Descanso musical

Domingo. No voy a escribir sobre chusmerío político ni voy a intentar ningún análisis. Hoy el post es musical. Voy a recomendarles, pequeños y grandes saltamontes, un par de discos a los que les estoy prestando los oídos de un tiempo a esta parte. Los links linkean -valga la rebuznancia- hacia YouTube, donde podrán escuchar una canción representativa de cada disco.

1. Genesis - Selling England by the Pound:

Existen diferentes categorías de discos para mí, desde esos bodrios inescuchables que sirven para poner en los rayos de la bicicleta hasta esos pedazos de paraíso que uno no sabe muy bien cómo fue que sortearon la puerta custodiada por San Pedro. Este disco pertenece a la segunda.
Es un disco -para ser absolutamente gráfico- multiorgásmisco. No es joda. Hasta el caballero acostumbrado a experimentar uno por semana -casi siempre los sábados a la noche y a las apuradas- se convertirá en una virgen poseída por su amante celestial.
En cada escucha me transporta a la campiña inglesa, en tiempos de Reyes y Caballeros. Pero en períodos de paz, románticos, de trovadores componiendo en el bosque de Sherwood luego de lamer un par de sapos y masticar algunos hongos alucinógenos.
Si usted nunca lo escuchó, Tata Dios se lo va a reclamar en el Día del Juicio. No diga después que no se lo advertí.

2. The Satanic Satanist, Portugal The Man.

Esta es una banda oriunda de Alaska. Si, es cierto, Sarah Pallin es alaskense. ¿Y qué? Los Beatles son británicos e igual saltamos cuando cantan que el que no salta es un inglés.
Este disco es del año pasado y fue para mí un grato descubrimiento. Está catalogado como indie-rock, pero esa melancolía propia de muchos artistas indie -amargados por no pertenecer al mainstream aunque digan que tocar en estadios es una mierda, cuando vos y yo bien sabemos que cualquiera, por más pretencioso que sea, envidia un poco a Maná-, decía, ese aire low medio tristón acá contrasta con arreglos coloridos y alegres. Canciones disfrutables y un disco que, en conjunto, es muy recomandable.

3. Matthew Perryman Jones - Swallow The Sea:

Este tipo empezó haciendo folk y ahora se hizo eléctrico. A Bob Dylan lo putearon de lo lindo cuando pegó el salto, y el tipo dijo en un concierto: "Play it fuckin' loud!". Bueno, MPJ no es Bob Dylan, ni en pedo.
Este disco tiene una onda a un U2 tranqui, baladero pero no con esa sensiblería irlandesa de alcohólico al que la mujer dejó porque la fajaba. Y ojo, que yo no lo banco a U2. Ni un poquito.
"¡Pero la puta!" -dirás vos- "¡le está tirando con todo!. Que no es Dylan, que se parece a U2 pero U2 es una mierda para él. ¿En qué quedamos?". Jodete loco, te estoy describiendo el disco. Escuchalo y después vas a decirme que este review es genial porque describe al disco de manera perfecta.

4. Tommy Keys - 2009 - The Man in the Moon:

¡Blues! Yeah, baby! Tommy Keys, como su apellido lo indica, es un pianista. No podía ser de otra manera. Como esos cocineros apellidados Pappa o esos ladrones apellidados Gatti, destinados a cumplir la profecía que los marcó desde la cuna.
A pesar de ser guitarrista (yeah, baby again) siempre me gustaron los discos de blues basados en el piano. Y Tommy toca piano, teclados, Hammond. Mucho viento y melodías disfrutables. Un disco blusero con mucho gusto.

5. Gretchen Wilson - Redneck Woman:

Gretchen es una cantante de country rock. Es yanqui y republicana, como Our Lord, God, le demanda a cualquier cantante de country que se precie. Un cantante de country demócrata sería una paradoja temporo-espacial que amenazaría la integridad de este Universo y algunos circundantes.
Este disco ganó un Grammy hace un par de años, creo. No voy a decir mucho, excepto que cuando la mina dice "Hell, yeah!" yo también grito lo mismo, aunque quede medio rarito. Qué se le va a hacer, don. Nadie es perfecto.

Buen domingo.