Ya habíamos recomendado a algunos por acá. Aunque "recomendar" sea una palabra demasiado grande, como "libertad de expresión", que necesita de un multimedios con posición dominante para poder ser ejercida. Menos mal que existe uno. Por orden de edad empecemos con Hubert Sumlin, blusero de Chicago (no, no de Nueva Chicago) y de la vieja guardia, que se caracterizó por, eh, bueno, ser guitarrista y tocar blues, algo no muy loco si uno es negro, blusero y de Chicago, ¿no?
Sigamos con dos guitarristas poco conocidos fuera del ambiente violero (sí, somos una secta, como los de los últimos días o los troskistas; también califican los hinchas de paladar negro de la platea San Martín, aunque éstos puedan ser mejor equiparados con los que creen en ovnis y siguen a Fabio Zerpa hasta en las recomendaciones de bolichones para morfar barato y rico). Primero el bueno de Roy Buchanan quien, como su nombre lo indica, es de Arkansas, yanquilandia (ah, apuesto a que ibas a decir irlandés, ¿eh?, perdiste, puto). Roy fue la razón por la que me compré una Telecaster cuando pude acceder a mi primera (y única, snif) buena viola eléctrica. El cantante de la banda me puteaba en todos los idiomas (recordar lo enunciado más arriba) porque, decía, me tendría que haber comprado una Strato. Ni pregunten qué opinaba el bajista porque los bajistas no opinan, apenas si respiran, fuman y, cuando uno tiene suerte, mantienen el groove de la canción. Los bateros, en cambio, sí opinan de todo, pero nadie medianamente sensato le prestaría atención a un tipo que no sabe lo que es un La menor y puede ser fácilmente reemplazado por un mono al que se le reemplace la navaja de la mano por un par de palillos. Roy:
Y Rory. No, no la de Gilmore Girls. Hay que ser maricón para haber seguido Gilmore Girls. Maricón o fetichista de los tríos con una madre y una hija, claro. En ese caso ver Gilmore Girls no sólo está permitido sino que es mandatorio. Algo así como escuchar a Los Beatles y renegar de las bandas rollingas nacionales. A Rory Gallagher nos referimos, y este sí era irlandés:
Terminemos con uno conocido, Mark Knopfler, de los Dire Straits, pero este tema lindísimo es de su disco solista, lindísimo, The Ragpicker´s Dream. Algo así como un tributo, suponemos, involuntario, líricamente hablando, a Being for the Benefite of Mr. Kite. A propósito, si quieren aprender a tocarlo, no es muy complicado:
Y, para no ser catalogado como cipayo entreguista vendepatria lanacionista de la línea lauralonsista, terminamos con quien, creemos, es el mejor guitarrista argentino (no reconocido) de la actualidad, porque sí, uno dice guitarrista argentino y piensa en Pappo, en Mollo, en el Negro García López o en mí (¡ejem!), pero nunca se acuerda de Raúl Ruffino, el violero de Los Tipitos. Hay que ser güeno para conseguir un sonido como el del solo de esta linda canción y mucho mejor para conseguir ese solo, claro: