lunes, 27 de octubre de 2014

Fiesta de fin del populismo: se suspende por lluvia

Uruguay es un caso raro y probablemente Mujica haya sido el menos “anti argentino" de los últimos Presidentes orientales (recordamos a Batlle). Retornará Tabaré y y es probable que hable con Kerry para solicitar la ayuda de EE.UU. en una muy posible (!) guerra contra nuestro país. No muy latinoamericano/populista/de izquierda, dirán ustedes, pero si gana Lacalle tenemos la obligación moral de adoptar la doctrina Bush y declarar un ataque preventivo contra Punta del Este. El Gral. Sabbatella ya está preparando a las tropas, por si acaso.

Pero lo verdaderamente importante era que ayer ganara Rive... Dilma, Dilma en Bras... ¡y River también, qué carajo!, pero el triunfo del PT en Brasil tiene un significado más profundo para la región y, particularmente, nuestro país. Puestos de trabajo en automotrices, comercio exterior, balanza comercial y apoyo político a organismos políticos sudamericanos podrían haber sido las primeras víctimas. El Mercosur, que nadie niega necesita de un impulso (del que carece en épocas de vacas flacas), podría haber sido su víctima última. En definitiva, nada quita que Dilma pueda realizar correcciones al rumbo actual del anterior entramado —demanda fundamental del complejo industrial paulista—, pero no significa a priori un cambio abrupto en la ecuación geopolítica sudamericana como el triunfo de Aécio Neves podría suponer.

Un par de líneas cortas: Brasil dividido en dos, prácticamente. Sur vs. Norte. O ricos vs. pobres. O capital privado vs. Estado. Son simplificaciones, claro, corporizadas en la campaña de la segunda vuelta y certificada ayer en las urnas. El discurso de la reelecta Presidenta llamó a la unidad y al diálogo —muy sciolista, Verbitsky, hacé algo—, y nada hace suponer que su segundo mandato pueda ser menos complicado que su primero. En 4 años, quizás, el PT enfrente una situación similar a la que en 2015 vivirá el kirchnerismo aquí, aún considerando a Lula. Es que al contrario de nuestro país, a 4 años del fallecimiento de un patriota, en Brasil la muerte no estuvo segura de vencer.

Pero además del factor vital, ¿cuánto influyó el discurso posterior a la primera vuelta de Dilma?, cuando aceptó comprender el mensaje de las urnas y la necesidad de corregir algunas cuestiones caras al imaginario de la clase media —clase C en Brasil—, terreno de disputa en en aquel primer turno. Tuvieron otras particularidades estas elecciones, y el factor Marina Silva no puede ser soslayado. Antes de la muerte de Campos, todo parecía encaminado hacia un triunfo más amplio de Dilma en primera vuelta que restara dramatismo al ballotage. Luego el huracán Marina, que parecía navegar con vientos sólidos pero resultaron sólo vientos encuestológicos. Los grupos de poder en Brasil tenían muy claro que era más fácil que los votos de Neves tributaran a Silva que a la inversa, (uno de los factores que consideramos para trazar paralelismos entre Marina y Sergio Massa en nuestro país). Los números y el mapa de Brasil indican que la disputa se desarrolló entre continuidad y cambio antes que sobre la tercera vía o la ancha avenida del medio.

Las más reciente encuesta de Poliarquía parece presentar un escenario similar en nuestro país para el próximo año. Pero para eso falta. Por lo pronto, el populismo latinoamericano se resiste a cumplir los pronósticos y morir. Enhorabuena.

lunes, 20 de octubre de 2014

FpV: escenarios a 2015, hoy (y la lectura displicente del periodo 97-99)

Decimos “hoy" porque nada está escrito en piedra cuando faltan más de seis meses para el cierre de listas y diez para las primarias. La contraparte es que el escenario ya ha adquirido su dinámica, y esas tendencias requieren demasiada energía para ser trocadas por otras. Vamos al hueso.

