La estrategia del Kirchnerismo fue siempre -y sigue siendo- hegeliana en el sentido de acumular para luego producir la ruptura -derivar cantidad en calidad-.
Así fue apenas asumió Kirchner: descabezó a la cúpula militar, renovó la Corte Suprema, impulsó los juicios a los genocidas y -esto fue fundamental para conseguir la gracia popular- supo encaminar a la Economía. El país comenzó a recuperarse y a crecer. Los opositores hablaban de "veranito" económico y Clarín, como bien recuerda Fontevecchia, acompañó al humor social que era ampliamente favorable al kirchnerismo.
Construyó así su imagen, revalorizó la investidura presidencial y se recostó en la opinión pública para llevar adelante su gestión. Construyó, acumuló Poder y lo utilizó. ¿Para qué puede acumularse sino para ser utilizado?
Fueron los tiempos de la transversalidad: La Nestor Kirchner´s Transversal Experience. Un intento de modernizar a los partidos políticos, reconciliarlos nuevamente con la sociedad luego del "Que se vayan todos" y constituir un bipartidismo alla americana: un partido de centroizquierda y otro de centroderecha. Negar que eso me entusiasmó sería hipócrita. Lo veía como un aggiornamiento del PJ, que no necesitaba citar tanto a Perón y a Evita para llevar adelante las banderas de ese primer peronismo. Hacerlo atractivo a una clase media siempre esquiva de tan pulcra y bella que se siente. Y, claro, revertir los papeles asignados durante el Pacto de Olivos: la centroizquierda para el radicalismo y la derecha para el peronismo.
No son pocos los que ahora critican a Kirchner por haberse recostado en los "sucios y feos barones" del Conurbano. Haberse "pejotizado". ¿Qué otra opción tenía si merced a un progresivo desgaste al que lo iban sometiendo desde los Medios veía que el favor público lo iba abandonando?
Cristina ganó con más del 45% de los votos pero había que tomar en cuenta que en los principales centros urbanos, asiento de una clase media a la que se habían dirigido múltiples estrategias de seducción, el favor había sido flaco para el FpV.
Y un día se armaron "los gordos" de la SRA, CRA y, con la FAA de su lado, paralizaron al país por más de 100 días. Y la epopeya destituyente se puso en marcha. Las tapas de Clarín ya no solo carecían de buenas noticias sino que el giro editorial de 180º fue adoptado por todo el arco mediático. Kirchner pasó a ser el ex Presidente en funciones, Cristina a ser una montonera resentida, atea, marxista y grasa que gastaba en carteras y el Gaturro de Nik en uno de los editorialistas favoritos de la gente linda.
La clase media, luego de pasada la crisis y merced a la bonanza económica, recuperó su nivel histórico de fascismo como tituló la revista Barcelona. Debe ser una de las pocas cosas malas que genera la abundancia.
Y es en el gobierno de Cristina Fernández -asediado por los mismos que antes habían silbado y derrocado a Alfonsín y vitoreado al Menem rubio, alto y de ojos celestes- en el que se dieron los avances más disruptivos: recuperación de los fondos jubilatorios, Ley de Medios y Asignación Universal por Hijo. Y se lo considera menos de lo que se debiera, pero Argentina enfrentó una de las crisis más grandes del Capitalismo Financiero Internacional sin sufrir tanto. Todo un logro en si mismo.
El oficialismo continúa usando la estrategia de acumular. Por ejemplo en el tema Malvinas, con la declaración de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe y en la discusión por la modificación del impuesto al cheque, con las reuniones que está llevando a cabo con los gobernadores.
Fue la misma estrategia utilizada para generar consenso para con la nueva Ley de SCA, al pasearla por foros en todo el país antes de tratarla en el Congreso. La multitudinaria marcha de ayer (más de 50.000 personas), a favor de su implementación, también es parte de una estrategia de acumulación aunque no haya sido convocada exclusivamente por el Gobierno Nacional.
El oligopolio puede bastardizarla, responsabilizando de la convocatoria a un "mundillo de blogs kirchneristas" o hablando de "caos de tránsito" como título principal de la nota; colocar a Luis D´Elía -uno de los Demonios kirchneristas- como la primera figura mencionada para que la clase media se indigne, o hablar de alerta meteorológico desde la mañana, pero no pudieron desconocer la marcha misma como lo hicieron con las convocadas por los chicos del 678 Facebook. La Corte Suprema de Justicia tampoco puede hacer oídos sordos.
Y una pregunta final para el Conglomerado MeOpongoATodo: ¿cuál es su estrategia de acumulación, muchachos? ¿Únicamente la acumulación mediática? Piensenlo seriamente, porque si se basan en la imagen y el buen trato de los Medios... el día que eso cambie fueron.
