El Congreso del PJ entregó tela para cortar, pero dentro de márgenes previsibles: finalmente ocurrió lo que todos suponíamos y es una buena noticia, de todos modos, para quienes abogamos por la unidad de eso que desde afuera intentaron torpedear desde siempre: el kirchnerismo y el peronismo. Sobrevolemos algunos aspectos puntuales:
El Congreso representó en su organigrama final un cuadro de situación de los equilibrios alcanzados: las vicepresidencias para Capitanich, Caló, Beatriz de Alperovich y Wado de Pedro. Los precandidatos lanzados situados en vicepresidencias honoríficas: Domínguez, Aníbal Fernández, Randazzo, Agustín Rossi, Scioli, Uribarri y Urtubey. Algunos con la mirada puesta en la elección nacional, otros ensayando para ir muy probablemente por la gobernación de la PBA después de ser medidos.
Fellner Presidente del PJ traduce algo que se avizora desde antes de las legislativas, o aún de cuando desde el oficialismo se alentaban especulaciones sobre una re-reelección que en la concreta realidad fue siempre imposible: el periodo de transición abierto en el peronismo debido a que Cristina encaraba su última estancia al frente del PEN. Así, la figura del gobernador jujeño sintetiza la etapa simbolizando un retorno a —si se me permite— algo parecido al nestorismo, en oposición al cristinismo como avatar de resistencia defensiva adoptado desde 2011 hasta, podríamos decir, el interregno entre las PASO y octubre del año pasado. Ordena también el esquema de pesos diferenciales adentro del aparato: hubieran sido malas señales que el partido quedara en manos de un bonaerense o de alguien más identificado con la Casa Rosada (si bien Fellner no puede ser considerado alguien lejano, es observado más bien como un fiel entre los extremos que se balancean).
El Congreso transparentó también los límites actuales a la unidad del peronismo. Lo marcan las ausencias de De la Sota, Poggi y Peralta. No es difícil comprenderlas, aunque hubiera sido deseable contarlos adentro. El peso simbólico de la gobernación de Santa Cruz es lo que le otorga a Peralta el plus para ir y venir en su relación con el oficialismo. El gobernador cordobés, único sobreviviente de la vieja guardia de Cafiero, Menem y Duhalde, mantiene aspiraciones presidenciales de fantasía mientras juega a dos puntas charlando con Scioli y Massa. El caso del puntano Poggi es el tradicional ya de los hermanos Rodríguez Saá. Los tres gobernadores mencionados mantienen su “precio" de este modo, a la espera de capitalizar una futura adhesión. De cualquier modo, la unidad del partido había sido desafiada ya por el quiebre de parte del peronismo de la PBA, en lo que Massa presentó primero como renovación y ahora como una más franca oposición al kirchnerismo. Permítaseme una digresión al respecto: algunos veían en el FR un retorno al primer kirchnerismo, pero me impresiona en cambio, cada vez más, como un retorno al duhaldismo. En varios sentidos: el del poder territorial sobre parte del peronismo de la PBA —nunca al nivel de Eduardo Duhalde— pero que, ampliado al ámbito nacional, y más importante aún, implica la necesidad ineludible de pactar el poder. Es decir, aplicado esto al presente: repartir el que el kirchnerismo supo conseguir entre quienes lo detentaban en tiempos del interinato de Duhalde al frente del PEN.
