La irrupción de Sergio Massa a la escena nacional —fundamentada en su quiebre con el kirchnerismo— y su proyección como figura presidencial ocuparon buena parte de los últimos dos años. En 2013, antes y luego de su triunfo en PBA, la pregunta que se hacían los politizados giraba en torno a la musculación del Frente Renovador: cuándo y cuántos intendentes (¿y gobernadores?) abandonarían el oficialismo para el besamanos en Tigre. En 2014, para preocupación de sus adherentes, se habló del amesetamiento de Sergio. 2015, año cruel, encuentra al massismo en deconstrucción: se invierten las dudas de 2013 y la incógnita resultante es el abandono o no de la carrera presidencial para reinsertarse Massa en la disputa bonaerense.
Para ahorrar lectura, apuntemos pronto nuestra impresión/apuesta: Massa no se bajará. Existe un motivo basado en dos razones: es demasiado tarde. Por una parte, el arma con la que contará para negociar su futuro político, cualquiera sea este, serán los votos que pueda obtener en octubre (y los legisladores que pueda incorporar). La otra razón es que consumió demasiado tiempo en su instalación nacional primero y en evitar la diáspora después: es actualmente ajeno a la pelea bonaerense. Su relato previo, además (“la Provincia se arregla desde Nación"), no encontró eco social, lo cual me parece adecuado.
Diego Geound, su biógrafo no autorizado, señala como piedra angular de su fracaso el haber lanzado la campaña presidencial más larga de la Historia. No estoy muy de acuerdo, cuando la Alianza UCR-Frepaso fue alumbrada allá por 1996, tres años antes de su triunfo. Andres Malamud, por su parte, señaló recientemente que el sueño de Massa pudo haber sido antes un sueño ajeno al que, inconvenientemente, Sergio se sumó («...“tenemos que aceptar que quizás a Sergio no le convenga lo mismo que a nosotros”. La diáspora estaba predestinada...», apunta). Suma seis razones para explicarlo, muy atendibles, pero su análisis no incorpora los condicionales, los “if...then" que el Frente Renovador necesitaba que se cumplieran y con los que acá pretendemos explicar la debacle del massismo; la más espectacular que se recuerde en estos años de democracia moderna.
Muchas de las condiciones de vuelo, o las turbulencias que el massismo enfrentaría luego podían preverse en junio de 2013, previo al quiebre. Señalamos por entonces las razones que nos llevaban a creer inconveniente —para el propio Massa— intentar esa aventura:
1. 2015 no obliga a participar en 2013 (allí están Macri, Scioli y Randazzo para certificarlo).
2. Si basa su relato en la gestión pura y dura, participar en unas legislativas (etc.).
3. En un clima comunicacional hiperpolarizado, de ingresar a la arena se vería compelido a tomar posición por uno u otro lado, pagando costos en cualquiera de los casos. Aún si intentara un casi imposible equilibrio (y por eso sus continuos bandazos y vuelcos discursivos).
4. De presentarse bajo el FpV perdería apoyos opositores. Y si lo hiciera junto a De la Sota, Lavagna, Moyano y Venegas sería como ingresar voluntariamente al cementerio para abrazarse con los muertos.
5. Pensar en un gobierno 2015 sin el kirchnerismo es proyectar un gobierno herido (aritmética legislativa pura).
6. Nadie por fuera del peronismo oficialista representa una amenaza para 2015. De Narváez perdió.
Retornemos al título: Sergio Massa representa una apuesta que se basó en demasiados condicionales. Estos podían parecer de cumplimiento simple en 2013, pero finalmente ninguno de ellos se verificó. Un juego ficcional nos permite ingresar por entonces en la mente de un massista para elaborar el razonamiento que apuraba el nacimiento del Frente Renovador: “(a) el kirchnerismo se va a la mierda, porque (b) la economía se va al carajo. (c) Cristina piensa únicamente en conveniencia de su figura y (d) jugará a perder. Por todo lo anterior, la gente (e) pretenderá un cambio pero no un salto al vacío y allí estaremos para ofrecer la (f) pax peronista del abrazo Perón-Balbín. (g) Destruiremos a Scioli y seremos entonces una necesidad para (h) los gobernadores del PJ. 2015 será un trámite ganando la PBA en 2013".
