jueves, 26 de septiembre de 2013
¿Un nuevo esquema político o sólo republicanización del discurso?
“…Massa aludió a la necesidad de limitar las reelecciones de los intendentes bonaerenses y casi en simultáneo Moyano anunció una iniciativa para hacer algo parecido con la dirigencia sindical. Ellos, más allá de sus diferencias, comparten el hecho de ser claros beneficiarios del reeleccionismo. ¿Por qué habrían de renunciar a él, siendo que ha demostrado ser tan útil para sus carreras? Parte de la respuesta está en la presión que ejercen en esta dirección la opinión pública, la normativa internacional y un juego institucional que pese a sus deficiencias busca atender esas demandas (…) Sobre ellos, además, actúan incentivos puramente prágmáticos: puede ser más conveniente presentarse como promotores del cambio, de modo de controlarlo, que resistirlo y terminar soportando las consecuencias no deseadas de uno que se les escape de las manos. Para Moyano, por caso, ampliar el pluralismo en los gremios puede ser una mejor opción que permitir que se inscriban nuevas organizaciones, como viene impulsando la Corte Suprema y reclama la CTA. Mientras que para Massa, limitar el reeleccionismo a niveles subnacionales puede que sea una buena forma de partidizar al peronismo. Y también de evitar que, una vez en la Presidencia, jefes territoriales omnipotentes lo extorsionen como hicieron con todos los presidentes hasta la llegada de los Kirchner, y el regreso a la escasez permite anticipar que puede volver a pasarle a quienes los sucedan en el poder…”
En primer lugar, no debemos olvidar que cualquier promesa de campaña, hoy, sólo representa eso: una promesa inscripta en el actual clima económico, político y social. Claro que transparentan de algún modo el sistema de pensamiento de cada candidato y su espacio político; marcan también los límites (o la ausencia de estos) que se plantean los candidatos/espacios para la praxis política y la conducción de un Estado en caso de arribar al poder. Las propuestas para 2015, en cambio, serán de acuerdo al clima del momento y las posibilidades discursivas y de ocupación de espacios en lo que a imaginario social se refiere. Más importante aun, las propuestas se orientarán de acuerdo a las alianzas políticas que se hayan tejido –que obligarán en una u otra dirección– y a la alianza social que se busque construir. Es posible que una fragmentación del poder sea un objetivo importante para algunos sectores, más si abrevan en un ideario republicano y liberal. Mucho más aun si detentan un poder que hoy es, de algún modo, contrapesado. Un retorno al equilibrio prekirchnerista, como señalábamos en el post inmediato anterior.
Pero vamos sobre lo central de lo enunciado por Novaro y prometido por Massa y Moyano: limitar la reelección de intendentes y dirigentes sindicales. Esperen, permítanme antes un momento para la risa. Ah…, listo. Así como desde el massismo miraban con sorna el pedido de internas realizado por Scioli, estos planteos son pocos serios en el terreno de las posibilidades reales del actual cauce político. ¿Qué gremialista, luego de 60 años de hacer usufructo de la prerrogativa, va a renunciar a ella alegremente porque lo plantee Moyano, líder de una de las cinco facciones en las que hoy se encuentra dividido nuestro sindicalismo? ¿Qué intendente con reelección indefinida aceptaría renunciar a la posibilidad, más cuando Massa no es siquiera su referente político? Ni liderando el peronismo nacional... O el intergaláctico.
Aceptando que hay líderes sindicales y líderes sindicales, que hay intendentes e intendentes (lo anterior debe ser leído con la característica inflexión de voz para las segundas opciones), la propuesta, hoy, cuando ni Massa ni Moyano cuentan con el poder suficiente ni la legitimidad requerida (o cuando no existe una vara que imponga la legitimidad necesaria), sólo puede entenderse dentro del espíritu seudo-republicano que prima en cualquier elección legislativa y esta en especial. Es una republicanización del discurso y la imagen. Un modo, además, de diferenciarse y pegarle al cristinismo embarcado hasta no hace mucho en la ilusión reeleccionaria.
