sábado, 24 de marzo de 2012

Clarín en 1975-1976, o cómo justificar un golpe de Estado

Antes de reproducir algunos extractos del diario de Ernestina del 24 de marzo de 1976, vayamos al Clarín del día 4 de octubre de 1975, casi medio año antes. Primero un marco, para entender el contexto.

Tomando en consideración la crisis política producto de la muerte de Perón, la incapacidad de Isabel para liderar el gobierno, la crisis económica (y moral, según los diarios de la época), las ansias de asaltar el poder por parte de las FF.AA. y sectores del establishment que renegaban del intervencionismo peronista, se fue forjando un clima propicio para un nuevo golpe de Estado (sí, no olvidamos el accionar de los grupos armados, pero sería más apropiado pensar que fueron una excusa antes que una causa para el golpe). En este cuadro de situación, adelantar las elecciones nacionales de 1977 para finales de 1976 era una de las posibilidades. Tal fue el ofrecimiento de Balbín en setiembre de 1975. A ello, el diario Clarín respondió, en su edición del 04/10, que se trataría de un "efecto analgésico" ya que:
"a nadie se le había ocurrido atribuir al solo hecho de votar, una virtud terapéutica de alcance tan extendido como para hacer desaparecer las consecuencias de la aguda crisis económica o detener la notoria escalada del terrorismo o, también, tonificar las fuerzas desfallecientes de la moralidad pública. No se trata, pues, de una cuestión de términos o plazos, sino de cómo llenarlos. Suponer que la práctica cuidadosa de las formas institucionales  tiene de por sí el carácter de recurso salvador significa ignorar la naturaleza de los problemas nacionales, ubicando sus causas en la simple inobservancia de las normas legales".
Como podemos observar, no hacía gala del discurso republicano e institucionalista que surca hoy sus páginas. La democracia, votar en elecciones, no sería suficiente para paliar la crisis, detener al terrorismo o (¿¡alguien, por favor, puede pensar en los niños!?) tonificar las desfallecientes fuerzas de la moralidad pública. Un argumento a favor del golpe. A nadie puede extrañar entonces que en marzo de 1976 saludara con beneplácito al "Nuevo gobierno". Vayamos ahora sí al editorial principal de Clarín del 24 de marzo de 1976, "El gobierno ha cesado":

“La gravísima crisis que afecta a todos los sectores de la vida nacional tiene ahora un dato que emerge con dramática crudeza: el gobierno ha cesado. La estructura destinada a imprimir dirección a los asuntos, dar soluciones a los problemas, administrar los recursos del Estado y garantizar el orden público ya no parece estar capacitada para cumplir esas funciones. Abrumado por la descomunal dimensión de las dificultades actuales y desconcertado por el fracaso sucesivo de las inocuas recetas intentadas para superar una crisis que en gran medida contribuyó a desatar, el gobierno asiste paralizado al derrumbe final de las esperanzas depositadas en él hace menos de tres años.
Y es así como se asiste, sin que se atine a remediarlo, a un descalabro económico sin precedentes. La Argentina en ese terreno marcha a la deriva, sin plan conocido y sin que se advierta una efectiva intención –para no hablar de capacidad– de formularlo. La cesación de pagos externa es una posibilidad cierta. Los precios internos suben en un mes lo que en otros países no alcanzan a subir en muchos años. Todo el aparato productivo amenaza detenerse mientras los esfuerzos se derivan hacia la especulación. Seis ministros de Economía, algunos de ellos responsables directos de la crisis, demostraron su perfecta incapacidad para comprender la naturaleza de nuestros problemas económicos.
La inoperancia oficial no se agota en el campo económico. También marcha a la deriva todo lo relacionado con la seguridad. Los atentados diarios siembran la muerte ante la impotencia de un gobierno que no parece determinado a asumir el monopolio de la fuerza y a ejercerlo para restaurar de una vez por todas, la tranquilidad pública.
El Congreso Nacional, incapaz de aportar correctivos a la errática y desfalleciente actividad del Poder Ejecutivo, ya no funciona como tal. Importantes proyectos duermen en las distintas comisiones. Entre ellos se encuentran la Ley de Presupuesto y la de Defensa, cuya sanción se estimaba,como es lógico, materia de urgencia. Diputados y senadores han abandonado el palacio de las leyes como queriendo sustraerse a los efectos del desastre.
Los máximos dirigentes sindicales muchos de los cuales resultan corresponsales de lo que sucede, también son contagiados por el desconcierto. Algunos de ellos están fuera del país. Otros esperan el milagro de que una disciplina gremial inexistente sirva para salvar en última instancia sus posiciones amenazadas.
Al mismo tiempo, la clase política procura componentes inoperantes orquestando multipartidarias reuniones que fracasan incluso antes de que puedan realizarse. La irrealidad domina todas esas maquinaciones destinadas a concertar acuerdos electorales que aseguren otro término de vida a dirigentes perimidos y a partidos obsoletos. Nada de esto tiene vinculación con la profunda realidad de la crisis, circunstancia que llegaría a conferir a esos manejos connotaciones risibles, si no fuera por la gravedad dramática del momento.
El gobierno asiste resignado a este espectáculo. Ya no es una fuente de poder sino una estructura formal, un organigrama sin vida ni contenido. Nadie espera de él la redención o la rectificación salvadora. Y por eso, en cuanto a los efectos prácticos de su función institucional, puede afirmarse sin mayor margen de error que el gobierno ha cesado”.
Sí, "el gobierno ha cesado" resuena exactamente como "La crisis causó 2 nuevas muertes". Clarín no pensaba que el gobierno hubiera cesado por fatalidad del destino: quería que su público creyera eso y no que un golpe militar había sesgado nuevamente la incipiente vida democrática en el país. Habría que padecer  secuestros, torturas, violaciones, robos de bebés, asesinatos y, en definitiva, un genocidio, para que recién en 1983 pudiéramos iniciar la senda democrática que hoy, felizmente, transitamos.