Parece fácil, ¿no?, pero niguna de las ocho (8) condiciones se cumplieron. Más aún, Massa estimuló una reacción saludable en el kirchnerismo: éste observó el descontento social y operó en consecuencia, iniciando un corrimiento hacia posiciones centristas (alvearizándose, dijimos). Tampoco los gobernadores PJ (o aun intendentes de cualquier extracción) aceptaron mansamente que pretendieran barrerlos (los sistemas —también los políticos— tienden a la homeostasis). Por último, el radicalismo no creyó que un peronista podría ayudarlos para el retorno de un bipartidismo que persiste en los niveles subnacionales, aunque de manera por demás atenuada.
Así, la apuesta del massismo se verificó voluntarista en exceso. No consiguió —vg— la masa crítica para conmover la dinámica del sistema político en modo suficiente; replicó hacia adentro, además, muchas de las taras del kirchnerismo post 54% con las que explicaban su alejamiento del PJ-FpV. Pese a los pronósticos agoreros, debemos inferir también que la nuestra no es (¿completamente?, ¿aún?, ¿alguna lo es?) una democracia posmoderna y líquida regida por candidatos en desmedro de las estructuras partidarias (la disputa más importante en el campo opositor colocó a la UCR bajo el reflector). Entonces, la condición última sobre la cual descansaba el massismo, la electorabilidad de Sergio, se verificó también insuficiente.
13 pusieron huevos y comentaron:
Es que miró aquello con lo que podía contar y no salió de la captación de los mismos que conformaban el peronismo federal de Duhalde.
Coincido, sus condicionales no se cumplieron, por errores propios y virtudes ajenas. Está en medio del bosque en un sendero a ninguna parte. Resistir y acampar es lo que le queda, está bien de aventuras.
Cristina y el red circle impusieron la polarización por motivos opuestos y además porque, contra todo lo que dice por ahí, expresa bastante bien el estado de situación existente entre el centro de gravedad del poder político y buena parte del económico.
Massa en lugar de ancha avenida se encontró en un sendero vacío en medio del bosque, los Rodríguez Sá, que no tienen un pelo de sonsos, se bajaron bien rápido de ese colectivo a ninguna parte.
Creo que parte de ese mensaje, de ese baño de humildad coercitivo, le toca leerlo también a cierto sciolismo que reniega de las contradicciones. No todo se resuelve en apariencias.
Diría además que su largo e inexplicable coqueteo con Insaurralde y el caso Nisman que dinamitó la avenida del medio , volvió a marcar la polarización, hizo pensar al círculo rojo que alcanzaba con Macri,y terminó, por sus derivaciones, como efecto bumerang para el fortalecimiento de Cristina, liquidaron sus posibilidades.- Saludos.- Pablo, el Bostero hexacampeón de América (y bue, nos queda la historia...).-
Mirá es que están pasando cosas muy locas...
En este interesante posteo del Escriba en AP marca algunos quiebres que, de no mediar algún gran quilombo, serían inéditos.
De todas maneras a mi me gustaría saber cómo se puede especular con un alineamiento de los gobernas a un ¡¡¡intendente!!! por más votos que haya sacado
Ojo lo mismo me sucede con que dicha liga apoye a un colega de la ¡¡¡PBA!!!
Pero bueno, quizás sean elementos de quiebre a agregar
Saludos
Ni Macri, ni De La Sota, ni Magnetto, ni siquiera Carrió, nadie le va a tirar una soga a Massa. Es que Roma no paga traidores.
Daniel: quiso quedarse con el PJ aunque bajo una denominación distinta a FpV y no se lo concedieron. Mal que pese, los gobernadores e intendentes PJ confían antes en Scioli que en alguien que quebró, habló pestes y tiró "la que la gente quería escuchar". Pero también porque el triunfo sobre el que se montaron no era definitivo ni significaba la victoria en 2015. Le ocurrió lo que a De Narváez junto a Solá y Macri en 2009.
