viernes, 28 de febrero de 2014

Panorama precarnavalero

¡Soltame, carnaval! La rosca política para 2015 se empezó a tejer luego de las legislativas del año pasado, pero por ahora se dan en un marco de cierta tranquilidad y en un escenario en que los intereses más importantes pasaron por el desarrollo de la cuestión económica, presionada además por los acontecimientos de uno de los diciembres más duros que recuerde el kirchnerismo. De todos modos, las noticias que van dando cuenta de los movimientos se riegan a la noche para marchitarse tempranamente al día siguiente.

¿Cuándo empieza el Mundial? Es en la provincia de Buenos Aires donde quiere resolverse la política nacional y determinar así las posibilidades de 2015. Lógico, por el peso relativo de la PBA pero, además, porque el kirchnerismo comprendió aún antes de arribar al poder que su base debía ser el ámbito de la PBA y no una lejana y pequeña Santa Cruz. A partir del traslado del bastón de mariscal operado por la renovación cafierista (relato abandonado ya por el FR de Massa) desde el sindicalismo anquilosado –que condujo al peronismo hasta la emergencia democrática alfonsinista– hacia los Barones del Conurbano para contener territorialmente los efectos de la fiebre neoliberal noventista, el peronismo de La provincia (en un remedo de La ciudad de Bs. As.) ganó en poder decisional. Tanto que en 2015 podría quebrarse aquel maleficio que veda la Casa Rosada a los gobernadores bonearenses. El otro competidor por ahora en pole, por si fuera poco, también es de la PBA.

¡Ohhhh, Argentíiinaaaa… esunsentimiéntoooo…! Mientras, se aquietaron un poco las aguas de la economía, que todavía dista de alcanzar niveles de normalización para los estándares de estos años kirchneristas pero, también, se aleja de los nubarrones que la acecharon. Aldo Ferrer, kirchnerista crítico, viene sosteniendo cosas similares a las que enunciamos en este blog ultrarabollinista de Alberto Pérez desde hace tiempo. Claro, resta, para terminar de sortear este primer trimestre, el tema de las paritarias, de la que la docente es caso testigo. Hay una buena nota en Miradas al Sur, firmada por Horacio Rovelli, que dice y no dice (je) que la paritarias deben superar a la inflación. Por acá, con dolor, sostenemos que si el gobierno decidió convalidar la devaluación debe defender esa decisión y bancar las consecuencias. O sea que digo, pero no digo –como Rovelli, je–, que las paritarias no deben tener un techo (pero deben en realidad tenerlo). Aritmética que, más que económica, es política. El riesgo, si no, puede ser enfrentar una situación similar más adelante.

¡¡ROMPELA, MESSI HIJO DE PUTA!! Pero volvamos a la rosca (por ejemplo, el gobierno de la PBA lanzando el proyecto de policías locales), alimento de los politizados, el Intrusos de quienes se interesan por estas cuestiones. Y Carlos Pagni escribió una buena y completa columna al respecto. Vale leerla entera y, como sostuvimos antes (y ahora cada vez menos irónicamente, menos anclado en el campo del deseo), parece que es cierto que el pelado analista de LA NACION lee blogs y, entre esos, éste. También el de Omix, ojo, pero parece que a él le gustó menos el editorial. Para quienes con poca voluntad o tiempo prefieren obviar la visita al diario de los Saguier, lo que Pagni sostiene es que el armado de Scioli viene mejor que el de Massa, que los últimos movimientos del desarrollo económico parecen apuntalar su apuesta antes que la del tigrense pero, pero, que –como sostenemos desde las PASO2013 mismas– existen posibilidades para el campo republicano si el peronismo se presenta fragmentado. Escasas, quiero agregar, pero… Ah, y es evidente que el oficialismo todo tomó nota de la importancia de utilizar las PASO a la manera de UNEN en la CABA. Habrá novedades y recálculos a partir de eso.

¡Có-razón cárnavaléro, séntirás cáda-febrero, qué-te-vás cómo-en-ún-suéño, énamorádodélcárnavál! No estaría completo este apunte mínimo sin señalar algo que apunta Manolo, en referencia a la reciente renovación del DNI tramitada por Bergoglio, aka @Pontifex_es. 2016 parece ser el año elegido por Pancho Primero para regresar a su suelo patrio, y agarrate, claro. Si la influencia que ejerce ahora no puede ser menospreciada, no queremos ni imaginar la magnitud de la que ejercerá sobre el siguiente. ¿Amén? Y, qué va’cer…

A desenterrar el Diablo de la Pacha nomás. ¡Dale!

lunes, 24 de febrero de 2014

¿Al borde de otra turbulencia según el WSJ o se aleja el estallido?

Nuevamente el Wall Street Journal entrega un artículo para deleite de los que aman las crisis y el tremendismo pesimista (pueden leerla en Infobae): «...Argentina está destinada a caer en una crisis económica más o menos cada década, y no hay mucho que nadie pueda hacer para evitarlo.
"Siempre hemos tenido inestabilidad", dice David Gambarín, un corredor inmobiliario de 90 años. "Así somos. Pero es un lindo país".
Poco más de una década después de la crisis de 2001, Argentina está al borde de otra turbulencia. El peso se derrumbó en enero y los economistas advierten sobre la posibilidad de una mezcla de inflación y recesión...». Lo real es que, sin necesidad de una lectura profunda, se trata de una nota de color, tipo revista Para Ti, que como único dato menciona el derrumbe del peso. Ah, y que Perón cerró la economía argentina en los '40 y que todo se explica en un mal gobierno. El resto, meras especulaciones.