En P/12 plantearon ayer dos escenarios posibles. Leemos: “...En el oficialismo, no está claro si la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se abstendrá de intervenir en la disputa por las candidaturas presidenciales y se limitará a convocar a los postulantes (...) a que participen de las PASO del Frente para la Victoria (FpV). Esa hipótesis apunta a que la Presidenta dirá que el que gane en las PASO debe ser apoyado por todos los demás y punto. La segunda alternativa es que a principios de 2015, la mandataria convoque a los candidatos y les proponga el armado de una lista de unidad, señalando ella un candidato a presidente, a vice, a gobernador bonaerense y del resto de la provincias y las cabezas de las listas de diputados y senadores...". Para quienes siguen el blog no resultará difícil suponer que aquí creemos que la segunda hipótesis es menos probable que la primera, por aquello de que será lo local lo privilegiado antes que lo nacional. Por caso, algunas provincias tienen su calendario desanclado del nacional (Tucumán), otras optarán por desanclarlo ex profeso (¿Bacileff en Chaco?) y otras acompañarán las fechas nacionales. En esta nota cuentan que se negocia evitar adelantamientos para la primera mitad del año electoral. Significaría, claro, un espaldarazo a la fórmula nacional del espacio. Volvamos a las dos primeras hipótesis. Quien que tiró una bomba importante fue el Inge @nestorsbari. Pasen y vean: “...Ayer comenzó a circular con fuerza la versión que habría un acuerdo en el FpV con miras a las elecciones del año que viene en donde se confluiría en la candidatura a presidente de Daniel Scioli y finalmente luego de meses de negarse a la movida, Florencio Randazzo accedería a correr por la gobernación bonaerense, todo por supuesto con el aval y la conducción de Cristina Fernandez que determinaría la linea política y sería factor clave en la conformación de las listas de candidatosEs decir, se habla de un acuerdo integral en donde el cierre incluye todas las categorías, o la mayoría de ellas. No solo las candidaturas principales...". Fue el escenario imaginado como más favorable por este cronista insidioso. ¿Se trataría de una imposición de CFK? Difícilmente pueda determinarlo una sola voluntad —importante como es la de la Presidenta—, sobre la fuerza de las lecturas que cada peronismo realiza en su territorio. Por otro lado, “bendecir" un armado que no tome en cuenta aquello que cada realidad local dicta —aunque contradiga sus deseos— iría en detrimento del volumen de votos, del espacio al modo en el que planteaba anteayer Eduardo Fidanza (al relatar las probables tribulaciones del kirchnerismo emocional) y aún de su propio liderazgo (cuando para desazón de Clarín cuenta aún con un apoyo nada desdeñable). Para entender esta convergencia de intereses se impone leer desapasionadamente el devenir del escenario en los últimos años, cuando la vereda oficialista se estrechó en lo que a su sistema de alianzas respecta.

Puede resultar sorprendente que esta ingeniería electoral (PASO para todos y apoyamos al ganador aún si fuera Scioli o lista de unidad pragmática en orden de mantener esa unidad) ocurra en el peronismo sin que las disputas tomen estado público en titulares de catástrofe o sismos. Tendremos que pensar que el PJ es, a la vez que movimiento, un partido bastante más institucional de lo que suele atribuírsele. Por supuesto, existen también las fuerzas externas que proponen desafíos, y en 2013 señalamos que la emergencia del FR —o de Sergio Massa, si prefieren— jugaría a favor de la unidad del peronismo oficialista.

Es que uno de los razonamientos que en 2013 llevó al quiebre del peronismo en la PBA (no replicado, mal que le pese al FR, en el resto de las provincias) se relacionó con el monopolio de la lapicera o el personalismo, fundamentalmente en el PJPBA. Si se verificara entonces la primera opción de las arriba citadas, utilizar las PASO, al decir de Rouvier, serviría como “...una expresión de que se avanza hacia una nueva etapa, no a una demolición de la actual, sino a una continuidad en evolución de la vigente".

