viernes, 23 de mayo de 2014

1998 y 2014: paralelos, roles y los modelos como herencia

Podríamos haber titulado "Game of Th… Roles": CFK como Cersei, Scioli en la piel de Jaime Lannister y Massa representando a Petyr Baelish. Pero es tirado de los pelos. Excepto por Scioli. Se encuentran Daniel Osvaldo, René Lavand y el baterista de Def Lepp… No, mejor nos pongamos serios.

El análisis del discurso de los precandidatos nos permite inferir qué segmentos del electorado pretenden seducir, considerando para elaborarlo números, demandas, pero también posibilidades. M. E. Casullo, Abel Fernández y Manolo se encuentran analizando el de Massa (entre Ruckauf y Chacho Álvarez, dice la primera). Aquí, en consonancia, sostuvimos que apelaba a la seguridad para seducir al electorado de abajo (y de arriba también, ya que se trata de una demanda de corte transversal) y al discurso republicano, con tintes antiperonistas casi, para endulzar a las clases medias y altas de los grandes centros urbanos. Las vertientes no peronistas (Macri, UCR, FAP, que podrían reunirse en un FaUNEN+PRO) no encontraron todavía candidato o discurso más allá de su propia definición como no-peronistas. El peronismo oficialista tampoco delineó un discurso todavía, algo que debe computarse como un déficit. Quizás Scioli, apelando al nebuloso “continuidad con cambios” y a la unidad y fortalecimiento del PJ, considerando que el voto peronista espera la resolución de las estructuras para inclinarse luego; pero el de los candidatos del ¿PJ/FpV? es, antes que un discurso, una apelación a proyectos: Randazzo y la gestión en transporte y documentación; Julián Domínguez, el traslado de la capital y el federalismo; Scioli, a la alianza con las provincias mineras pre y cordilleranas. Urribarri, lamentablemente, se encuentra muy desdibujado, apelando a un purismo kirchnerista que no sólo no existe sino que no es posible. Pero todo lo anterior se refiere a la conexión que los precandidatos buscan establecer con sus audiencias. Intentemos, en cambio, ver qué posiciones se encuentran ocupando dentro del campo político, dividido con fines taxonómicos –¿ah?– y prácticos en gobierno/oposición. Superada una primera etapa en las pasadas legislativas, han quedado definido quienes se encuentran de uno y otro lado. El momento actual encuentra a los enrolados en ambos campos en plena tarea de diferenciación interna, sin interactuar todavía con quienes se encuentran cruzando el meridiano limítrofe.


Retornemos en el tiempo, para ver qué ocurría la última vez que una alternancia entre gobierno y oposición era factible (tanto que, finalmente, ocurrió). Corría julio de 1998, la Alianza se había alzado con las legislativas del año anterior. De la Rúa y Chacho Álvarez representaban la esperanza de exogamia al peronismo. Dentro de este último, Duhalde, cansado de que Menem le picara el boleto, amenazó con llamar a un plebiscito sobre una posible reforma constitucional que habilitara una re-reeleción. Un politólogo marciano, trotskista de la línea posadista, se hubiera agarrado el apéndice cefálico con los tentáculos en desesperación: si Duhalde estaba enfrentado a Menem, ¿qué lo llevaba a querer concretar la amenaza de su enemigo íntimo? Cercado por el menemismo, que entonces controlaba el partido y la Corte Suprema, el gobernador bonaerense debió apelar a superar el internismo partidario e involucrar a la sociedad toda en la resolución del intríngulis peronista. Cinco años después, en 2003, Duhalde y no Menem, nuevamente, lo hizo. ¡Vamos Duhalde!

