sábado, 30 de agosto de 2014

Dilma o Marina Silva: ¿tercera vía en Brasil? ¿Y en Argentina?

A un mes de la primera vuelta presidencial en el país del 1-7 –previstas para el 5 de octubre–, la muerte accidental de Eduardo Campos puso el mapa político brasileño cabeza arriba: si con el fallecido candidato Dilma marchaba primera y sin obstáculos a su reelección en segundo turno, la emergencia de la candidata a vice de Campos, Marina Silva, no sólo puso en cuestión ese escenario sino que la última encuesta de Datafhola pronostica que la ambientalista Silva se alzaría con el triunfo en ballotage. ¿Cualquier parecido con nuestro país es mera casualidad? Por suerte, queda un buen trecho a recorrer en Argentina.

En Brasil, en cambio, comenzó una nueva carrera. No se trata de una maratón, ciertamente, sino de un sprint de 100 metros al que Dilma llega cansada para enfrentar a una candidata de piernas frescas. No es casualidad que un intelectual brasileño como Emir Sader haya tomado las armas de la 2.0: "Votar na Marina e' entregar o Brasil pros EUA", "Votar na Marina e' entregar o pais pro Itau. (Requiao)", lanzó en Twitter, demostrando su preocupación. También Dilma, quien en referencia al desafío que representa Silva para el PT y su adversario "natural", el PSDB de Aécio Neves, deslizó que quien pretenda "gobernar sin los partidos políticos coquetea con el autoritarismo". ¿Podemos encontrar allí otro link al escenario argentino hacia 2015?

La evolución de los guarismos brasileños nos muestra que en noviembre/2013 Dilma vencía en primera vuelta con el 47% frente a Neves (19%) y Campos (11%). En julio de este año Dilma (36%) debía enfrentar ya una segunda vuelta contra Neves (20%) mientras Campos descendía a un 8%. Luego de la muerte de Campos, el 18 de agosto –y cuando aún no había sido seleccionada en su reemplazo–, Silva se colocaba ya segunda (21%) detrás de Dilma, todavía con 36% y por delante de Neves (20%). Como señala Renato Meirelles, de Data Popular, el crecimiento de la ex ministra de Medio Ambiente de Lula se da entonces a partir de quienes antes anularían el voto o se encontraban engordando el ítem Indecisos: "Dilma tiene el electorado de la clase D y E, no tendría clases A y B, y decidió dar prioridad a la clase C. El de Aecio es lo contrario: él tiene el voto de la clase A y B, no tendría el D y E y prioriza clase C. Marina no tiene este voto de clase C. Cuenta con el voto de la clase media enojada, joven y educada, que votaría nulo hasta entonces, tiene el más básico, evangélico, los menos educados, y no tiene el voto de la clase C. Y puede que no lo necesite. ¿Qué ocurrió ahora? (Silva) creció sin tomar el voto de nadie: captura el nulo e indeciso. Ella creció porque no había perspectiva política. ¿Cuál es el nuevo componente? Era una campaña sin emoción. No había candidatos que se movilizaran, que apasionaran...". Nuevamente, una pregunta para finalizar el párrafo: ¿se relaciona esto con lo que ocurre en nuestro país?

Intentemos ahora responder las preguntas planteadas en relación a la Argentina: la primera se relaciona con la del título y con algo que venimos sosteniendo desde las pasadas legislativas. Flota un cierto tufillo a cansancio con el sistema político imperante. No es descabellado: gobierna desde 2003 y puede remontarse a 2002. ¿Abre eso las posibilidades del radicalismo/socialismo santafesino? Sí, aún a pesar del recuerdo de la Alianza. Pero explica más y mejor los números encuestológicos de Mauricio Macri y Sergio Massa, premiado electoralmente en 2013 por esa ruptura con el sistema de poder peronista/kirchnerista (aunque fuera sólo en apariencia). La posibilidad más que cierta de un ballotage, por primera vez en nuestra historia, no puede sino ser sintomático. Marina Silva, como Massa en nuestro país, representa también algo parecido a una cuña del propio palo y –como explica Mereilles en el artículo antes linkeado– plantea una dificultad al PT para rebatir su candidatura: formó parte del gobierno pero aún así es una figura nueva, con la consecuente carga de esperanza que ello incorpora a la ecuación. Intenta además desbordar los límites de lo estrictamente partidario. En su propuesta de mayor participación de los movimientos sociales y lo generado alrededor de las nuevas tecnologías (¿las protestas brasileñas por servicios públicos al modo de nuestros cacerolazos?) hay algo del plebeyismo al que apeló Massa cuando se propuso un proyecto para un nuevo Código Penal.