Retornando a nuestro primer párrafo, las propuestas para 2013 van delineando las de 2015, pero no deben ser entendidas como las propuestas para 2015. Antes son palabras dulces, seductoras, destinadas a oídos sensibles –tengan éstos poder en serio o sólo poder de voto (y movilización)– en el actual contexto de reacomodamiento de piezas con miras a 2015. Pero también retornamos así al tejido de alianzas y las obligaciones que este supone, claro.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Kirchnerismo, alvearismo y poskirchnerismo
Existe actualmente una lectura algo lineal de lo que es el kirchnerismo. Puede ser acertada si nos referimos únicamente a lo conseguido merced a su política de construcción netamente defensiva y hasta expulsiva desde 2011 a la fecha, pero luego de 2015 podrán realizarse lecturas más abarcativas, que contemplen sus doce años. Las podemos hacer ahora también, pero en dos años y meses contaremos con un dato fundamental que ahora sospechamos: sabremos si el kirchnerismo pudo llevar el barco a puerto seguro sin chocarlo. Menem pudo hacerlo, pero dejando una bomba de tiempo que explotó en manos de la Alianza. ¿Dejará el kirchnerismo una bomba de tiempo? No se ha endeudado, así que en ese frente podemos respirar. ¿La inflación se espiralizará alla Alfonsín? Ningún economista serio prevé un escenario así. Ha acumulado tensiones el kirchnerismo, sí, ¿cómo no?, pero esas tensiones lo tienen como actor y no como víctima. ¿Qué quiero decir? El alfonsinismo fue víctima de no dominar la economía. El menemismo la dominó al precio de entregarla a sus dueños, y fue víctima, junto al radicalfrepasismo luego, de que esos dueños la llevaran a implosionar. El menemismo, como experiencia noventista, tuvo además un final a nivel continental, con Latinoamérica (o la mayor parte de ella) apelando a gobiernos de ubicados netamente a la izquierda de la experiencia previa. Gobiernos posneoliberales. Volviendo a nuestro país, es dable pensar que la política económica K no llevará a la economía argentina a implosionar. Justamente eso permitirá que muchas de sus bondades (y algunas de sus taras, por supuesto) sobrevivan más allá de 2015. El ejemplo más claro es Massa quien, a diferencia de Francisco De Narváez en 2009 (cuando el objetivo era enterrar la experiencia kirchnerista como un todo), hace equilibrio para no alejarse demasiado (tiene además la ventaja de ser un hasta-ayer-kirchnerista) del beneficio de inventario K. ¿Será una pesada herencia el kirchnerismo? Pregúntenle a Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde o al mismo Kirchner si no la hubieran preferido a la que les tocó en suerte.
Deberíamos todavía definir con mayor puntillosidad al kirchnerismo antes de acometer con el poskirchnerismo, ¿no? Arduo. A ver: posneoliberalismo argentino. Peronismo de las tres banderas. Pragmatismo puro, como señala acertadamente Marchetti. Audacia y cálculo, decía Sarlo. ¿El kirchnerismo es el modelo 2003-07? Entonces sólo era posible en ese momemento. ¿El verdadero kirchnerismo es el post-125, el de la pelea con los agroexportadores y la prensa? Aunque muchos kirchneristas paladar negro gusten de pensar que sí, estoy convencido de que el kirchnerismo excede largamente a la pelea con Clarín y sus derivados. Es antes, como decíamos, en oposición (y aprendizaje) al neoliberalismo noventista y al vacío de poder creado por la Alianza y la crisis de 2001. Es la recuperación de ese poder y el rol articulador (e intromisor) del Estado. Es –quiero agregar a todo lo que suele decirse del kirchnerismo– un modo de resolución de las tensiones tendiente a contemplar primero las necesidades del propio Estado, entendido como representante de aquellos cuyo poder de lobby se ejerce mediamente el voto (esto aun sabiendo que el establishment la levantó en pala: esto no deja de ser capitalismo y bajo las condiciones que la estructura e historia económica de la Argentina impone). ¿Es, además, con una lectura marxista, el Estado burgués que resiste el abandono de algún grado de Estado de bienestar por el que los centros de poder pugnan? Sí, también. Es, podemos concluir, el peronismo de la primera década del siglo XXI inserto en su contexto y posibilidades, internas y externas.
