Ahora hagan de cuenta que adopto posición de oráculo y también hagan de cuenta que se diponen a escuchar un pensamiento iluminador: si River no asciende no se salva ni Trezeguet. No, no era eso. Quería decir que Frankenstein es el creador del monstruo y que la novela se trata de una actualización de la leyenda de Prometeo. Ah, se complica, porque ahora no sólo debemos explicar a Frankie sino también al tipo ese al que un águila le fagocitaba el hígado. Leyenda, por otra parte, que nunca dejan de mencionar en la facultad de medicina cuando te hablan por primera vez de la capacidad de reparación hepática. No es una excusa para que sigás tomando así, por supuesto. Aflojá. Y está muy bien que te la mencionen, decía. El problema es que ocurre exactamente lo mismo que decíamos antes: los pendejos y pendejas se miran y se preguntan quién carajo es Prometeo y los profesores miran la lista de alumnos esperando encontrar muchos apellidos Francese y Jelinek.
Pero vamos al grano: tanto Prometeo como Frankenstein desafían a los dioses o a la naturaleza, conceptos intrínsecamente ligados en la historia de la humanidad y de las religiones, principalmente. La naturaleza vendría a ser la manifestación de lo divino. Por eso llega el nene con un alacrán que encontró bajo una piedra y le pregunta a la mamá: "¿ete' Dió?". ¡No, nene! ¡Caca! "¿Eto' caca?" -pregunta el nene y queda más confundido que la Mole Moli en una lectura de poesía-. Bueno, Prometeo se pasa de vivo, le afana el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres y por eso es castigado. Frankenstein juega a Dios, crea vida adonde reinaba la muerte y vive y muere perseguido por la culpa y el mostro. Desafiaron las leyes naturales. Esas emanadas de Dios o preexistentes, superiores al hombre. Bueno, eso es el libre comercio para los conservadores liberales, que hasta tienen Iglesias adonde adorar a su dios. El World Trade Center era una de esas.
Por eso no es desacertada la denominación de Estado Frankensteiniano para Argentina. Desde su punto de vista, por supuesto. Porque un Estado que interviene e impone restricciones al libre comercio está desafiando la naturaleza. Ah, qué concepto, ¿eh? Un gol de media cancha. La clavé en el ángulo. La maté con el pecho, la puse bajo la suela, gambetié a dos y la puse allá abajo, en el palo más lejano del arquero. Si River no asciende qué quilombo, loco. El encapuchado que entró cuando descendimos va a parecer un monaguillo. Volvamos al Wall Street Journal: un Estado no debe meterse con las leyes naturales. Y el mercado es una creación natural para estos muchachuelos. Y si el Estado es Frankensteiniano (o nuevo prometeico), pues bien, debe ser castigado como fueron castigados Prometeo y Frankie. Cómanles el hígado a esos argentinous; o que su criatura los persiga, mate a sus seres cercanos y vivan angustiados hasta la muerte que les devuelva la paz. A ellos y a nosotros. Así que ya saben, chicos, si quieren crear una agrupación política y todos los nombres cool ya están tomados (Evita, Cámpora, Cooke, etc.), bueno, pueden bautizarla La Frankenstein. De nada.
Siempre dije que Lionel era un monstruo... |
Buenísimo Ricardo, muy divertido. Los tipos -a pesar de las evidencias en contra- insisten con los mismos mitos. Claro que los manipulan y los convierten en sus propios monstros, armados con partes de aquí y de allí, en un todo vale. Ejemplo: Galtieri era un general "majestuoso" y Videla, según Sábato, un tipo que sorprendía por su sencillez y su cultura. Baby es un ejemplo para los padres de familia que además produjo el milagro de revivir al falso ingeniero. Tan falso como el otro, el expresidente de Boca y su portavoz Maru Vidalita. Triste. Este mundo monstro es el producto de ese prometeo Deus ex machina. Abrazo
ResponderBorrarCon esos ejemplitos, profe, cualquiera se pone verde de la bronca y de ahí a transformarse en el Increíble Hulk no media mucho...
ResponderBorrarEjemplos más cercanos son todos los candidatos opositores de octubre/2011. Quién más quien menos, todos fueron "estadistas" en algún momento en algún diario opositor.
Abrazo.
