Clarín puso recientemente al aire una linda publicidad [1] en la que plantea no una utopía, a la manera de Tomás Moro, sino una distopía capitalista, en la que equipara a la democracia como sistema político con una suerte de Mercadocracia o Consumocracia, en la que "elegir" comprar un determinado bien de consumo, en este caso los productos de un grupo de medios diversificado con posición dominante en el mercado, otorga a este la misma legitimidad en la lucha política y de poder que un voto ciudadano en elecciones democráticas. Un sinsentido, si uno se detiene a pensarlo, pero un caramelo fácil de digerir para quienes consideran que es la adquisición de bienes materiales la que los define como personas. Para decirlo claramente: la ecuación 1 voto = 1 compra de diario sería una soberana estupidez, si no fuera antes una intencionada deslegitimación de la democracia.
El chileno Vieyra-Poseck definió ajustadamente a la Mercadocracia [2] como "una minoría con hegemonía económica que ejerce el poder de facto sobre todas las instituciones del Estado y la representatividad democrática de las mayorías" que tiende a "la minimización obsesiva del Estado —hasta la anorexia— y la máximazión del mercado desregulado políticamente hasta convertirlo en el Poder, con mayúscula, que controla y regula toda la actividad económica, política y social en la sociedad, restringiendo la democracia del Estado liberal hasta ser, verdaderamente, reemplazada por una mercadocracia corporativista protectora de políticas de derecha como receta única" que tiene, como ya conocemos, severas implicancias sociales, como "la gradual desconstrucción de la Sociedad del bienestar en los países desarrollados, y la obstrucción deliberada de su construcción en los países emergentes, a pesar de existir ya (casi) unanimidad transversal en que la Sociedad del bienestar es la mejor infraestructura de justicia social, hasta ahora conocida, para vertebrar sólidamente la cohesión social".
Clarísimo.
Cuando hablábamos y hablamos de batallas culturales, estas concepciones enfrentadas de modelos políticos, sociales y económicos (una democracia con centro en el individuo, en lo humano y en los lazos de solidaridad versus una mercadocracia corporativa centrada en el capital y su acumulación concentrada en pocas manos) son los que le dan entidad a la principal, ya que significan maneras diametralmente opuestas de entender la realidad.
Clarín, inteligentemente busca, con esta publicidad, implicar emocionalmente a quienes consumen sus productos (diario, radios, canales de TV, proveedor de internet), haciéndolos partícipes del éxito del grupo empresarial o, más aún, mintiéndoles que son ellos, los consumidores, los verdaderos responsables de ese éxito ("cuando un diario crece es porque la gente lo elige, no hay otra forma"), como si monopolizar el papel de diario o haber utilizado el monopolio de tantos años del fútbol para quedarse con los sistemas de cable del país (principal fuente de ingresos del grupo), para poner tan sólo dos ejemplos, no fueran los reales artífices.
Es lindo el eslogan, casi titulo de este post: "Grupo Clarín. Independiente del gobierno. No de vos", pero es una mentira más. Clarín es independiente de todo, excepto de sus intereses y de los intereses que representa. Esto es algo que los más politizados supieron siempre, pero ahora el resto de la ciudadanía también, luego del debate por la nueva Ley de Medios hace más de tres años. Saben, por ejemplo, que Alfonsín señaló la manera en que Clarín lo presionaba, buscando desmoralizar a la ciudadanía, y que hacia el final de su mandato pidió que lo dejaran llegar a diciembre, a lo que Magnetto contestó "ustedes ya son un estorbo" (del libro "La democracia a pesar de todo"). Saben que Menem se arrepintió de pocas cosas de sus gobiernos, una de ellas es haber entregado Canal 13 a Clarín. Ese canal, "uno de los más queridos por los argentinos", según una denuncia, fue entregado seis meses antes de que finalizara el proceso de privatización, tiempo en el que Clarín congeló una parte de los sueldos por 7 millones de dólares para comprar el canal en 5 millones. Como denunció Carbonelli, ex delegado del canal: "Pagaron el canal con nuestro dinero y se quedaron con el vuelto" [3]. Sabe también la sociedad que el efímero presidente Rodríguez Saá señaló que "el señor Magnetto es el padre de la democracia conspirativa, es el autor, el ideólogo de las grandes conspiraciones en la Argentina. Cuanto tuvo que ver con la renuncia de Alfonsín, cuánto con la de La Rúa, cuanto de la renuncia de quien les habla" [4]. Y sabemos, también, que poco antes del conflicto con las patronales rurales, Clarín ya había empezado a presionar al kirchnerismo, de quien consiguió una fugaz aprobación para la fusión de Multicanal y Cablevisión en 2007, y que la negativa del gobierno a permitir que Clarín se quedara con una parte de Telecom para ofrecer triple play fue la desencadenante del quiebre definitivo de la que había sido hasta entonces una sociedad de conveniencia.