Pero antes, en 1999, Menem prefirió jugar contra la fórmula del PJ (Duhalde-Ortega) y favorecer a la Alianza, al habilitar el desdoblamiento de elecciones distritales en un “sálvese quien pueda” de los peronismos provinciales, desanclando así en cierta medida el arrastre desde abajo. Los números de aquella elección no resultan concluyentes para afirmar que el peronismo podría haber conservado el gobierno si Menem y Duhalde hubieran acordado. La dinámica instalada, el apoyo de los medios y el clima de época mismo creado por estos y otros factores hicieron del triunfo de la Alianza una profecía autocumplida. Pero la sensación de que Menem pudo haber hecho más (o menos… bloqueo) quedó flotando en el aire. ¿La explicación dada por entonces? Que el cotur de Anillaco no quería entregar el peronismo a su enemigo bonaerense. ¿Son el egoísmo, la fuerte impronta personalista, las razones que determinaron preferible –negando la sentencia josehernandista– que los comieran los de afuera? Se trata de una falacia extendida aquella que sostiene que negar la victoria al contrincante interno te permite conservar preminencia sobre un aparato e intentar un retorno luego. Menem no se convirtió en jefe de la oposición a la Alianza, para el caso. No, para este escribidor insidioso (!), la preocupación de Menem pasaba por mantener viva a su criatura –era lo que le permitiría decir que había hecho las cosas bien– y su engendro político era el modelo neoliberal de exclusión con endeudamiento y paridad cambiaria insostenible –Ah…–. El establishment que había tolerado con sonrisas fingidas sus pintorescas picardías, que había aportado cuadros técnicos, también apostaba a la criatura menem/cavallista, pero consideraba que había llegado el tiempo de un menemismo sin peronismo, de continuar con el modelo neoliberal de exclusión etc. sin la necesidad de soportar la chusma entrometida que, de vez en cuando, debía ser atendida. Duhalde, en cambio, prometía parir algo distinto: una emergencia del uno a uno. De la Rúa se propuso en cambio como médico, maestro, policía y babysitter de la creatura, de eso que significaba concretamente el menemismo. Fue el Menem blanco y ganó.

En el actual escenario, de modo esquemático, podríamos decir que Cristina representa a Menem, Scioli a Duhalde y Massa condensa a De la Rúa y Álvarez. Pero no tanto, porque allí también están Macri y el FaUNEN. Hoy, como durante aquellos años noventistas, sin Tinelli pero con Fútbol, el modelo actual, aun entregando signos de estancamiento en cuanto a creación de empleo (y ahora también respecto a consumo y actividad), goza de cierto consenso. Puesto de otro modo: nadie plebiscitó algo distinto en las pasadas legislativas que no fuera al elenco de gobierno actual. Un voto ad-hominem. Cristina, como Menem entonces, tiene en brazos una criatura que la sociedad no pretende reemplazar de cuajo, sino quizás sólo vestir distinto, sin traje de marinerito quizás. Scioli, por su parte, representa algo diferenciado del kirchnerismo… pero dentro del peronismo; como Duhalde entonces. Pero es el diputado tigrense quien, como Duhalde antes, apela a un cambio más pronunciado del modelo –un reemplazo más radical de la creatura– y a involucrar a la sociedad en la resolución de una interna peronista, antes que sólo a la estructura partidaria. Y como la Alianza, representa la exogamia del peronismo pero con gobernabilidad, ya que Massa es su propia pata peronista. Para terminar de cerrar el “pero no tanto” del massismo en construcción, carece de la estructura de la UCR para enfrentar elecciones nacionales.

No es aventurado señalar que el objetivo de Massa, al independizarse del FpV y del sello pejotista, era colocarse en el centro del escenario y del imaginario político, corriendo al kirchnerismo, radicalizado entonces, a su izquierda. La ancha avenida del medio. Le bastó para triunfar en la PBA durante 2013, aunque evidentemente esperaba luego más ayuda del kirchnerismo para estimular la realización de un cielo encapotado de garrochistas. Pero suponer que el kirchnerismo y el peronismo entregarían, cómodos, el lugar que ocupaban, es inocente por demás. Aunque válido, cabe aclarar, debido a la estrategia de (de)construcción del kirchnerismo desde 2011 a 2013, en su etapa cristinista. Ocurrió en cambio que luego de las legislativas, leyendo el resultado y la evolución del escenario, el kirchnerismo dio inicio a su etapa alvearista, comprendiendo que había abandonado en buena medida la pretensión de representación sobre algunas franjas que habían engrosado el 54%, y se corrió consecuentemente hacia el centro. Como iniciamos este escrito pretendiendo computar los espacios que los distintos proyectos pretenden/pueden ocupar, ocurrió en el Frente Renovador lo lógico, y lo que advertíamos antes su constitución: hacia 2015 debería correrse indefectiblemente hacia la derecha, radicalizando su posición otrora centrista. Comprensible, además, porque es también consecuencia de las alianzas que romper con el kirchnerismo obliga a tejer. Su ventaja –y su esperanza– se asienta en que cuenta con un candidato medidor. El peronismo oficialista, por su parte, pudo recuperar su centralidad, proyectándose para ocupar mejor el espacio de una Avenida, resta saber cuán ancha. Cuenta con varios candidatos pero aquí creemos que sólo uno verdaderamente competitivo. Como ventaja –y a la vez desventaja–, depende más que ningún otro espacio de sí mismo; y de la evolución de las variables económicas y sociales atadas a ésta.