Empecemos a pensar en el “pos”. Me resisto a una interpretación interesada en la que coinciden ciertos kirchneristas ahora (como Blaustein en Artepolitica) y muchos antikirchneristas desde siempre: el kirchnerismo como un progresismo separado del –oh– pejotismo. No sólo porque el peronismo ha sido (quizás aún contra el deseo de muchos kirchneristas de primera línea) el soporte principal de esta experiencia, sino porque sin él hubiera sido directamente imposible. Así, pensar en un FpV con los pies afuera del plato del PJ es el sueño compartido de algunos minoría intensa y de la mayor parte del establishment, que no por nada presionaba por un rompimiento que Scioli resistió y que lidera hoy Massa. El mejor modo de cercar al kirchnerismo para quienes aborrecen de él y un modo de esperar lo peor para volver luego por parte de quienes desde el kirchnerismo se creen vanguardia iluminada. Trotskistas de Cristina.
¿Entonces, el poskirchnerismo, que podría ser? Según los datos que entregaron las últimas PASO (como toda elección, una foto que marca la tendencia): un periodo para descomprimir tensiones generadas por el kirchnerismo. Según este blog, porque esas tensiones son perfectamente soportables cuando se perciben resultados. Cuando no, la tolerancia disminuye. Así Onaindia, en Perfil, preanuncia el retorno de la “austeridad republicana”, aunque sea liderada por un sector del peronismo. Cito: “…el reemplazo de la crispación de las pasiones por la respetuosa tolerancia del disenso…”. Algo que aquí ya el año pasado sindicábamos como una alvearización del kirchnerismo, entendiendo en esa composición que el próximo periodo, sin comprender a parte del kirchnerismo, no sería posible. Pero que un kirchnerismo “ultra” tampoco lo sería. Un retorno, promovido por sectores del establishment y deseado por buena parte de la clase media, a una situación de “equilibrio”. Conservadurismo, sí, pero comprensible y –sobre todo para los primeros– un retorno a una situación de previsibilidad que, no nos engañemos, significa compartir en mayor medida que hoy la dirección de la política económica.
Si ese es el derrotero pensado para el poskirchnerismo, una especie de post-estatismo pero sin posibilidades de regresar al anti-estatismo previo, el peronismo no sería el intérprete ideal, claro. Pero qué dosis importante de real-politik la de los sectores encumbrados, que entienden que es el mejor posible. ¿Necesitará el panrepublicanismo un periodo de transición para tener posibilidades de regresar al poder? ¿O es republicanizar al peronismo un objetivo posible a corto plazo? Son interrogantes que no pueden ser más que aventurados en este momento. El poskirchnerismo, además, será cuando tenga a un legítimo representante y, por ahora, son todos aspirantes. La impronta de un proceso político no puede separarse de algunas características de quien lo lidere. De todos modos, la menor conflictividad política deseada por parte de la sociedad determinará el advenimiento de tiempos más “oscuros” como contracara de la simplificación política planteada por el kirchnerismo y la lucha política en general luego de la Resolución 125. Para autoplagiarnos: trocar el business del país dividido por el business del país en penumbras y con música ambiental en lugar de tanta canción testimonial. Más Axel Fernando celebrando la vida y menos Calle 13 denunciando sus injusticias. Lo siento, Liliana Herrero.
Resta camino, caminantes de todas las vertientes.
lunes, 16 de septiembre de 2013
Elecciones en Corrientes: ganó Colombi pero con Espínola arrimando el bote
1. Corrientes es una provincia hegemonizada por el radicalismo desde el retorno de la democracia. En ese contexto, los resultados de Espínola resultan importantes. El hecho de que las elecciones ejecutivas correntinas coincidan con el calendario de elecciones legislativas a nivel nacional es, además, un dato que no está siendo mencionado por la prensa. La elección 2009, por si no lo recuerdan, enfrentó a dos Colombis dos en ballotage, Ricardo y Arturo, primos (y hasta entonces socios políticos). En aquella elección, el candidato del kirchnerismo, Fabián Ríos, senador nacional, resultó tercero aunque estuvo cerca de entrar al ballotage.
