martes, 15 de febrero de 2011

Sobre Baradero

Más muerte. José León Suárez. Baradero. La muerte se convierte en lugar común y es una señal política a considerar.

Desde la creación del Ministerio de Seguridad se sucedieron casos de gatillos fáciles policiales y hay un ministro de seguridad bonaerense que responde a las fuerzas policiales antes que al poder político. Hay que buscar una de las causas ahí. Quizás los sucesos de JSL nos permitan hablar de pobreza y marginalidad. Un núcleo duro al cual todavía hay que horadar. Pero la muerte del chico Rotella, en Baradero, apunta directamente al corazón de la concepción que tienen las fuerzas de seguridad sobre cómo encarar situaciones cotidianas: el uso de balas de gomas no es una respuesta proporcionada frente a un chico que no ha cometido crimen alguno.

Es evidente que repudiar las muertes sirve de poco, pero es necesario hacerlo. Y no se trata ya de repetir que la política de seguridad del gobierno nacional es la no represión de la protesta porque estos últimos casos no se relacionan con las muertes ocurridas en el Indoamericano en diciembre del año pasado. Es otra la fuerza de seguridad implicada y es otra la responsabilidad política. Es otra, lamentablemente, la política de seguridad elegida en La Plata.

Así como se criticó la demora oficial de dos días en diciembre pasado, más días han pasado ya desde J. L. Suárez y la respuesta del gobierno de la PBA ha sido, más que preocupante, nula. El gobierno nacional, frente a los hechos del Indoamericano, debió avanzar sobre la materia y crear un Ministerio. No hay por parte del gobierno de la PBA un gesto político.

Sabemos que existe un crimen no tipificado en el Código Penal que es la portación de cara. Desterrar ese prejuicio es un trabajo que lleva años y está empezando a ser encarado ahora. Me importa poco que no se haya hecho antes. Importa que a partir de ahora las fuerzas de seguridad sean entrenadas para acatar los manuales y no para perpetrar asesinatos siguiendo un ranking de peligrosidad establecido por el propio subconsciente.

Debería ser un obviedad que las fuerzas de seguridad conozcan y respeten el Acuerdo por una Seguridad Democrática. De los puntos 5 y 7, fundamentalmente y en estos casos. No merecen formar parte del brazo armado de ningún estado si no es así. La vida de muchos chicos va en ello.

5 pusieron huevos y comentaron:

Sujeto dijo...

Hola Ricardo
Creo yo que, así como en los primeros 80 los militares eran la amenaza para la democracia, en este momento, aunque con distinta intensidad y modalidad, ese lugar lo ocupa la policía.
Si alguien pretende que será sencillo extirpar el tumor de la bonaerense, se equivoca, porque tiene múltiples metástasis, y es de complejidad extrema. Pero también hay que decir que todo lo que había hecho Arslanian fue barrido por el gobernador y su ministro Casal, hay que no hay que pedirle la renuncia, porque Casal es Scioli, no cambiaría nada.
El laburo de revertir esto es gigantesco, pero si quien tiene la responsabilidad tiene una visión tan distinta, me temo sea imposible. Mientras, siguen muriendo pibes: por pasar por ahí, por un tema de tránsito, por un afano. Un precio demasiado alto, demasiado alto.
Te mando un Abrazo

Javier dijo...

Es increíble que existan dirigentes que puedan promover el autogobierno policial y esperar algo distinto
de una mafia asesina como la que tenemos en la policia bonarerense .

Un abrazo

Ricardo dijo...

Sujeto: un claro ejemplo de lo que decís fue el golpe de Estado fallido en Ecuador.
El problema es que la policía tiene una formación más militar, de agresión, que preventiva. Les das una placa y un revólver y se creen Robocop.
Estoy generalizando y no está bien, pero bueno, seguramente hay policías que quieren cambiar y modernizar su propia fuerza.

Javier: ojo, que también es una percepción de la opinión pública: más palos y balas para la policía, menos delincuentes. Si no, no se entiende el apoyo a los Rico, Ruckauf, Blumberg et al.

Abrazos.

chela dijo...

Cuando estás viendo cómo "matan frente a la familia para robarle..." desde el desayuno hasta la cena, es difícil sustraerse a la "sensación de inseguridad". Si además abrevás en lo que bien llamás portación de cara - oscurita, flaca, con sello de pobre - que viene enquistada desde hace generaciones... el cóctel está armado y no es precisamente un mojito.
Agreguen lo que bien decís, un arma, una chapa y la poca formación profesional, la nula educación sobre DDHH y los azules creen que son 007.
Volvemos a lo mismo: varias generaciones des-argentinizadas, colonizadas, militarizadas, analfabetizadas ex-profeso (un pueblo inculto es fácil de dominar) nos dan muy breve espacio para operar. Lo dije antes: es una transición, y costará pero no es imposible.

Ricardo dijo...

Más que 007, Chela, Robocop. Pero con la misma licencia para matar.
Siempre la tuvieron y eso no es "poder de policía" sino de "justiciero".
Se tienen que acostumbrar a los tiempos. Bastante atrasados están.

Un abrazo.