Visto lo anterior (de FaUNEN y PRO no podemos decir mucho más que cuando analizamos su constitución, sólo que sus cabezas más pensantes nos dan la razón), resta poco por decir respecto a los espacios que los distintos proyectos pretenden ocupar. Se renueva ahora, por otro lado, la largada en la carrera de representación para los candidatos de todos los espacios. Es entonces en este periodo cuando, creemos, deberán aventurarse con mayor especificidad en lo que a propuestas de representación se refiere. Dicho de otro modo, cómo pretenden enamorar a los electores. Los lugares ocupados en la pole position no aseguran, hoy por hoy, nada definitivo.

19 pusieron huevos y comentaron:

guido dijo...

Me perdí un poco con STM en el lugar de Chacho+DLR y Scioli de Duhalde. ¿No sería exactamente al revés? Scioli es continuidad con consenso y buena onda, fe y esperanza. Massa es salgamos de acá que habrá funcionado en algún momento pero así no se puede viejo, bajemos los impuestos, dejemos de fomentar la vagancia. De ahí (también) la elección de la inseguridad en la búsqueda de representados: es el único punto por donde puede representar abajo, fuera de allí solo promete cortar víveres.

Charlie Boyle dijo...

Es una paradoja pero hoy es elcampo el que está bancando el modelo y a Scioli. Los pueblos del interior, mientras siga la saga de la soja, tienen plata y laburo, ergo se dará la lógica de ¿Para qué cambiar?.
Ergo el modelo Scioli es parecido a lo que dice Guido, SM, es la oposición a ese modelo, un neomenemismo y nosotros los repúblicos no creo que pasemos el 16%, desempatadores.

Ricardo dijo...

Guido: no lo puse claro entonces en el post. Es un mix. Scioli es Duhalde por jugar adentro y Massa se presenta republicano y prometiendo exogamia al peronismo. Y a la vez Scioli promete más continuidad del modelo, como De la Rúa y Massa sí pretende una modificación más importante. O promete eso. Y es lo que, como digo, esperan quienes le dan soporte.

Particulares 30 dijo...

Confrontar la actualidad con situaciones semejantes anteriores, dando como obvios resultados a futuros dada una clasificación de los candidatos por lo que hoy manifiestan, me resulta un ejercicio donde el problema mayor se centra en los oponentes y no en un oficialismo que se acredita exitoso. Dado que el gobierno participa del evento, pregunto… ¿Dónde está el problema por el cual el gobierno no ha podido construir una herencia acorde a sus pretensiones? ¿Es una falla propia de su construcción política? ¿Es una pérdida de poder en términos de disciplinamiento? o ¿Ha perdido la autoridad política?. Si la respuesta es la no rereelección estamos en el horno.

Ricardo dijo...

Charly: espero que con la respuesta a Guido haya quedado más claro, porque estoy de acuerdo. Aunque, ojo, es Massa quien más abiertamente se compromete con el agrosojerismo. El tema, también, es pensar más allá del boom sojero que, como vimos, no alcanza para intentar mayor redistribución ni para intentar algo más ambicioso en industria. Se habló tanto de Junta de Granos, cuando antes perdimos en una más humilde pelea por el porcentaje de retenciones.

