Las encuestas nacionales referidas a candidatos, todas hablan de un escenario de mayor o menor paridad entre Scioli, Massa y Macri (con el liderazgo atribuido a quien haya puesto el billete). Todas —hagamos la salvedad para que el lector piense que cazamos algún fulbo'— son foto de un momento y no están dadas las condiciones para afirmar que pueden ser inapelables: ni el soberano tiene el voto in pectore ni están cerca de formalizarse las candidaturas en todos los niveles. Pero un fantasma recorre Argentina. Es el fantasma de que TODOS GANARON ALGO MENOS VOS, BOC... Perdón, es el fantasma de que todo se decide en la PBA. Y si todo se decide en el distrito que concentra 4 de cada 10 votos nacionales, nada está decidido aún.
Manolo recientemente apuntó la división geográfica en la cual se insertan los candidatos en pole: Macri en la CABA, Massa en la PBA y Scioli en el NOA/Cuyo. Útil el esquema para entender a grandes rasgos nuestro país y las razones de cada voto, no toma en cuenta los gaps entre contendientes en los distintos distritos. A su favor: nadie lo hace. Manolo es el primero en advertir que la encuestología se queda corta en la PBA y que la realidad es que los profesionales del rubro y sus consumidores son náufragos en bolas,gritando que se cogieron a Claudia Schiffer cuando apenas rindieron tributo a Onán.
Lo anterior, que es válido para la PBA y parte de la región centro (zona núcleo, digamos), no lo es tanto para CABA y NOA/NEA/Cuyo, adonde las preferencias están más claras. La más reciente encuesta de Aragón & Asoc., para provincia de Buenos Aires, certifica lo escrito: Massa 26, Macri 25 y Scioli 22%, dice el encuestador de Sergio y el Frente Renovador. La PBA, entonces, se encuentra partida en tres en lo que a preferencias hace. Los números deberían hablar por sí mismos, pero cualquier pelotudo con blog —éste— se puede tentar y ponerlos a cantar. Escuchemos su melodía: si Macri hegemoniza CABA Y Scioli el interior profundo y más peronista, ¿alcanza la diferencia a tiro de margen de error para decir que Massa hegemoniza la PBA? Los números verifican también una de las hipótesis que pretendían explicar la derrota del FpV en las pasadas legislativas: territorio sí, pero Massa fue además el instrumento para castigar al oficialismo en las legislativas y no es pequeño el favor que le debe al PRO. Definitivamente había voto macrista en la composición del triunfo renovador, no hay otro modo de explicar el 41% de Massa en 2013 y su actual 26% de intención. Ese último número representa un 10% nacional y no asegura un lugar en un eventual ballotage.
Bajo esta luz, la PBA no decide la elección en las PASO o primera vuelta, pero sí puede hacerlo en ballotage. Otra: más importante que el acompañante en la boleta presidencial será el candidato a gobernador de la PBA, y las listas que acompañen a esa boleta. No hay margen de error al respecto y muy poco espacio para refritar un De la Rúa - Ruckauf: el candidato a PBA debe ser ganador y el espacio que se equivoque en su selección no tendrá Presidente. Imaginamos entonces a Insaurralde frotándose las manos o mandando a Jesica a decir en los medios que se las frot... ¡ups! Retornemos mejor a la seriedad que nos caracteriza: ¡QUE CALIENTE ESTÁS, BOSTER... Ah, no, quería decir que —lamentablemente para el interior profundo— será la PBA la que en este turno se lleve las mejores promesas y compromisos. País federal, las pelotas. Ya matamos a la agenda porteña como leitmotiv de lo nacional, ahora dividamos la PBA a sangre y fuego. ¡A las lanzas! Sirva lo anterior para explicar, en parte, —esto también—, la contradicción de que sea el gobernador de la PBA (valdría también para un bonaerense como Randazzo) quien pueda constituirse en el candidato más federal de los que pugnan con chances. Gajes del oficio adeudados a las condiciones de posibilidad de los acuerdos y alianzas disponibles. Una guacha, la Historia.