Hasta ahora los únicos que están acumulando, a mi entender, son Macri -al presentarse como lo que es, un tipo de derecha que no duda en sostener al Fino Palacios o nombrar a Posse- y De Narváez -al pasear por el país prometiendo quien sabe qué cosas aparte de guita a Das Neves o Rodríguez Saá-.
Si en cambio la estrategia de Cobos y la UCR es vulnerar una Ley para darle una tapa al Gran Diario Argentino, vayan despidiéndose de presentarse como la "alternativa republicana" en 2011.
4 pusieron huevos y comentaron:
Muy buen post ricardo.
En cuanto a lo de recostarse en el PJ es una gran falacia pues reduce las cosas a eso. Hoy al Kirchnerismo lo acompañana los radichas del Forja, el PC, el Socialismo bonaerense (parte), el Nuevo Encuentro (con el PC), la CTA y otros movimientos obreros, gobiernos vecinalistas, gobernadores de otros partidos...y así.
Por otro lado, no me había puesto a pensar en esa des-acumulación que está haciendo la UCR. Es tal cual. Como clarín, están rifándose a todo o nada.
Gracias, Manuel.
Es cierto que al kirchnerismo lo acompañan muchos. Los senadores del ARI fueguinos son otro ejemplo.
Creo que los que critican a Kirchner por esa cuestión estarían soñando con la fundación de un nuevo partido o algo así. ¿Para qué volver a crear un nuevo Frepaso? A mi me suena a locura regalar una herramienta tan poderosa como el partido justicialista, más cuando estuviste reconstruyéndolo y acercando a muchos que lo miraban de reojo.
Ricardo, hoy mi comentario va a ser simple: en 2009 estábamos indignados. El destituyentismo nos indignaba. Nos ponía mala cara. Eramos boludos. Hoy leemos "guerra sucia", "les pagan", "mundillo bloguero", y nos reímos. Ese es el camino. Ese era en aquel tiempo: ganar la calle -como ayer, y estas últimas semanas desde que nos animamos-; la palabra -bendito sea 6, 7, 8-; y reirse. ¿Que esperábamos, me pregunto? ¿Que aplaudieran algo? ¿Tan boludos pudimos ser? Sí, claro que me siguen pareciendo hijos de puta Roa, Morales Sola, Ventura. Pero ya los leo y me río. Los violentos están siendo ellos, cada vez más se van dando cuenta. Y nosotros sumamos, y sumamos: multiplicar es la tarea, ¿o no? Ya estamos jugados. Hay que reirse, sumar, si se pierde no bramar. Rossi el otro día hablaba del rechazo al DNU, tranquilo, casi que los boludeaba. Así hay que hacer. El velo se está corriendo, y sumamos, y recuperamos algunos que se habñian alejado, no te quepan dudas. Hay que seguir. El ritmo que CFK le está metiendo a la gestión me asombra. Y sigamos riendo, se rie Cris, no aparece más retórica, baja al fnago y se los come crudo. Le bate crupier a Cleto y se rie. Se rie de la votación del senado. Está el bombón de Mecha que no para de sonreir, también. Listo, no hablemos más, sigamos así que vamos bien. Reíte, Richard, reíte. Hasta lo parafraseo a De Narváez, mira lo que me permito: reíte como yo, como Boudou, como Aníbal, como Mechita, como ellos.
Como decían el colorado efedrinoso y el que tiene a su hija como asesora parlamentaria: estamos en sintonía, Pablo.
Hoy lo podemos leer a Morales Solá y no embroncarnos. O pispear las tapas de Clarín y tomarlas para la joda. Antes también, pero el primer sentimiento era, como decís, la indignación. Indignación que nació en mí el día que vi en TN a De Angeli puesto al mismo nivel que la Presidenta, para que se vieran sus gestos de desagrado ante cualquier anuncio oficial.
Hoy los Medios ya se encuentran lejos de esa barrera que cruzaron y se llama credibilidad.
Pero te confieso que antes del excelente marzo que tuvimos no podía reirme como ahora de todas esas cosas. El operativo desánimo y la mentira de que el rejunte opositor pasaba a cogobernar desde el Congreso eran demasiado.
Pero vimos que la estrategia de tirarles la pelota y gozar viéndolos marcarse goles en contra fue acertada. Mientras, algún que otro golcito marcamos, ¿no?
La inutilidad, la impotencia, la falta de ideas, la deshonra con la que se autoflagela este rejunte opositor también colabora para generar esperanzas.
Como dice el filósofo contemporáneo Leo García (si fuera Fernández estaría en el Gabinete, je): "Reirme más, lo que más quiero es reirme más. Despertarme para soñar. Reirme más..."
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