El antimperialismo es una de mis jóvenes definiciones políticas que peleo por mantener. No es una postura pragmática, sino principista. Reconozco, con dolor, eso sí, que de haber nacido norteamericano sería demócrata y votaría por el grone descafeinado. De las guerras imperiales no me pregunten, ojo.
Todas las ultimas encuestas para la elección de mañana hablan de empate técnico: los republicanos y demócratas dividen a la sociedad (snif) casi a la manera de nuestro peronismo/antiperonismo (con la abismal diferencia de que nuestro antiperonismo no configura un partido organizado). Pero, pero, la mayoría de esas encuestas colocan al hoy ocupante del sillón de Lincoln (?) con una leve ventaja de 3 puntos porcentuales [1]. De todas maneras, puede darse la contradicción, para nuestro sistema de elección directa, que Romney sacara más votos nacionales y perdiera feo en los votos de congresales electorales. Si Ohio, Winsconsin, Nevada y Iowa, cuatro estados no definidos (es decir, en los que las encuestas no muestran un claro ganador) terminan volcándose, como parece, por Obama, éste sumaría 277 votos electorales, 7 más de los necesarios para ser reelegido. Si además Obama ganara en todos los estados que lo muestran, en algunos levemente (New Hampshire, Colorado y Virginia), al frente de las preferencias, terminaría recogiendo 303 votos electorales, recogiendo a Romney, que recogería tan sólo 235 [2].
Los republicanos, cualquiera sea el desenlace electoral, planean conservar el control del Congreso. A eso apeló recientemente Romney (en una estrategia criticada, por aparecer aceptando tácitamente la victoria demócrata) cuando señaló que: "si el presidente es reelecto, no será capaz de trabajar con el Congreso, y van a sufrir cuatro años más de bloqueo" [3].
Es entonces por mi preferencia demócrata vergonzante (y porque los locos del Tea Party me recuerdan aquella frase del mono y la navaja) que no concuerdo con el último artículo de Gelman en P/12 [4], que si bien señala algo cierto (que cualquier Presidente, en EE.UU., debe hacer prácticamente lo mismo, ya que la agenda es fijada por los grupos de poder; y mi mayor decepción respecto a Obama es que no haya utilizado la excepcionalidad de la crisis para quebrar en algo esa lógica), el resultado no siempre es el mismo. En lo que nos toca, algunos pueden señalar como conveniente la menor atención que los republicanos le otorgan a Latinoamérica, pero por lo mismo suelen ser más permeables a los reclamos de los grupos de poder locales, algo que ellos saben. O esperan [5].
[3] http://m.terra.es/noticia?n=99d8e0473c5ca310VgnCLD2000000ec6eb0aRCRD
[4] http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-206834-2012-11-01.html
[5] http://www.clarin.com/mundo/anos-Obama-negros-sufren-pobreza_0_799120174.html
6 pusieron huevos y comentaron:
¿Que Andrew Jackson Kumpa?, el que dió la orden a la Lexington de arrazar con las defensas argentinas de Malvinas en 1831 para que sus loberos no pagasen los aranceles por cazar en nuestras islas y que después incita (como si lo necesitasen) a los ingleses a tomar poseción de las islas porqué sus aranceles serían inferiores.
Nunca menos y abrazos
Me cagaste el chiste, Norberto. Qué va'cé.
Ricardo, su blog no es excepción en darle un espacio importante a las elecciones en EEUU.
En el ambiente más o menos progre, se espera que sean los demócratas y no los republicanos los que triunfen.
No me voy a poner ahora enumerar las políticas norteamericanas respecto del patio trasero, distinguiendo entre presidentes demócratas y/o republicanos. Pero vea usté solito: Invasión a Cuba, Alianza para El Progreso, etc, etc, etc.
En una estrofa de un tema viejo de Sabina dice: "Siempre que se pelean la KGB contra la CIA, gana al final la policía".
Saliéndonos de la escena de la guerra fría, podemos decir que siempre que pelen los demócratas contra los republicanos, ganan los yankees (y perdemos nosotros).
Sudaca: en realidad, le dí poquísimo espacio. De todas maneras, más allá de hacer un seguimiento a la campaña y encuestas, las cosas están claras: las diferencias son las tradicionales entre republicanos y demócratas. Estado chico y bajar impuestos para los ricos los primeros y algo de intervencionismo en lo social los segundos. Y bueh, derechos.
Ricardo: independientemente de que efectivamente la política exterior yanqui cambia poco, un triunfo de Romney sería una catástrofe para la lucha global por un aborto legal y por los derechos de las mujeres en general. Los partidarios de que el aborto legal necesitamos que los ea en la mayor cantidad de países posibles. A propósito, ¿viste el artículo de Página que menciono acá?
Comandante: yes we can (read the article).
Lo leí y da una luz de esperanza que Rojkés se haya reunido con los de Católicos por el derecho a decidir. En Tucumán estará esperándola el obispo de turno (ya no está Villalba -no es el Keko-, quien daba tan lindas y republicanas homilías) para pedir explicaciones.
Pero bueh, todos se le cagan de risa a la señora Alegría ¡y nadie piensa en los niños!
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