Lo acotado del tiempo electoral de cara a la primera vuelta beneficia a Silva, quien se monta también en la empatía despertada por el trágico accidente de Campos. Apelar a un sprint electoral antes que a una carrera de fondo formó también parte de la estrategia de Massa en las pasadas legislativas. Será una ventaja con la que no contará en 2015, y las encuestas que lo muestran amesetado –y sus declaraciones de oportunismo intentando fijar agenda– evidencian que aquella ventaja ya no es tal.

En Brasil nada está sentenciado aún, pero los brasileños tienen un compromiso con las urnas en poco más de un mes mientras que Argentina tiene todavía un año (y un verano) por recorrer. Luego de dos periodos consecutivos de Lula y uno de Dilma (aún cuando el intervencionismo estatal brasileño no intentara la profundidad del que aquí implementaron Néstor y Cristina Kirchner), los números de Marina Silva parecen indicar que en la ecuación continuidad/ruptura los brasileños estarían privilegiando esta última. El escenario económico –como aquí– del integrante latinoamericano de los BRICS parece también disponer las fichas en tal sentido. La propuesta de Marina Silva ("la situación de las finanzas públicas y la rigidez del presupuesto tornan imperativo que dejamos a un lado la arrogancia y el dirigismo para crear las condiciones necesarias para atraer al capital privado") tampoco suena disonante respecto a la de los principales contendientes argentinos a la presidencia, aún de quien se perfila como el más probable candidato del oficialismo, Daniel Scioli,

No hace mucho, Maduro, en Venezuela, fue capaz de sortear el desafío electoral de Capriles y la MUD. En Colombia, recientemente, Santos sufrió más de la cuenta para evitar un retorno del uribismo. En octubre (y noviembre) será el turno de Dilma. Una derrota del PT, antes que el triunfo mismo de Marina Silva, podría tener consecuencias más que importantes para el subcontinente. Y en 2015 será el turno de nuestro país.

viernes, 22 de agosto de 2014

Guerra de trincheras frente al proyecto de cambio de jurisdicción de pago

El anuncio del envío al Congreso de un proyecto para pagar a los bonistas (tanto holdins como outs) en territorio nacional, a través del Banco Nación (u otro fiducidiario distinto al Bank of New York, bloqueado por Su Majestad Griesa), permitió por primera vez poner en evidencia los posicionamientos de quienes serán actores estelares en 2015 respecto a una cuestión de Estado. Frente a las implicancias del caso en cuanto a soberanía, deuda y en último término las posibilidades reales de la economía argentina en el futuro, primó la interpelación de un determinado segmento del electorado. Pese a comprender que nos enfrentamos a un ataque especulativo (no es otra cosa) que involucra no sólo a una administración, las distintas fracciones opositoras elijen desentenderse. Veamos.

Para tristeza del kirchnerismo emocional que ama odiar al ex motonauta, Scioli bancó el proyecto (no había sido muy claro cuando Griesa amenazó con el default). ¿Habrá escuchado a Artemio López, que dice que el candidato del FpV debe apuntar al electorado kirchnerista? ¿Buscó posicionarse como hombre de Estado? ¿Podía hacer otra cosa? Lo cierto es que dijo que el proyecto está “orientado a dar certidumbre y reafirmar la voluntad y capacidad de pago del país”. Punto para él y para que el eslogan elaborado por esta consultora, LosHuevosYLasIdeas Campañas, Cumpleaños y Bautismos llegue a la estratósfera: “Mancuso hijo de puta 2015”.

En cambio, el arco opositor fue hasta sorprendido en su mala fe (!) por una posición más razonable del delegado de Singer, quien no declaró al país en desacato. El primero fue Macri, oponiéndose tajantemente al canto de “hay que respetar las reglas de juego” (como si Griesa no estuviera innovando con cada decisión, empezando por su reinterpretación del pari passu) y demostrando así, hoy, los reflejos que caracterizaban a Massa durante el año pasado. Sturzenegger dio el soporte argumental: “están desacatando una orden de la justicia a la que el mismo Gobierno decidió someterse. Esto no construye confianza, inversión y empleo”. Más simple que todo lo anterior: se corresponde con el ADN ideológico del PRO y apunta claramente a consolidar a Macri dentro del electorado conservador liberal y antikirchnerista. Ni los huevazos a Cavallo lo amedrentan, macho cabrío de la derecha vernácula.

