Si entendemos al sciolismo como una modalidad que busca equilibrar en un medio injusto (democráticamente hablando) las tensiones entre poderes, fácticos y políticos, Lorenzetti adscribió a la línea Aire y Sol turcoasisista cuando, en su reciente discurso [1], licuó el Nunca Menos con el Nunca Más. Se refirió así a que «sobre la base de una serie de principios que todos compartimos (...) No debemos permitir otra frustración, otro ciclo pendular». No es cobismo (entregar el poder formal al fáctico), es sciolismo puro, con una pizca de duhaldo-terragnismo.
La actual Corte Suprema, a pesar de buscar un imposible equilibrio entre Gobierno y Clarín (que es también Gobierno vs. Corporaciones económicas acerca de la potestad del Estado para seguir interviniendo en el Mercado), es un adelanto respecto a constituciones anteriores. Lo sintetizó bien Wainfeld [2]: «La nueva Corte oxigenó al Poder Judicial, innovó en comportamientos, va llevando una línea firme y digna en materia de derechos humanos. Es, a la vez, cabeza e integrante de un colectivo muy conservador. Una cinchada permanente la convoca, entre ser cabalmente renovadora y democratizadora versus conservar su legitimidad interna. Lorenzetti es el principal objeto y sujeto de esa tensión». Lorenzetti, lo dicen todos, es el más político de los Supremos. Y el único que tiene verdaderas aspiraciones políticas (hace poco Fayt lo postuló para 2015 y Verbitsky contó sobre el grupo secreto que integraba junto a Michetti, Prat Gay, Urtubey, Sanz, empresarios y banqueros, y se proponía superar las antinomias propuestas por el kirchnerismo [3]). Sus aspiraciones son legítimas, pero no puede negarse que hace ruido que las mantenga anclado a una institución no sujeta a la legitimidad política que otorgan las urnas (a modo de ejemplo, Agustín Rossi sería un candidato presidencial más que potable... si los santafesinos, antes, lo hubieran hecho gobernador).
A diferencia de su discurso de 2012, cuando lo original fue el reconocimiento de la existencia de distintos poderes («político, económico, o de otra naturaleza» [4]), el de este año presentó la particularidad de recordar que existen decisiones que pueden nacer de las mayorías y, aún así, ser inconstitucionales («Hay suficiente experiencia en el mundo que muestra que las mayorías han tomado decisiones muy graves, como Holocausto, pena de muerte, por eso se habla de democracia constitucional»). Esto, que para el kirchnerismo más rancio puede parecer una advertencia respecto a la Ley de Medios, para quien escribe es una advertencia más genérica, respecto a los límites tradicionales del ejercicio del poder. Titulares para Clarín y LA NACION. La estrategia de Lorenzetti y la CSJ para la Ley de SCA sigue siendo la dilación y su posterior resolución política (para Clarín significa “cambio de gobierno"). De otra manera, ya la Corte hubiera declarado su constitucionalidad. Estos devaneos discursivos de Lorenzetti, de un año a otro, tienen que ver con el registro del clima político. El discurso del 2012 registraba el humor de 2011, de amplia legitimación para el kirchnerismo; el de este se inscribe en un 2013 electoral y el inelástico (en términos económicos) 2012 que pasó.
Hacer política electoral desde un ámbito al que no se arribó por voto popular es complicado. Es más fácil hacer política de componenda, cupular. Y es lo que hace el Supremo, proponiéndose para el juego mediático, y esperando su intermediación no con la sociedad sino con los factores de poder. Lorenzetti sabe de la anomia opositora, de su condición de imposibilidad. Por eso busca generar su propio perfil. Y si antes pensaba que podía hacerlo dentro del campo opositor, su alusión al Nunca Menos, ahora, es un reconocimiento de que ese campo es un yermo infértil, y que la discusión por el poder futuro también engloba, necesariamente, al kirchnerismo.
[1] http://todosobrelacorte.files.wordpress.com/2013/02/apertura-ac3b1o-judicial-2013.pdf
[2] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-213587-2013-02-10.html
[3] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-209521-2012-12-09.html
[4] http://www.saberderecho.com/2012/03/lorenzetti-y-la-corte-modelo-discurso.html