sábado, 27 de junio de 2015

Argentina vs. Colombia, o Martino contra las viudas de Sabella

En apenas tres partidos (el de Jamaica cuenta como entrenamiento con público visitante) Martino pudo confirmar que es la continuación de Batista por otros medios. Esa parece ser su intención al menos, cuando luego del empate desempatado en penales afirmó que el equipo debía seguir así: ah, el dulce néctar del poeta, del artista, el goce del sufrimiento y la exaltación del honor en la derrota heroica. No perdimos, pero esnifamos el nauseabundo hedor de la ignominia en la eliminación tempranera. Siguiendo a von Clausewitz —o a otro filólogo de la política y la guerra como Carlos Salvador Bilardo—, podemos afirmar que el Tata está haciendo todo mal, pero a propósito, con el claro horizonte de llevar a la praxis todos los yerros tácticos y estratégicos que puedan cometerse para arribar a Rusia 2018 con la mochila vacía de errores. Crack de la planificación. Pero vamos por partes:

1. El árbitro: Orozco calculó mal y se equivocó de partido. Si uno desea inscribir su nombre en la Línea Histórica Colón - Hernán Cortés - Codesal - Rizzoli, debe esperar con paciencia a una final de campeonato. Bombear así en Cuartos solo deja al descubierto el cagazo de los hermanos chilenos, compatriotas de la vereda con vista al mar, que piensan ganar su primera Copa América apelando a las artes del fingering esfinteriano y el amañamiento arbitral.

2. Colombia: Pekerman hizo lo imposible por obtener una nueva oportunidad de dirigir a la Selección pero, como el árbitro, también se equivocó. Entregó el partido proponiendo marcación personal, algo indigno de su capacidad y confirmó que sigue siendo el mismo: no puso a Messi frente a Alemania y sacó a Teo a los 20' del PT. Ramón Díaz, en cambio, pretendió ganarle a la Selección, sumando así algunos puntos en su vano intento por convertirse algún día en el DT del combinado nacional. Junto a Emiliano. Tiene razón Chilavert.

3. Argentina: difícil tarea la que encara el Tata Martino, que debe lidiar con la superabundancia arriba al tiempo que debe aplacar(nos) a las viudas de Sabella. Viene mal: equivocando planteos tácticos, conformando demagógicamente al plantel, sin una idea de juego (el famoso a qué jugamos), leyendo mal los partidos y metiendo la pata horrible con los cambios.
Si con Sabella, Argentina tenía un sólido esquema defensivo con los mismos nombres, con Martino dejó dudas varias frente al único equipo que lo presionó, aun sin luces, Paraguay. Tenía la de Pachorra una salida limpia con Demichelis, que alternaba el primer pase con Mascherano. Otamendi será parecido a Zangief (Street Fighter II), pero no está capacitado para suplir a Micho en esa función.

El 4-3-3, con Di María de puntero izquierdo es un error conceptual grave: los equipos anchos, con extremos, necesitan por definición (y para terminar las jugadas), de un 9 hecho y derecho, no un mediapunta goleador como Agüero. El único capacitado para jugar entre los centrales, abrir espacios y aportar peso en el área, en esta generación, es el Pipa Higuaín. El de Tévez, entonces, fue otro de los cambios equivocados de Martino, como la locura de incluir al mismo tiempo al Pipa y a Carlitos frente a Paraguay, cuando el partido pedía mediocampistas y pausa. Así e' veri dificul, eh..Por si no bastara, la posición de Angelito en el terreno oblitera sus mejores virtudes: al Di María crack lo vimos arrancando desde atrás, con terreno y recorrido para explotar su gambeta en velocidad y pase en profundidad.

