Tapa de Clarín: la noticia es que no hay noticia

Desconcertante tapa del matutino del Oligopolio: acostumbrados como estamos a las tapas sobre el fin de la República, la inminente pérdida de la democracia y el caos de tránsito pre-fin del mundo; resulta llamativo la ausencia de noticias de ese calibre en la edición de hoy. Apenas un pequeño recuadro de un viaje de un agente que se cayó por las denuncias de negocios con Venezuela.

Analizado ese titular, hasta podría decirse que es ecuánime viniendo del monopolio: nada de "coimas", "negociado" o "escándalo", sino "denuncias" y "negocios". Sorprendente.

Convengamos que los titulares fuertes -a los que podría haber apelado el diario- de esta semana fueron las medias sanciones del matrimonio gay en la Cámara Baja y la del proyecto de Verna para pagar deuda con reservas en la Alta. Y lamentablemente para el Oligopolio, en este último no votó Carlos Saúl como para seguir asociando a Kirchner con la Rata Riojana.

Ni uno ni otro proyecto fueron propiedad del oficialismo, pero en ambos puso voluntad y volúmen político para llevarlos a buen término y resultaron en ganancia para los partidos de centroizquierda (fundamentalmente para Nuevo Encuentro, el de Sabbatella), para Verna y para el kirchnerismo.

Volviendo a las tapas clarinescas, resulta un paseo interesante ver el desarrollo de su línea editorial.

Tomando al azar algunas tapas del año pasado podemos ver que, antes de que intentaran instalar la idea de que el Rejunte Opositor dominaría el Poder Legislativo, los titulares eran dardos dirigidos al oficialismo: "15 operativos simultáneos para intimidar a Clarín" (o ataque a la libertad de prensa), "Ya rige la ley de medios y prevén una ola de juicios" (llamativas las minúsculas) y "La seguridad en Capital, rehén de una pelea política" (o porteños: la inseguridad es culpa de Kirchner).

Luego del recambio en la composición de ambas Cámaras legislativas, los titulares pasaron a ser favorables para el Rejunte Opositor. Suponían que el oficialismo estaría a la defensiva y que debían insuflar esperanzas en que "La Oposición", guardiana de las formas republicanas y la Constitución Nacional, conseguiría doblegar al kirchnerismo y pasear de aquí a 2011 con el triunfo seguro bajo la manga.

No pudieron obligar al oficialismo a renunciar ni tampoco a ajustar. Las figuras opositoras empezaron a sufrir una curva descendente en la consideración pública y el gobierno empezó a crecer en imágen positiva, merced a gestión, cohesión y capacidad y en contraposición a la impotencia, inutilidad, falta de ideas y mamarrachos que perpetraba el rejunte opositor.

Fue gracioso ver a La Nación titular: "Fracasó la oposición". ¡Durísimo!

En las últimas semanas pudimos apreciar a Clarín abandonando la estrategia de embellecimiento de los actores opositores (Cobos, Reutemann, De Narváez) y pasando nuevamente a la ofensiva para criticar el accionar oficialista. Eso sí, no cejan en su intento de protección a Mauricio Macri por más que la gestión en la CABA haga agua y esté implicado en las escuchas ilegales.

¿Deberán acostumbrarse los muchachos opositores a no estar más en las tapas de Clarín? ¿O deberán apelar a reutemannismos (onda "medio del culo") para figurar? Lo sabremos en los próximos capítulos de esta novela intitulada: "La furia de Clarín por la Ley de Medios y el juicio por la identidad de los chicos Noble Herrera".