En los últimos dos años, con elecciones intermedias en juego, los números de la macroeconomía debieron, es cierto, apenas sostenerse merced a parches que fueron siendo aplicados a medida que las goteras se hacían visibles. El cepo al dólar, como contención del drenaje de divisas externas vía fuga, constituyó el acto inaugural —podríamos decir— del segundo mandato de Cristina Kirchner. El siguiente, el de la sintonía fina, fue abortado mucho antes de medio camino y, si bien se sostiene que el método elegido en un primer momento (la renuncia voluntaria a los subsidios) fue equivocado, el objetivo resultaba claro y demostraba que el oficialismo entendía adónde se encontraba uno de los agujeros más importantes del presupuesto.

Otro capítulo importante lo constituye el del frente externo, agravado luego de la expropiación de YPF a la petrolera española Repsol, una medida controvertida que, como ahora la devaluación de la moneda, el oficialismo había intentado evitar apelando a recetas entre heterodoxas y voluntaristas. Griesa y Paul Singer ciertamente no facilitaron las cosas, pero sería injusto no reconocer que el tiempo jugaba en contra del gobierno argentino: recién en este 2014 podría cerrar con los fondos buitres que no ingresaron en los canjes de deuda sin afectar la quita y arreglo conseguido con el más del 95% restante de los tenedores de deuda defaulteada en 2002. Algo similar ocurre con el Club de Paris, que impone condiciones que fueron siendo negociadas e instrumentadas: CIADI y un nuevo IPC, mas lo que resta arreglar e involucra al FMI.

Se sostiene desde algunas vertientes antagónicas —coincidentes, en una conjunción por lo menos extraña— que el problema no es económico sino político. Suena bien, por cierto. Pareciera dar pátina de politólogo masterado en economía. Y si bien acá hemos criticado sin pruritos algunas cuestiones referentes a la construcción (o deconstrucción) política del oficialismo, y algunas lecturas de la realidad algo distorsionadas desde el triunfo de 2011 a la fecha —que motivaron críticas que recorrieron el arco de “sos un sucio pejotista" a directamente “magnettista encubierto"—, en lo que respecta a política económica mi crítica se centra en la demora en llevar adelante este ajuste que intenta balancear ortodoxia con dosis de heterodoxia que está siendo instrumentado por el oficialismo nacional. ¿Calculó mal que podría legarle la corrección de los problemas al siguiente gobierno? Es una lectura posible pero recordemos que es el mismo oficialismo el que propone desde hace tiempo una suerte de alvearización respecto a su etapa más confrontativa con el establishment. Y a pesar del ajuste, pretende no entregar —como no es difícil imaginar que otro gobierno haría— niveles de empleo, actividad y consumo. Los últimos dos deberían verse ahora afectados, pero no en la magnitud y el contexto de una crisis económica en el sentido en el que las conocemos y a las que el WSJ apela en nuestra historia. Por eso para finalizar, los dejo con la mirada de Lucas Llach, economista de mirada más bien ortodoxa y que nadie podría calificar nunca como cercano al oficialismo nacional: «... queda claro que el gobierno está haciendo todo lo posible para contener los salarios. Si lo consigue, logrará que la devaluación cumpla su objetivo: bajar el nivel de vida del trabajador nacional, para de ese modo ser más competitivos. Chicanas aparte, la sensación ahora es que lograrán que el aumento de salarios no sea mucho mayor a 30%.
Si es así, ¿se arregló todo? No. La inflación habrá empeorado, y seguirá la lucha entre devaluación e inflación. Pero esa lucha se dará con una situación de competitividad y por lo tanto una presión sobre las reservas menor que en los últimos años. En otras palabras: se aleja el estallido».

miércoles, 19 de febrero de 2014

La ancha avenida de Scioli. O del 2015

El pase de Scioli a engrosar las estadísticas de los NiNi (jóvenes que no quieren liberalismo ni tampoco populismo) puede caer como baldazo de agua fría en un día fresco otoñal, o como gol de Brasil para ponerse 3-2 a los 15' del ST, en el núcleo duro K —que no está compuesto únicamente por progresistas urbanos, ¿vale aclarar?—. Nos agarramos la cabeza y pateamos un poco el piso también, decimos manco hijo de puta, ¿vos también te pasás al anchavenidismodelmedio?

Para empezar bien arriba el post, con toda la fe y la esperanza, con optimismo, debemos advertir que se equivoca quien piense que esto coloca a Scioli fuera del FpV. No hubo ni habrá dedo ahora que señale quién pertenece y quién no al colectivo. Tampoco significa que Scioli lo abandone, sino que es muestra del momento actual del kirchnerismo en cuanto a opinión pública, del equilibrio de fuerzas alcanzado dentro de la coalición oficialista luego de las legislativas —como prueba de ello, nadie en el gobierno salió a criticar esas declaraciones— y es, probablemente, un adelanto de campaña: más temprano que tarde, quienes tengan aspiraciones a suceder a Cristina (se llamen Urribarri, Capitanich o Urtubey) deberán consolidar un perfil propio nacional y eso significa, necesariamente, no repetir lo que el kirchnerismo ya hizo en 2009 y 2013. Es decir, proponer una campaña anclada en lo realizado sin definir elementos de futuro.