Podríamos continuar enumerando semejanzas entre esta Selección y la de Batista (los tres números 5, Masche, Biglia y Banega que terminaron frente a la poderosa Colombia que se nos venía encima (!) mientras Lamela e Higuaín, o aun Roberto Pereyra, reposaban el sueño de los héroes en el banco) pero, como atenuante, Martino comprendió que Messi debe jugar más arriba y alguien (Pastore en este caso) debe hacer la transición en mediocampo. Está consumiendo crédito, Martino. No, en los medios no, el crédito que otorga este blog antes de dedicar esfuerzos en la remoción de un DT, como sufrieran en carne propia Basile y Batista. Ganar el torneo es todavía una posibilidad cierta, a pesar de los errores tácticos y conceptuales, porque ningún equipo ha demostrado argumentos mejores, pero deberá mejorar y mucho el trabajo del técnico para convencer a las viudas de Sabella.

domingo, 21 de junio de 2015

Cierres de listas: cuatro apuntes

¡Buenos días, vilipendiados por los cierres de listas! ¿Entraste? Recordá que acá siempre te bancamos. ¿No entraste? Uy, no, esta tarde no tengo tiempo para un café, lo dejemos para otra ocasión... En fin, anoche se acabó la joda y quedó conformado el cuadro electoral camino a las PASO. Algunas ideas sueltas y apresuradas:

1) Me gusta que CFK decidiera no ser candidata. Más servicio a la Patria no se le puede pedir. Así, con perdón de damas y caballeros, le da por el tujes a los bocones que la imaginaban desesperada por fueros. Atenta al desarrollo de la Historia, y consciente de su rol en ella, Cristina decide salir por la puerta grande. Sin rol institucional a cumplir, será más evidente aun su rol de Madre Eterna. Para lo que viene, de resultar —como todo parece indicar— Scioli electo Presidente, deberemos pensar en el escenario inédito para el peronismo de la convivencia entre un Presidente y una Conductora. ¿Yrigoyen-Alvear, como venimos debatiendo con Abel Fernández? ¿Alfonsín-De la Rúa? ¿Duhalde-Kirchner? ¿Francisco-Benedicto? Lo cierto es que la evolución de esta relación será también uno de los factores que determinarán los próximos cuatro a ocho años. Nadie debería entusiasmarse, de todos modos, con algo parecido a Perón-Cámpora: el peronismo y Cristina han dado muestras cabales de evolución y compresión de los tiempos y sus demandas. Como adelantaron Urtubey y Kunkel, voces cantantes del peronismo territorial y el kirchnerismo duro, existirá pulseadas pero la resolución deberá tener un marco más institucional. Lo adelantamos: la renovación del peronismo se tramita adentro.

2) Las listas traducen el estado actual del equilibrio de relaciones y capacidad de daño de los distintos sectores que componen el Frente para la Victoria. El objetivo, saludablemente —para el peronismo de funcionarios, pero más aun para los argentinos de a pie que precisan de Estado como el actual y no uno como el menemista-delarruísta— es el triunfo en agosto que cimiente un triunfo sin necesidad de segunda vuelta en octubre.

3) En términos subjetivos, el cierre del FpV es el mejor y los demás son caca. Objetivamente... también, je. Es cierto que la resolución de la interna presidencial se vio empañada por la chiquilinada de Florencio Randazzo. Pero más allá de los ex cristinistas neorandazzistas antisciolistas que votarán al manco culposamente, mi evaluación es que se dio lo más conveniente para el espacio. Aldo Jarma había señalado (no encuentro el link) que las PASO —no la interna, sino el instrumento— podrían actuar en desmedro del oficialismo. Quedó claro que Cristina entendió y atendió la demanda de gobernadores e intendentes PBA y actuó en consecuencia. Lamentablemente, en la provincia de Buenos Aires habrá interna, cuando lo ideal hubiera sido un solo candidato a gobernador también.

