Obama encerrado. El rol del Estado

EE.UU. decidió hace unos días darle a la máquina impresora como una forma de devaluar su moneda, dinamizar el sector exportador al otorgarle un tipo de cambio más competitivo y oprimir un poco las importaciones. Con esta medida que traen aparejadas estas otras busca fortalecer su propio mercado interno y, al decir de Marcelo Falak, "exportar al mundo la crisis estadounidense: al elegir la vía de la emisión monetaria y la guerra cambiaria".

Se trata de una salida "à la Argentina" de la crisis, pero desde el país central.

Luego de una dura derrota electoral, Obama perdió el control de la Cámara Baja. En el Senado la situación es compleja. No significa que Obama no pueda ser reelegido -recordar la derrota electoral de Clinton en el '94 y su posterior reelección- pero si luego de su triunfo electoral no pudo aprobar su Reforma del Sistema de Salud sin negociar puntos centrales de la misma con la férrea oposición republicana, más difícil le resultará ahora llevar adelante un plan de gobierno propio.

En los papeles se trata de la derrota del "Change we can belive in". En los USA, el cambio no es posible ni aún luego -y en medio- de una formidable crisis.

Obama asumió incrementando el salvataje bancario que ya llevaba adelante W. Bush con la esperanza de que en la ortodoxia económica se encontrara una salidad a la crisis. Pronto entendió que, para salir de una crisis causada por un sistema financiera que se controlaba a sí mismo -el Dios Mercado-, debía oponerse una presencia estatal. No fuerte, pero si llevar al Estado al terreno de las decisiones económicas. En enero de este año propuso un plan de inyección de divisas dirigido a la clase media destinado a promover una salida de la crisis vía mercado interno y cambiar el descontento popular que ya se insinuaba con respecto a su administración. Fue tildado de peronista, de comunista y volvieron a escucharse las críticas del republicanismo ultra que lo trata de musulmán y antiamericano.

Y quizás algo de razón tengan. Es antiamericana -en el sentido del American Way of Life de los Golden Fifties- la salida a la crisis que está intentando el hawaiiano. Queda claro que en norteamerica el emporio comunicacional de la Derecha ha triunfado sobre la Casa Blanca. Poco margen existe en el país de la Freedom y la Democracy para llevar adelante cambios si no han sido consensuados y impuestos por la organización industrial militar y su sector energético, siempre tan ávido de petróleo que no duda en destruir países y millones de familias en ellos para conseguir el comfort al que está acostumbrado el pueblo norteamericano y que les permitió, siempre, dirigir a la Primera Economía Mundial, hoy en franca decadencia.

Bill Clinton, realista, dijo hace poco en Yalta:

creo necesario que Washington se vaya preparando para la pérdida del dominio global ante el rápido desarrollo de economías emergentes como China e India… Quisiera que, una vez perdido el dominio, aún fuésemos influyentes en el sentido positivo

Ahora China, le pide explicaciones por su nueva política monetaria. No puede darse el lujo, el gigante asiático, de apreciar su moneda y perder competitividad, la piedra angular de su espectacular crecimiento -supongo que es innecesario aclarar que no envidio la Chinean Way of Life-.

Mientras en el mundo se hace evidente que es el Estado el que tiene que afrontar las dificultades creadas por el Mercado, en Argentina siguen otorgándole a las consultoras un rol calificador sobre la economía y ocultando en los Medios opositores los estragos que la crisis causa en las economías desarrolladas. Es hora de abrir los ojos y entender que la consultoras responden a intereses que no son los del conjunto de la ciudadanía y que el rol que el Estado viene cumpliendo en nuestro país es el que nos permite surfear la crisis con relativa tranquilidad. Porque si hicieramos caso de las recetas que propone la oposición, dependeríamos mucho más que en la actualidad de los coletazos externos.