¿Por qué odian a los K?
La única respuesta que tengo a esa pregunta es: por la Intervención del Estado en la Economía. Algo que muchos creían sepultado definitivamente luego del triunfo neoliberal (no sólo en elecciones, sino en el inconsciente de LaGente) que empezó en 1976 y se coronó con el Carlo I.
Esa fue y esa es la crítica principal al Gobierno por parte de la Oposición Real: las corporaciones.
Ese era el punto central de la protesta empresaria sojera del año pasado y que nuestro bienodiado Cobos zanjó a favor del Poder Económico.
Esa era la crítica despiadada cuando el Gobierno decidió la reestatización de los fondos jubilatorios y el certificado de defunción de muchas AFJPs. Victor Hugo se lo explicó clarito a Longobardi (que no entendía nada): las AFJPs compraron acciones de Clarín a 30 pesos y el valor ahora es de 7 pesos con algo. Esa diferencia la pagaron los que aportaban a las AFJPs con la promesa de una jubilación digna.
Esa es la explicación del furibundo ataque de casi toda la prensa, apoyando el lock-out empresario del "campo" el año pasado, criticando la reestatización de Aerolíneas y las AFJPs, el Fútbol Para Todos, la nueva Ley de Servicios y Comunicaciones Audiovisuales y ahora la Asignación de 180 pesos por Hijo:
"Ante el inesperado anuncio, la oposición reaccionó con críticas: la mayoría de los bloques políticos del Congreso se mostraron de acuerdo con la idea de dar un auxilio a los hijos (como ellos habían pedido), pero cuestionaron que se hubiera hecho por decreto y que no se hubiera extendido el beneficio a todos los hijos, para evitar así las "prácticas clientelares".
¿Qué podemos esperar de una Oposición Política triunfante en 2011?
Piense bien antes de decidir su voto anti-K, señor o señora opositor/a que lee este blog (¿habrá alguno?). Los votos antis nunca fueron solución.
A eso se refería Néstor Kirchner en la campaña por las elecciones legislativas cuando decía que habían dos modelos que se enfrentaban: el del Gobierno Nacional, de acumulación e inclusión y el de la Oposición, de retorno a los 90s.
Unos 90s signados por la ausencia del Estado en la protección de los más vulnerables.
Marcados a fuego en la memoria de todos los que estamos convencidos de que el neoliberalismo jamás permitirá que se derrame esa copa para que los beneficios lleguen a los que esperan sedientos abajo.
Los 90s fueron una fiesta para pocos que pagamos entre todos en diciembre de 2001, con muertos en la calle, víctimas de la Represión del Estado a la que antes le habíamos dicho Nunca Más pero que jamás se fue hasta que llegó el Gobierno de Néstor primero y, sobre todo, el de Cristina después.
En 2011 volverán a enfrentarse dos Modelos de País. Ahora sin las máscaras con las que se disfrazaban en el pasado.
En 2011 veremos realmente dónde y en que País estamos parados todos nosotros.
Si vivimos en un país que quiere avanzar en la distribución de la riqueza y cree que los beneficios deben alcanzar a todos o si vivimos en un País Reaccionario en el que impera la Ley de la Selva.
¿Seguir por este camino o volver a esperar que la copa se derrame?
Ya lo dijo el compañero marxista-lennonista Shakespeare:
To be, or not to be: that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing end them?
Ser o no ser: esa es la cuestión:
¿Es mas noble para el alma soportar
las flechas y pedradas de la áspera fortuna,
o armarse contra un mar de adversidades,
y darles fin en el encuentro?