Particulares: hemos hablado largo y tendido sobre esas preocupaciones aquí. Y dijimos que la re-re nunca pudo ser más que un señuelo distractivo, que el kirchnerismo nunca intentó resolver la cuestión sucesoria más allá de una alternancia entre NK y CFK y que, por si fuera poco, la (de)construcción defensivista y expulsiva 54% tuvo gran influencia. Y fíjate que nunca dijimos Clarín, Magnetto, etc.

Erkekjetter Silenoz dijo...

Yo creo que lo del " baterista de Def Lepp"ard es muy meritorio... ¡Otra que la de "me cortaron las piernas"!

Me perdí con los paralelos - no paralelos de fines de los '90

Saludos

Capitán Medibacha dijo...

No estoy tan convencido de la utilidad de este tipo de paralelos históricos.- En todo caso, para mí desde hace mucho tiempo Masa sería una suerte de Menem y Scioli un De la Rua.- Lo que pareciera a esta altura innegable es que Cristina no va a poder repetir en Argentina el logro de Lula: la continuidad en el gobierno del PT con la candidatura de Dilma que, no solo logró ganar en el 2010 sino que tiene todas las chances de repetir este año.- El Frente Amplio uruguayo también ha logrado una continuidad envidiable, al menos para mí, en función de institucionalidad y democracia interna.- ¿Cómo es y cuales han sido nuestros errores para que Cristina haya perdido el tren y ya no tenga más poder para generar un candidato potable que al menos intente continuar con lo que se viene haciendo desde el 2003? ¿Alguien piensa que Scioli continuará la línea del Mercosur y del Unasur, aliados con Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Uruguay? ¿Cuánto tardará en aliarse con los EEUU e inclinarse a la Alianza del Pacífico? ¿Cuánto tardará en llegar el ajuste fiscal, la reducción de los ingresos y de los derechos de los trabajadores y el boom del endeudamiento externo? Casi diría que, para hacer eso, prefiero que ganen Massa o Macri, lo que por lo menos nos dejaría a los k como oposición consolidada para el futuro.- Es peor apoyar a uno que dice ser del propio bando pero luego hace todo lo contrario.- Como botón de muestra hay que recordar lo que hizo Menem como supuesto peronista.- También viví el desastre generado por Perón cuando nos dejó a Isabelita y a López Rega.- Me asusta que el kirchnerismo termine alfombrando la entrada de Scioli, que patea para el otro lado.- Un abrazo

Anónimo dijo...

http://goo.gl/BvcNCI

Particulares 30 dijo...

Capitán Medibacha… Descarnado y sincero juicio de valor… El inconsciente no es boludo y cuando se suelta nos dicta estas cosas… Alambrar al kirchnerismo… Atrincharse en los puestos del Estado, Carta Abierta, Asociación Argentina de Actores, las ONG intensas y la blogosfera partidaria… Pocos pero buenos… El pueblo pagará su equivocación y volveremos… Cristina es Perón y no debe repetir sus errores…

Mauro Soldan dijo...

Muy interesante la opinión de Capitán Medibacha.
¿Será que Cristina es en realidad la Dilma de Néstor, y la experiencia de este "PT" argentino esté llegando a su fin?

Es posible que el modelo NACionalPOPulista, con redistribución, asignaciones, subsidios y sustitución de importaciones haya encontrado su agotamiento por la caída de las inversiones, la inflación creciente y la fuga de capitales.

Parecería que viene una "restauración conservadora" (ordenar la macroeconomía y fomentar lo privado sobre lo estatal) desde el mismo mundo peronista, porque la oposición sigue increíblemente fragmentadísima y confundida.

Pero seguramente en un par de años el péndulo gire otra vez y volverá la tradición nacionalista clásica que formó parte de varios partidos y movimientos desde 1916 hasta la fecha, aunque vaya a saber con qué nuevo nombre y bajo cuál coalición....

Ricardo dijo...