Quienes conforman el FAUNEN se expidieron también por el rechazo, secundando a Macri que antes les marcó la cancha a todos: cualquier atisbo de contemplación sería una mancha de kirchnerismo indeleble. No hubo pronunciamiento formal, pero Sanz y Cobos adelantaron su oposición. Como era de esperar, fue Nito Artaza quien planteó disidencias, pero confirmó que votará del mismo modo que su cuerpo legislativo. Comprensible: el FAUNEN vería aun más comprometidas sus chances si no pudiera demostrar disciplina partidaria a un año de las PASO.

Al contrario del oficialismo y del macrismo, quien no pudo capitalizar la situación fue Sergio Massa y su Frente Renovador. Lejos de la agilidad demostrada durante las pasadas elecciones, demoró dos días para confirmar su oposición al proyecto, pero con algunas observaciones interesantes. En primer lugar, su propuesta casi replica a la del oficialismo, cuando invita a considerar otras sedes de pago además de Buenos Aires. Es que el proyecto del kircherismo no dista mucho de lo expresado por Roberto Lavagna en Clarín hace algunas semanas, y con este rechazo el Pálido –parte sustancial de la reestructuración de 2005– queda expuesto pagando la necesidad del FR de diferenciarse. De todos modos, la fórmula utilizada para expresar la ausencia de una propuesta concreta adquirió ribetes propios de comedia cuando dijeron que lo que llevarían al Congreso serían “pautas precisas para discutir con los otros bloques (opositores) un proyecto alternativo”. Parece un chiste de la MAK, mirá. Complica al Frente Renovador su origen en el peronismo y su búsqueda, a la vez, del voto opositor y republicano. Así, sólo pueden enfatizar su condición de fuerza nueva, mientras en lo que a este tema atañe su representación es rapiñada por la oposición más ideológica y estructurada del PRO.

En el pasado la guerra de posiciones se limitaba a escoger la geografía más conveniente: Maradona citó a Toresani en Segurola y Habana para jugar de local, los generales de cualquier rey debían ocupar el terreno más alto, total después todo se resolvía a las piñas y espadazos, cuerpo a cuerpo. La guerra posmoderna, en cambio, es la de misiles, drones y mínimas incursiones terrestres: las posiciones no son ya determinantes porque el soldado dejó de estar en el centro del dispositivo para ser una herramienta más. Pero entre ellas imperó durante casi un siglo la guerra de trincheras, luego de que el bueno de Colt inventara el revólver. A partir de entonces, estar en el descampado, parar una bala de pecho o cabeza no fue más negocio. Una de sus características principales es el mantenimiento de posiciones estáticas. Referido a las fracciones opositoras, este post trata exactamente sobre eso.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Carta Abierta de Orlando Barone a Sergio Berni

Mentira. Este texto no será de Barone ni una carta a Berni pero el debate sobre la delincuencia foránea y antinacional –menor, anecdótico, carroña para buitres periodísticos internos– está abierto. Debido a la coyuntura económica la batalla cultural se encuentra en el primer momento de sus ciclos stop&go pero no por ello nos privaremos de la crítica sagaz, mordaz, locuaz y todas las otras palabras que terminen con “az” que se les ocurran como… Jason Mraz. Que casi con seguridad no coincidiría con Berni.

Algún desprevenido se preguntará “¿qué dijo este chabón?”. Va: “…les pido a los legisladores que le den herramientas ágiles a la Justicia para que cuando detengamos delincuentes extranjeros que vienen a la Argentina a delinquir salgan del país y no puedan entrar nunca más. “Ah”, me dirán. “¿Y?”. Y nada (!), pero no lo separa ninguna distancia de las declaraciones xenófobas de Macri en ocasión de la toma del Parque Indoamericano en 2010. No me vengan con el verso de las teorías del derecho, podría decir Berni, pero ya lo dijo antes Sergio Massa.

Ah, ya es un poco menos fácil bancarlo, ¿no?

