Las tapas de la última semana clarinista

El fabuloso aparato de propaganda goebbeliana del gobierno chauchescucista (ahora que volvió Carrió, una de las voces importantes de la República, je) no es ni tan fabuloso ni tan goebbeliano: ¿cuántos programas de TV, diarios, radios, blogs y twitteros K hacen falta para ganarle la agenda a Clarín, TN y radio Mitre? Muchos más, parece. O no, no importa cuántos sean: la prueba de la abrumadora distancia en cuanto a penetración se verifica en que Clarín y sus adláteres pueden imponer agenda, los medios oficialistas, en cambio, dependen de la potencia que desplieguen las acciones del gobierno nacional. Sólo Página puede, y fundamentalmente en lo que respecta a DD.HH.

Con el gobierno enrolado en la batalla económica, la batalla mediática es, en este momento, monopolizada por... sí, el oligopolio. Un repaso de sólo las últimas siete tapas del otrora GDA hubieran bastado para el juicio político a Cristina con un Senado como el paraguayo:

• El asesino de un barrabrava también estuvo en un acto K
• El gobierno debió dar explicaciones a la familia de Wanda
• Reacción opositora por la salida de persos para ir a los actos K
• Sacan presos de la cárcel para llevarlos a actos kirchneristas
• Fuerte intervención del Gobierno en el sector petrolero
• Dos robos violentos a jubilados por semana en Capital y Provincia
• El patrimonio de Moreno creció el 91,5% en un año

Podríamos seguir en una lista interminable, quizás hasta 2007. Tan seguros están todavía, o tan desbocados, que el titular de ayer, en referencia a la familia de "Wanda" necesita de la hipertextualidad de los titulares anteriores. Clarín se piensa tan fuerte que prefiere morir con las botas puestas. Las tapas blancas (o casi blancas, si recordamos aquella del artículo 32 de la CN) fueron ejemplos que, aunque no consiguieran la reacción esperada, se repetirán: sólo el GDA puede dedicarse tapas a sí mismo. Recuperó, además, el control de la agenda de los espacios opositores minoritarios. El radicalismo y el FAP, por ahora, observan desde el costado.

La estrategia diversificada de Clarín, el manual para destruir al kirchnerismo, seguirá a todo vapor. No tienen, a esta altura, otra. O sí, la tienen, pero se trata de una apuesta a mediano/largo plazo. Continuación de la estrategia clarinista de siempre: estirar los tiempos a la espera de un nuevo gobierno. Un prerrequisito para ello es 2013, las elecciones legislativas que pueden ser llave para que el kirchnerismo cristalice en un nuevo marco jurídico los tiempos que corren, tan distintos a los noventistasprimerosdosmileros. Esa estrategia tiene a Scioli en un papel central. Es cierto que de los siete títulos catástrofes listados arriba, uno corresponde a un palo para el gobierno de la PBA ("Dos robos violentos..."), pero es compensación para el primer titular positivo que podemos leer en Clarín si retrocedemos diez días: "Detectan evasión con autos de lujo en la Provincia. Scioli intimará a los dueños de 23.414 vehículos...". Es un lindo caramelo pensar que la pax kirchneroclarinista modelo 2003-2007 podría llegar a ser la clarinosciolista 2013- .

Destruir al kirchnerismo y llamar a Scioli para acordar: resumen de la estrategia clarinista actual. Como anécdota de color, de color negro (Fernando Peña nos mira desde... eh... bueno), de color negro apagón porteño, Macri, bueno, pobre, ya sabemos, se pasó de desarrollista frondizista y alcanzó niveles alfonsinistas casi, de no saber, no poder y no querer. Igual, lo protegen: la foto del corte de luz porteño no fue asociado a su nombre:

Ahí al costado, dele play: Ya no quiero tonterías vociferadas / Esos largos alegatos que no dicen nada (...) Siempre es mañana clara fresca y con sol / En la cumbre del amor (La cumbre del amor, Man Ray, Ultramar, 1997).