Forma parte, además, de la dinámica de nuestra política nacional. Desde antes de 2011 debatimos y entendemos que la salida del kirchnerismo puro y duro no puede estar a su izquierda (cuánto de kirchnerismo contenga el próximo gobierno depende en buena medida de cómo finalice su gestión la actual administración). Por ello no descalificábamos al oficialismo en su corrimiento a posiciones de ortodoxia (matizadas con saludables porciones de heterodoxia), profundizadas durante este año, en la comprensión de que un ensañamiento en principismos ideológicos —sin considerar, además, el cambio de escenario— sólo fortalecería las posibilidades de que los candidatos principales de la próxima contienda electoral se volcaran con mayor decisión a posiciones liberales. No es difícil concluir, revisando nuestra historia, que cada periodo político engendra condiciones para la emergencia del siguiente, configurando su mapa de posibilidades.

Retornando a Scioli y su proclama NiNi, como bien dice Julián Otal en su siempre recomendable blog: «...hace referencia a manejarse ortodoxamente y sin culpa como le sucede al gobierno actual...». Así, dentro de la coalición oficialista, Scioli picó en punta y Urribarri, con su definición a presentarse en las PASO, lo siguió. Massa, por otro lado, se define más a la derecha aún, singularizando el golpismo venezolano casi como una primavera árabe (bueno, Venezuela tiene petróleo, ¿no?). Veremos, casi con seguridad pero no pronto —esperemos, por lo que ello significa—, más definiciones de candidatos oficialistas. En términos de concepción ideológica serían interesantes definiciones más puntuales (difícil) acerca de salud y educación ya que, desde vertientes de pertenencia distintas, coincidimos con Rib en que serán las próximas batallas que buscarán ganar los liberales. En palabras del bloguero republicano: «...si alguno en el postperonismo piensa que hoy sin entregar la salud y la educación habrá inversión extranjera está delirando...». No creemos que deba ser necesariamente una definición tajante, pero sí una a tener en cuenta. De todos modos la definición que no se producirá hasta después de las PASO2015 será precisamente la que desde el massismo Ezequiel Meler le recomienda al kirchnerismo: que Cristina bendiga un candidato antes. Y nos parece muy saludable que no se produzca, no sólo para la coalición oficialista —como debatíamos aquí, lo que permitiría que fueran las primarias las que fortalecieran al candidato emergente— sino, fundamentalmente, para el desarrollo favorable a los intereses de la gran mayoría del pueb... digo, de la ciudadanía (je) luego de 2015.

domingo, 16 de febrero de 2014

Escenarios y equilibrios entre los poderes. El editorial del domingo...

No, no es ninguno de Fernández Díaz, Joaco, Verbitsky o Quintín (!). Es el de Diego Reynoso (@dgreynoso) en Perfil. Solía ser bloguero, el politólogo (Votos Ponderados) y acá lo seguimos desde Cemento (!!). Alguna, muy corta, reflexión luego de la lectura recomendada. Va completa:

«Más que una crisis per se, mejor sería decir que en estos  días estamos frente a una coyuntura crítica. Es decir, la forma en que se resuelvan algunas incertidumbres políticas y las decisiones que se adopten en política económica abren diferentes senderos por los que se dará el derrotero de 2014 y las probabilidades de normalidad político institucional para 2015.

De combinar la dimensión política y la dimensión económica surgen dos escenarios extremos obvios, con diferentes posibilidades de ocurrencia y, digamos, dos o quizás un continuo de escenarios intermedios. Desde luego,  hay también sorpresas imprevisibles, pero sobre éstas es imposible decir algo, no serían tales si pudiéramos decir algo.

En el primer escenario −imagino que el que todos deseamos− el escenario de “normalidad”, el gobierno recupera la iniciativa política, reconstruye la coalición de gobierno, reequilibra la relación de poder entre el PJ de los gobernadores y el kirchnerismo “no pejotista” (por llamarlo de algún modo),  logra acordar y satisfacer la demanda sindical en las paritarias de marzo, acuerda con los empresarios, ordena la política macroeconómica dentro de lo políticamente posible (digamos: controla la inflación, adecua el gasto a las posibilidades fiscales y ordena la disponibilidad de reservas) con decisiones que puede sostener a mediano plazo, vemos el mundial en calma, y llegamos a fin de año con normalidad.

En el segundo escenario, ahí si el de “crisis” −el que nadie desea−, el gobierno queda atrapado en la dinámica de encontrar responsables y conspiraciones, la coalición de gobierno se encoje, no se reequilibra la relación con el PJ, se pierden apoyos de dirigentes territoriales y sociales, las demandas sindicales rebasan la capacidad fiscal del gobierno de satisfacerla, el gobierno no logra acordar con los empresarios, las medidas de gabinete económico se suceden unas a otras corrigiendo la anterior, vemos el mundial, y es difícil pensar como terminaríamos el año.
Entre ambos escenarios hay matices. Por ejemplo, que la dimensión política esté más acorde con el primer escenario y la dimensión económica más tirando al segundo, un escenario probable. O quizás  al revés, la dimensión política cercana al segundo escenario aunque la situación económica cercana al primero, lo cual es mucho menos probable que el anterior.

¿Qué sendero atravesaremos? Es difícil predecir antes, siempre es más fácil analizar con el diario del lunes. Pero sin duda estamos en un punto crítico en donde se definen las tendencias. Y aquí los actores pujan por favorecer el tránsito por senderos, o la realización de escenarios, que le son más favorables. Hay agentes que tienen más poder que otros en la coyuntura para incidir sobre los escenarios. Dentro de los actores políticos, medianamente organizados, aún es la coalición de gobierno la que tiene más incidencia en la definición de escenarios y dentro de ésta el PJ, más que las diferentes versiones de la oposición que aún dependen de las redefiniciones al interior del FPV.

Dentro de los actores económicos, al parecer los exportadores tienen una mayor capacidad de afectar o condicionar decisiones económicas, al menos así parece reconocer incluso la intelligentsia kirchnerista aunque adjetivando esa influencia como negativa.