El otro día un amigo me dijo: "che, vamos a tomar unos drinks hasta arruinarnos el hígado?".
ResponderBorrarLe respondí: "si puedo, te prometeo que voy".
....
...
Sé, tóy hechunpelotúdo! Más allá de la gansada que acabo de escribir, para mucha gente, discutir ciertos aspectos nocivos del liberalismo es discutir casi quedar afuera de LA RAZÓN.
Rodrigo: es lo que charlábamos en tu blog.
ResponderBorrarY el chiste... ¡esssstábiééén!
Es cierto es un post gracioso .Pero creo q es al reves por tres razones ;
ResponderBorrar!1 .Los mosntruos son los desafiados no los dioses .Sus operaciones son cada vez más burdas pero más maléficas
"2.Nuestros dos representantes en el poder ejecutivos son lindos y tienen la fuerza de un titan en cada gesto
3.Cada operación q enfrentan y desenmascaran los muestran más enteros .No hay partes ahi ,Hay un bloque q va para adelante y creo q se cuidan uno al otro .
Mabel: visto desde Hollywood, los monstruos somos nosotros. Ellos son lindos, rubios, altos, de ojos celestes, buenos, leen a Ayn Rand (je) y no compran en WallMart sino en D&G y Tommy... ;)
ResponderBorrarAh, y son los portadores de la llama de la Libertad y la Democracia. ¿Empezamos a hacer apuestas sobre cómo se va a llamar la próxima operación que lancen sobre Medio Oriente? "Democracinception" puede ser: una bomba dentro de una bomba dentro de otra bomba...
Definitivamente me gusta mas la metáfora de este estado como Prometeico, que como Frankesteiniano.
ResponderBorrarEn Frankestein, el verdadero monstruo es el Dr.
Prometeo tiene mas onda.
Un abrazo.
No aparece este comentario de Gringoviejo que sí llegó al mail:
ResponderBorrarHola,Ricardo,soy Gringoviejo, tengo el blog inhabilitado por Google supuestamente por “actividad inusual”, me piden un teléfono para verificar la cuenta, pero como dos por tres me aparecía el mismo pedido y después podía entrar igual, veo que es una estrategia para conseguir el número y yo no tengo ganas de dárselos.¿A ustedes les ha pasado? Quería avisar nada mas. Saludos.
Gringoviejo.
@tilio: aparte forma parte de la mitología y no de la ciencia ficción. Da como más chapa cultural, ¿no?
ResponderBorrarGringo: a mí viene pidiéndome cada tanto el celular, pero no se lo doy y no tuve problemas.
Abrazos.
Definitivamente no, Frankenstein siempre me pareció una obra subvalorada, al igual que Drácula,
ResponderBorrarcreo que el tema que tocan no permitió que la cultura culturosa se permitiera apreciarlos en su real valía.
Mi problema es solo con el Dr. que es a mi modesto entender es mucho mas jodido que el pobre monstruo.
¿Me querés explicar como terminé hablando en serio y de libros en los comentarios de un post gracioso? Tiene razón mi esposa cuando me dice que soy un amargo. Un abrazo
@tilio: no te autoflageles que el post si plantea algunas cuestiones en serio, aunque parezca joda.
ResponderBorrarYo también considero a Drácula y Frankenstein infravaloradas. Es más, mucha literatura es considerada casi despectivamente como para adolescentes y existen cosas fabulosas como la obra de Poe, Henry James, Mark Twain, etc. Mostros de la literatura universal. Pero claro, los grandes leen a Osho y a Majul y ya saben un tocazo de meditación y política.
Ahora están de moda los zombies y hay algunas conclusiones para extraer al respecto, ¿eh?
Abrazo.
Alguna vez en una clase de administración recomendé "El Príncipe" de Maquiavelo, y "El Principito" de Saint Exupery.
ResponderBorrarEl príncipe para comprender el mundo, El principito para amarlo.
Sin esos dos libros,argumenté van a terminar llamando downsizing (o reingeniería) a hechar gente para ganar mas plata.
Pero era la década menemista.
Ahora trabajo en la construcción.
La administración debería estar prohibida para aquellos que no puedan mantener la cabeza fría y el corazón caliente.
Realmente me gustan algunos libros infantiles. Un abrazo.