La carrera electoral que aún nos convoca estuvo plagada de teorías contrafácticas para explicar por qué la realidad —esa hija de puta— no fue amoldándose a los deseos de las distintas fuerzas, candidatos o periodistas. Aquí intentaremos un breve repaso porque el blog es mío y hago lo que quiero.
1. Bastaba ser el candidato de la oposición para ganarle al FpV en ballotage: el presupuesto que guió las campañas de Macri y Massa. En un remedo de 2003, consideraron que el candidato oficialista, fuera quien fuere, sería Menem vs. Kirchner. Uno puede preguntarse si efectivamente lo creyeron o fue el único relato que pudieron presentar, considerando que es el escenario que intentaron crear los medios “independientes". Sea una u otra la razón, desnuda no solo miopía política sino un déficit de creatividad tremendo. El sciolismo, más encorsetado por el relato kirchnerista, supo en cambio saltar el cerco y proponer una idea de futuro apelando a la idea de “desarrollo".
Como venimos sosteniendo, la elección no se encuentra finiquitada cuando todavía debe expresarse el soberano, pero aun en caso de ser necesaria una segunda vuelta, parece muy difícil que Macri, o aun Massa, puedan triunfar sobre Scioli. Ya 2013 verificó al FpV como primera fuerza nacional y la evolución de las encuestas antes y luego de las PASO —fundamentalmente— hicieron lo propio con el verso de “si el 60% que no votó al kirchnerismo...". Ocurre que es un poquito más complejo que las categorizaciones que la prensa utiliza para simplificar y operar.
2. Si Macri y Massa se hubieran juntado le ganarían al kirchnerismo. En esto el macrismo no se equivocó: una alianza así hubiera trasladado votos desde Massa a Scioli, acercando al FpV al 45% definitivo. Para Macri no era negocio regalarle al del FR —como en 2013— votos en la PBA para que luego, de arribar a un ballotage, no tuviera a Sergio en la boleta porque en PBA no existe segunda vuelta (menos aun conociendo la afición de Massa por cagarse en los acuerdos). Este escenario hipotético le hubiera servido al FR para acercarse a la Gobernación; no para ganarla pero sí para evitar la diáspora y constituirse en un factor de peso en esa provincia. Continuando con la política ficción, suponemos que esto era alentado por el establishment para fortalecer a Massa y tener a alguien musculado dentro del peronismo para empujar con su agenda y pretensiones.
La opción de Macri, en cambio, fue siempre peronismo vs. antiperonismo en un ballotage. Muy difícil: no le tocaron las condiciones ni demandas de las que gozó en 1999 Fernando De la Rúa.
3. Si Massa llega al ballotage le gana a Scioli: Sergio como Marina Silva. Hablamos largo y tendido sobre esto (busquen en la etiqueta “Brasil"), pero podemos resumirlo así: en Brasil buscaron encumbrar a Silva considerando que en un ballotage Rousseff vs. Marina, los votos más decididamente opositores de Aécio Neves irían hacia la opositora. No así los de Marina que, como los de Massa, se repartirían entre Dilma y Neves.
Lamentablemente —para Massa— esto es contrafáctico aún en Brasil, y acá creemos que Rousseff le hubiera ganado de todos modos a Silva. Entre otras cosas porque, como el FR, el partido de Marina no contaba con la estructura y apoyos necesarios y los saltos al vacío solo ocurren en situaciones de crisis extremas.
4. Si el radicalismo se hubiera aliado al Frente Renovador y no a Macri hubieran demostrado visión estratégica por el punto 3. Que gracioso: Sergio quería “ayudar" a la UCR a ganar gobernaciones e intendencias para luego, en caso de ganar, recurrir al peronismo. El radicalismo sabía, además, que sus votos son más antiperonistas que los de Massa y ya estaban, en buena proporción, con Macri, quien además medía mejor en los distritos grandes y más tradicionalmente radicales.
5. Randazzo hubiera sacado lo mismo que Scioli porque el candidato es el proyecto. Esta miopía de algunos dentro del oficialismo me provocó algún dolor de cabeza. Si la candidatura de Scioli “trae" al PJ nuevamente al centro de la escena, una de Randazzo hubiera refrendado (en los papeles, la realidad puede luego ser cruel) una continuidad más pura del kirchnerismo. Claro que tenía el pequeño problema del altísimo desconocimiento e instalación de Florencio: un candidato no se construye en un par de meses y si entre Scioli y el electorado no existe un alto vínculo emocional, con Randazzo éste hubiera sido nulo. Existían problemas de ingeniería electoral, además: gobernadores e intendentes querían a Scioli como candidato pero, más importante quizás, Scioli mismo se quería como candidato. Un quiebre del dispositivo oficialista fue siempre el sueño húmedo del establishment y sus voceros: hubiera acercado a Macri a la presidencia y a Cristina a convertirse en la madre de la derrota y pasar a la Historia, al igual que Menem, como alguien que jugó en contra de su propio partido. ¿El Modelo como proyecto en ese caso? Bien, gracias.
Con seguridad se me escapan otros contrafácticos de esta campaña. Para evitarlo, vamos a intentar unos cuantos, si total es gratis:
1. La corrupción del kirchnerismo, el macrismo y el massismo catapultan a Margarita y Rodríguez Saá a segunda vuelta. A una semana del ballotage van cabeza a cabeza en las preferencias hasta que Stolbizer promete crear un Ministerio de la Felicidad a cargo de Hermes Binner, todo el mundo lo toma como un buen chiste y genera una corriente de simpatía que la deposita en la Presidencia.
2. Scioli, Macri y Massa se alian para crear el partido Cambiemos por la Renovación de la Fe, la Esperanza y el Deporte. Stolbizer va como Parlamentaria al Mercosur y los tres precandidatos proponen a Carrió para la Corte Suprema, Sanz como jefe de gabinete y Cobos como vice del que resulte ganador en la interna.