Capitán: son preguntas válidas para las que no hay respuestas. Quizás la úNica posible, por ahora, sea que Scioli tardaría más que Massa. Ahora, como dije algunas veces antes, no puede ser lo mismo Scioli con el soporte del peronismo y la inclusión allí del kirchnerismo (que ya se dio), que Scioli o Massa por fuera y llegando sin deberle nada a nadie. Los errores de construcción ya fueron cometidos en estos años que pasaron y ahora se están subsanando como se puede y dondese puede. El resto, rl cartabiertismo, es tango, nostalgia y no creo que sirva.
A mí me asusta ese pensamiento de que prefiero que ganen Massa o Macri porque implica colocar al movimiento sobre los hombres, y entregar como rehén a millones para que sufran y por eso nos extrañen.
Más aún, existen dinámicas que por más voluntarismo que pongamos, no pueden detenerse. La del peronismo es una. Y me parece bien que así sea.

Ricardo dijo...

don Sudaka: recuerdo que el Comandante Cansado decía que nos íbamos a aburrir a partir de 2015 (y veo que nos estamos aburriendo antes de tiempo, y todavía no llegaron los alvearistas paladar negro, je). Creo que aburrirnos sería el mal menor. Embroncarnos el mal mayor y veo muy poco espacio para la posibilidad de divertirnos.

Mauro: No veo a CFK como una Dilma, sino más bien, junto a NK, hacen un Lula. Pero las realidades del PT y el peronismo son distintas. Para el caso, hilando fino, lo del PT no estaría tan lejos de un sciolismo de izquierda, ja. Sólo hay que mirar a Brasil sin anteojereas de romanticismo.

Ricardo dijo...

PD: antes de recurrir a la metáfora del alvearismo, pensaba en encarrilar los análisis para el lado de la “brasilización" de Argentina...

Abrazos.

Capitán Medibacha dijo...

Ricardo: Comprendo bien la necesidad de ser realista y apoyar la mejor alternativa dentro de lo existente.- Para elegir esa mejor alternativa no daría mayor importancia a las etiquetas.- Para mí, lo determinante es la línea de gobierno que seguiría cada uno si llegase al poder.- Menem vino con la etiqueta de peronista y prometiendo el "salariazo", para después gobernar siguiendo las ideas de la UCD y el FMI.- Hace justo un año, un día antes de cerrarse las listas para las PASO 2013, Massa y Scioli estuvieron a un tris de asociarse e ir juntos.- Lo que los diferencia no son las ideas, sino la táctica para llegar al poder.- Uno va por fuera y el otro por dentro, pero si ganan creo que no harían cosas muy diferentes.- Tampoco creo en la teoría de rodear a Scioli con kirchneristas para asegurarse de que continúe el rumbo.- Esos "cercos" nunca funcionan.- Rodearlo a Scioli para controlarlo únicamente va a obligarlo a comenzar su gestión como Presidente, haciendo la guerra contra el kirchnerismo, tal como Néstor tuvo que hacer con Duhalde, Duhalde con Menem, etc.. En el 73 los de la Tendencia hablaban de rodear a Perón y así nos fue.- Desde mi posición individual, para poder llegar a votarlo a Scioli, necesito saber que mantiene y respeta los principales ejes de la política "k", tanto en el alineamiento internacional como en la política interna.- En especial, en la distribución del ingreso defendiendo a los más pobres.- Si viene para destruir lo ya logrado, mi voto no lo tendrá.- Para eso prefiero que gobierne directamente la derecha si obtiene el voto de la mayoría de los argentinos.- De hecho, pienso que si las alternativas son elegir entre Macri, Massa o Scioli, la derecha ya ganó.- Un abrazo

Particulares 30 dijo...


Ricardo y Capitán….Es tan evidente que lo prioritario es la permanencia del kirchnerismo, que poco importa el resto (bien lo acotás Ricardo) con tal que el kirchnerismo perdure. Me duele esa mezcla de ceguera y egoísmo. Encima el Capi escribe sobre el riesgo que se corre con Scioli si se lo apoya y luego se lo intenta controlar “Así le fue a la Tendencia cuando quiso rodear a Perón”. Como se equivocó la Tendencia (se lo dice alguien que se hizo cargo a tiempo de ese error) se vuelven a equivocar, con un concepto similar a aquella consigna Monto de los 70 previo al golpe “Mientras peor, mejor” parece que sería nuevamente lo deseable para el futuro, si no gana el oficialismo.

