Lindo nene, el Pepe, pero para que CFK dé un discurso así haría falta que Magnetto le torciera el brazo (y vaya si hubieron intentos) y que Cristina dejara de ser Cristina.
Ahora que lo pienso otorgarle una connotación de humor a la nota de Eliaschev sea quizás una concesión elevada. No es graciosa. Sin ser un experto en la materia, pero con amplia experiencia en películas de Rowan Atkinson y Emilio Disi, me permito sugerirle al periodista algunas cuestiones que, tal vez, le permitan en el futuro escribir algo que provoque aunque más no sea un imperceptible corrimiento de comisura labial en algún lector:
1. Estudie, Pepe, no sea vagoneta, la manera en la que se expresa y articula sus ideas la Presidenta. El humorista que la imitó en Gran Cuñado la sacó mucho mejor. ¿O no, argentinos y argentinas?
2. Freud decía que la persona debe estar receptiva para el humor, esperándolo. Nadie puede esperar humor en columna suya alguna, Pepe, y menos si, ya desde el principio, mata la sorpresa anunciando que quien escribe es Cristina Fernández de Kirchner.
3. Para que un texto sea humorístico debe poseer algunas características. Existen muchas teorías que intentan explicar el humor. Veamos algunas:
- Teoría de la superioridad: el infortunio de otros provoca gracia, porque lo coloca a uno en una posición de superioridad. Usted, Pepe, no consigue que parezca que la Presidenta escribió la nota. Falló en su intento de equipararla como columnista de Perfil.
- Teoría de la incongruencia: el señalamiento de una, no advertida por el lector, permite que su resolución (la colocación de las cosas en su lugar) libere la risa. Nuevamente, Eliaschev, la única incongruencia es que usted haya intentado tamaño ejercicio. Estaba predestinado al fracaso.
- Teoría de la violación benigna: no, Pepe. No se refiere a lo que acaba de pensar. Mal lo suyo, ¿eh? Se trata de una teoría desarrollada por Peter McGraw que dice que el humor ocurre cuando: a) algo amenaza la propia concepción de cómo debería ser el mundo; b) la situación amenazante parece benigna y; c) la persona entiende ambas interpretaciones a la vez. Como verá, su texto no amenaza la concepción que uno tiene de la Presidenta y -esto si es gracioso- no configura siquiera una situación amenazante.
3. Según el psicólogo evolucionista Geoffrey Miller, el humor no era necesario para sobrevivir en las sabanas africanas y habría aparecido luego, como indicador de algo que sí tuvo peso en la selección natural más adelante: la inteligencia. Menos mal, Pepe, que hoy la cultura permite que no sea la selección natural la que determine la supervivencia del individuo.