Profe: coincido con lo que decís respecto a apariencias, pero el tema es la base estructural con la que se cuenta. Recuerdo que en la primera entrevista que nos hicieron en la Paco Urondo decía que Massa iba a montarse en lo mediático luego de vender gestión y territorio en 2013 y Scioli había preferido quedarse adentro y respetar (y hacer usufructo) de la estructura nacional del PJ. Vemos qué apuesta está pagando. Y que ambas elecciones creaban obligaciones con los soportes y el electorado al que se apela en los distintos casos. Esto decíamos:
"mientras DOS pretendió siempre heredar al kirchnerismo y liderar al peronismo oficialista, con anclaje nacional, el tigrense, al quebrar con el FpV, se encuentra disputando en terreno opositor.
Y desde allí tiene un doble desafío, lógico para una tercera fuerza: por un lado sustraer votos republicanos (UCR, FAP) y de la centroderecha (PRO), con anclaje en la zona núcleo o centro y, por otro lado, su apuesta política no se centra en atacar a CFK sino que hace hincapié en su lucha contra Scioli, para hacer así de Massa una necesidad del peronismo nacional, como soñara alguna vez para sí mismo Macri".
http://agenciapacourondo.com.ar/sociedad/13374-qun-enfrentamiento-entre-una-alvearizacion-del-kirchnerismo-vs-un-poskirchnerismoq.html.
Silenoz: es bueno el de AP, como todas sus notas.
También sería histórico que una presidenta peronista le entregara la banda a otro y que no fuera de su riñón más entrañístico.
Respecto a lo del federalismo, termina siendo consecuencia de todo: la centralización de las decisiones, el ánimo de no crear una Dilma, y así terminamos en Scioli y Randazzo, que también es mazorca. Ocurre que tenes enfrente a Macri, y a Massa que es sólo PBA y que proponía una Liga de Intendentes de la región centro con agenda fiscal común, y bueh, los del PJ-FpV parecen el Chacho Peñaloza.
PolíticoAficionado: como que no tienen la necesidad, tampoco, a esta altura. La apuesta de unir a Macri y Massa serviría si pudieran ganar en primera vuelta. No dan los números ni por las chapas. Tampoco Sergio asegura la PBA. Y para colmo, en PBA no hay segunda vuelta y la apuesta de Macri es a ganar un ballotage...
A ver, básicamente a Massa le conviene que gane el FPV, sacar unos 15 puntos, que Macri se autodestruya (pierde la nacional, queda en el aire, y Capital y Santa Fe tampoco las tiene taaan aseguradas).
El problema es que Massa va en camino a sacar 3 puntos. Si en las Paso araña los 10, después se le van a fugar TODOS los votos. Nadie vota un perdedor, a nadie le gusta que su voto sea intrascendente. Como ya se ha hablado, las generales van a ser un balotage de hecho.
Conclusión: Massa está en el horno.
Leí con atención el post, Ricardo, y el análisis —hecho con claridad— me lleva a considerar que, sin decirlo, está diciendo algo más básico: el problema central del massismo es que nació y creció como construcción electoralista, no como construcción política. Por ese motivo los condicionales son tan importantes y los errores de apreciación tan decisorios.
He comentado, antes, quizás en este mismo blog, que me llamó la atención el que Massa aparece en el 2013 para pelear la presidencia en el 2015 y, sin embargo, habiendo conseguido una banca de legislador nacional, se pasó un año y medio haciendo nada. Nada. Desperdició una oportunidad más que interesante de hacerse conocer en el país a través de un trabajo legislativo. Pero, claro, ese trabajo legislativo es de naturaleza política pero no directamente electoral.
Digamos, la cuestión no es que haya pretendido sostener una campaña presidencial demasiado larga: es que es lo único que pretendió hacer y lo único que hizo. En esas condiciones, si ganás, todo bien; pero si perdés, ¿a qué bases te vas a replegar, si no fueron construidas? Un acuerdo entre intendentes puede funcionar en lo electoral pero no es una base política; en las malas se desarmará.