4) Los cierres en Tucumán, para el próximo posteo.

jueves, 18 de junio de 2015

Panorama político: el menú está servido

Nuestro amigo @otto_rock1 nos acerca su análisis acerca de la carrera presidencial en nuestro país y queremos compartirlo. Debería hacer una presentación (aunque creo que con mencionar que es de River, lector de LHYLI y nos sigue en Twitter basta para caracterizar el perfil de un tipo inteligente y agudo en sus reflexiones políticas) pero sólo voy a decir que Otto no es argentino y tampoco vive en nuestro país. Esto, que podría ser una observación en demérito de su texto, es todo lo contrario: se trata de alguien que sigue con simpatía al kirchnerismo, pero a la vez nos permite una aproximación a una mirada menos apasionada de nuestra selva política local. Va completo pero pueden visitar su blog acerca de la actividad minera en Perú (IncaKolaNews) por acá:

«Argentina Presidential election: The stage is now set

Recently in Argentina we've had the lethal fading of the Sergio Massa campaign, as well as the quick death of the never gonna work weird UNEN coalition, plus CFK's decision yesterday to ask Randazzo very nicely to stop pretending (it didn't go down well, but he toed the line). So aside from the minor distractions and non-important candidatures, we're now down to an obvious straight fight between two players for the job of President of Argentina in October 2015:

Daniel Scioli, the chosen one from the ranks of the CFK government.
Mauricio Macri, the mayor of Buenos Aires and head of the PRO party.

Scioli will win. Get used to the idea.

PS: For Ricardo, Abel and anyone else who might care. The last 48 hours have shown one main thing, that CFK is in charge. She's chosen Scioli and she's chosen correctly. Two points:

1) Randazzo never was, is or ever will be 'presidenciable', that special secret sauce a politico needs to make it to the top of the greasy pole. Scioli is, period. In the eyes of the wider electorate, Daniel Scioli has paid his dues and won't ruffle feathers as the Head of State. However, if Randazzo became the chosen one, Macri would be offered an open door to the election. It was only a matter of time and timing for the Randazzo retirement and what's more, his decision to do (or not do) what he wants in the election cycle this time around is unimportant. There's only one job that matters, folks, and it isn't the governorship of Buenos Aires province. Not this time, at least.

2) On the question of timing, that's now and that's CFK pulling the trigger via her decision to pair Scioli with Zannini and her decision to have a little chat with Florencio Randazzo. With these moves she states that a) she is in charge and b) a vote for Scioli is a vote for the continuation of the project. And it may come as a surprise to those outside looking in who only get to note Argentine goings on via mainstream English language press coverage, but both a) and b) are distinct advantages for Daniel Scioli. Despite what you might have heard, CFK is a popular president in Argentina and Argentina's not doing badly at all right now. That may pain you politically, that may go against your preconceived ideas of what inflation is, but that's also true.

Scioli's only weak point for October is the potential for accusations that he's the chameleon candidate, that he'll take Kirchnerism away from its path and pull it to the right thereby alienating its grassroots. The people who feel this way are some of the most vociferous in social media complaints about the way Randazzo has been treated today, which is another reason why CFK has acted early. By clearing the field today in June, long before the PASO comes around in August, she gets the time needed to rally the whole FpV, from the wishywashy Scioli faithful to the hardcore Campora, around the same flag. On this score, the choice of Zannini (by CFK, not Scioli) is inspired and hints at the rise in ambitions of Maximo Kirchner.

I digress, but the basic point is that CFK is much better at Argentina politics than all of us and she's now played the main cards. She's named Scioli (which changes nothing, he was always going to win the FpV nomination over Randazzo) but she's done it in a way that will assuage the doubts of the hardcore K members. Scioli is the one that is deemed 'presidenciable' by the wider population, he's now had the Kirchnerist collar fixed firmly round his neck. And he's your new President come December».

miércoles, 17 de junio de 2015

Scioli-Zannini: el alvearismo consensuado

La foto de la fórmula DOS-Chino podría ser apócrifa:


