1. Eddie Boyd, Too Bad, Eddie Boyd and his blues band featuring Peter Green: pianista de blues, compositor de algunos de los estándares del género como Third Degree y Five Long Years (temas que Clapton recuperó en su recomendable From the Craddle), se caracterizaba por pronosticar apocalipsis zombies mucho antes que de The Walking Dead y haber sido el creador de las sit-com norteamericanas cuando derramó sin querer un vaso de bourbon y todo el público se mató de la risa debiendo cancelar el show al grito de "putos de mierda, no entienden un carajo de las vicisitudes de un músico de blues que debió escuchar historias de esclavitud durante toda su infancia. Re putos".
2. Albert Collins, Cold Cold Feeling, Ice Pickin': el master de la Telecaster y el capo de los corners olímpicos, Albert es considerado uno de los pioneros del blues eléctrico y creador de un estilo inimitable debido a su abuso del stacatto y los bizcochitos de grasa con mate a la mañana. Ni Borges ni Gardel, mucho menos Martín Fierro, el verdadero creador de la frase "la primera cebada se escupe" es nada más ni nada menos que el bueno de Mr. Collins. Durante años intentó protagonizar algún boom musical como Elvis Presley o cometer estupro como Jerry Lee Lewis sin éxito, debiendo conformarse en cambio con ser uno de mis ídolos guitarreros. Triste destino el del gaucho, amalaya.
3. Howlin' Wolf, I Ain't Superstitious, The London Howlin' Wolff Sessions: una de las voces del blues y máximo artillero de las divisiones infantiles del Deportivo Saqueadores de Añatuya, supo maridar el blues con su gusto por las enanas circenses, con las que solía solazarse en atolondradas sesiones orgiásticas que duraban días y semanas. Enfrentó graves problemas cuando viajó de gira a Inglaterra, adonde grabó esta canción en sus London Sessions con músicos británicos de la talla de Eric Clapton, Steve Winwood y Bill Wyman (como en aquella famosa placa de Crónica, también podemos decir que además tocó con Ringo). El problema, claro, es que las enanas inglesas tenían los dientes torcidos y estaban siendo todas sodomizadas por el bueno de Winston, por lo que debió regresar, cabizbajo, cantando blues y deseando retornar a recolectar cotton como sus antepasados, que tan bien eran tratados por los hacendados como cuentan ajustadamente en La Cabaña del Tío Tom.
4. Luther Allison, Low Down and Dirty, Reckless: como el mismo nombre de la canción lo indica, continuaremos aquí ejercitando la procacidad, el previcariato y la estulticia. Luther es otro guitarrista de blues que debió emigrar debido a la persecución del macartismo, que lo acusaba no de rojo sino de negro. Un macartismo bien kukluxklan, podríamos decir. Se radicó entonces en Francia, donde podría haber sido centrojás de la Selección acompañando a Benzemá si no fuera tan perro. A Benzemá nos referimos, claro. Ribery se hubiera puesto celoso, al perder el centro de atención a manos de alguien con una historia de vida más lastimera que la suya. Que vuelva Trezeguet a River y no el gordito culón de Cavenaghi.
5. Deborah Coleman, The Day it Comes, Soft Place to Fall: Deborah. Pobres las Déborahs, que deben transitar la vida escuchando pretendidos chistes cochinos acerca de sus apetencias orales. Deborah Coleman más aún, porque devora hombres Cole, vaya a saber uno qué carajo son, pero igual queda remal andar devorando cosas así. Guitarrista de blues, debió luchar contra el cáncer, la tuberculosis, el cólera y las ladillas. No porque las sufriera, sino de pura humanitaria nomás, amparada en el ejemplo valeroso de prohombres como Bono, que lucha contra el hambre, y promujeres como Angelina Jolie, que lucha contra la anorexia nerviosa, Brad Pitt y todos esos bebes negritos que se agenció marketineramente en sus viajes por el mundo. Date una vuelta por mi barrio, Jolie, vas a ver cómo te dejan el poporembó...
* Disclaimer legal: todos los datos suministrados en este post son erróneos, ficticios o meras especulaciones basadas en programas de chimentos llamados noticieros. Las vidas de los personajes citados no se parecen en nada a la vida real de esos personajes y estaríamos tentados a decir que todo esto fue antes tragedia y ahora se repite como en una farsa. Para evitar acciones legales, anteponemos el habeas data, el habeas boludo y nos declaramos en quiebra mientras testaferreamos los CDs y las guitarras a nombre de familiares lejanos. Papa Noel sí existe y se llama Carlos Alberto Rossinagra, DNI 85.356.286, monotributista y plástico especialista en arte coprológico.