sábado, 31 de agosto de 2013

Guitarristas

Este no es un llamado a los guitarristas: no estamos reclutando guitarristas entre los presos de las cárceles ni vamos a pagarles clases en la Berklee con lo que nos vamos a ahorrar en la ruta del dinero K sacándolo por Aerolíneas y no LAN, Piñera. No se avecina la demorada guerra mundial entre guitarristas y cantantes, tampoco, batalla siempre subterránea en cualquier banda que se precie de quilombera. A propósito, una banda en la que el guitarrista y el cantante no se odien a muerte, más que una banda, es un grupo de amigos. No a todo lo anterior. Un eslogan cacerolero, sí, pero qué importa: los caceroleros murieron con la muerte de la re-reelección. Que no existía. Ja. Algo así como tenerle miedo al duende, pero tenemos mucha gente supersticiosa. No, el propósito de estas líneas es descansar un poco de la cruel política (más cruel aún cuando el equipo de uno va uno a cero abajo y en un ratito empieza el segundo tiempo; qué bueno que ahora tenemos el celular del representante de Dios en la Tierra) y retornar a una de las etiquetas olvidadas del blog: la cruel música (la cruel es la vida, que se lleva a los mejores, como Stevie Ray Vaughan, mientras Madonna sigue viva).

Ya habíamos recomendado a algunos por acá. Aunque "recomendar" sea una palabra demasiado grande, como "libertad de expresión", que necesita de un multimedios con posición dominante para poder ser ejercida. Menos mal que existe uno. Por orden de edad empecemos con Hubert Sumlin, blusero de Chicago (no, no de Nueva Chicago) y de la vieja guardia, que se caracterizó por, eh, bueno, ser guitarrista y tocar blues, algo no muy loco si uno es negro, blusero y de Chicago, ¿no?



Sigamos con dos guitarristas poco conocidos fuera del ambiente violero (sí, somos una secta, como los de los últimos días o los troskistas; también califican los hinchas de paladar negro de la platea San Martín, aunque éstos puedan ser mejor equiparados con los que creen en ovnis y siguen a Fabio Zerpa hasta en las recomendaciones de bolichones para morfar barato y rico). Primero el bueno de Roy Buchanan quien, como su nombre lo indica, es de Arkansas, yanquilandia (ah, apuesto a que ibas a decir irlandés, ¿eh?, perdiste, puto). Roy fue la razón por la que me compré una Telecaster cuando pude acceder a mi primera (y única, snif) buena viola eléctrica. El cantante de la banda me puteaba en todos los idiomas (recordar lo enunciado más arriba) porque, decía, me tendría que haber comprado una Strato. Ni pregunten qué opinaba el bajista porque los bajistas no opinan, apenas si respiran, fuman y, cuando uno tiene suerte, mantienen el groove de la canción. Los bateros, en cambio, sí opinan de todo, pero nadie medianamente sensato le prestaría atención a un tipo que no sabe lo que es un La menor y puede ser fácilmente reemplazado por un mono al que se le reemplace la navaja de la mano por un par de palillos. Roy:



Y Rory. No, no la de Gilmore Girls. Hay que ser maricón para haber seguido Gilmore Girls. Maricón o fetichista de los tríos con una madre y una hija, claro. En ese caso ver Gilmore Girls no sólo está permitido sino que es mandatorio. Algo así como escuchar a Los Beatles y renegar de las bandas rollingas nacionales. A Rory Gallagher nos referimos, y este sí era irlandés:



Terminemos con uno conocido, Mark Knopfler, de los Dire Straits, pero este tema lindísimo es de su disco solista, lindísimo, The Ragpicker´s Dream. Algo así como un tributo, suponemos, involuntario, líricamente hablando, a Being for the Benefite of Mr. Kite. A propósito, si quieren aprender a tocarlo, no es muy complicado:



Y, para no ser catalogado como cipayo entreguista vendepatria lanacionista de la línea lauralonsista, terminamos con quien, creemos, es el mejor guitarrista argentino (no reconocido) de la actualidad, porque sí, uno dice guitarrista argentino y piensa en Pappo, en Mollo, en el Negro García López o en mí (¡ejem!), pero nunca se acuerda de Raúl Ruffino, el violero de Los Tipitos. Hay que ser güeno para conseguir un sonido como el del solo de esta linda canción y mucho mejor para conseguir ese solo, claro:


9 comentarios:

  1. La pomelización del rock es un asunto serio, je.

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  2. Y ¿Johnny Winter?

    Ja ja.. y como crítica a los violeros es cuando les agarra el síndrome de virtuosismo y los tipos intentan meter 1M de notas en 1 yoctosegundo....

    Por otro lado, reconozcamos que una banda que se diga rockera y ni que hablar si practica algo más extremo, no puede darse el lujo de prescindir de uno que sea potente y, si es doble bombo, mejor. Encima las máquinas, se notan.

    Saludos domingueros musicales (y peronistas como el día de hoy al menos en el AMBA)

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  3. Y ya k estamos, el moonchild de Robert Fripp & King Crimson no está nada mal, aunque claro no está en la línea rockera más oída por estos lares y estos tiempos. Robertito, además, supo experimentar con guitarras acústicas hechas por él mismo y otras andanzas como, recuerdo, un hermoso disco con guitarras y demás cuerdas similares muyyy antiguas, casi medioevales.

    Pasando a otro tema, en octubre viene Ron Carter y con él un guitarrista bastante joven que se las trae: Russell Malone. Recomiendo.

    Adenda: quizás el lamento de la voz cantante de tu grupo se justificaba, entre el ruido y las nueces, prefería el ruido.

    Abrazo

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  4. Silenoz: Winter es de esos buenos violeros, que desarrollaron su propio estilo, súper rockeros y que le ponen el alma pero, la verdá, no me gusta mucho.

    Profe: Rusell Malone... lo voy a escuchar.
    Y el tema con el cantante es que era un tipo muy estructurado y tenía el esquema Telecaster 2da guitarra, Strato viola líder.
    A mí me gusta más el sonido de la Tele. Resuena más orgánico en mí, supongo...

    Abrazos.

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  5. Roy Buchanan, qué bueno, suenan como un relojito, muy 70s pero superior, un verdadero placer. Y ahí tenés, la telecaster puede sonar como una strato pero sensible y sutil adaptada al tacto. muy bueno

    Gracias mil por la buena, buena música, elijo a Hubert Sumlin et al. Sin la menor duda, por técnica, sentido y sentimiento. (termina raro ¿no?, suele suceder con youtube)

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  6. Profe: me alegro que te gustara.
    Vamos a seguir, en el futuro, retornando a esta temática para relajar un poco el debate de la política, je.

    Abrazo.

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  7. Profe: ¡justo el último disco de Malone se llama Triple Play! ¡Es a propósito! Ja.
    Toca, ¿eh? Me gustó. Gracias.

    En una línea absolutamente distinta, instrumentista autogestionada (?), más pop/guitarra clásica, me recomendaron por twitter a Jon Gomm. Interesante.

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  8. Estimados no se olviden de uno de acá que toca lo que vos quieras y siempre mas que bien, Luis Salinas, alla por el 96 nos regalo a unos pocos 3 horas seguidas de placer en un barcito de mi pueblo, el sólo con su guitarra.

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Se agradecen todos los comentarios con ganas de aportar. Los que insultan serán automáticamente borrados así el autor sea Obama. Y a quejarse a La Haya, loco.