Si todavía tenes alguna duda acerca de si Clarín es o no independiente de vos, este posteo de Rucio [5], que rememora como al inicio del gobierno de Kirchner, Clarín era independiente del gobierno, independiente también de vos, pero no independiente del FMI y sus intenciones de arribar a "una 'solución definitiva' al ajuste de las tarifas, las compensaciones a bancos, la reestructuración de la banca pública, la reforma impositiva y el acuerdo con los acreedores”. ¿Cómo decía más arriba Vieyra-Poseck? "Una minoría con hegemonía económica (y mediática, agregamos en este caso en particular) que ejerce el poder de facto sobre todas las instituciones del Estado y la representatividad democrática de las mayorías". Clarín, el gran diario argentino.
[1] http://www.perfil.com/contenidos/2012/10/20/noticia_0006.html
[2] http://critica.cl/politica/crisis-del-capitalismo-neoliberal-mercadocracia-versus-democracia
[3] http://www.politicaymedios.com/medios/Denuncian_una_estafa_entre_Menem_y_Clarin_por_la_licitacion_de_Canal_13_20100527193322.php
[4] http://periodismolibre.com/ex-presidente-acusa-a-clarin-de-ser-el-ideologo-de-las-conspiraciones-en-argentina
[5] http://lacolumnaderucio.blogspot.com.ar/2012/10/gracias-nestor.html
MUy bueno... me hiciste reir con la comparación pero es tal cual : 1 voto = 1 compra.
ResponderBorrarLo peor que muchos se lo creen.
Muy buen post Ricardo, con lógica implacable. Vi la propaganda que mencionás hace unos días, y me agarraba la cabeza por lo hipócrita y cínico de su mensaje.
ResponderBorrarPero, claro, hay mucha gente ansiosa por comprar, y el pescado podrido para muchos es una delicatessen.
Te mando un abrazo
Este post se podría llamar ¡"Tautología en Acción"!
ResponderBorrarEs mas,hasta un programa en el 13 se llamaba parecido.
Muy buen post, impecable y muy exacto.
ResponderBorrarRodrigo: lo peor es que muchos se lo creen.
ResponderBorrarSujeto: pero no me vas a negar que está linda, je. Sos clarinista (qué categoría política), la ves y se te pianta un lagrimón.
Moscon: tautologiemos en el bosque mientras la Justicia no está. ¿Justicia está?
Profe: dankeshen (!)
Abrazos ultramagnettistas.
¡Muy bueno! Lo fascinante de esta etapa es precisamente la lucha decidida de las instituciones del Estado frente a esa hegemonía económica y mediática.Esto es: el empeño democrático en desactivar las redes de complicidad que el Grupo Clarín construyó en el Poder judicial y exponerlas ante la opinión pública. Excelente post.
ResponderBorrarUn abrazo.
ey, ricardo, porque tenemos que seguir tragandonos tanta mierda del poder economico? porque eso termina clavandose en nuestras cervicales? Estos tipos me cansan y encima no se puede estar cansada.
ResponderBorrar¿como terminara todo esto? Somos protagonistas o vemos pasar la historia? no se. A veces me desaliento
Gracias, querido Sanín.
ResponderBorrarNilda: es y será de nunca acabar porque... bueh, el capitalismo es esto y el neoliberalismo es más pior. No hay que desalentarse ni bajar las banderas que el partidono termina a los 90', como bien sabemos los gallinas, je.
Hace años, compré un clarín y la verdad es que me pareció una porquería, un asco, un yacimiento de tinta fulera que me dejó las manos negras; de lo que llevaba escrito no me pregunten, nunca pude avanzar más allá de esa idea del "ese diario roñoso". Sí, soy muy básico.
ResponderBorrarAhora creo que no destiñe tanto, aunque roñoso sigue siendo y más ahora que el ex "desconocido" CEO, don drácula mañeto discursea en el paraisito fiscal vecino, pior.
Lo suyo es demasiado intelectual, Ricardo, un exceso tratándose del diario donde "escriben" bonelli y demases luminarias, no joda, es como que en el canal gourmet le den la receta del sánguche (sandwich, jamás) de milanesa, un despropósito.
A los 93, Ricardo, el partido termina a los 93... Viendo a Magnetto ayer me acordé de Yabrán, expuesto, después de la foto de Cabezas... Saludos.- Pablo, el Bostero.-
ResponderBorrarEs verdad, ram. Pero como los que leen Clarín pueden pensarse clase media culta, les tiramos algo que cualquier morocho peronista, o negroide latinoamericanista nacional y popular (o hasta un liberal libertario, mire lo que le digo), comprende, a ver si los muchachos magnettistas también.
ResponderBorrarPablo: occserve bien, dije: partido no termina...
Y no lo vi a don Hétor. Me la debo. Es que estoy por almorzar, ¿sabe?
Un post realmente brillante, Ricardo. me lo guardo como referencia.
ResponderBorrarcada ía me convenzo más que la principal fuente de ingresos de clarín SA no son ni el diario ni los restantes componentes de los multimedios, sino que laburan de guardianes de un sentido común que salvaguarda la lógica del mercado. Eso de "poner y sacar presidentes" es casi una changa temporaria, lo importante es el formateo social.
ResponderBorrarGracias por la cita.
Daniel: gracias.
ResponderBorrarRucio: fijate que vienen rifando credibilidad sin asco con tal de salvar los negocios. Es decir, la guita. Hay algo de lo que decís, pero con el contador Magnetto, me parece que es la contabilidad y luego la influencia social.
Qué se yo.
Abrazos.