Unidos y Organizados dentro del PJ. El peronismo fue siempre el espacio del kirchnerismo, aunque intentara en sus comienzos —con el objetivo de fortalecerse, aglutinar capital cual bosón de Higgs político— una transversalidad abandonada como leitmotiv de construcción en cuanto se hizo del aparato bonaerense que revistara en el duhaldismo. El ideal de una Fuerza Propia, alentada desde los sectores más radicales del kirchnerismo (y con votos subrogados de CFK) —más específicamente La Cámpora que UyO—, ha quedado enterrada en este corto último periodo de tiempo. Saludablemente, debemos agregar. El primer síntoma ocurrió el 27 de abril, cuando en lugar de un nuevo Vélez —como aquel fundante y demasiado lejano de 2012—, fue organizado un multitudinario Plenario en La Matanza. Por si no bastara, el malquerido Scioli se hizo presente, y en un gesto de madurez digno de elogio (y cargado de reconocimiento del estado de situación, realpolitik que le llaman), fue recibido con respeto. Volviendo al Congreso, algunos interesadamente sindican como una victoria del aparato juvenil los espacios obtenidos. Se dificulta concebirlo así cuando la esperanza, hasta hace poco, era contar con un candidato propio, del riñón K. Prefiero pensarlo desde otro ángulo: como al resultado general del Congreso, lo entiendo como una victoria del conjunto del peronismo, ya que la unidad del mismo ha sido una de las tesis de este blog desde antes aún de la victoria de 2011. Es el único modo disponible para que esta alvearización del kirchnerismo se constituya en una etapa de acumulación de masa crítica para retornar a la senda más pronunciada de desarrollo con inclusión social.
8 pusieron huevos y comentaron:
"Es el único modo disponible para que esta alvearización del kirchnerismo se constituya en una etapa de acumulación de masa crítica para retornar a la senda más pronunciada de desarrollo con inclusión social."
Si seño', coincido, no queda otra.
Pero bien, ahora que estan todos los que quieren ser, la tropa va tomando posiciones en el terreno de acuerdo a su mision estratégica, propongo organizar el 2.0 de la siguiente manera:
-Crear 14 blogs de soporte, apoyo y promoción a los candidatos (7) apuntados.
-Serían 2 (dos el número ehhh no DOS se entiende ¿no?) por cada candidato.
-Uno de ese par de blogs por candidato debe apuntar a "laggente", el pueblo, con un lenguaje simple, sin eufemismos ni cosas como alvearización, nestorista, cristinismo, significantes vacíos, clivajes, kernerista emocional, escritos en castellano y así. Bien de barricada, claro y conciso donde no se filtran los comentarios, tipo Omix ponele
-El segundo blog, diría las mismas boludeces que el primero pero con un lenguaje poético, académico y/o científico con referencias en otros idiomas (preferentemente el alemán) permitiéndose todas las definiciones citadas antes, onda el de un tal Luciano de Desiertos de Ideas (creo que es así) pero en éste los comentarios se filtran para que no baje el "nivel".
¿qué le parece don Ricardo? ¿Se anota? ¿Se imagina? por ej. uno:
locomotoraRandazzo.blogspot.com
y el otro:
eltrendelaepica.wordpress.com
Saludos
Cláh! Otros dos podrían ser:
ElNortedeJulian.blogspot como blog serio. Y,
FelizDominguezParaTodos como blog dicharachero y jodón con imitaciones al escribano Pratomurphy (!).
Y hay que pensar en Cristina conduciendo? tras las sombras? o no da para tanto?
Ricardo, lo que escribis en el posteo es una buena noticia. La unidad siempre es un bien preciado, y mas en cirscunstancias como la actual, pero asi y todo me parece que a eso hay que sumarle una conduccion que quiera continuar el rumbo iniciado en 2003.
Gobernabilidad y poder se pueden conseguir de muchas formas.
Saludos.
Luciano: el que gana, conduce.
Lo otro, De la Rúa en el poder y Alfonsín disputandolo por detrás, es muy radical.
Estamos de acuerdo, pero mi comentario iba en relacion a tu ultima oracion especificamente.
Personalmente pienso que no todas las conducciones posibles nos aseguran(bueno, ninguna asegura, pero al menos algunas inspiran mas que otras) "retornar a la senda más pronunciada de desarrollo con inclusión social."
A menos que lo que propones es que la etapa de acumulacion sean 4 años. Cosa que no me parece descabellada tampoco.
Saludos!
Luciano: es cierto. Pero bueh, es lo que hay, je.