A propósito de todo esto, te comparto algo que colgué hoy en Abel que apunta en el mismo sentido.

Lo planteado por Cristina como parte de su discurso que “No le interesa la unidad nacional para volver para atrás” lleva implícita la pregunta ¿Dónde empieza ese atrás? Parece que la nueva idea, es intentar encapsular la historia para que todo cierre. Ese reduccionismo que interpreta la parte por el todo, determina que para entender con facilidad nuestra historia como Nación, todo se fundó en los 90 y desde el 2003 hasta hoy, salta a la vista que este es el mejor período. Desde este concepto tan fácil de entender hay que partir para decidir nuestro futuro, todo lo anterior a los 90 no tiene mucho sentido tenerlo en cuenta porque en definitiva es más de lo mismo. Desde esta simplificación hoy el kirchnerismo reemplaza a toda la historia del peronismo y cualquiera que ahora se le oponga al gobierno es igual a aquella vieja oligarquía. Plin caja.

Capitán Medibacha dijo...

Comparto con Part.30 los deseos para que lo que el kirchnerismo representó estos últimos años, perdure y continúe unos cuantos más.- De hecho es -con todos los más y los menos- el mejor período que yo recuerde, y ya tengo 63 años.- Mi preocupación apunta más al lobo disfrazado de oveja. No me interesa que alguien proclame su lealtad "k" si después en el gobierno hace todo lo contrario.- En ese sentido, que Scioli se manifieste leal a Cristina, no me parece demasiado importante. Por el contrario, le doy mucha más importancia a que en el 2010 introdujo en la Pcia. de Buenos Aires un impuesto a la herencia, siendo en esto más progresista incluso que el Gobierno Nacional.- Cosas así son las que me inducirían a apoyarlo.- De ninguna manera pretendo que mientras "peor, mejor".- Mi comentario apunta solamente a que, para comparar lo que es mejor o peor, no se apunte a las etiquetas,rótulos o adjetivos (peronista, kirchnerista, progresista, leal, etc.) sino a lo que se piensa que el candidato pretende realmente hacer si llega al Gobierno.- Un abrazo.-

Anónimo dijo...

Qué era Néstor en el imaginario popular en 2003, además del marido de la senadora Cristina quien alcanzó fama yendo con Carrió al programa de Grondona? Un ignoto gobernador impuesto por Duhalde para amargar al presidente que el propio Kirchner había distinguido como el mejor de la historia después de Perón.... Por qué ser tan duro con Scioli entonces? Esto es real politik, muchachos... Y encima real politik peronista...
PD: Tu poder ya asusta, Ricardo... Se fue Ramon... Saludos.- Pablo, el Bostero.-

profquesada dijo...

Ricardo esta vez coincido totalmente en especial en el contenido de tus respuestas a los comentarios.

Me parece bien lo último del capitán: en la cancha se ven los pingos y para verlo hay que hilar fino y liberarse de prejuicios, no funciona la nariz levantada que en todo siente mal olor.

Finalmente y en todo caso no se trata de rodear sino que se trata de hacer política con mayúsculas.
Si, como algunos piensan, dos ya estuvo por irse y no lo hizo. ¿tiene sentido acompañar a Duhalde para que ahora lo concrete?
¿Se trata de sumar o de restar, se trata de embarrarse o salir limpito?

Ricardo, y en otro orden de cosas, estoy impresionado por tu poder. Le exigiste la renuncia y la hizo. Clap, Clap, Clap!!!!!!

Ricardo dijo...

Capitán, Particulares: entiendo y comparto sus preocupaciones. Creo que ya asenté mis pareces al respecto en varios y muchos posteos y comentarios. Sin ir más lejos, el que precede a este, je.

Respecto a la renuncia de Ramón, Pablo, Profe... como diría Luisito de Camaño, el técnico que llegue a River tiene que sentarse a hablar conmigo, ja.
Comparto el comentario el comentario de ambos.

Abrazos.