Hemos escrito largo y tendido en el blog sobre Scioli, el alvearismo, la alvearización del propio kirchnerismo, y siempre —intentamos— en clave analítica. La ocasión ameritaría decir algo, un I told you so, ponele, pero nos conformamos con señalar que estuvimos viendo algo parecido a lo que la realidad viene dictando. Por eso, nos conformaremos con citar un par de notas y posteos que vienen al caso. Sabremos pronto si la de Scioli y Zannini es una fórmula de unidad o se mantiene la competencia para agosto. La prensa (la amarilla no, sino la naranja) especula con que Randazzo bajará a PBA y el alvearismo consensuado marchará al frente del pelotón ya en agosto. Scioli-Zannini representa una síntesis que quizás tornaría innecesarias las PASO, saldando su cometido (si éste fuera asegurar la unidad del peronismo y el kirchnerismo no peronista para octubre). Pueden decir que al PJ (los gobernadores y el PJ-PBA, bah) puede no caerle en gracia el vice, pero no creo que rechacen la lógica instrumental si la moneda de cambio es una boleta única. ¿Puede mantenerse la interna con Randazzo? Es posible también: a esta altura deberíamos saber que Cristina disfruta sorprendiendo. Pero no come vidrio.

Ignacio Zuleta en ÁmbitoIgnacio Fidanza en LPO coinciden a grandes rasgos en lo que habría sido el detrás de cámaras de esta decisión. Por mi parte, apunto algo que posteamos en marzo de 2013:

«No resulta arriesgado afirmar que pocos negocios podrían resultar menos rentables en términos de poder, para el campo popular, que una fractura del peronismo existente; camino que lo devolvería no a 2003, cuando tres fracciones intentaron hacerse del liderazgo (...) No, en las actuales condiciones, una escisión del sector conservador, fomentado o festejado por el ala dura kirchnerista, significaría regresar a tiempos de Menem vs. Duhalde, en un esquema invertido, pero que podría tener un desenlace similar: entregarle la banda a un Presidente no peronista, con las implicancias que eso conlleva.

Desde hace ya algún tiempo, sectores del establishment, rendidos ante la evidencia que la gobernabilidad en nuestro país se asienta en un sistema de partido hegemónico, propugnan por esterilizar al peronismo de la anomalía kirchnerista, considerado un retrovirus que debilita, a veces con prisa y a veces con pausa, las defensas de actores concentrados de la economía y el poder. Al mismo tiempo, representantes del ala dura kirchnerista (halcones K, podríamos decir), se manifiestan a favor de “purificar" (amable lector, note las comillas) al kirchnerismo, tarea que se vería coronada con la concreción de aquel sueño dianacontista de una Cristina eterna...». Podríamos apuntar ahora que Massa se propuso ante el establishment para la concreción de ese sueño, un peronismo sin kirchnerismo, intentando convertirse en el Scioli que el Círculo Rojo deseaba. Así le está yendo. Daniel Osvaldo en cambio, criticado y subestimado en sus capacidades políticas, está dando lecciones sobre rosqueo a algunos.

Para no aburrirlos, éstos pueden también servir para comprender/explicar la coyuntura:

2015: kirchnerismo y... sciolismo (agosto/2012)

La alvearización del kirchnerismo empieza por casa (diciembre/2013)

Scioli 2015 (junio/2013)

Kirchnerismo, alvearismo y poskirchnerismo (septiembre/2013)

#JeSuisDanielOsvaldo o #JeNeSuisPasScioli (enero/2015)

lunes, 15 de junio de 2015

Santa Fe, lo real y lo simbólico

Tranquilos, no intentaremos traducciones psi y últimamente estamos poco afectos al chamuyo simbólico (por una cuestión de tiempos y, más importante, porque en estas elecciones lo simbólico tendrá un valor relativo y el barro de la realpolitik, el voto a voto, un peso mayor que cuando en 2011 el amor venció al odio).

