Yo lo vi a Arano jugando de 10

Chiche Arano, otrora integrante fundamental del Racing de Mostaza y el Huracán de Cappa, fue convertido hoy en un símbolo del glorioso Club Atlético River Plate. Cansador sería enumerar los grandísimos jugadores que hicieron historia en nuestro fútbol y en el fútbol mundial que ocuparon antes el lugar de nuestro nuevo héroe, la posición de enlace entre el mediocampo y nuestra delantera, tributaria también de glorias pasadas del tenor de Ramón Díaz, Francescoli y Hernán Crespo.

Ok, no es símbolo de nada Arano. Es un síntoma. Y no, 678, no se juega como se vive. Se puede morir como se vivió, pero eso sólo es consuelo para los deudos. La España maravillosa, barcelonista, se embriagó de gloria y ahí los ves ahora, durmiendo la mona del acampe en Puerta del Sol. Nosotros regresamos de Sudáfrica en ese colectivo que trasudaba tristeza fingida, sentida, sorpresa, rodeado por varios miles que fueron a esperar a una Selección auténticamente maradoniana: un conmovedor y divertido desastre, desequilibrado pero con el pecho henchido del orgullo de vestir la camiseta. Que es más que lo que se puede decir de esa bielsista máquina de ganar en las Eliminatorias a Corea Japón. Que ganó Brasil. Defendiendo bien.

Hoy River no es ni divertidamente maradoneano ni bielsísticamente efectivo. Los primeros 12 minutos de Boca - Banfield fueron infinitamente más entretenidos que los 90 minutos de Estudiantes - River. Un Estudiantes C, porque ni siquiera pusieron el equipo B en cancha.


Este ejercicio nada tiene que ver con mi gallinez llorosa y quejica. Que me honra. Porque hay que abrazar la propia condición. Quererse más. Reirse más. Lo que más quiero es reirme más. Ser sorpresa de felicid... Eh, ok. Sigamos. No importa: cuéntenme cómo le dicen a River, no hay problema, pero recuerden que estarán hablando del fútbol argentino. Porque Vélez, ahora que no juega más la Libertadores y ganó el Clausura Néstor Kirchner (que debió ser para Racing), volvió a ser lo que siempre fue: el menos argentino de todos los equipos nacionales.

Supongo estarán a la espera de una justificación para tamaña afirmación. Aquí va: "este es mi blog y escribo lo que se me canta las pelotas".

En fin, se retira Gallardo y no Oscar Ahumada. La vida no es justa. Ponemos un satélite en órbita pero River depende de un gol de Newell´s para salir de la promoción y ahora depende de los resultados de Olimpo y Tigre para soñar con evitar la pesadilla de la temida Promoción. Mientras tanto, los vendedores ambulantes del Monumental trocaron las máscaras de Shrek por las calculadoras chinas a energía solar. Y el cielo está encapotado en Aruba.

La vida no es justa. López pone a Funes Mori pero saca a Lanzini. Hace ingresar a Pavone pero reemplaza a Lamela. Mientras tanto, el enlace de River, nuestro 10, la magia del fútbol hecha carne, es Carlos Chiche Arano. O Leandro Caruso. Y en Uruguay se retira Gallardo, en All Boys deambula Ortega y en el barrio de Belgrano se caga de risa José María Aguilar, mientras comparte mensajes de texto cómplices con el Jefe de Gobierno porteño.

Hoy River es Arano +10. Si deberíamos irnos a la B, mirá.