Otro razonamiento que condicionó 2013 fue leer 1997 y 1999 en clave simplista: “la gente está cansada de esto y quiere otra cosa". Para no abusar de su paciencia, lector, no comprendieron que 1999, aunque implicara un cambio de elenco gubernamental, significó en realidad una continuidad del menemismo por otros medios o modos a través de la promesa Conmigo, un peso un dólar" . A esto nos referíamos antes cuando trazamos un paralelo entre 1997/1999 - 2013/2015 (y aquí sí abusaremos de su paciencia, lector, con una larga autocita porque lo creemos conveniente y porque además es nuestro blog y escribimos lo que queremos): “...Menem no se convirtió en jefe de la oposición a la Alianza, (su preocupación) pasaba por mantener viva a su criatura –era lo que le permitiría decir que había hecho las cosas bien– y su engendro político era el modelo neoliberal de exclusión con endeudamiento y paridad cambiaria insostenible. El establishment (...) también apostaba a la criatura menem/cavallista, pero consideraba que había llegado el tiempo de un menemismo sin peronismo (...). Duhalde, en cambio, prometía parir algo distinto: una emergencia del uno a uno. De la Rúa se propuso en cambio como médico, maestro, policía y babysitter de la creatura, de eso que significaba concretamente el menemismo. Fue el Menem blanco y ganó.

En el actual escenario, de modo esquemático, podríamos decir que Cristina representa a Menem, Scioli a Duhalde y Massa condensa a De la Rúa y Álvarez. Pero no tanto, porque allí también están Macri y el FaUNEN. Hoy (...) el modelo actual, aun entregando signos de estancamiento (...), goza de cierto consenso. Puesto de otro modo: nadie plebiscitó algo distinto en las pasadas legislativas que no fuera al elenco de gobierno actual (...). Cristina, como Menem entonces, tiene en brazos una criatura que la sociedad no pretende reemplazar de cuajo (...). Scioli, por su parte, representa algo diferenciado del kirchnerismopero dentro del peronismo; como Duhalde entonces. Pero es el diputado tigrense quien, como Duhalde antes, apela a un cambio más pronunciado del modeloun reemplazo más radical de la creatura– y a involucrar a la sociedad en la resolución de una interna peronista, antes que sólo a la estructura partidaria (...), carece (además) de la estructura de la UCR para enfrentar elecciones nacionales.

No es aventurado señalar que el objetivo de Massa (...) era colocarse en el centro del escenario y del imaginario político, corriendo al kirchnerismo, radicalizado entonces, a su izquierda. La ancha avenida del medio. Le bastó para triunfar en la PBA durante 2013, aunque evidentemente esperaba luego más ayuda del kirchnerismo para estimular la realización de un cielo encapotado de garrochistas. Pero suponer que el kirchnerismo y el peronismo entregarían, cómodos, el lugar que ocupaban, es inocente por demás (...). Ocurrió en cambio que luego de las legislativas, leyendo el resultado y la evolución del escenario, el kirchnerismo dio inicio a su etapa alvearista, comprendiendo que había abandonado en buena medida la pretensión de representación sobre algunas franjas que habían engrosado el 54%, y se corrió consecuentemente hacia el centro".

Como podemos ver, se verifique una u otra hipótesis, no estábamos lejos en el análisis: el oficialismo no regaló ni regalará el centro del escenario ni del imaginario política y apelará a la unidad como fortaleza frente a la dispersión del arco opositor. Como ventaja, depende más que ningún otro espacio de sí mismo; como desventaja, depende de la evolución de las variables económicas y sociales atadas a ésta, claro. Para ello cuenta con gestión en todos los niveles, mientras el “municipalismo" no puede sino desdibujarse en una compulsa ejecutiva nacional. Finalmente, aquello que en 2013 hizo usufructo del centrismo moderado debió correrse, empujado, hacia posiciones más duramente opositoras y denegatorias de la década kirchnerista. No sólo ello, sino que debe competir por ese segmento del electorado con Macri y lo que quede del FA-UNEN, mientras ambos realizan acuerdos netamente locales con las UCRs provinciales para dotarse de algún anclaje territorial allende sus territorios. No resta mucho para que comience la etapa de definiciones, y mientras antes se llamaba a pasar el invierno, al kirchnerismo se llama a pasar un verano.