Del Caño obtiene el 54% en octubre y en la ceremonia de asunción dice que lo del control obrero de las fábricas está muy bien pero que el mundo cambió y le toma juramento a Melconián como ministro de Economía.
3. Con los votos del aparato, la fórmula Sanz-Llach le gana la interna a Macri y Carrió. Todos se preguntan qué mierda pasó, se cagan de risa y dicen no, está bien, volvamos a votar.
4. Perón resucita, ve cómo juega la Selección, tira un 5x1 y el pueblo enardecido sale a quemar a Basile, Batista, Bielsa y Martino. Como les falta uno para los 5, queman también a Caruso Lombardi y el humo impide que se realicen las elecciones pero igual la fórmula Perón-Scioli gana con el 78% de los votos contra la fórmula del Arcángel Gabriel-Michetti.
¡¡NO existe el sciolismo... Oiga!!
ResponderBorrarJa ja.....
Le falto me ap' eso que Pioli hacía negocio despegándose del kernerismo
Saludos cro.
Como en líneas generales estoy de acuerdo con todo, lo que me está generando un gran conflicto conmigomismo, emitiré una corta y breve hipótesis que tuvo escaso, por no decir nulo, rebote en la red. Si quiero mayor rebote, tendré que seguir la máxima del compañero Feinmann y, como buen boludo que admito ser, fundar un blog.
ResponderBorrarEn lo referente a los puntos 1 a 4 está todo tan bien explicado que resultaría pedante, de mi parte, efectuar algún tipo de objeción.
Respecto del punto 5, se produce un hecho que aún resuena, que es la llamada “lamentación de las viudas de Floro”. Es decir una parte importante del universo K puro que apostó a la candidatura del Ministro de Interior y vio como una traición la construcción de la fórmula Scioli-Zannini.
Como no milito ni he militado en el PJ, por algunos recuerdos no muy gratos de épocas vividas, sumado a ello el tener todavía presente el alineamiento casi automático de todo el electorado PJ, incluso damnificados, detrás de la insigne figura del Dr. Carlos Saúl I de Anillaco, puedo tener una visión más “independiente” pese a mis conocidas simpatías K y millonarias.
Es en este punto, donde coincido con el planteo general respecto de una candidatura poco instalada que iba a genera un probable quiebre en electorado del FPV. Y lo que subyace es que siempre se tuvo la idea de que Scioli no era el candidato de CFK. Y a lo mejor fue una jugada maestra. Vender a Scioli como un tipo casi de la opo para que no lo destrozaran mediáticamente. A Randazzo su candidatura le costó cuatro “accidentes” ferroviarios, totalmente casuales, por supuesto.
Todos los probables delfines fueron aniquilados impiadosamente por los medios. Incluso un dirigente de probada capacidad como A.F. tiene que andar corriendo a tribunales por las operetas carrio-lanatistas.
Es por eso que, gracias a esa estrategia de lejanía y casi oposición a la figura de Scioli, CFK lo terminó blindando mediáticamente. Y todavía, si uno mira clarín y sus satélites, la campaña sigue siendo contra el kirchnerismo y continúan sin tocarlo a Scioli. Algo que puede estar en consonancia con el último divague de Mrs.Carrió, en el sentido de que Magnetto lo quiere a Scioli para destruir al kirchnerismo. Divague que bien podría estar en las especulaciones de don Héctor. Lo que no asegura es que Scioli esté dispuesto a pegarse un tiro en los pieses.
Obviamente esas sospechas de la poca vocación revolucionaria (llamada “alvearización” por un insigne politólogo tucumano) son las que generan dudas y quejas de esas viudas e hijas de Floro. Lamentaciones que no pueden ir “menos allá” que a un apoyo crítico, teniendo en cuenta que las otras ofertas son sumamente indigestas.
Y, por último, dada la referencia al humo del compañero Martino, todavía conservo modestas esperanzas de que podamos ganarle, el domingo, a la sumamente complicada Irlanda y reeditemos una “Rugby Championship” en las semifinales del mundial.
A todo o nada: Héroes o vendedores de humo.
Saludos.
Scioli, Macri y Massa se alian para crear el partido Cambiemos por la Renovación de la Fe, la Esperanza y el Deporte. Stolbizer va como Parlamentaria al Mercosur y los tres precandidatos proponen a Carrió para la Corte Suprema, Sanz como jefe de gabinete y Cobos como vice del que resulte ganador en la interna.
ResponderBorrarDel Caño obtiene el 54% en octubre y en la ceremonia de asunción dice que lo del control obrero de las fábricas está muy bien pero que el mundo cambió y le toma juramento a Melconián como ministro de Economía.
Genial
Silenoz: también, para operar un quiebre en el oficialismo. Si ni siquiera con el peronismo por un lado y UNAN por el otro es capaz de acercarse Macri, también necesitaban una fractura del peronismo oficialista.
ResponderBorrarAhora, el sciolismo será chiquito pero existe. O volvemos a lo del Turco Asís a principios del kirchnerismo, que decía que cabía en una Van.
Groucho: tienen la esperanza pero también la necesidad de una convivencia pacífica con el próximo gobierno, por eso le pegaban a Florencio siendo funcionales en eso al agonismo K pero también a Scioli. Ahora, al comán también le pegaron, eh. Esperemos que Scioli, como decía Perón ahora que la neo ortodoxeamos en revival de la Liga de Gobernas durante el aliancismo, sepa negociar quedándose con lo más importante. Porque el poder de fuego que tenía la prensa independiente está disminuido, pero pueden recuperarlo más temprano que tarde si se descuida DOS.
Nando: je, gracias.