No creo que pueda haber una etapa de acumulación de 4 años para un retorno de un kirchnerismo ortodoxo. Bah, en realidad se me dificulta pensar en 2019 cuando 2015 no está para nada definido.
Abrazo!
Yo creo que lo que debemos hacer es pensar en etapas superadoras sin estar tan pendientes de la "jefa" sobre todo a partir del 2016 and sou on
Aclaro que por "etapas superadoras" me refiero a etapas que deberían seguir a partir de lo hecho para llegar precisamente a la "senda más pronunciada de desarrollo con inclusión social."
Saludos
Esencialmente coincido con el post, en el sentido de que hace falta más y mejor gestión. También sabemos que para algunos sectores, cualquier excusa es buena para dar un cachetazo, con lo cual no exponerse al cachetazo es imposible, al menos hasta cierto punto.
Para una visión complementaria/alternativa, está interesante este posteo de Oscar Cuervo:
http://www.tallerlaotra.blogspot.com.ar/2014/06/forster-los-ultras-y-los-canallas.html
"Ricardo Forster es un académico de producción extensa, tiene ideas políticas bastante moderadas y hábitos discursivos completamente civilizados. Pero además asumió un compromiso muy expuesto y decidido con el kirchnerismo y eso le valió ser tratado por la derecha mediático-cultural como un "ultra". ¿En qué sentido podría caberle a Forster la caracterización de "ultra", más que a otros exponentes de la academia o de la vida cultural o política argentina?
Beatriz Sarlo, Tomás Abraham o Juan José Sebreli forman parte del mismo universo que Forster: academia, intervenciones políticas, debates. Pero resulta que en sus años de madurez o senilidad Abraham, Sebreli y Sarlo asumieron posiciones nítidamente conservadoras y antipopulares: uno podría decir que ellos también son "ultra", pero la derecha cultural los preserva y los presenta como intelectuales lúcidos (es decir: dicen lo que a la derecha les gusta oír) e independientes (es decir: disimulan a duras penas su conservadurismo). Sebreli prefiere mostrarse como un cruzado de la ilustración y logra convertirse en una mueca de algo de eso: basta con ver El Olimpo Vacío, un video que presuntamente lo celebra y en realidad lo expone despiadadamente.
Tomás Abraham dice que una vez estudió con Althusser y Foucault; eso lo habilita a opinar sobre macroeconomía, fútbol o sociología espontánea en las páginas traseras de una publicación de Fontevecchia. Sarlo desarrolló una singular perfidia como profesora de Letras y lleva una carrera política errática: desde su isabelismo maoísta de los 70, pasando por Fernández Meijide durante la Alianza, hasta su admiración actual por la racionalidad política de Carrió; esta mezcolanza da como resultado su actual lanzamiento como analista política. Están los tres muy corridos a la derecha de la sociedad argentina, pero nadie los llama "ultra".
"Pensamiento nacional" es un sintagma problemático que a veces fue usado de manera cuestionable; pero no son menos problemáticos los sintagmas "objetividad científica", "materialismo dialéctico" o "libertad de empresa", ni se ha hecho en nombre de ellos menos daño. Las palabras encierran peligros y cuando algo puede salir mal, suele salir mal. Pero si uno dice, por ejemplo, "objetividad científica", no va a obtener la repulsa que en estos días despertó la iniciativa del gobierno de crear una Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. El nombre es algo pomposo y remeda la retórica del Perón más clásico, pero tuvo la virtud de generar un escándalo mediático en momentos en que la derecha necesita agitar las aguas para conquistar posiciones, en un "fin de ciclo" que promete ser más largo que el que ellos quisieran. Como al frente de la secretaría se nombró a un "ultra" como Forster, eso desencadenó un torneo de hipérboles:a Forster le dijeron fascista, estalinista, totalitario; la creación de la Secretaría, se dijo, daría lugar a prácticas persecutorias y la instauración del pensamiento único. Tan desmesurada reacción se convierte en predicción suicida: ningún pensamiento único podría instaurarse cuando se hacen "denuncias" tan altisonantes sin mayores consecuencias".
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