Las apuestas de CFK y Massa

Con las listas armadas vemos que el kirchnerismo, luego de destratar a Scioli, apuesta al voto a Cristina y al acompañamiento de los que valoran las gestiones de los intendentes afines.
Apuesta, en definitiva, a los que considera que no tienen un proyecto diferenciado.
Relegó a La Cámpora, evitó que Scioli jugara más abiertamente con De Narváez y Massa y, como es ya su costumbre, juega a todo o nada: si gana, gana Cristina, y si pierde, también pierde CFK. La lista, su cabecera, me gusta, pero el kirchnerismo paladar negro sabrá perdonarme -por lo menos aquellos que me leen consecuentemente-: no sólo no veo la ventaja de no haber comprometido a Scioli en la campaña, sumando a Alberto Pérez o a Rabollini a la lista, sino que me parece contraproducente. Por aquello de que lo que se resta se suma al adversario pero, más aún, porque el kirchnerismo no tiene candidato para 2015. No digamos candidato ganador: un candidato competitivo, por lo menos. ¿Cuál es la idea? ¿Ganar por poco (o perder por poco) en este 2013, conservar manejo del Congreso (que puede cambiar como en 2008) y perder en 2015 con alguien del riñón? Quizás soy medio bobo. Agradecería me desburren.

Massa. La conformación de su lista es... fea, por decir poco, con una periodista de Clarín, macrismo y Fabián Gianola. Es casi Unión-PRO sin De Narváez, pero más peronista, con todo lo que eso significa (De Narváez era el pasado aún antes de pretender ser el futuro. Massa, mmm... no estaría tan seguro). Pero todo eso no me parece lo más importante: la lista podría ser mejor y aún su estrategia -lo verdaderamente importante- sería la misma. Como dijimos: rompe y juega al todo o nada. ¿A qué? A utilizar las PASO como pretendieron utilizarlas Alfonsín y Duhalde en 2011: una gran interna opositora y quedar perfilado como el contrincante de la lista del FpV en octubre. Es decir, apela al voto antikirchnerista. Se define así, puesto que una vez que apelás a  determinado electorado -y este te elige- estás comprometido, so pena de perderlo todo si no. Massa, aunque pretendía no navegar la antinomia K-antiK, apuesta finalmente a ello. Y a que el peronismo lo acompañe como no acompañó a De Narváez si gana. Si no, tendrá representación en el Congreso y en la legislatura bonaerense, pero su candidatura ya no será tan atractiva.

En la resolución del rompecabezas peronista se define el futuro, quedó claro. Lo que todavía no me queda claro es la pregunta del primer párrafo. Les dejo el interrogante a modo de desafío.