Quizás Massa y quienes armaron su espacio (que no fue él, eso seguro) pensaron que podían “llevarse al PJ”. Si la democracia posmoderna/moderna líquida es la preminencia de los candidatos sobre las estructuras partidarias, se me ocurre que el PJ funciona exactamente al revés, porque ya constituye una estructura política que sobrevive por sí misma y en forma independiente a los potenciales candidatos. No puede “ser llevado” a otro lado porque no hay otro lado más allá del que ocupa por sí mismo. Con una analogía tosca, diría que el PJ es una ciudad; podés irte de esa ciudad pero no llevártela en la maleta. Y para quedarte necesitás construir tu propia vivienda: no hay viviendas en alquiler ni abandonadas esperando ser okupadas. Los Rodriguez Saá lo sabían. Massa, me temo que no.
Abrazos,
Esther
El ex alcalde tigrense fue un error propio de un semi analfabeto político vanidoso y un grupo de pretendidos vivos confiados en la"construcción" mediática de proyectos políticos de alto marketing y chamuyerío al tono.
Al final, joda cara, en plata y en egosarrasados por realidades más chúcaras; el kirchnerismo NO ES marketing ni tampoco se sostiene en el chamuyo, es política que se labura todos los días, todas las horas y todas las cuuestiones; con mayor o menor habilidad y/o suerte pero, sin dejar de laburar.
Me parece que al "fenómeno massa" no había (y menos hay ahora) motivos para prestarle mucha atención, ¿para qué?, para avivar giles que pudieran tener mejores talentos a la hora de destruir?.
La vagancia massista no es una virtud particular del coso, es una marca de fábrica de toooooodo el cardumen opositor y, ese detalle es la mejor definición de su condición de turistas en tour político, visitas guiadas, anfitriones profesionales, cotillón y espejitos de colores...."vos paseá, pasala bien, que las cosas importantes las atienden los que saben", los sobrinitos del tío sam...
Hablar de massa o alguno de ésos, es un despropósito de agenda ajena; no es la suerte de ese invento la que está en juego, lo que se juega ahora son millones de puestos de laburo, millones de mercaderías para ser producidas y consumidas y millones y millones de sueldos, buenos, muy buenos y regulares, a ajustar. Y empresas del estado a rifar, desguazar o volver inoperantes...
Hace más de 80 años, un "proto K", Escalabrini Ortiz, advertía "Nos entetienen con una película sobre las cosas que pasan, para que no miremos que la realidad pasa por el dinero y como circula, se reparte y particularmente entre quiénes se reparte...". No son las palabras exactas pero el sentido era ése.
Importa la guita, que hablar de massa o figurines por el estilo nos remite a charlas trascendentes como si es mejor la pasta kolynos o la colgate.....
Kloster: todos los rumores indican que baja a pelear la gobernación para el PRO. Para mí, el peor escenario para Sergio. Pero se ve que al tipo le gusta tirar la taba lejos: estará esperando triunfo de Macri y el gobernador PBA para ser el Ruckauf de De la Rúa.
A Ruckauf muy bien no le fue...
Esther: acertado lo que señalás. Pero me parece que aun si fuera una construcción política (no lo es), se hubiera quedado corto al salir del peronismo y al no poder captar al radicalismo. Lo que lo mató fue la falta de estructura. Pero no la consiguió, en parte, debido a gruesos errores políticos y de tiempo. Para poner un caso cercano: hasta abril tenía tiempo de bajar a PBA. Hoy puede bajar, pero a recontrapelearla y casi sin posibilidades de imponer condiciones.
ram: pero no podemos negar que nos divertimos con Sergio, eh...
Ja ja..
Yo en realidad me divertía con el massismo en construcción 2.0...
Muchos byte tirados al divino etano...
Yo creo que desde su interés particular no le conviene bajarse y buehh.. si junta 10 votos... lo hará pesar en 2017...
Eso sí que cambien de "gurú y/o asesores" urgente sino.. por que lo que natura non dat, salamanca non prestat o algo así
Saludos
Silenoz: Massa tiene que encontrar la forma del volver al peronismo si no quiere convertirse en el Ominami argentino.
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