viernes, 10 de octubre de 2014

UCR: la federación de caudillos provinciales que disputan Massa y Macri

Aún cuando Sergio Massa y Mauricio Macri encarnan figuras con proyección nacional, el Frente Renovador y el PRO constituyen actualmente partidos distritales sin inserción territorial más allá de la PBA y la CABA. A poco más de un año de las elecciones nacionales —y para dotarse de alguna estructura que de soporte a sus aspiraciones—, se encuentran en carrera para cooptar dirigentes locales del radicalismo, habiendo fallado antes sus estrategias de desarrollo electoral primigenias. Éstas eran, para Macri, construir una tercera fuerza nacional (y en cambio terminó ocupando el lugar que el radicalismo se reservaba en la CABA luego del Pacto de Olivos) y, para Massa, montarse sobre su triunfo legislativo 2013 para hacerse del peronismo, a la manera de Cafiero en los '80, luego de vencer en internas a la burocracia sindical. Fin de la teoría garrochista (aunque alguno pueda todavía saltar): el PJ no será fagocitado. Vistos sus últimos movimientos, deben conformarse en cambio Massa y Macri con cinchar por los jirones del bipartidismo tradicional que, como una persistencia identitaria, se niega a morir pese a agonizar en terapia intensiva desde el derrumbe de la Alianza en 2001.

A propósito de la foto de Gerardo Morales y Sergio Massa, con la hermosa ciudad de San Salvador de Jujuy como fondo, se ha comentado mucho y analizado poco. Los diarios no olvidaron mencionar, sí, que Morales estuvo pocos días antes en la presentación como precandidato presidencial de Ernesto Sanz, que el jujeño declaró que Massa sería presidente y él gobernador (para aclarar a las horas que su candidato continuaba siendo Sanz) y tampoco dejaron pasar las declaraciones comprensivas de Sanz y la bronca no contenida de Julio Cobos y Hermes Binner. Volveremos luego sobre esto último.

Morales-Massa, ¿por qué el acuerdo? En principio, es un reconocimiento de que, como oposición, comparten y disputan la misma franja electoral. Partiendo de esa base acuerdan no pisarse los cordones: Massa no le resta posibilidades de llegar a la gobernación a Morales colocando un candidato propio, y es Morales el que a cambio le puede sumar votos al del FR en el distrito. Por eso la foto es en Jujuy y no en Tigre: no es el jujeño el candidato de Massa sino al revés, es Sergio uno de los candidatos del radicalismo jujeño. Este pacto desnuda dos necesidades: la de Morales y el radicalismo de Jujuy, que si tuviera los números suficientes no necesitaría de la alianza con el del FR, y la necesidad de Massa que, si midiera como venden sus operadores, podría apelar a un candidato propio al cual traccionar desde arriba. Desnuda algo más: que con una figura instalada no alcanza y se necesita de una estructura. Marina Silva lo comprobó recientemente. Ah, la vieja política que se niega a morir a manos de la dictadura de la telepolítica.

Sin dudas, este arreglo no puede ser gratis. Conozco boinas blancas en Jujuy que están tragando bilis, e imagino que los que se sumaron al massismo antes no pueden estar felices del puenteo. La “razón (o condición) renovadora" entonces, al contrario de lo que sostienen sus partidarios, se afirmará en acuerdos cupulares. Pronto ocurrirá en Tucumán como en Jujuy, y tendremos a José Cano recibiendo el apoyo de Sergio Massa. La lógica del encuentro replicará la de Jujuy (hasta como parodia: ¡reconocen que al ballotage lo verán con la ñata contra el vidrio!). Traducirá que el massismo no contará tampoco en esta provincia con un candidato propio, mal que les pese a los mellizos Orellana y a Vargas Aignasse, sus referentes locales. Refuerza, todo lo anterior, algo que venimos sosteniendo: en 2015 será primero observar lo local para luego, recién, mirar lo nacional (a propósito de esto último, vaya una advertencia para quienes desde la visión centralista porteña se mofan de Morales o las UCR provinciales: en 2013 ganó en Jujuy, luego de perder en las PASO por poco, y en Tucumán triunfó en Capital y Yerba Buena. Recordemos, además, que el NOA es tradicionalmente un bastión del peronismo. Lo sería también del PT).