Dentro de los actores sociales, sobre todo en el contexto de negociación que se abre hacia las paritarias de marzo, los sindicatos aparecen como la pieza clave.

Bajo ciertas restricciones (inflación, reservas y déficit) la forma en que se resuelva el juego de poder entre los actores marcará la tendencia.

A diferencia de otros momentos en donde se resolvieron coyunturas críticas que desembocaron en crisis profundas, aún hay margen para recomponer polìticamente, articular sectorialmente sin confrontar y ordenar la economía. De eso dependerá si veremos el mundial con calma o sólo veremos el mundial».

Interesante el “imagino que el que todos deseamos" del primer escenario propuesto. Por supuesto, debe tener pretensiones irónicas pero debo decir que es mi impresión, no irónica, desde hace algún tiempo: no creo que la gran mayoría de los actores con poder real de veto pretendan algo muy distinto a condicionar al Gobierno nacional. Esto a cuenta de las denuncias de intentonas golpistas. Más bien, como dije, creo que pretendían que fuera este y no el próximo gobierno el que debiera ajustar. Como se está haciendo. Por otro lado, el planteo de encrucijada en lugar de crisis me parece muy acertado. Pero causalmente, no creo que eso abra grandes posibilidades para ninguna recomposición en el sistema de alianzas que da soporte al oficialismo nacional y menos aún para un rebalance del equilibrio alcanzado entre gobernadores peronistas y kirchnerismo paladar negro. Mi impresión respecto a los otros actores relevantes por fuera de la coalición oficialista, gremialismo opositor y empresariado, es que no existe posibilidad distinta a pactar convivencia. Sólo un próximo gobierno podrá reconfigurar el actual equilibrio, siempre y cuando el primer escenario planteado por Reynoso sea el que prevalezca.

sábado, 15 de febrero de 2014

Venezuela: conflicto y geopolítica

Es imposible que alguien pueda no estar dolido por lo que está ocurriendo en Venezuela. Claro, algunos fingen muy bien ese dolor mientras por dentro celebran la posibilidad de que el gobierno de Maduro pudiera caer. Entienden bien que la Venezuela del chavismo fue punta de lanza de los gobiernos de nueva izquierda latinoamericana y que recuperar Venezuela, para la geopolítica que juegan las potencias (y fundamentalmente EE.UU.), puede significar algo similar para los movimientos restauradores del resto del subcontinente. Las expectativas son siempre un factor importante en cómo se resuelven luego los apoyos en pos de nuevos equilibrios. La geopolítica quizás no permita entender el conflicto en curso per se, pero sí nos permite comprender su conveniencia/inconveniencia para los distintos actores, internos y externos, su inserción en el plano local venezolano y subcontinental, y el porqué de las distintas opiniones y aproximaciones mediáticas al respecto.

A fines informativos, este posteo no tendrá objetivos ídem. Para eso están la TV, los diarios, twitter, etc. Claro, la información que reproducen no sólo es confusa sino tendenciosa. Existe una guerra de relatos puesta a disposición de la lucha geopolítica. Los medios del establishment, pertenezcan al país que pertenezcan, retratan el conflicto en desarrollo como un atropello a manifestaciones democráticas por parte de un gobierno fascista y dictatorial. Los medios que simpatizan con las expresiones de izquierda se enfocan en las intenciones destituyentes, golpistas, de grupos que buscan un retorno a la Venezuela prechavista. Existe algo de verdad en ambas expresiones: el gobierno venezolano reprime y muchos opositores a Maduro buscan terminar con la experiencia chavista apelando a la violencia. Quienes hablan de un intento de golpe a la democracia venezolana (¿hace falta recordar que el año pasado la mayoría del pueblo venezolano eligió a Maduro como Presidente?) no presentan pruebas concluyentes, y por eso este posteo se refiere a la cuestión geopolítica, que permite a grandes rasgos comprender la situación dentro de un mapa mayor. Por su parte los opositores a Maduro presentan pruebas absolutamente ridículas, apelando a imágenes viejas o de conflictos distintos al que actualmente se desarrolla en Venezuela (pruebas gráficas acá, inventariadas por el periodista Horacio Torres). Mientras portales como Infobae reproducen la condena de la CIDH dependiente de la OEA a la censura de medios opositores (el canal colombiano NTN24), el director general de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones venezolana denuncia un esquema de guerra electrónica con montajes de videos y fotografías y ataques por incremento de tráfico.

Alejado de los hechos, mi impresión es que se trata de un intento claro por golpear al gobierno del PSUV. Analizando la relación de fuerzas, Otto Rock y Abel Fernández concluyen que la administración de Maduro cuenta con el suficiente apoyo popular como para evitar su derrocamiento. Pero debemos señalar aquí también que las condiciones económicas (y políticas luego de la muerte de Chávez) se han deteriorado, o continuaron el deterioro que ya se advertía durante los últimos tiempos del ex Presidente venezolano. Sobre ese descontento es que se montan muchos de los argumentos con los que la oposición golpea al gobierno del PSUV. Parte de esas condiciones nacen en una Venezuela país productor de petróleo pero que, por otro lado, debe importar una gran mayoría de los insumos que consume, siendo alimentos el rubro más sensible. Un esquema promovido por todas las anteriores administraciones al chavismo, que entrega el país atado de pies y manos al poder de especuladores internacionales y nacionales. La inflación en alimentos se explica en buena medida por ello, y más aún si sumamos el mayor acceso que las clases populares tuvieron a salud, educación y alimentación. La inclusión como motor de la inflación. O la inflación como reacción de los sectores acomodados. Según la CEPAL, la pobreza rondaba el 49% en 1999, mientras que en 2013 cayó al 27%. Lo mismo para la indigencia, que en poco más de una década disminuyó del 21% al 10%. El Gini ha mejorado sensiblemente en estos años, y también la distribución del ingreso. Motivos que también sirven para explicar las reacciones que enfrentan algunos gobiernos de la región, entre ellos el nuestro.

