Claves de este River

Ganó River 1 a 0 frente a un rival complicado y comparte la punta del campeonato. Lleva 4 triunfos, 1 empate y 1 derrota en 6 partidos y su delantero titular es uno de los goleadores del torneo. Se impone una pregunta: ¿qué carajo está pasando? Este no es River, viejo.

¿Habrá quedado en el pasado ese equipo timorato incapaz de hilvanar dos victorias seguidas? ¿Ese al que le llegaban una vez y le metían un gol? ¿Ese equipo que se desmoronaba frente al primer gol en contra?

Si, adivinaron: es Oscar Ahumada...

Es temprano para decirlo pero algo está cambiando. ¿Qué?

Antes de empezar a nombrar jugadores hay que decir que cambió la actitud. Si, antes ponían eso que hay que poner, pero no ponían lo otro que hay que poner también: el cerebro. River ya no es el equipo atropellado que solía ser. Ahora sus jugadores corren más cuando el equipo tiene la pelota que detrás de ella cuando la maneja el rival. Aparecen así las opciones de pase y la posibilidad de encadenar toques para armar un ataque. Si esto se lo debemos a Cappa creo que vamos a entender el por qué del amor que le profesan en Huracán. Ojalá.

Ahora vamos a los bifes, que hablar de fútbol sin poner nombres propios es como querer discutirle al tipo que arregla televisores cómo arreglar el nuestro (es el condensador de flujo y el transistor positrónico. Haceme caso que yo sé posta de ésto...)

River tiene un arquero gana partidos, de esos que no pueden faltar en un equipo c... (no, no voy a decir la palabra, falta demasiado). Juan Pablo Carrizo, de los 12 puntos que tiene River, es el responsable -seguro- de 4. Un tercio del total. La pelota que le sacó hoy a Leguizamón significó 2 puntos al finalizar el partido. El 1 de River es, entonces, uno de los puntales de este presente tan distinto al pasado próximo.

En el otro extremo del equipo está nuestro segundo puntal: Rogelio Funes Mori. El Melli, que tiene la 9 en la espalda, lleva 4 goles en 6 partidos. ¿Hasta cuándo hay que volver en el tiempo para encontrar otro 9 de River que liderara la tabla de goleadores? En su último campeonato, el equipo dirigido por Simeone tuvo en Buonannote a su goleador, pero lejos de liderar el conteo de los artilleros. Radamel Falcao, el último 9 del equipo, no fue goleador jamás. Fernando Cavenaghi, ese gordito culón y petiso, fue el goleador del Clausura 2002 hace ocho años.

Almeyda es el tercer referente. Corta, ordena, releva, se mete entre los centrales cuando la jugada lo demanda. No me voy a cansar de agradecer la salida de Oscar "Taquito" Ahumada. No quiero ni saber qué equipo lo estará sufriendo ahora.

Ortega, lejos -lejísimos- de su mejor nivel, es el dueño de la pelota y quien absorbe presión para que sus compañeros puedan soltarse. Esa presión les jugó en contra a muchos, empezando por Abelairas y siguiendo con casi cualquier jugador que haya llegado a River durante la oscura época del Aguilarismo. Ojalá José María, el Sopa, sea el próximo Presidente de Boca.

La dupla de centrales Maidana-Ferrero se afirmó.
Ferrari recuperó nivel como para soñar con una convocatoria a la Selección. Si, no estoy loco. ¿No lo ven pasar ahora como si anduviera en moto por el lateral? En cualquier momento le van a pedir que se ponga una pechera con la patente para no ser catalogado como motochorro.
Arano: Chiche, hasta te quiero ya, después de todo lo que me hizo sufrir Villagra.

Affranchino (que no jugó bien hoy) y Pereyra (que volvió a jugar bien hoy) le dieron al equipo ida y vuelta, manejo, llegada, marca. ¡Tenemos mediocampo, carajo!

Para que el equipo llegue al final peleando tienen que aparecer Buonannote, Rodrigo Rojas, Lanzini, Mauro Díaz. Pero hay material. Antes mirar el banco de suplentes era para la lágrima melancólica. River puede no ser más esa lágrima. Ojalá sigamos por este camino.