Un verdadero golazo. Que fiesta organizaron, ¿eh? Y el lunes la Selección. ¡Qué lujo!
Siempre me emocionan las multitudes. Deben ser variadas las razones que llevaron a tantísima gente a amucharse ayer: el rock, pasear, la novedad, pero no deben ser pocos los que fueron a celebrar -o empezar a celebrar- el Bicentenario.
Leí varios post al respecto y me quedo con éste, de Sujeto de la Historia, autor del Blog Enredando Palabras. Dice el compañero bloguero freudiano:
¿Qué es lo que se festeja del Bicentenario? Puedo decir lo que hace eco en mí: lo que se festeja es el acto inaugural, mítico, de la fundación del "Nosotros". Festejamos el parirnos a la historia, el Acto de constitución del Nosotros, diferenciado, disruptivo del estatuto previo, reacomodamiento de las significaciones preexistentes.
Porque de los que se trata es de la eficacia simbólica, los efectos que genera.
Y yo no puedo estar más de acuerdo.
Al Bicentenario podemos encararlo desde muchos lugares: desde lo histórico, desde lo político, desde lo social, desde lo económico, pero también -y me parece que debería dársele una trascendencia mayor- desde lo simbólico y emocional. Y celebrar su capacidad gregaria.
¿Que mayo de 1810 no fue revolucionario? ¿Que nos entregamos luego a Gran Bretaña? ¿Que todavía hay quienes piensan al país en términos coloniales? Seguro. Con retroceder dos años -2008- y recordar la perorata sobre Argentina nuevamente Granero del Mundo basta y sobra como ejemplo.
Son muchos años ya de filosofía liberal puesta al servicio de la creación de ese "ser nacional", que vendría a ser el argentino promedio al que apelaron sucesivamente en todos los Golpes de Estado y al que acudió siempre la clase dominante para justificar sus atropellos. Al que le ponen la bandera adelante y le dicen: "¡no piense!, que nosotros sabemos lo que hay que hacer para que este sea el gran país que siempre prometemos (y nunca cumplimos en crear)".
Esa batalla cultural la ganaron. Yrigoyen, el Peronismo, Scalabrini y Jauretche los enfrentaron nuevamente. Hoy esa pelea adquiere significado una vez más: siempre las fechas que cortan la Historia sirven para replantear cosas.
Este Bicentenario nos encuentra debatiendo si Argentina quiere seguir por esta senda de un Estado fuerte, articulador de lo social con lo económico, de mayor independencia política, económica y cada vez más justa socialmente (¿mirá si había que ir a pedirle permiso al FMI y a Obama para implementar la Asignación Universal por Hijo? ¿O a la SIP para la nueva Ley de Medios?). O, si por el contrario, el año que viene quiere votar en dirección contraria y entregar nuevamente la batuta al neoliberalismo que pugna por un Estado débil, fácil de comandar. Ese Estado le preguntaría a todos -excepto a los que votan- qué es lo que hay que hacer.
Dice J. P. Feinmann en Filosofía y Nación (pág. 169-170):
El Estado liberal, de este modo, lejos de significar el punto de integración de la comunidad nacional, expresó meramente los intereses de una parcialidad que encontraba en su obsecuente maridaje con los poderes extranacionales la realización de su destino. Integró al país en exterioridad, en tanto entidad colonizable, y acabó por convertirse en eficaz instrumento mediador de los intereses colonialistas. Para eso sirvió el liberalismo en nuestra patria.
Vaya entonces si tenemos que entender este Bicentenario como una oportunidad. El Primer Centenario fue el festejo de la oligarquía dominante. Este nuevo Centenario los encuentra furiosos, confundidos, golpeados. ¿No es motivo también para festejar?
Los hechos históricos no sólo son lo que fueron sino el significado que luego les dieron. Y quiénes lo hicieron y con qué sentido. Hay que apropiarse del festejo, sentirlo, abrazarlo. Los significantes están vacíos hasta que alguien los llena. Seamos nosotros quienes acometamos esa tarea.
Y feliz Bicentenario para todos.
17 pusieron huevos y comentaron:
estimado Ricardo!
no estoy para el análisis
solo le digo que hay mucha emoción en mí por estas horas.
Ayer cuando cantaban "La Balsa" en los festejos me puse a llorar como un tonto.
Un abrazo y VIVA LA PATRIA!!!
Adal
Veamos gente alegre, con colores celestes y blancos en el pecho, con chicos mirando asombrados a soldados que marchan orgullosos de su rango, con viejos que vuelven a ponerse de pie para saludar a la bandera, con marchas militares de paz, con colectividades y comunidades regalándonos sus mejores galas....
Para qué mirar los ceños fruncidos, los ademanes hoscos, los ojos llenos de rencor y envidia de laicos y ensotanados? Que ellos se revuelquen en el lodo. Nosotros, argentinos, estamos festejando!
VIVA NUESTRA PATRIA, CARAJO!!!!!