El kirchnerismo emocional no pudo nunca desembarazarse de una tara producto de su emergencia bajo la condición de minoría intensa a partir de 2008: tiene una clara tendencia a bancar cualquier estupidez de los propios (siempre que no tengan votos) y a mirar con recelo a cualquiera que cuente con apoyo en las urnas (y su apellido no comience con K). A estos últimos se les exige pedrigí. La receta perfecta para sufrir cuando comience la temporada de diferenciaciones.

Volvamos al tema. Las declaraciones de Macri y Massa antes, de Berni y Hugo Curto ahora no son sólo desafortunadas y desangeladas, sino que forman parte de un discurso más amplio, boludo, efectista y facilista. Ni siquiera debemos considerar el sinsentido jurídico de pedir deportaciones previas o durante un procesamiento (antes debiéramos considerar los miles que engordan las estadísticas del ítem “prisión preventiva”). Sí que ese discurso estigmatizante, estereotipador es francamente contradictorio con el enarbolado históricamente por el kirchnerismo, que tiene a la inclusión, el trabajo, la educación y en último término a la contención social como banderas contra la violencia y/o delincuencia. Pero además, las declaraciones de Berni chocan de frente contra la realidad pura y dura de las estadísticas. Aportadas por Robertino Carlés (quien no puede ser acusado de opositor, precisamente): Censo penitenciario. Población detenida: 61.192. Argentinos: 57.505 (94%). ¿El problema es la inmigración descontrolada macrista? ¿El verso de las teorías del derecho massista? ¿El facilismo xenófobo de Berni que utiliza como excusa a la ejecutividad? Nah.

Pero aprovechemos el debate y discutamos lo importante: ¿cómo debiéramos deportar a los delincuentes extranjeros? ¿Deberíamos diferenciar entre peruanos pungas y colombianos narcos ricos? ¿Pasaje en primera clase para los segundos y un baúl de algún auto para los primeros? Los tucumanos o formoseños, ¿calificamos como extranjeros internos en Buenos Aires? ¿Es factible construir centros de rehabilitación para gendarmes que permiten la entrada de estos elementos infectantes al corazón de la Patria? ¿Declaramos a los montes tucumanos zona liberada de América Latina del flagelo del extranjero delincuente? ¿Y con Benetton en la Patagonia qué hacemos?

Algo más para terminar: declarar como Berni, impunemente, puede no tener tantas consecuencias inmediatas en el conurbano bonaerense o la CABA. Sí que podría tenerlas en provincias limítrofes como Jujuy, Salta, Formosa o Misiones. Decí que el discurso de Berni les queda lejos.

miércoles, 13 de agosto de 2014

A un año de las PASO: FAUNEN, PRO, FR y FpV

Después del desplante de Carrió a Solanas, mientras este cerraba cualquier posibilidad de acuerdo con el macrismo, las chicanas no se hicieron esperar: son una bolsa de gatos, son la Alianza, son unos cuantos viejos chotos jugando al dominó en la plaza y se tiran con las fichas. Algo parecido sucedía cuando Lilita mandaba fotos indecorosas a Twitter o sucede ahora cuando Massa se despacha con alguna de sus brillantes frases huecas: el tuiterismo mágico kirchnerista explota de felicidad, sin comprender que constribuye con viralidad a la instalación de sus figuras (vamoh´ con la nuestra: “Los verdaderos buitres son D´Onofrio y la política de desincorporaciones de River”). Acá consideramos que Carrió no se equivocó y que Solanas fue utilizado como profilác… como forro, bah. Clausurar la chance de un acuerdo con Macri condenaría a ambas estructuras, el FAUNEN y el PRO, casi a la testimonialidad o a intentar defensivamente conservar sus posiciones. Una estrategia adecuada cuando el Huracán Cristina 2011, pero no en el actual escenario. A un año de las PASO, además, secaría las fuentes de financiamiento en las que abrevan.

La reedición del ACyS de 2009 entre la UCR y el socialismo santafesino este año y la creación del Frente Renovador, el pasado, son prueba de que comprenden las actuales circunstancias, sus posibilidades y desafíos. Podemos citar de memoria y sin soplar la imposibilidad de reelección de CFK, la fragmentación del peronismo y consecuente emergencia de Massa –que intenta también abrevar en el campo republicano–, en atención a que luego de doce o catorce años (2001–) de peronismos la oferta no peronista puede permear en la sociedad y, también, claro, el escenario económico que conspira contra las chances de mayores dosis de “continuidades” que de “cambios”.

