que agregan valor a la blogósfera son los siempre bienvenidos aportes en forma de comentarios. Ayer fueron muchos y valiosos. Quiero rescatar algunos para ayudarme a pensar algunas consideraciones acerca de la elección del domingo en Santa Fe que quedaron afuera de este post.

Barullo, bloguero y comentarista rafaelino, resumió muy acertadamente los resultados: "Del Sel le sacó al peronismo unos 280.000 votos, que son mayormente de clases medias, la mayoría relacionadas con el campo (aún sin ser productores agropecuarios, la gran mayorías de los pueblos y ciudades pequeñas viven de cómo le va al campo). Rossi quedó muy pegado con la 125 y además fue un mal candidato. Amargo como pocos, cero carisma...".

Es de perogrullo recordar que Agustín Rossi surgió de una interna que, vistos los resultados, no resultó en el encolumnamiento de los candidatos perdedores ni de los sectores que los acompañan. Enfocar, además, en las características personales del candidato sin analizar el contexto puede llevar a miradas sesgadas. Para el caso, Néstor Kirchner hubiera sido siempre un mal candidato fuera de las condiciones que generaron 2001/2002. Centrarnos entonces en Rossi -o Filmus antes- es el duranbarbismo al palo. Desde hace dos semanas leemos que el FpV necesita un Durán Barba nac&pop. Concedido: las campañas no son de lo mejor. Según me cuentan, la campaña de Del Sel fue similar a la de Olmedo en Salta o a la de De Narváez en 2009: mucho, mucho dinero para instalar al candidato como opción colorida. Propuestas políticas, cero. No creo que haya que renegar de ello, sino tomarlo en consideración para el futuro. Está visto que hablar de los grandes tópicos nacionales prende si la candidatura es presidencial, pero no en elecciones ejecutivas locales. Como excusa: es quizás el recuerdo de las elecciones de medio término de 2009, cuya campaña estuvo nacionalizada desde el intento destituyente de 2008. Son más inteligentes las movidas del otro lado: en campaña hablan de las necesidades y expectativas del electorado local para luego, una vez consumado el triunfo, nacionalizar el resultado.

Volviendo a los comentarios, Larabi aportó una mirada con la que concuerdo: "En estos casos es cuando creo que es mejor 22 % genuino que 38 que se te vuelan a la primer 125". Nadie en su sano juicio apuesta a perdedor, pero tengo la impresión de que todos sabíamos que en Santa Fe revalidaba el socialismo. Con esa consideración en mente se fue a la interna, con vistas a participar en el control del PJ santafesino. Una mejor elección de Rossi lo hubiera legitimado hacia adentro y quizás merced a ese razonamiento podamos entender la mezquindad de algunos sectores del peronismo santafesino.

Quedó como deuda un comentario respecto al sistema de boleta única, fundamental a la hora de entender los resultados que podemos desglosar ahora. Es muy lindo como concepto. Muy republicano. Una patada en el centro de... los aparatos partidarios. La voz del pueblo posta posta. Caduca la necesidad de muchos fiscales con este sistema. Pero puede producir alquimias altamente desfavorables, tóxicas para el sistema quizás. Pensar en un Miguel del Sel gobernador de Santa Fe, con tan sólo 6 diputados propios en un cuerpo de de 50 y ningún senador, se presenta como un parte meteorológico con probabilidades más que ciertas de tormenta. Hay que decirlo: el sistema de boleta única destruye la construcción partidaria y favorece la dispersión del voto. Es un bingo electoral. Así, al decir de Fernando, de Sardinas en el Desierto: "sin partidos políticos fuertes, con sistemas electorales que premian candidatos instalados mediáticamente pero sin los conocimientos necesarios para hacer frente a responsabilidades enormes, el resultado no sólo no es bueno sino que puede llegar a ser catastrófico, como estuvo cerca de serlo en Santa Fe: catastrófico para los que no querían que gane Miguel del Sel, y lo mismo para quienes lo apoyaron, con semejante minoría parlamentaria".