¿Y el radicalismo nacional? Se debate entre lo que expresan los dos mendocinos, Ernesto Sanz y Julio Cobos. Mientras el primero consiente los arreglos provinciales —que determinan que el centenario partido nacional se comporte en los hechos como una liga de caudillos provinciales, con amplia libertad para negociar con Macri y Massa— el segundo advierte que ello le resta fuerzas a la fórmula presidencial propia. La razón para esta diferencia de criterios reside en las posibilidades de ambos: Cobos sabe que mide más y debe saborear la nominación; Sanz sabe que no llega. Cobos piensa en los maltrechos pedazos del radicalismo como un todo que puede ser su plataforma, y Sanz piensa en cada uno de esos pedazos y en cómo potenciarlos. Lógica de candidato vs. lógica de hombre de partido. En 2015, lo adelantamos antes que nadie, el radicalismo puede usufructuar su condición antiperonista. Como una liga federal antes que un partido nacional, agregamos con los hechos consumados. Se lo advertimos por entonces a los peronismos provinciales.

lunes, 6 de octubre de 2014

¿Fin del giro ortodoxo? Zaiat dice no y este blog lo decía antes

Más allá del superclásico (fallido) y las elecciones en Brasil (Marina afuera y un desafiante ballotage para Dilma), la nota más interesante para leer ayer domingo fue la de Alfredo Zaiat en P/12. ¿Por qué? Porque es un economista razonable, cercano al gobierno y no tiene pruritos para señalar desafíos o deudas del oficialismo en su materia (aunque suele escribir sencillo cuando quiere que todos lo entiendan y de manera más compleja cuando quiere que lo “lean" en Palacio). Veamos qué dijo y luego, al final, qué decía mucho antes este humilde bloguero, que en materia económica es un legUN BOLUDO.

Zaiat (05/10): “Las crisis de los ’90 que sumaron 134 recesiones y profundos desequilibrios financieros y cambiarios en 87 países emergentes (...) entregaron un aprendizaje esencial para América latina y Asia (...) La lección fue que sumar dólares en cantidad en la banca central es la estrategia financiera contracíclica más firme (...) Para la Argentina (...) preservar un nivel suficiente de reservas se termina convirtiendo en un objetivo fundamental, ya no sólo económico-financiero sino también de estabilidad política...

...es evidente que esa trinchera defensiva ha estado bajo ataque constante en los últimos siete años, y el éxito para seguir resistiéndolos se encuentra en mantener la fortaleza de las reservas...

...Existen diferentes etapas en los procesos económicos y esos momentos requieren de políticas específicas para abordarlos (...) La cuestión central no pasa por estar o no en los mercados de deuda, sino en cómo estar. Ningún país cancela deuda en términos netos con el sector privado en forma permanente, hasta extinguirla...

...El actual contexto cambiario induce hoy a captar dólares del mercado de capitales a través de la colocación de bonos para ordenar la plaza cambiaria, con el objetivo de preservar la estabilidad económica y el empleo. El desendeudamiento con el sector privado utilizando reservas del Banco Central hoy es una restricción si el objetivo es recuperar el control del mercado cambiario y evitar otros cimbronazos en la paridad luego del despido de Juan Carlos Fábrega...

...La eventual colocación de deuda en el mercado no sería para cubrir gastos corrientes (década del ’80) o desequilibrios externos (’90) ni incrementaría la deuda en forma neta, sino que sería para refinanciar vencimientos con el objetivo de aliviar las presiones financieras y políticas sobre las reservas..."
.

Para que se entienda: Zaiat dice que la política de desendeudamiento estuvo muy bien pero que chocó contra un límite que tiene que ver con cuestiones económicas, productivas y —también— políticas. Que es lo que venimos advirtiendo hace algún par de años. Vayan algunos ejemplos:

1. (diciembre/2011): “...la designación de Lorenzino puede enmarcarse en la negociación de un acuerdo con el Club de París para acceder luego al mercado de capitales. Hay que recordar que, de los integrantes de ese foro, los países europeos fueron hasta ahora los más permeables a un acuerdo, mientras que los EE.UU. mantuvieron una posición más dura. Lorenzino fue representante financiero del Estado argentino en Washington".