Para explicar mejor esta guerra de relatos, y cómo los distintos intereses juegan la partida geopolítica, podemos observar cómo critican y se alarman por Venezuela aquellos que jamás elevaron la voz cuando el golpe y asesinato de periodistas en Honduras. Quienes protestan contra la represión –que el gobierno boliviariano ejerce mediante hidrantes y balas de gomas contra quienes atacan edificios públicos– tampoco denunciaron que el accionar de Piñera en Chile fuera el mismo contra quienes claman por educación pública gratuita y de calidad. Por el contrario, Chile era y es uno de los modelos propuestos por estos sectores. Pero probablemente sea el reciente golpe institucional contra Fernando Lugo en Paraguay el que mejor se relacione con los acontecimientos venezolanos. No protestaron tampoco los medios del establishment cuando derrocaron a Lugo, golpe promovido exitosamente para abortar cualquier posibilidad de una reforma agraria que entregara tierras a campesinos, y así la sojización del Paraguay pudiera concentrarse en las pocas y usuales manos. Paraguay fue un límite a la plena incorporación de Venezuela al Mercosur. Protagonistas de esta pulseada geopolítica, Argentina y Brasil aprovecharon la crisis paraguaya para darle la bienvenida a Venezuela al bloque comercial sudamericano. Como moneda de cambio a su reincorporación al bloque ahora, el gobierno del paraguayo Cartes no se opone al ingreso de Venezuela. La advertencia que representa Unasur (y el protocolo de Usuahia) debería constituir un freno al intento desestabilizador, pero el caso de Lugo juega a favor de los opositores venezolanos.

Nadie puede desentenderse de las consecuencias de la resolución del conflicto, en una u otra dirección. Aquí, como Abel y Otto creemos que se resolverá respetándose el estado de derecho. Pero sería ingenuo no advertir que el programa de “lucha” de la oposición venezolana (y sus apoyos internacionales) apuestan a una pelea de largo aliento que desemboque, probablemente, en un referéndum revocatorio, mecanismo previsto en la Constitución venezolana en su artículo 72: “Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del periodo para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscriptos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato…”. Para finalizar, deseamos que el conflicto finalice cuanto antes y sin que debamos lamentar más muertes.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Othacehé, Massa, Scioli y la gestión

La disputa fundamental de las últimas legislativas en términos simbólicos (y no institucionales) se dio en la provincia de Buenos Aires. Y el discurso elegido por la fuerza ganadora, replicado luego por el kirchnerismo porque es además su principal fortaleza, fue el de la gestión. Territorio y gestión fueron los ejes para una PBA sin la que, dicen acertadamente, no hay presidente peronista. También funciona, y más efectivamente aún, al revés: no hay presidente bonaerense sin el concurso del resto de las provincias y nuestra historia lo demuestra.

Resumiendo algunas de las reflexiones que volcamos al blog durante el desarrollo de las pasadas elecciones, podemos decir primero que el objetivo de Massa —distinto al de las oposiciones en 2009— no fue nunca Cristina sino Scioli. Y Othacehé hoy significa eso: ir por DOS, no por CFK. Abel Fernández reflexionó recientemente que el intendente de Merlo no representa nada en la proyección nacional que necesita Massa para llegar a Balcarce 50, y no creo que sea del todo cierto. Retrocedamos al primer párrafo, a la gestión: Sergio Massa, diputado, no pagará costo político alguno en 2015 en lo que a gobernanza estrictamente se refiere. La Cámara de Diputados es el refugio que Scioli no tiene, rehén de la situación de su  provincia para aspirar a la Presidencia. En la Legislatura bonaerense es que se fortalece Massa con el de Merlo, y complica así a Scioli en lo que a gestión se refiere.

Volvamos al presente. Massa busca para 2015, como el massismo digital mismo adelantó y acá analizamos, una confluencia entre los intereses de la PBA y la zona central, núcleo. Un presidente bonaerense apoyado en parte de la PBA, parte de Córdoba, parte de Santa Fe y parte de Entre Ríos. De allí su búsqueda por seducir al sector agropecuario. No le alcanza, por supuesto, si al candidato del FpV —DOS en el caso más probable— lo apoya el resto de las provincias. Por eso decíamos el año pasado que las posibilidades nacionales de Massa pasan por destrozar a Scioli —o tirar abajo su imagen e intención de voto— y convertirse así en una necesidad para muchos referentes peronistas del interior.

El desafío para Scioli es ahora doble: debe mostrar muñeca y chapa en una Legislatura que todavía domina pero que puede aún complicarse más, y debe encontrar, junto al Gobierno nacional, mecanismos que permitan contener nuevos saltos hacia el FR. Porque Massa significó eso en la PBA: que todos se subieran el precio.

lunes, 10 de febrero de 2014

Verbitsky y Cristina, kirchnerismo y peronismo

La mejor nota de Verbitsky en un buen tiempo —realista, reconociendo el ajuste para la feligresía (aunque sospechosamente, je, de un modo similar al que aquí planteamos justo el viernes), y alejada de sus peleas casi personales con Bergoglio, Milani o Reato— patina justo al final. Quizás como moneda de cambio a su lector promedio, luego de tirar algunas pálidas. ¿Qué dijo? Que el kirchnerismo no debía asimilarse en el PJ y constituir en cambio una alternativa del 20% nacional para 2015. Colisiona de frente, lamentablemente, contra palabras de la propia Cristina, citadas por La Tecla: “el próximo Presidente va a salir, y debe salir, de una interna del peronismo".

No es responsable que Verbitsky, en términos de relato, siga exaltando al kirchnerismo emocional con promesas que la realidad sindica (hoy) como de imposible cumplimiento. No porque el FpV no pueda aventurarse con candidato propio por fuera del justicialismo el próximo año, sino porque no existe candidato que, desde el riñón más renal (!), asegure un 20% nacional si el peronismo oficialista consigue mantenerse en un estado relativamente homogéneo dentro de su tradicional heterogeneidad. Si prima la racionalidad instrumental, si prefieren. El sueño de un candidato propio en 2015, para bancar los trapos kirchneristas, heredero de sus banderas (y perdedor podríamos agregar ahora) es un sueño apoyado en el recuerdo del 54% y en aquella mentira que muchos quisieron creer: que los votos eran todos todos de La Jefa. Creencia que no puede extenderse mucho más allá de la Av. General Paz si pretendemos comprender algunas razones básicas del voto. Tampoco el piso es el 33% de las legislativas 2013, y no comprenderlo puede llevar a equívocos desastrosos para un proyecto nacional como el encarnado en todos estos años por el kirchnerismo con base fáctica en el peronismo. Y para un vistazo a lo que ese peronismo piensa, tan sólo relean el posteo anterior.

Un repaso rápido por las últimas elecciones, la sangría de votos respecto a 2011 y un análisis desapasionado de aquella presidencial permiten afirmar que hoy la relación de fuerzas dentro del peronismo ha alcanzado un equilibrio distinto al de hace poco más de dos años. La coalición oficialista fue mutando, además, con algunas expulsiones, en una exaltación del verticalismo que a la postre resultó inconducente. Cabe mencionar, de todos modos, que puede achacarse mucho de lo ocurrido a nuestro sistema presidencialista con reelección limitada a un periodo. Nadie supo hasta ahora conducir un final de mandato sin incurrir en sueños apoyados casi por completo en la simple voluntad. Quizás Lula en Brasil, pero es menester reconocer que las realidades políticas e historias del PT y el peronismo difieren en algunos e importantes grados.

Entonces Cristina, haciendo también honor a su propia historia, alienta para que desde las internas del peronismo surja un candidato que sea finalmente ganador en octubre de 2015. Pueden hacerse muchas lecturas a partir de esto. Una es reconocer que Massa, por fuera del peronismo, es competencia seria. Otra lectura es el reconocimiento que hace Cristina al actual balance de fuerzas dentro de la estructura oficialista. Y respecto a esto último es que la estrategia puede pagar buenos dividendos, asegurando cierta cohesión del peronismo en respaldo del tramo final de su gestión: la zanahoria exhibida como trofeo es suculenta. De mantenerse así la coalición oficialista unida, además, resultaría en un mensaje importante hacia quienes, desde afuera (y baja la acertada denominación de poderes fácticos), pretenden torpedear al Gobierno nacional a modo de lección para la próxima administración. Hay mucho por ver hacia 2015, pero aquí creemos, humildemente, que los últimos pasos del oficialismo, tanto en materia económica como en política, resultan aproximaciones en la dirección correcta. De todos modos, el tiempo nos lo dirá.

viernes, 7 de febrero de 2014

El futuro del peronismo

Como es habitual, la grandilocuencia de los títulos escapa a las posibilidades del bloguero, acusado recientemente de haber abandonado el kirchnerismo, de ser ahora un sucio sciolista y, faltó poco, parte de un dispositivo golpista que pretende, nuevamente, destituir a Cristina. Nada de todo lo anterior, por supuesto. Acá ni siquiera pensamos que los agroexportadores, al especular como siempre con presiones devaluatorias, o los banqueros, o la AEA, pretendan algo distinto a que sea este gobierno el que realice un ajuste. Mientras más  bruto, mejor. El oficialismo viene ajustando, hay que reconocerlo (sin debates semánticos, por favor) pero, de modo inédito en nuestra historia, no es únicamente el pueblo trabajador el que paga el pato: el ajuste toca al establishment cuando no convalida el dólar blue, se apela a un mercado cambiario desdoblado, límites antes a la adquisición de dólares (el cepo) o el recargo a las compras al exterior. Y ahora, recientemente, que quienes necesiten dólares para financiar importaciones deban buscarlos en el exterior. Me genera dudas respecto a cómo y cuánto pueda afectar esto a empleo y actividad, pero es menester reconocer que ni aún en tiempos difíciles, de ajuste neo-ortodoxo, el kirchnerismo abandona su sensibilidad social. Aunque no sepa comunicarlo y esté perdiendo imagen y votos de manera constante.

Pero nos desviamos del objetivo planteado en el título al realizar esa semblanza de actualidad. El peronismo en y hacia 2015. ¿Tiene posibilidades? Por supuesto. Atadas, claro, también, a la marcha de la economía y final de mandato de CFK. Pero si algo quedó claro, con los movimientos posteriores a las legislativas 2013, es que el peronismo piensa cobrar y capitalizar estos muchos años kirchneristas. Algo así como cantan los pibes para la liberación, pero en modo pragmático: vengo bancando este proyecto... ahora más vale que esa banca otorga derechos".