Hoy el campo electoral se presenta cuatripartito entre el FpV, el FR, FAUNEN y el PRO; y las ofertas son variopintas. Abundan candidatos en el FpV y en FAUNEN, pero sólo un par cuentan con chances mayores. El FR y el PRO, como partidos de personalismos cuentan con candidatos instalados y cualquier interna sería una mascarada. De mantenerse la fragmentación enunciada, aquí creemos que Macri y Massa no apelarían a colocar un candidato punchingball para enfrentar en las primarias, concentrando el voto en sus personas para intentar atraer ya en las generales algo del voto útil, volátil, opositor y fundamentalmente antikirchnerista.

En abril enunciábamos las razones que nos llevaban a sospechar la conveniencia de un frente electoral compuesto por los gajos más grandes de FAUNEN y el PRO. Reir frente a ese entete sería más difícil, y menos saludable, puesto que dotarían a una figura que puntea de una estructura nacional, y fortalecería las chances del radicalismo en provincias como Tucumán, Jujuy, Catamarca, Santa Cruz, Mendoza y hasta –posiblemente– Córdoba. Por supuesto que contarían con la CABA, ese reducto dorado soñado por el radicalismo del Pacto de Olivos y arrebatado por Macri. Santa Fe podría ser el terreno de disputa que ponga a prueba el FA de FAUNEN, y laboratorio principal de una alquimia complicada, pero no imposible.

Un escenario electoral tripartito en 2015 (y un frente republicano más abiertamente no peronista) supondría un desafío mayor para el FR de Massa que para cualquier candidato FpV. Como ejemplo, sirva Tucumán como caso testigo: Massa soñó primero con tentar el salto del intendente capitalino Domingo Amaya, de relación tirante con el alperovichismo. Clausurada esa vía de acción, se ilusiona ahora con el radical Cano, principal contendiente y quien supiera estrechar el margen que separaba largamente al peronismo del radicalismo provincial. En cambio, la UCR provincial supo conservar las alianzas que tejió como ACyS antes y Cano siempre mantuvo abierto el canal con Mauricio Macri.

Por el lado del Frente Renovador se privilegian las líneas de fuga que lo convirtieron en opción el año pasado: la instalación de la figura de Sergio Massa y su capacidad para liderar un frente no kirchnerista en la región centro. De allí que tentara a Reutemann, De la Sota y los puntanos Rodríguez Saá, que tienen a la zona centrocuyana como área de influencia. Fagocitar luego a los peronistas no oficialistas de las restantes provincias será la tarea, y los coqueteos con Weretilnek –en oposición a la candidatura de Pichetto– son el botón de muestra.

Las fuerzas dentro del peronismo oficialistas son las que restan retratar, y desde hace tiempo se tensionan mutuamente. Pese a ser oficialismo hace tantos años, el FpV conserva un caudal de votos importante, pero el momento económico pone a prueba su construcción. Así, la proliferación de candidatos funge como paraguas para las distintas fracciones, pero engendran a su vez el peligro de un desbande que luego de las PASO coloque al FpV afuera del círculo de probabilidades. Son las provincias periféricas las que cargan con mayor peso dentro de la estructura, a pesar de no ser quienes aporten más electoralmente. Sin candidatos en algunos de los principales distritos (casos CABA, Santa Fe y Córdoba), en el mayor distrito electoral se encuentra desafiado por el massismo y aún por el propio kirchnerismo duro, que no duda en golpear a Insaurralde, el candidato de Cristina en 2013, y quien podría ser la llave de una victoria en la PBA. La lógica para atacarlo es clara: sus coqueteos con Massa. “Si se quiere ir, que se vaya ya”, es el razonamiento. Igual puede saltar 15 minutos antes, y en ese caso fortalecido por los golpes.

A un año de las Primarias, el mapa que se presenta cuatripartito (con guerra de encuestas incluída) y puede ser tripartito. Las opciones opositoras son las beneficiarias del momento económico, pero no tanto, por lo que marcan las encuestas de opinión. Las opciones oficialistas, mientras, son las que pueden beneficiarse de mostrar gestión y de la promesa de gobernabilidad. En tanto se instalan los candidatos, y muy lentamente también el clima electoral, los grandes temas, como suele ocurrir, se encuentran escindidos de los lineamientos de campaña. Como dato para las futuras elecciones, y aunque el “municipalismo” haya pasado de moda, la agenda para 2015 parece será más localista que nunca antes.