¿2015 puede ser 2011 gracias a Massa? Una respuesta al Capitán Medibacha

«No tengo del todo claro lo que pienso y sé que muchos me van a insultar en todos los idiomas.- La pregunta es ¿Cuál es el problema si Massa saca más votos que Insaurralde en la Pcia. de Bs. As.? Desde ya que no es eso lo que deseo, sino que me resulta interesante pensar en las consecuencias que esa situación podría implicar.- Imagino que el primer efecto será el convencimiento de Clarín, Grondona, Lanata, etc. del seguro y definitvo ocaso del kirchnerismo.- Ya estaremos muertos y sepultados tal como cacareaban después de las elecciones del 2009.- Ahora bien, en un sistema electoral a doble vuelta como el nuestro, si la oposición se convence de que el oficialismo no tiene ya chances electorales para el 2015, la competencia real será por el 2° puesto: En el 2003, quien saliera 2° detrás de Menem era presidente seguro (Fue Kirchner, pero por muy poco no lo fue López Murphy.- Creo que si en vez de Kirchner el 2° hubiese sido yo, también le ganaba a Menem).- Después del desastre electoral del 2009, también anunciaron el final del kirchnerismo.- Los del Grupo A pensaron entonces que el que -entre ellos-lograra el 2° puesto en las elecciones, sería automáticamente Presidente en la 2° vuelta.- Ello los mantuvo separados y permitió el juego de Blanca Nieves con los 7 enanitos.- En las próximas elecciones de medio término, me parece casi inevitable y hasta normal un resultado mucho menos favorable para nosotros que los del 2011.- No solamente no hay que dramatizar, ni tampoco centrar la historia en el resultado electoral de la Pcia. de Bs. As., sino que habría que pensar hasta qué punto nos conviene que los opo, se convenzan de nuestra derrota definitiva y así vuelvan a pelearse entre ellos por el 2° puesto en 2015.- Capriles apareció en Venezuela, solamente cuando la oposición advirtió que no tenía otro modo de competir con Chavez».
(Comentario del Capitán Medibacha en este post).

Capitán: volvimos. Prometimos una respuesta y acá va.

A ver, yo tampoco tengo del todo claro las implicancias de estas legislativas en los términos absolutos en que son planteadas desde el oposicionismo feroz y desde el paladurismonegro K. Hace un tiempo decía por acá, cuando pensaba que Massa se reservaría, que no significarían mucho: no habría posibilidad de abrir re-re y tampoco el de decretar fin-de-ciclo-K. Ahora, y... hay que ver.

En primer lugar, el clima político, si bien luce en detrimento del oficialismo en su bastión, la PBA (y digo bastión porque en las provincias hay voto a Cristina, pero en un sistema equilibrado por ahora de alineación de gobernadores con la Rosada), no parece determinar, en lo discursivo, que el planteamiento de votar a Massa allí implique el objetivo unívoco de fin de ciclo sino, creo, el de un momento de transición, que aún con el triunfo de Insaurralde podría darse, pero de manera más moderada. Mucho, si querés.

Existe, evidentemente, un desafío al modo de -y a la conducción de- CFK (que, me repito mucho, es lo que me viene llevando desde hace tiempo a formular algunas críticas respecto al modo de construcción que me valen algunos reproches de amigos y comentaristas) que es lógico. Lo sostenía cuando se hablaba del desafío de Scioli que -Scioli malo- no hacía ultrakirchnerismo y declaraba que quería correr por la Rosada: ¿por qué no habrían de demostrar ganas tipos que tienen con qué bancar sus aspiraciones? Massa las tendrá, ahora, si gana. Y aún si no, porque demostró vocación. Pero no sería determinante tampoco para él, como no lo fue para De Narváez, ya que antes -luego- debería demostrar, por ejemplo, capacidad para conducir un bloque que, de buenas a primeras, no resultará sencillo. ¿Tundis se dejará conducir? ¿De Mendiguren será más massista que Massa? ¿Felipe? ¿Quienes entren por el macrismo? Además deberá demostrar cuánta muñeca y qué tiene para ofrecer hacia el interior del peronismo, tarea que determinará su futuro, porque aquello que puede ser suficiente en la PBA -y que todavía falta definir, no hay que apresurar ningún derrotismo- no es suficiente a nivel país.

La Rosada aún cuenta con herramientas y capacidad de marcar agenda. ¿Qué pasaría, por ejemplo -y si la polarización y confrontación dictaran la dirección de la campaña-, si planteara alguna medida de corte redistribucionista afectando algún interés concentrado? ¿Massa apoyaría, se opondría, seguiría intentando un ninismo (ni K ni Opo) cada vez más difícil de sostener? Si el oficialismo planteara una reforma fiscal más progresiva, si fuera por la renta minera, herencia, si decidiera presionar contra la evasión de los agroexportadores, ¿de qué lado quedaría? En fin, más preguntas que respuestas, pero la política, a veces, es más linda cuando existen desafíos reales, ¿no?

Respecto a 2015, oposición, segundo lugar y Capriles, disculpemé pero no coincido con el pronóstico ni con que Blancanieves sea la película adecuada para mirar: el venezolano representó un desafío al chavismo desde afuera del PSUV. Massa, nos guste o no, representa -por ahora- un desafío al kirchnerismo desde adentro del peronismo. No serviría patalear y enarbolar peronómetros. La inserción del intendente de Tigre en el mapa abre variantes de cara a 2015 que no existían en el menú y es temprano aún para goumetearla, je.