2. Camau Espínola (¿ya hicieron el chiste de que tiene que seguir remándola? Cierto que hacía yatching: le faltó viento de cola) resultó un contrincante más peligroso para el radicalismo correntino. Intendente de la capital provincial desde 2009, es una muestra de la importancia de demostrar ejecutividad para -ejem- aspirar a cargos ejecutivos de mayor responsabilidad. El territorio, el territorio, dirán algunos, y claro que es importante, por la caja, la caja, para hacer política, pero no lo explica todo y el perfil del candidato debe ser también considerado en el combo de "electorabilidad".
3. El momento económico y político juega a favor de las oposiciones. Espínola fue oposición (replicando algo bastante común: capitales enfrentadas a su ejecutivo superior) y, a pesar de ser el estandarte provincial del kirchnerismo nacional, no le fue para nada mal. Los escasos 5 puntos inhabilitan a hablar de debacle del kirchnerismo y ridiculizan aún más las esperanzas de un fin del kirchnerismo que lo entierre bien tapado -propósito de buena parte del establishment económico, político, mediático y de un sector radicalizado de la sociedad-. Por supuesto, un triunfo de Espínola tampoco hubiera significado nada muy distinto, pero hubiera influido positivamente para el oficialismo nacional en cuanto a percepciones y expectativas; aunque mínimamente, debemos reconocer.
4. En el país profundo -por no decir el interior-, los porteñocéntricos y mediáticos límites opositores -kiosqueros, podríamos agregar- se difuminan en beneficio de las identidades políticas con arraigo tradicional. Las tradiciones políticas continúan explicando buena parte del voto y el radicalismo tiene motivos para festejar. Tiene, en los dos años que restan para las ejecutivas de 2015, la posibilidad de construir una alternativa al peronismo que, hoy por hoy, sólo existe dentro del propio peronismo.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Argentina clasificada a Brasil 2014; pero te pido que vuelvan Hernán Díaz y Altamirano
No es el Barcelona. Tampoco el Bayern Munich o el Borussia Dortmund, Barcelonas a velocidad y eficacia teutona (y sin el carisma del equipo vasco). Si debemos enlazarlo a alguno de los modelos predominantes hoy debería ser al mourinhismo antes que al guardiolismovicentedelbosquista (!!). Nos pongamos en cientólogos y afirmemos que las condiciones de posibilidad de un equipo con vocación por el contragolpe son una gran presión y un mecanismo defensivo ordenado y que le aporte equilibrio al desequilibrio propuesto en ataque. Pocas cosas más importantes en un contragolpe que, por supuesto, terminarlo en gol, pero, si no es así, los relevos defensivos son lo que le sigue en importancia. Para ejemplo, el segundo gol del modestísimo (irreconocible) Paraguay (¡cuánto lo extraña al Tata Martino!).
Retornemos a Argentina. Al finalizar el partido Messi debió responder a la que es, sin duda, la pregunta más importante de aquí hasta Brasil: ¿ahora qué? Pregunta estúpida, ¿no? ¡¡No, si te acabo de decir que es la más importante!! Traduzcamos qué significa para nosotros (¿quienes?), los peronistas de Messi e Higuaín (¡ah!) (!!!), la pregunta. Si la lista, como dicen, está más o menos definida, si la basestá, si sabemos que Romero; Zabaleta, Garay, Fernández, un tres (que no sea Rojo, Tata Dió', te lo pido por Dalma y Giannina); Gago, Mascherano, Di María; Messi, Agüero e Higuaín es el equipo, si quedan pocas sorpresas, ¿significa que está todo bien o que con eso debemos conformarnos o que nada debe cambiar ya? A tu mama, entonces. Que la clasificación no tape el bosquecito, porque subsisten los problemas ya planteados. Dejemos de dar vueltas y presentemos el planteo: ¿debe jugar Argentina, en Brasil, con un 4-3-3 con los 4 fantásticos arriba? ¿Está obligada a hacerlo? ¿Es lo que mejor resultado daría? ¿O podemos pensar en un 4-4-2 más conservador y equilibrado, que otorgue menos ventajas en esas áreas sensibles ubicadas entre los laterales y el mediocampo de 3 hombres? Son muchas preguntas. Sigamos: ¿jugamos con un 4-3-3 porque pretendemos intercambiar golpe por golpe, porque no tenemos un 8, porque Agüero debe acompañar sí o sí a Messi e Higuaín como Tévez en Sudáfrica?
Demasiadas preguntas. Entreguemos una certeza para el final: Argentina no tiene un banco de suplentes acorde al nivel del equipo titular. Sólo Banega y Lavezzi podrían estar a la altura, en promedio, de los 11 que entran al verde césped. ¿Y Lamela? ¿Pastore está tachado porque el equipo no juega con la posesión del balón, porque juega a otra velocidad? ¿Es Pastore, con Sabella, el Riquelme de Bielsa? ¿Qué hacemos si se resfría Higuaín, jugamos sin 9? Si mañana a Di María le cae un piano de cola en la cabeza, ¿perdemos la transición, vertiginosa, hacia el ataque? Braña, Guiñazú (no convocado esta vez), Ansaldi... ¿no son demasiados Chinos Garcé para una sola una lista? ¿Y Vangioni? ¿Se acostó con la hija de Pachorra, le pateó el perro a Grondona, le quiso afanar la Princesita Karina al Kun Agüero? Como ven, demasiadas preguntas como para que floten tantas certezas a un año todavía del Mundial. Si tuviera que pedirles que contestaran dos (que es lo que estoy haciendo), serían estas: ¿debemos jugar con un 4-4-2 y, en ese caso, Álvarez o Lamela pueden ser el 8 que le está faltando a la Selección?
Como nota de color: cómo se salvó Sabella del tradicional y exitoso clima destituyente (cuando no directamente golpista) de este blog, ¿eh?
martes, 10 de septiembre de 2013
Blog cumpleañero de mierda
Man thinks ’cause he rules the earth he can do with it as he please
And if things don’t change soon, he will
Oh, man has invented his doom
First step was touching the moon
Now, there’s a woman on my block
She just sit there as the night grows still
She say who gonna take away his license to kill?
Now, they take him and they teach him and they groom him for life
And they set him on a path where he’s bound to get ill
Then they bury him with stars
Sell his body like they do used cars
Now, there’s a woman on my block
She just sit there facin’ the hill
She say who gonna take away his license to kill?
Now, he’s hell-bent for destruction, he’s afraid and confused
And his brain has been mismanaged with great skill
All he believes are his eyes
And his eyes, they just tell him lies
But there’s a woman on my block
Sitting there in a cold chill
She say who gonna take away his license to kill?
Ya may be a noisemaker, spirit maker
Heartbreaker, backbreaker
Leave no stone unturned
May be an actor in a plot
That might be all that you got
’Til your error you clearly learn
Now he worships at an altar of a stagnant pool
And when he sees his reflection, he’s fulfilled
Oh, man is opposed to fair play
He wants it all and he wants it his way
Now, there’s a woman on my block
She just sit there as the night grows still
She say who gonna take away his license to kill?
lunes, 9 de septiembre de 2013
La cuestión del poder para la generación intermedia
De la generación comprendida entre el setentismo y la juventud sub-35 se dice que se mueve como pez en el agua en los medios de comunicación. Teniendo esto en cuenta, y considerando que con el kirchnerismo los medios perdieron su pátina sagrada pero, sobre todo, su tradicional influencia en la gestión gubernamental, decíamos en febrero adelantándonos a la lucha por 2015: “Clarín, mientras, seguirá enalteciendo a la sórdida trata de noticias. Nos interesa poco. Hay que cruzar los dedos para que quienes lleguen a la Rosada, luego, también piensen así. Y si no, que algún comedido militante nac&pop les acerque algo de Foucault y el poder, ¿si?".
En el mismo sentido, sobre esta generación intermedia -u ochentista, que vivió el fracaso del radicalismo alfonsinista y abrazó el triunfo del peronismo menemista- se pregunta Martín Rodríguez: “Si a la generación intermedia le toca la administración del tan mentado poskirchnerismo, surgen algunas dudas. ¿Hay en ese nuevo municipalismo y su venta de “sintonías finas de gestión” una visión de Estado y de Nación? ¿Son capaces de comprender que las gestiones se sostienen sobre acuerdos y esquemas de gobernabilidad, algo que tiene sus soportes “por izquierda”? ¿Comprenden que el lugar de lo político luego de esta década no es el mismo que el que tenía la política una década atrás? Es decir, ¿comprenden que no se puede llegar al poder para empezar a perderlo?".
Es uno de los interrogantes más importantes que plantea el poskirchnerismo: ¿qué margen del poder recuperado para el Estado por el kirchnerismo permanecerá fronteras adentro del Estado? Tomando a Scioli y Massa, hoy objetivamente los más serios competidores camino a 2015 (aunque sus candidaturas, creemos, son mutuamente excluyentes: deben “matarse" entre ellos por el acompañamiento del peronismo), por ahora podemos conjeturar hipótesis basados en dos datos, uno objetivo y el otro subjetivo:
1. El dato objetivo es que Massa rompió con el kirchnerismo que hace de la acumulación de poder para el Estado una de sus divisoras de aguas y Scioli, en cambio, decidió no romper y abrazar parte del relato K. Ambos, en sus respectivas decisiones, coherentes con su actuación política histórica: Massa cabalgando sobre el sentido de oportunidad y Scioli montado sobre la lealtad.
2. El dato subjetivo, extrapolado de las propuestas de campaña. La principal propuesta de Massa, por lo que viene declarando, es arribar al poder para repartirlo (Justicia independiente, INDEC autónomo, el campo sin “freno de mano"). Como dijimos, una apuesta seductora para quienes perdieron márgenes de discrecionalidad frente al kirchnerismo. No lo condenamos: ¿qué otra cosa podría ofrecer para superar a lo que el kirchnerismo ya ofrece en ganancias empresarias? No lo compartimos, eso sí. Scioli... puede hacer lo mismo, pero si su sistema de apoyos incluye al kirchnerismo, le será más difícil. ¿Podría haber sido al revés? Y...
sábado, 7 de septiembre de 2013
Siria: algunas hipótesis
Ahora me saco el gorrito de papel metalizado, porque no me importa si los Aliens escuchan o no; ¡que escuchen y vengan a darnos una mano y, de paso, instauran el socialismo intergaláctico y hacen felices a los posadistas!
Ejemplo de conspiranoiquismo: "Los bancos centrales y los organismos financieros internacionales que causaron nuestro colapso actual, que sigue evolucionando, no permitirán que la destrucción de la economía de EE.UU., o del dólar, o de los mercados mundiales, no sea cubierta por un acontecimiento que oculte su culpabilidad". Y: "Al examinar brevemente a la insurgencia siria, veremos que se trata de una organización de monstruos. Amorales vampiros y desdichadosasesinos cuyos crímenes han sido ampliamente documentados, incluyendo las ejecuciones en masa de soldados prisioneros, torturas y decapitaciones de inocentes civiles, mutilación y canibalismo". Canibalismo. ¿No te dan ganas de que los yanquis bombardeen y se acabe el festín caníbal que seguramente se hacen con los bebés de los enemigos? Estos escritos siempre se acompañan de algunos datos plausibles, para otorgarles algún marco de seriedad: "El pacto dedefensa mutua entre Siria e Irán, sus fuertes vínculos con Rusia, la base naval rusa en sus costas, el avanzado armamento ruso en su arsenal, su proximidad a vulnerables rutas marítimas de petróleo, hacen de esta nación un catalizador perfecto para una catástrofe global".
Pero retomemos la seriedad que caracteriza a este blog y veamos algunas hipótesis razonables para explicar la intención norteamericana de bombardear Siria:
1. Los sauditas (dominados por la comunidad Wahabi) quieren terminar con el régimen sirio alawita como parte de la búsqueda de un nuevo balance de influencia en la región.
