El radicalismo, también una persistencia argentina

La encuestología, como estadio superior de la foretelling zíngara, prevé un segundo y decoroso lugar para el radicalismo en las PASO del próximo domingo. Será el aparato del centenario partido, lleno de sucios punteros e intendentes baroneriles, una parte de la explicación y no sólo las innegables aptitudes de líder cuasi mesiánico detentadas por su -hoy- referente nacional, Ricardo Alfonsín. Alias Ricardito o el Hijo de.

Lejos de los flashes y las luces del centro, en las provincias sobreviven las tradiciones. Las familias radicales existen y el radicalismo se transmite de generación en generación. Como la hemofilia. Ok, ejemplo poco feliz -y malintencionado- para relacionarlo con la genética. Pero lo importante es que la tradición radical es también una persistencia (como podría decir Feinmann).


La alianza con De Narváez, un fiero yerro según mi humilde opinión, ayudará pero no será el garante del resultado. Poliarquía, en julio, le otorgaba a Scioli una intención de voto del 53% frente a un escaso 20% del colorado hincha del Deportivo Cali. Para introducir una perspectiva que quizás no sea del todo válida, en 2007 Stolbizer, por la CC, y Alfonsín, por la UCR, sumaron 20 puntos en la PBA. Esta alianza fue caracterizada como un corrimiento a la derecha del radicalismo, y puede ser entendida como consecuencia de una suma de factores: un sinceramiento, el espacio que dejó vacante Macri al desertar, la atomización opositora y el desarrollo del escenario político luego de junio de 2009 entre ellos. En 2010 los números indicaron que la posibilidad del ballotage se alejaba. Unirse, frente a ese escenario, ¿para qué? Mejor ir separados y explotar los kioscos legislativos. Algo que Victoria Donda comprende bien aunque pretenda no entender a Solanas.

Entonces, a pesar de no contar con un sólo triunfo en lo que va del año electoral (ni tantos titulares como el macrismo), el radicalismo persiste. Al decir de Pagni ayer: "al cabo de una década, la UCR no ha sido sustituida por otra fuerza con despliegue nacional. Pro, de Macri, ocupó su lugar en la ciudad de Buenos Aires. El socialismo lo hizo en Santa Fe y, sobre todo, en Rosario. Juez es un fruto de la crisis de la UCR cordobesa. Esta fragmentación espacial del no peronismo y la consecuente dificultad para la gestación de un proyecto político que arañe el 35% de los votos son fenómenos ineludibles para comprender la política en este ciclo histórico. En ese agujero negro del sistema de representación radica una de las claves del poder del kirchnerismo".

Venimos observando una apertura en el discurso de LA NACION. Quizás en el mediano plazo se traduzca en estrategia. Hay una punta en el desarrollo de Pagni. Desalentado ya de la posibilidad de clausurar la experiencia kirchnerista (The Néstor and Cristina Experience) en estas elecciones, el Establishment se enfoca ahora en el futuro. Para encarar 2013 y 2015 con mayores posibilidades. Entendieron, luego del delarruismochachoalvarista, que los Medios de Comunicación pueden servir para hacer llegar. A la tesis magnettista: "yo pongo y saco Presidentes" debe sumarse ahora el elemento peronista: la gobernabilidad dada por una construcción orgánica que intermedie y amortice los impactos. Debe constituirse una fuerza con despliegue nacional, advierte Pagni. Las elites han aceptado que el país es peronista y están llamando a combatir el peronismo con peronismo. Al populismo peronista se lo debe vencer con populismo liberal.