Para datos concretos, los de los amigos de La Corriente K de Santa Fe: «...de cara al futuro, las curvas de las gráficas electorales se cruzan, medidas desde el 2007: el FPV arrancó entonces en el 38 % para caer al 22 % en el 2011, y superar el 29 % en la elección de ayer; por contraste con las cifras del FPCYS, en declive constante: más del 48 % con Binner en el 2007, poco menos del 39 % con Bonfatti en el 2011 y poco menos del 31 % con Lifschitz ayer...». En lo que a Del Sel respecta, «...la estrella del ex Midachi viene en franco descenso: del 35 % del 2011 cayó a poco más del 30 % ayer con lo que se lleva escrutado, pese al apoyo de Reutemann en el tramo final de la campaña. O mejor dicho: a causa de ese apoyo...». Yo quiero citar además los datos de 2013 (a diputados nacionales): FPCyS 42%, PRO 27% y FpV 22%. Aritméticamente, en dos años el peronismo santafesino incrementó sus votos en 112.000 voluntades. El PRO, si bien descendió de su registro de 2011, incrementó en menor medida sus guarismos de 2013: 52.000 votos. Pero la razón última de los resultados santafesinos debemos ubicarla en la caída estruendosa del oficialismo local. En un contexto en el que los gobiernos sacan ventaja (y el resultado de Weretilneck frente a Pichetto ayer mismo sirve como botón de muestra), el FPCyS perdió 228 mil votos.

Hay final abierto en Santa Fe, pero más allá de a quién corresponda finalmente tomar posesión de la Casa Gris, podríamos analizar el resultado provisorio del siguiente modo: quien tenía más para perder, el socialismo, evitó la caída que las PASO ganadas por Del Sel pronosticaban. Quien tenía todo por ganar, el PRO, no pudo celebrar (y nos ahorramos el dolor político y estético de ver bailar a Macri). El FJpV, que podía ser el “polarizado", no sólo lo evitó, sino que está a tan solo un punto y medio del primero y es posible que haya evitado un triunfo de Miguel Torres del Sel, colocándose a tiro para 2019.

La traducción nacional de esto es imposible de cuantificar, pero habida cuenta de que el FPCyS tendrá dificultades concretas para tributar su voto en Stolbizer, que el porcentaje de Miguel de Sel se mantuvo relativamente estable y no acompañará en la boleta a Macri (ay, el sistema de Boleta Única), el crecimiento del FpV (que ya había triunfado en 2011 con Cristina a nivel provincial) permite abrigar esperanzas para agosto/octubre, fundamentalmente en la figura de Scioli, a quien Perotti apoya explícitamente. Macri necesitaba de un triunfo simbólico para que lo acompañara parte del voto útil que quisiera alinear provincia con Nación. Ahora, es más probable aun que el festival de voto cruzado que 2011 nos legó en la región centro acompañe, también en este turno, al FpV, que podrá fidelizar el voto del PJ local, recibir tributos del FPCyS y aun votos de Miguel del Sel en razón de la polarización que en octubre enfrentará al PJ-FpV con el PRO. Descontamos, en vista de ello, que recrudecerán los ataques a Margarita Stolbizer desde el partido amarillo y la lengua de Elisa Carrió, en un vano intento por redirigir “voto útil" opositor ya para las PASO y primera vuelta electoral.

En definitiva, si bien el resultado de Río Negro es una cachetada (hay que esperar de todos modos la realineación de unos comicios que Weretilneck provincializó satisfactoriamente), el resultado parcial de Santa Fe invita al optimismo oficialista y a la desazón opositora. Para graficar esto último, un dato de color en palabras de un opositor que no permite que sus deseos lo enceguezcan, @ObsComprometido, que a la luz de los resultados santafesinos, tuiteó: “Las esperanzas están depositadas en CFK y su habilidad para elegir malos candidatos". Si esa es la razón para el optimismo, les tenemos malas noticias: Cristina no ha dado señales distintas a las de jugar a un incremento (podríamos haber dicho maximización, pero no) de las chances electorales del oficialismo.

viernes, 12 de junio de 2015

El juego de tronos de Massa, Macri y el fantasma de Marco Enríquez-Ominami

Comencemos pum para arriba dándole la razón a Macri: el Círculo Rojo, el establishment, suma aritméticamente a Mauricio, a Massa y cree que un acuerdo cupular puede depositar al primero en el Sillón de Rivadavia y a Sergio en el de Dardo Rocha. Se equivocan. Como cuando De la Rúa: pretendían menemismo sin Menem y obtuvieron Convertibilidad sin gobernabilidad. Ahora, de cumplirse su sueño húmedo, podrían conseguir algo similar... con una ventaja: el kirchnerismo no deja bomba alguna para que explote, como sí resultó el endeudamiento externo utilizado para sostener la paridad cambiaria en los '90 y hasta 2001.

