Adorable puente

Volvía caminando a mi casa luego de que Cristina anunciara que sí, que va a seguir, que va a ser nuestra candidata, que su compromiso con la Patria es irrenunciable e irrevocable, que tiene la fuerza de todos los que le gritan fuerza, y no podía evitar pensar en todas las vidas que ese anuncio toca. Todas las vidas, bah, porque no importa si te gusta la Presidenta o no, si pensás que es la mejor candidata posible o el peor destino para esta pobre República, si la amás o la odiás, si te es indiferente: Cristina, Presidenta, es parte de tu vida.

Volvía caminando, te decía, y miraba los rostros de los que me cruzaban. Esquivaban mi mirada, como solemos hacer para evitar entrometernos en una intimidad desconocida, o para no develar la propia. Sólo dejamos que unos pocos escarben en nuestras almas mirando nuestros ojos. Bueno, volvía caminando y yo quería que me miraran, que adivinaran en mis pupilas lo que en mi cabeza daba vueltas y lo que sentía.

No, ojo, no caminaba como loco, babeando espuma y forzando contactos visuales. Si se daba, ¿viste? Quería que presintieran, o sintieran, que creyeran descifrar en mi mirada eso que Cristina acababa de anunciar. Cuatro años más. Continuar. Ser puente entre las viejas y nuevas generaciones, ¿qué propósito más loable? ¿Qué acto más generoso que el de ser puente entre el pasado, el presente y el futuro?

Volvía caminando y una chica servía un café en un bar. Era igual a vos, como el tipo que se subía a un taxi en la esquina, bajo la llovizna tenue y el frío que una parejita igual a la tuya combatía abrazada en una parada de colectivo. ¿Cuántos sabrían ya en ese momento que Cristina acababa de hacer el anuncio más esperado de este año político? Porque los microclimas son los microclimas, no importa cuán interesantes, envolventes, divertidos o importantes los pensemos. Volvía caminando y pensaba en Cristina, en todas las vidas que toca y en las que seguirá tocando. Pensaba un poco en vos, que leés esto, y pensaba en mí mientras apuraba el paso para llegar a casa y comer algo antes de escribir estas líneas. Pensaba en este blog, que tiene vida propia, en las muchas vidas que nos rodean. No pensaba en nada más concreto que celebrar el anuncio de que Cristina va a seguir, que se va a presentar, que su compromiso con la Patria es irrenunciable e irrevocable, que tiene fuerzas nuestra Presidenta Coraje.

Cruza el amor por el puente. Usa el amor como un puente.