2. (septiembre/2012): “...poner un stop al debilitamiento que de las reservas del BCRA hacían las corridas cambiarias (...); resta ver si este cepo (...) no termina siendo un lastre en la economía, algo posible si el desdoblamiento cambiario oficializado se mantiene en el tiempo (ya que, como decíamos, no resuelve sino que agranda uno de los principales problemas estructurales argentinos cómo es el haber arribado a uno de los cíclicos cuellos de botella productivos en un sistema de altísima concentración). La necesidad de ingreso de dólares no puede supeditarse ya únicamente a "una buena cosecha que nos salve": quien esto escribe cree que está llegando el momento de hacer efectiva la razón de la selección de Lorenzino al frente de Economía y arreglar con el Club de París. Claro, no significa pregonar el viva la pepa endeudatorio, sino direccionar la inversión para el desarrollo...".

3. (abril/2013): “...Deben encontrarse caminos que permitan la inversión productiva, visto que la apuesta al mercado interno no es suficiente para quienes pueden invertir (...) Y si el Estado está dispuesto a ocuparse de algunas áreas, como hizo con YPF o al estatizar Aguas en manos de Suez y Agbar, encararlo con decisión, y no cuando ya es tarde y no queda otro remedio...".

A modo de comentario genial... FINAL, quise decir final (maldito subconsciente), anotemos que la nota de Zaiat está provocada —es claro— por la última corrida del blue y la salida de Fábrega del BCRA. A propósito de aquello, esta nota —de haber sido escrita antes— podría haberse intitulado "Economía: ¿el fin de la alvearización?" (y un lector, @LeandroMorzone, nos chicaneó al respecto). La pregunta es válida: ¿el litigio con Griesa/Singer, la presión devaluatoria, el discurso de CFK del martes pasado y la salida de Fábrega implican el fin del giro ortodoxo? Zaiat parece comprenderlo y se adelanta con la respuesta. Como marcan las autocitas, aquí coincidimos; y agregamos que continuar con el cantito “el dólar blue es ilegal como la cocaína, búh" es la verdadera falopa, compañeros, es por aquí, firmen al pie.

Si hay que hacer dos críticas entonces (algunos amigos pedirían que no haga ninguna), que sean estas: quizás este giro hubiera tenido una mejor aplicación llevado adelante inmediatamente luego de 2011 (el plan Boudou que mencionan en los Quinchos de Ámbito de la semana pasada y explicó Burgueño en mayo de 2013*; o el plan Scioli-Bein) y, una vez implementado, debió haber sido con decisión, reducción de subsidios incluida. Todo esto lo dijimos antes y con el diario del lunes parece sencillo, pero comprendemos que no es así: nada hubiera asegurado resultados y no podemos dejar de considerar la dinámica de último periodo de Cristina, con el agravante de que (por decisión propia) no cuenta con un sucesor/delfín con quien los factores de poder se vieran obligados a negociar. Porque si algo va quedando claro es que están esperando al próximo turno presidencial para ello y a éste sólo pretendieron arrancarle concesiones. Algo que el PEN no convalidó.

Pongamos punto final con el mantra de este blog humildón y narcisista: el futuro del proyecto nacional depende antes de la consecución de resultados en la gestión económica que de mil batallas culturales ganadas. Y a pelase'.

* Gracias, @CinAGCH

viernes, 3 de octubre de 2014

Evo de Bolivia


No es arriesgado pronosticar que Morales será el Presidente democrático de mayor permanencia en la Historia boliviana. Claro que hay razones para que ello ya sea así: históricas, pero también coyunturales. Desde el eternamente postergado indigenismo hasta un manejo bastante ortodoxo en algunos aspectos de la economía (niveles récords de reservas internacionales), el cese de la pasada y continua intervención norteamericana en el país (intercambiaba ayuda económica por sumisión a sus políticas, la anti-cocalera como bandera) y una muñeca política que lo llevó a lidiar tanto con intentos destituyentes (los liderados por la Medialuna rica oriental durante su primer gobierno) como con facciones de izquierda que lo desafiaban (la histórica COB, con la que recientemente “arregló”). Describir a Evo, a esta altura, sería para jardín de infantes. Quizás no tanto así describir a la Bolivia pre-Morales. Neoliberal, postergada, de exclusión como en casi todo el resto del continente… pero aún más. Perdió guerras con Chile, con Paraguay, fue saqueada por algunas familias que se enriquecieron en base al estaño y demás minerales. Esplendorosa en sus bellezas naturales: desde las selvas preamazónicas del norteoriental hasta la cordillera árida de su occidente. El Titicaca, el Salar de Uyuni, la Universidad de Chuquisaca. Hasta nos legó a Cornelio Saavedra. La Bolivia que conocí en los ’90 era profundamente desigual. Hoy continúa siéndolo, pero en mucho menor medida.