Sostenemos en este blog chúcaro y magullado que la supervivencia de la candidatura de Sergio Massa opera en desmedro del peronismo oficialista, recortando sus chances de triunfar en primera vuelta y, en contrapartida, a favor de Macri y la consecución de un ballotage, el primero que debería enfrentar una elección presidencial (mientras el kirchnerismo emocional le pide a Massa —inexplicablemente— que no se baje). Andy Tow, Ernesto Calvo & Co. certifican estas presunciones con datos a través de un seguimiento de encuestas que denominaron La Borra: «...Massa se ha transformado en un frenemy de ambas campañas, alguien que se encuentra en ese espacio ambiguo entre ser un amigo y un enemigo, alguien que juega desde afuera pero puede ayudar a ambos candidatos, ya sea con su continuidad o con su caída (...) Por tanto, por extraño que parezca, las posibilidades electorales del macrismo dependen de que Massa logre mantener un número significativo de votos en la elección de octubre y, por tanto, evitar que el sciolismo gane en primera vuelta. Esto le da un nuevo sentido a la coalición entre el PRO y el FR, cuya utilidad para el macrismo depende de mantener los votos lejos del sciolismo. La consigna tiene que ser mantener vivo al FR hasta la primera vuelta y, para ello, una alianza presidencial no tiene ningún sentido...». Atentos a esto, en el posteo anterior apuntábamos que Massa no le aportaría votos a Macri en segunda vuelta, con la elección bonaerense ya decidida en octubre. En definitiva, Macri está jugando bien el partido que maximiza su ventana —pequeña— de posibilidad: un ballotage de peronismo vs. antiperonismo.

Massa, en cambio, juega otra partida. La que —oh, cruel ironía— muchos analistas opositores atribuían a Cristina cuando sentenciaban que CFK apostaría a un triunfo de Macri para quedarse con el sitial de líder de la oposición, peronista en este caso. Lo cierto es que Massa trata de estúpidos a sus potenciales votantes cuando señala que Macri es un retorno a los '90 mientras se desespera por un acuerdo con el PRO. Como candidato a gobernador de la PBA para ser Ruckauf en tiempos de Fernando de la Rúa o, clausurado ese camino, simplemente como colaborador de una derrota del peronismo siguiendo la ecuación “Macri Presidente, Scioli perdedor, Massa líder de la oposición merced a su tercer puesto sin aparato, guita y edad" (los tres ¿valores? con los que intenta explicar su debacle y segura derrota). Parece haber comprendido, así, que debe pavimentar un camino de retorno al peronismo si no pretende ser el Marco Enríquez-Ominami de nuestro sistema político. Ya lo vimos en Chile: Ominami rompió, triunfó Piñera pero cuatro años después retornó Michelle Bachelet (todo esto sin considerar, además, que la Concertación chilena dista mucho del peronismo como cantera de dirigentes). Quizás se trate de otro error merced a su juventud: mal podría abrazar el peronismo a un candidato que jugó a su derrota para entregarle la Presidencia a Macri. Menos aun si consideramos que cuenta y contará con candidatos ganadores. O alguien debería convencer antes a Urtubey, Capitanich, quien triunfe en PBA o a la misma Cristina de que Sergio es un primus inter pares en honor al recuerdo de su triunfo en las legislativas 2013. Si comprendió que debe retornar al peronismo, Massa no parece haber comprendido, en cambio, el mensaje del peronismo realmente existente: la renovación se tramita adentro.

viernes, 5 de junio de 2015

¿Macri suma a Massa?