Las tensiones, por supuesto, no vendrán únicamente por el lado del massismo, al que el peronismo oficialista observa pero al que también mira de reojo por haber sacado los pies del plato. Parte de ese peronismo lo entiende como un proyecto de poder bonaerense con un liderazgo que puede tener proyección nacional. Las tensiones vendrán también por el lado del kirchnerismo paladar negro, que puede generar más turbulencias mediáticas que debatir cuotas de poder en el modo en que está acostumbrado para lo que viene. El peronismo, es claro, intentará incorporarlo: no puede pelearse con el gobierno nacional y el caso De la Sota es testigo. Tampoco Cristina puede, en este momento, apelar al dedo sin grave riesgo de rebelión. Equilibrio entonces. Pero a modo de ejemplo de las actitudes y visiones del kirchnerismo paladar negro y el peronismo oficialista, pueden digerir dos recientes entrevistas: 1) la bellamente elaborada, notable en términos estéticos y periodísticos, publinota al Cuervo Larroque en Anfibia; y 2) la entrevista a Miguel Pichetto, mucho más rica en cuanto a análisis político, realizada por la revista Debate.

Puede resultar injusto comparar lo que puedan decir Larroque y Pichetto, en vista de las diferencias en cuanto a carrera política, mucho más extensa por el lado del rionegrino. De todos modos, mientras que la nota a Larroque apela al romanticismo, a la herencia política como capital simbólico y a un casi misticismo de la militancia apuntada a la defensa de Cristina, las palabras de Pichetto tienen mucho más de real-politik y traducen lo que buena parte del dispositivo peronista entiende para lo que viene. Explica mejor Pichetto que el dispositivo mediático K el momento en lo que a economía respecta: «...hay un desafío: mantener las reservas, recuperar el crecimiento y, fundamentalmente, ver cómo se acuerda con los organismos internacionales como el Club de París. Ha habido avances importantes en el tema del CIADI, con el Fondo MonetarioEs el rumbo que la Presidenta ha definido y que nos va a permitir retomar una senda positiva, con un dólar competitivo que aliente las exportaciones y con un esquema de superávit fiscal y comercialÉsas son las banderas que el Gobierno tuvo durante muchos años y que hay que retomar. La Presidenta está en esa línea. Hay que debatir, por ejemplo, el tema de los subsidios que se otorgan en la Capital y en la primera línea del cordón del conurbano; principalmente, de los barrios cerrados, que producen injustas asimetrías. Y hay que hacerlo con responsabilidad. Algunos sectores requieren de tarifa social, pero hay gente pudiente que tiene beneficios en energía, en combustibles, en gas, que no existen en el interior. Además, son sectores que tampoco hacen ningún reconocimiento ante ese esfuerzo económico...». Eso como análisis del hoy. Respecto a lo que viene es más interesante aún: «... Yo confío, primero, en la reconstrucción de nuestro partido. El peronismo es la columna vertical del Gobierno. La Presidenta le incorporó su impronta, sectores juveniles, movimientos socialesTambién lo hizo Kirchner, en su momento. Pero el eje central de la política y de la disciplina, y lo que eso significa a la hora de votar proyectos y bancar las malas, es el peronismo. Además gobierna las principales provincias. Por eso es necesario reconstruir el partido. Por supuesto que en línea con el pensamiento de la Presidenta, que sigue siendo una figura que hace a la centralidad de la política argentina. Nadie desconoce ese dato. Pero el partido tiene que ser una herramienta fundamental. Y, después, me parece que a mediados de año hay que empezar a definir posiciones de cara a 2015, donde la fórmula del peronismo tiene que estar caminando por la calle…».

No debería ser necesario traducir lo que dice pero, a modo de resumen, hay administraciones provinciales que no regalarán alegremente espacios, que buscarán conservar el poder local y que confían en que 2015 encontrará a la economía dentro de cauces que no le impidan al peronismo ser competitivo y con posibilidades de triunfo a nivel nacional. Que sabe, además, que el debate por la sucesión los tiene que actores ineludibles. Y que para las elecciones nacionales no pueden repetirse los errores (la selección de un candidato, a dedo y tarde, como demostración de fuerza hacia adentro) que enmarcaron la derrota legislativa en la provincia de Buenos Aires.

sábado, 1 de febrero de 2014

Kirchnerismo mágico twittero

García Márquez situó Macondo, aparentemente, en una pequeña península que tributa su extensión al mar Caribe. Quizás la localización geográfica se relacionara con aquello que tradicionalmente, y de modo peyorativo, se entiende como espíritu caribeño; quizás la intención fuera transmitir una idea de inaccesibilidad, de encierro. Macondo se constituía así en un microclima, un poblado endogámico, destinado a la incapacidad para trascender sus propias fronteras. Podríamos, pretenciosamente, trazar un paralelo con el realismo mágico que en no pocas ocasiones trasunta y transpira twitter argentina. Mi taimlain, por lo menos, que no pretendo arrogarme la omnipotencia de un relevamiento twittero nacional. Aquello que se señalaba para las oposiciones antes, un desanclaje preocupante respecto a la realidad, sobrevuela hoy a cierto kirchnerismo emocional, volcado decididamente al realismo mágico frente a la angustia que provoca observar la pared económica con la que nos enfrentamos. Existe también una pared política… no, más bien un ring, en el que el oficialismo pelea, limitado por las cuerdas y las reglas del juego político, que no permiten a esta altura ampliar el marco de alianzas al que el gobierno pudiera apelar.