Pero basta de dibujar. Vamos a los bifes. Bolivia enfrentará elecciones nacionales en poco más de una semana, el 12 de octubre. Nadie espera que Evo Morales necesite una segunda vuelta para confirmar su triunfo electoral. Las encuestas, como es usual, no se ponen de acuerdo si Morales ganará por una diferencia mayor o –ligeramente– menor al 40% a quien resulte su inmediato perseguidor (aparentemente, Samuel Doria Medina). Citamos a El Deber, el diario de mayor tirada de Santa Cruz: “…en el estudio, realizado entre el 18 y el 29 de septiembre, la opción por el aspirante a la reelección por el MAS creció cinco puntos porcentuales a escala nacional, con 59% en intenciones de voto, desde el 54% que registró en la anterior encuesta, publicada el 15 de septiembre (…) Samuel Doria Medina, que sube a 18%, frente al 14% que anotaba en la encuesta anterior. Jorge Quiroga (…) se mantiene en el 9% registrado en la anterior...”.

Debo confesar algo antes de continuar: lo que me impulsó a este posteo fue la noticia de que aún en Santa Cruz, algo así como el summum de la legitimidad segmentada carriotista de Evo, Morales registra una intención de voto del 50%, frente a un 28% de Doria Medina y un 11% de Tuto Quiroga. Una caricia al alma, casi. Como esas pelotas “tomá y hacelo” en el área chica, Evo puede meter un gol de aquellos en escasos nueve días. Pero va más allá: Santa Cruz no tiene un representante compitiendo: Doria Medina es un empresario paceño, hombre del FMI y el Banco Mundial en los primeros ’90 y Jorge Tuto Quiroga un cochabambino a quien su tiempo de ser la esperanza blanca boliviana nunca le llegó. Fue, Tuto, vicepresidente de Hugo Bánzer Suárez –una suerte de Bussi más exitoso: militar y presidente de facto en su juventud, presidente democráticamente electo en sus últimos años– y presidente luego de la renuncia del anciano Bánzer. Durante los años dorados neocon bolivianos. Tan dorados que luego reasumiría Gonzalo Sáchez de Losada, el Goni, un boliviano agringado que ni siquiera podía quitarse el acento norteamericano de su castellano balbuceado. Luego comenzaría el estallido social que puso a su vice, Carlos Mesa, como interino y luego sí, Evo Morales. Mesa fue algo así como el Duhalde de Evo (no en términos partidarios, pero sí en referencia a lo político, con la convocatoria a una asamblea constituyente y el referéndum que recuperó la propiedad de los hidrocarburos para el Estado Boliviano).

Si Hugo Chávez hizo del chavismo el peronismo venezolano, Evo Morales es, directamente, el peronismo boliviano: vio a los excluídos del sistema y los incluyó.


Apeló a gestos políticos fuertes (corrió a cuanto embajador norteamericano le pusieran adelante) y a cierto pragmatismo en el manejo de lo público (a pesar del poco expertise de los ejecutantes de sus políticas). Tantos años al frente del poder ejecutivo y los números que hoy ostenta deberían ser prueba suficiente para soportar cualquier tesis que lo avale. Aunque ya advirtió que no buscará, luego de su seguro triunfo, reformar la Constitución para buscar un nuevo mandato (y los futurólogos piensan en Álvaro García Linera, su vicepresidente y mano derecha desde siempre, como su “natural” sucesor), podemos decir que hay y habrá Evo Morales para rato en Bolivia.