Las noticias del día fueron el adelanto del apoyo de Juan Manuel Urtubey a Daniel Scioli y la declinación de Francisco De Narváez a su precandidatura a gobernador por la PBA. Ambas podían ser anticipadas y es poco lo que puede analizarse: en la interna del PJ-FpV las cosas están bastante claras en cuanto a apoyos y más aun si consideramos que es DOS quien mide en el NOA. Cuestiones de instalación y de internas del PJ-FpV. Respecto al Colorado, no hace falta decir que la noticia no representa ningún golpe: todos la esperábamos.

En cambio, lo que podemos analizar es lo que todavía no es noticia: la posibilidad de un acuerdo entre el PRO y el Frente Renovador para que Massa opere como candidato a gobernador de la PBA por el gran acuerdo oposit... como candidato de Macri, bah. Van una serie de tuiteos al respecto:


Supongo que se entiende cuáles serían las perspectivas del acuerdo de resultar triunfante. Sería ideal para Sergio, una puerta de retorno al peronismo y desde una posición de poder (aunque a Carlos Ruckauf no le sirvió) y un martirio para Macri, cuyo objetivo no es ganar en octubre sino apelar a un ballotage... instancia en la que no contaría con ninguna tracción en la PBA, que tendría la elección resuelta (para el lector distraído: no existe segunda vuelta allí).

Para Massa, insistimos, lo aconsejable a esta altura sería continuar su aventura presidencial. Para Macri, insistir con su pureza amarilla de "lo nuevo" (aunque sea tan viejo como Alsogaray). Pero aun así, las incógnitas electorales son bien otras: si el PJ-FpV triunfa o no en primera vuelta o si deberemos enfrentar un escenario novel de ballotage, en el que las chances de Macri se acrecientan pero nada hace prever, a hoy, una perspectiva distinta que la de triunfo para el PJ-FpV. A menos que el propio oficialismo decida tirotearse los pies, claro, materia en la que acredita cierto expertise. La otra incógnita es si el oficialismo debería mantener su estrategia hacia agosto o responder a este posible acuerdo. Para analizar ese escenario hay que contar con números, por supuesto, pero sin ellos me animaría a decir que no, que al PJ-FpV le alcanza con lo que tiene al día de hoy.

martes, 2 de junio de 2015

Las condiciones que permitían prever el fracaso del proyecto Massa 2015

La irrupción de Sergio Massa a la escena nacional —fundamentada en su quiebre con el kirchnerismo— y su proyección como figura presidencial ocuparon buena parte de los últimos dos años. En 2013, antes y luego de su triunfo en PBA, la pregunta que se hacían los politizados giraba en torno a la musculación del Frente Renovador: cuándo y cuántos intendentes (¿y gobernadores?) abandonarían el oficialismo para el besamanos en Tigre. En 2014, para preocupación de sus adherentes, se habló del amesetamiento de Sergio. 2015, año cruel, encuentra al massismo en deconstrucción: se invierten las dudas de 2013 y la incógnita resultante es el abandono o no de la carrera presidencial para reinsertarse Massa en la disputa bonaerense.

Para ahorrar lectura, apuntemos pronto nuestra impresión/apuesta: Massa no se bajará. Existe un motivo basado en dos razones: es demasiado tarde. Por una parte, el arma con la que contará para negociar su futuro político, cualquiera sea este, serán los votos que pueda obtener en octubre (y los legisladores que pueda incorporar). La otra razón es que consumió demasiado tiempo en su instalación nacional primero y en evitar la diáspora después: es actualmente ajeno a la pelea bonaerense. Su relato previo, además (“la Provincia se arregla desde Nación"), no encontró eco social, lo cual me parece adecuado.