Aprovechemos entonces este fin de semana de pánico y locura en Tucumán (?) para debatir algunas de las geniales ideas que pude leer en mi taimlain twittero. Allí van, regocíjense:

1. Salir a quemar silobolsas.
2. Apelar a la solidaridad y conciencia nacional del empresariado vernáculo.
3. Acabar con las cuevas financieras de la City porteña.
4. Seguir criticando a la oposición política.
5. Destruir al monstruo Clarín.

Vamos con la primera: quemar silobolsas de soja a lo ancho y largo del país. Una propuesta, como podemos ver, bastante razonable y sensata. Práctica, sobre todo. Ya lo dicen las paredes: la única silobolsa que ilumina la economía es la que arde. Si el Papa tuviera silobolsas, liquidar el stock sería legal, como cuando los Illuminatis liquidaron a Juan Pablo I. Por fisgón, qué tanto. Plantea, esta propuesta, algunos desafíos en lo que a logística se refiere y aquí propondremos soluciones. El primer desafío, por supuesto, es conseguir los voluntarios. No debe ser tarea difícil: desde 678 se plantea la idea y se pide a los interesados que respondan a un hashtag tuitero/facebookero. #AguantenLosQuemeros puede ser, hablando en algún momento inocentemente de la campaña de Huracán en el Nacional B. Ejemplo de respuesta: “Si quieren leña, ahí tienen silobolsas #AguantenLosQuemeros”. O “Ni un Huracán apagará el incendio de las silobolsas #AguantenLosQuemeros”. Nunca jamás ningún juez podrá conectar a los arde-soja con ningún usuario de redes sociales. En otro orden de cosas, hay que proveer con chalecos de kevlar a los quemabolsas, para cuando el chacareraje cipayo, entreguista y venderiquezasdelsuelodelapatria aparezca montado en sus John Deere con Uzis e Ittacas. En tal casos nuestros trabucos naranjeros serán insuficientes; convendría quizás utilizar avionetas para fumigar de nepalm los suelos gauchos. Muchas vaquitas arderán, claro, pero debemos recordar que no son de nosotros como las penas. Mientras, en Twitter podríamos traducir la batalla campal a la batalla cultural con HTs como #ArdePapi o #BurnBurnBurnMotherfucker #WeDontNeedYourSoja #LetTheMotherfuckersBurn. Aquí me apuntan –¿quién? – que la sangre de los kirchneristas críticos podría servir como catalizador del fuego que purifique la avaricia silobolesera. Abonemos también el suelo de la patria para futuras cosechas con el elixir de vida de los tibios. Moción aprobada. ¿Cómo reconocer a estos infames traidores? Fácil: son los que escriben muchos “sí, pero…” o aquellos que señala la revista Planta. ¡A por ellos!

Para apelar a la conciencia nacional de nuestro empresariado precisamos organizar cadenas de oración twitteras. Es imposible de ese modo que el espíritu de solidaridad no penetre los corazones sensibles del establishment. Claro, habrá quienes pretendan que las penetraciones sean de otro tipo, del orden de lo carnal y en referencia a la introducción de objetos varios en sus diversos esfínteres, de preferencia el anal. Bárbaros, las ideas no se matan y ya avisó Alfredo Olmedo cómo tiene sus ideas y orificios. En caso de que las oraciones sean insuficientes entonces para escarmentar (sic) a los banqueros, el siguiente paso será regular el contenido de revistas como Gente, Noticias o la revista Hola!, y prohibir la cobertura de fiestas y el showroom de estancias y casas veraniegas varias. Sólo imaginen a Jorge Brito organizando un happening en su chacra, listo con mate y termo para las fotos telúricas y folclóricas, ¡y no aparece ningún fotógrafo! ¡Se cuelga de alguno de sus pinos importados de Japón! ¡Comienza a sacarse selfies y subirlas a un fotolog para alimentar su adicción farandulera.

Respecto a las cuevas financieras de la City porteña, es una verdadera lástima que ya hayan pasado las fiestas de fin de año: podríamos haber adornado los arbolitos de la calle Florida con las entrañas chorreantes de los (fondos) buitres.

Dejemos de lado, finalmente, las críticas a personajes como Melconián, Prat Gay o Victoria Donda. Ya los atenderemos cuando sean Presidentes debido a su indudable carisma y liderazgo. Vamos a lo más importante de todo esto: la crítica de medios. El arma más efectiva con la que cuentan las huestes revolucionarias posmarxistas para enfrentar el ínfimo poder mediático del capital concentrado. 678 o muerte. Venceremos. Para destruir al monstruo obligaremos, mediante DNU, a los periodistas de Clarín y LA NACION a escribir ensayos sobre actualidad que compilaremos y utilizaremos para equilibrar nuestra balanza comercial con China, cambiado estos libros por trabajadores esclavos del gigante asiático. Mataremos así tres pájaros de un tiro: 1) repoblaremos la Patria, incrementando nuestro mercado interno; 2) Los orientales-argentinos (as in african-american) pondrán luego supermercados que abaratarán la oferta debido a la competencia y 3) los líderes del PCCh tendrán material de sobra para reír una vez que lean las conclusiones políticas de intelectuales de la talla de Roa o Majul. Sea también por la felicidad del hermano pueblo chino.

Organizar las milicias de las redes sociales, compañeros, es la demanda de la hora. A punta de menciones y etiquetaciones en Facebook obligaremos a Coninagro y demás entidades rurales a liquidar el stock, pintar escuelas y realizar trabajo voluntario en villas de emergencia. La victoria está cerca, ya que las masas twitteras han reconocido la importancia de abandonar la batalla cultural para encarar, esta vez sí, el tramo revolucionario que implica la batalla en el terreno del realismo mágico. ¡A por los teclados!