2. Israel y EE.UU. quieren destruir los nexos del eje Siria-Irán y Hezbollah.
3. El complejo militar-industrial estadounidense quiere expulsar a su competidor, Rusia, del mercado de Medio Oriente.
Los detalles, en el link (está en inglés).
Respecto a los intereses geopolíticos norteamericanos, una lectura posible es que una intervención en Siria, exitosa, supondría una pérdida de influencia de Rusia en la región. Eso desestabilizaría a Irán, por la que podrían ir luego (un viejo objetivo de los EE.UU. No estuvo lejos de una intervención militar no hace mucho) y así, intervendrían la ecuación energética china, con consecuencias previsibles sobre su crecimiento económico y su creciente influencia.
Son muchos supuestos, pero si algo nos demostró EE.UU. en las últimas décadas es que no teme intervenir por sus objetivos imperiales aunque las consecuencias de sus actos tengan un final más que incierto.
viernes, 6 de septiembre de 2013
El corrimiento a la Derecha
¿Es eso lo que están haciendo el kirchnerismo y Scioli? ¿Correrse al centro? En mi humilde opinión, no. Se trata de una sobreactuación determinada por el proceso electoral y, parece, entendida como una cuestión de supervivencia política. ¿Es tan así? Una vez pasado el 27 de octubre veremos qué resultados tuvo y si valió la pena bajar algunas banderas. Ojo, no es progretroskismo esto, que entiendo la necesidad de descontar y no querría que se entendiera como hacer de una parte el todo.
Debemos considerar también si es efectivamente lo que los habitantes de la PBA, fundamentalmente los del Conurbano, pretenden como política de seguridad. No vivo ahí y no querría tampoco pararme desde una supuesta superioridad moral para condenarlo. Se, sí, que no es la política de seguridad que me gustaría para los míos y para mí. Tampoco debemos dejar de consignar que se trata de un triunfo discursivo del massismo.
Creo, para finalizar, que la urgencia electoral conspira contra planificar mejor una política en la materia de largo aliento, en la que la capacitación de los efectivos de las FF.SS. sea más importante que ponerlos a patrullar de manera inmediata. Haber habilitado el voto opcional a los 16 años, además, constituye ahora un argumento para quienes ven en la baja de la edad de imputabilidad una solución y no, como creemos aquí, un elemento criminalizador que tiene como objetivo inmediato tranquilizar algunas conciencias y como consecuencia mediata la criminalización de la pobreza.
jueves, 5 de septiembre de 2013
¿Massa 2015?
Así, Massa no va por Cristina, ya fuera de carrera para 2015, sino por Scioli. A diferencia de 2009, cuando Unión-PRO y la oposición se focalizó en el Congreso nacional como manera de ir contra NK y CFK, en este 2013 el Congreso no es el ámbito principal de disputa: son los consejos deliberantes y la legislatura de la PBA. Aunque lo nieguen, es amordazando la gobernabilidad en la provincia de Buenos Aires el modo de enterrar el proyecto Scioli 2015 y trocarlo por el de Massa. Dicen Luciano, Omix y el mismo Massa: "la gobernabilidad no está en riesgo"; sin embargo, la primera sesión post PASO en la legislatura bonaerense cayó debido a una jugada de los diputados que responden a Massa. Imaginen si, como pretende Omix, el massismo tuviera la presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense...
Morales Solá sostuvo ayer que Massa, prácticamente, ya es el presidente en 2015: "...Tendrá detrás de él a los intendentes del conurbano, tan decisivos en el peronismo, o más, que los gobernadores (...) el peronismo privilegia, en última instancia, el poder electoral y no la confianza de sus dirigentes". El análisis peca, a mi modo de ver, de una sobrevaloración del voto explicado en el trabajo territorial, olvidando que es multicausal y depende también de la historia, del momento económico, de la coherencia del candidato, de la previsibilidad, de la imagen, y de que el armado electoral enlace con lo que la ciudadanía espera. También que los sistemas tienden a la homeostasis. Por si fuera poco, tomando en cuenta la electorabilidad (tópico lucianista), Scioli la tiene. Respecto a la territorialidad (tópico omix/manolista), no serán pocos los intendentes de la PBA que seguirán bajo el paraguas del FpV. Manolo reconoce que los votos del FR son volátiles; pero ojo, no va esto en desmedro del tigrense: siempre fue y será importante para cualquier fuerza política, y más para el peronismo, poder captar a los sectores menos politizados o menos identificados con los aparatos partidarios.