Diego Geound, su biógrafo no autorizado, señala como piedra angular de su fracaso el haber lanzado la campaña presidencial más larga de la Historia. No estoy muy de acuerdo, cuando la Alianza UCR-Frepaso fue alumbrada allá por 1996, tres años antes de su triunfo. Andres Malamud, por su parte, señaló recientemente que el sueño de Massa pudo haber sido antes un sueño ajeno al que, inconvenientemente, Sergio se sumó («...“tenemos que aceptar que quizás a Sergio no le convenga lo mismo que a nosotros”. La diáspora estaba predestinada...», apunta). Suma seis razones para explicarlo, muy atendibles, pero su análisis no incorpora los condicionales, los “if...then" que el Frente Renovador necesitaba que se cumplieran y con los que acá pretendemos explicar la debacle del massismo; la más espectacular que se recuerde en estos años de democracia moderna.

Muchas de las condiciones de vuelo, o las turbulencias que el massismo enfrentaría luego podían preverse en junio de 2013, previo al quiebre. Señalamos por entonces las razones que nos llevaban a creer inconveniente —para el propio Massa— intentar esa aventura:

1. 2015 no obliga a participar en 2013 (allí están Macri, Scioli y Randazzo para certificarlo).
2. Si basa su relato en la gestión pura y dura, participar en unas legislativas (etc.).
3. En un clima comunicacional hiperpolarizado, de ingresar a la arena se vería compelido a tomar posición por uno u otro lado, pagando costos en cualquiera de los casos. Aún si intentara un casi imposible equilibrio (y por eso sus continuos bandazos y vuelcos discursivos).
4. De presentarse bajo el FpV perdería apoyos opositores. Y si lo hiciera junto a De la Sota, Lavagna, Moyano y Venegas sería como ingresar voluntariamente al cementerio para abrazarse con los muertos.
5. Pensar en un gobierno 2015 sin el kirchnerismo es proyectar un gobierno herido (aritmética legislativa pura).
6. Nadie por fuera del peronismo oficialista representa una amenaza para 2015. De Narváez perdió.

Retornemos al título: Sergio Massa representa una apuesta que se basó en demasiados condicionales. Estos podían parecer de cumplimiento simple en 2013, pero finalmente ninguno de ellos se verificó. Un juego ficcional nos permite ingresar por entonces en la mente de un massista para elaborar el razonamiento que apuraba el nacimiento del Frente Renovador: (a) el kirchnerismo se va a la mierda, porque (b) la economía se va al carajo. (c) Cristina piensa únicamente en conveniencia de su figura y (d) jugará a perder. Por todo lo anterior, la gente (e) pretenderá un cambio pero no un salto al vacío y allí estaremos para ofrecer la (f) pax peronista del abrazo Perón-Balbín. (g) Destruiremos a Scioli y seremos entonces una necesidad para (h) los gobernadores del PJ. 2015 será un trámite ganando la PBA en 2013".

Parece fácil, ¿no?, pero niguna de las ocho (8) condiciones se cumplieron. Más aún, Massa estimuló una reacción saludable en el kirchnerismo: éste observó el descontento social y operó en consecuencia, iniciando un corrimiento hacia posiciones centristas (alvearizándose, dijimos). Tampoco los gobernadores PJ (o aun intendentes de cualquier extracción) aceptaron mansamente que pretendieran barrerlos (los sistemas —también los políticos— tienden a la homeostasis). Por último, el radicalismo no creyó que un peronista podría ayudarlos para el retorno de un bipartidismo que persiste en los niveles subnacionales, aunque de manera por demás atenuada.

Así, la apuesta del massismo se verificó voluntarista en exceso. No consiguió —vg— la masa crítica para conmover la dinámica del sistema político en modo suficiente; replicó hacia adentro, además, muchas de las taras del kirchnerismo post 54% con las que explicaban su alejamiento del PJ-FpV. Pese a los pronósticos agoreros, debemos inferir también que la nuestra no es (¿completamente?, ¿aún?, ¿alguna lo es?) una democracia posmoderna y líquida regida por candidatos en desmedro de las estructuras partidarias (la disputa más importante en el campo opositor colocó a la UCR bajo el reflector). Entonces, la condición última sobre la cual descansaba el massismo, la electorabilidad de Sergio, se verificó también insuficiente.