Memoria, Verdad y Justicia.

10 pusieron huevos y comentaron:

Unknown dijo...

No hay dudas que la cornetita tiene antiguedad en ese rubro.
En eso no van a cambiar: su enemigo es el pueblo argentino.

Escribidor dijo...

Memoria, Verdad, Justicia. Los grupos económicos tambien fueron la dictadura. justicia YA!

Ricardo dijo...

iris: hace poco miraba la tapa de Crítica, que festejaba el golpe de Estado de Uriburu en el '30.

Diego: adherimos. Los grupos económicos fueron tan la dictadura como los milicos.

Anónimo dijo...

En realidad, el pueblo no es el enemigo de los medios hegemónicos.
Son ellos y el reducido grupo de privilegiados de siempre al cual representan, los eternos enemigos no sólo del pueblo sino también de nuestro país.
Los reales enemigos de la runfla maldita son LA VERDAD Y LA MEMORIA.

Saludos
Tilo, 70 años

H.M. dijo...

"El gobierno ha cesado" me suena igual a "Te fue mal en esta prueba"... Las pruebas se recuperan, los 30000 no, y los 500 niños robados son algo más que "el cese del gobierno"
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
(Justicia de los hombres, después tendrán la del culto de cada uno.)

Ricardo dijo...

Tilo: por eso a muchos nos gustó eso que dijo Videla, de que los K son lo peor que les pasó.

Hilda: sí, es como si lo que ocurre no tuviera causa, no existiera la historia ni tampoco las reacciones.

Abrazos.

profquesada dijo...

Podrían escribir actualizado ese mismo editorial si sus intentos por desestabilizar la economía y sembrar la inseguridad y el miedo en la población tuviesen el éxito que esperan.

Les falta, claro y esperemos que siga siendo así, la otra pata de la sota, los militares dispuestos. Porque el resto, por ejemplo, la Iglesia, creo que se prestaría otra vez a bendecirlos.

Sin embargo, como dijo hoy Tati Almeida, tenemos el mejor de los reaseguros, los jóvenes, como dice el Pibe, con ellos tenemos Patria. El camino de la democracia plena puede estar lleno de obstáculos pero es el único camino seguro. Los demás son atajos al infierno.

Ricardo dijo...

Es que siguen usando los mismo argumentos: el contrato moral, la corrupción, la fatalidad del destino y no el accionar de los hombres para explicar lo que no les conviene, etc.

Abrazo, profe.

roberto dijo...

Hoy hacen exactamente lo mismo. Es una lástima que la justicia no piense igual.

Un saludo

Ricardo dijo...

Más que la Justicia, me gustaría que fuera algo evidente para la ciudadanía toda.

Abrazo, Roberto.