Más allá de los resultados, la opción Massa 2015, políticamente, requiere de una serie de pasos que la realidad, hoy, no torna mandatorios como quieren hacer creer. Asustan (una de las formas de la seducción) con un grupo de 20 legisladores en la PBA que, de repetirse los resultados de las PASO en octubre, seguirían siendo 20 en diciembre. El FpV, en cambio, luego de las deserciones, tiene hoy un grupo de 37 diputados provinciales que podría estirarse a 40 luego de octubre.
Para finalizar, Massa, con Scioli vivito y coleando, tiene pocas posibilidades de comprender en su propuesta 2015 al kirchnerismo del que ya renegó. Y ya sea este el 10, el 20 o el 30% nacional, será importante para definir la próxima presidencial y disminuir la chance de que el dedo de la ciudadanía recaiga en una opción no peronista.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
El bombardeo a Siria en la opinión pública norteamericana
martes, 3 de septiembre de 2013
El business del país en penumbras (¿se viene, nomás, el oscuraje?)
lunes, 2 de septiembre de 2013
Más sobre el peronismo camino a 2015: interior vs. (o junto a) PBA
A dos días de las PASO aquí dijimos que uno de los datos centrales que habían entregado los comicios era cierto voto castigo a los oficialismos, peronistas fundamentalmente, y en provincias como Catamarca, La Rioja, Santa Cruz o Jujuy. Que estos prefiguraban la posibilidad de que el peronismo no tuviera asegurado 2015, en caso de presentarse dividido. Fue lo que ocurrió en los primeros tres distritos mencionados: dos opciones peronistas derrotadas por la opción republicana/radical. A Jujuy, en cambio, lo salvó -arañando-, un retorno a alianzas peronistas más tradicionales -y menos deseadas cuando el Huracán Cristina 2011 tornaba innecesario cualquier condicionamiento electoral-.
Abel Fernández, en un recomendable posteo, rescata una nota de Clarín acerca de los gobernadores peronistas que tendrán -lo descontamos- algo que ver en la transición/sucesión de CFK, y lo titula "El otro peronismo", en referencia a ese peronismo del interior, denominado "feudal" por cierto progresismo, ay, centralista. Como si allá no existieran los caudillajes. Mi amigo Aldo Jarma, más sutil, hace una inteligente pero feroz crítica al centralismo que prefiguró en buena medida algunos resultados de estas PASO 2013 en este interior del país, profundo. No lo dice expresamente, pero sugiere que aquello que resultó a la postre exitoso en 2011 debido a la tracción de Cristina, en este 2013 se probó equivocado: a privilegiar la incondicionalidad basada en la ausencia de construcción política nos referimos. Lo que -no puede ser de otro modo- deja heridas abiertas hacia el interior del peronismo, lesionando a algunos que, en cambio, sí tienen votos propios. Esto fue menos notorio en la PBA, donde la importancia del desafío electoral y simbólico obligó a una primacía de la real-politik frente al deseo de incondicionalidad.
Mi humilde aporte a la discusión es una reiteración de aquello que ya adelantáramos: el peronismo, hacia 2015, no debería, apelando a la racionalidad y responsabilidad política -porque la representación se refiere, a no olvidarlo, a los representados-, engañarse y retroceder a 2003. Es decir, presentarse, como hace diez años, -muy- dividido. En aquellos comicios, a grandes rasgos, Menem se alzó con buena parte de los votos peronistas de ese interior "feudal" y Kirchner, apoyado por Duhalde, con buena parte de los votos de la PBA y la patagonia que votaba a uno de los suyos. Ese escenario, por si hiciera falta ser más explícito, podría ser el ideal hacia 2015 para alguna de las fuerzas no peronistas que completan nuestro trajinado mapa político.