Ricardo:
Gracias por el generoso tratamiento que le diste a mis palabras. Creo que completaste lo que se venía planteando de un modo inmejorable. Me pone muy feliz ver este hecho tan poco frecuente: que salgamos a la calle A FESTEJAR y no a luchar.
En estos días, LA ALEGRÍA Y EL ORGULLO DE SER ARGENTINOS AL PODER
Un Abrazo
A la revolución, contrarevolución compañero, y ya que estamos a full con el pensamiento, dialéctica pura.
Eso sí, entre todo lo qeu enumera qeu significa al 25, agrego lo educacional, como comenté en enredando, transmitir de generación en generación.
a mi me encanto que Cantilo cantara una cancion olvidada, Malena, no te rindas. Por esa cancion (y no por el tango) mi hija de 25 años se llama Malena.
Y yo sigo pensando Malena, no te rindas....
Lindo viene el bicentenario eh?
Los envidio, desde el amargor santafesino.
Saludos!
Adal: en ocasiones me ocurre algo parecido con La Balsa. Un abrazo grande.
chela: ¡buenísimo!
Confieso que estaba por escribir otro post pero me parecía que, como decís, hay que festejar el Bicentenario. ¡Un beso!
Sujeto: al contrario, gracias a vos. Un abrazo.
Manuel: ¿qué dirán las crónicas de este Bicentenario, no? ¿Que enseñarán de este comienzo de siglo tan convulsionado y de estos años argentinos y latinoamericanos?
Un abrazo grande, che.
nilda: que no se rinda Malena ni nadie que tenga convicciones.
Viene lindo. Saludos.
Flavia: ¡celebre!
¡Saludos y gracias por pasar!
Sigo este blog y hasta último momento esperé que postearas algo respecto a la Marcha de los Pueblos Originarios. Siento vergüenza por la blogosfera peronista..
Anónimo, no creo que haya que avergonzarse tan rápidamente. Son muchos los compañeros blogueros que escribieron sobre la Marcha de los Pueblos Originarios.
Uno escribe sobre lo que se le va ocurriendo.
Un blog no es un diario, que -podría pensarse- está obligado a informar sobre todo lo que ocurre.
Saludos.
Ricardo. Está bueno tu comentario.
Pero añado esto: el motivo por el que elegí este blog para descargarme fue que el autor se refiere al bicentenario explicitamente. No es que omitió el tema. Se refirió al tema, pero desde una lectura política que persiste en el crimen de marginar a los pueblos originarios.
También marginé a León Gieco, a Los Auténticos Decadentes y a todos esos hippies roñosos que tocaron junto a Litto Nebbia. :P
Anónimo: muchos compañeros blogueros escribieron sobre el tema. Yo, a veces, trato de no repetir los temas a menos que piense que tengo algo interesante que aportarles.
Acá tiene unos ejemplos:
http://carapa.com.ar/blog/?p=734
http://rocagenocida.blogspot.com/2010/04/las-poblaciones-indigenas-prehispanicas.html
http://puedecolaborar.blogspot.com/2010/05/pueblos-originarios-las-patas-en-la.html
El propósito del post era pensar un poco el Bicentenario en términos generales.
No escribí tampoco sobre el Juez Garzón, sobre el abuso en Gral. Villegas, sobre la huelga de maestros en Neuquén o sobre la flexibilización laboral en Chile y eso no significa que esté marginando esos temas.
Un cordial saludo, Anónimo.
PD: ¿tanto cuesta poner, aunque sea, Juan Carlos al final?
Muy buen post, Ricardo. Me permití citarte en un el blog. Un abrazo.
Sanín: muchas gracias.
Leí su crónica. Muy buena.
Cite todo lo que quiera, para eso estamos; pero acredite también la cita, hombre, que no le vamos a cobrar... :P
Perdón, Ricardo, fue un error. Soy nuevo y soy torpe. Ya está acreditada! Un abrazo.
Agradecido. :)
¡Un abrazo!
Lo de la emocion del bicentenario tambien me toca. Tiene sentido en la necesidad de encontrar una raiz de identidad colectiva. Un pais lo es en la medida que construye y comparte un fondo historico y un relato de superacion y ganas de organizarse para habitar un suelo juntos. Seguro que hay que revisar o reinterpretar una leyenda nacional que sea suficientemente identificadora como para ser cohesiva (y que de por tierra con el legado elitista colonial de castas patricias usufructuando los recursos, la dictonomía civilización o barbarie con la que se permitieron estigmatizar, desalojar y ningunear a los componentes indios, criollos y mestizos).Pero por primera vez siento que los hechos en Mayo de hace 200 años al menos tienen una carga de la que enorgullecerse al comprender el sentido de una búsqueda autonomista en la direccion moderna de aplicar los impulsos libertarios y democratizadores de la epoca. Esta bueno hallar algo así- en la raiz de quienes somos- para apreciar y coincidir.
Ignacio: buenísimo tu comentario.
Coincido de cabo a rabo.
En algún momento voy a usar tu frase: "legado elitista colonial de castas patricias usufructuando los recursos".
¡Muchas gracias!
Un abrazo.
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