Ninguno de los "ganadores" del 28 de junio de 2009 celebró. Ni los políticos, ni las corporaciones mediáticas y/o financieras. A un año ya y no pudieron capitalizar el triunfo.
Leonardo Da Vinci y Albert Einstein, si los comparamos
con algunos que andan dando vueltas... ¡Máhhmita!
con algunos que andan dando vueltas... ¡Máhhmita!
En ese momento consideraba al corporativismo mediático como el verdadero ganador de la elección. Habían sido Clarín, La Nación, TN y todos aquellos que ayudaron a formar, fijar y alimentar la agenda de aquellos que sí pusieron su nombre en una boleta, quienes se palmearon la espalda calurosamente. Y hoy están, Ley de Medios mediante, fruncidos e intentando cuanto manotazo de ahogado se les ocurre, que no son muchos, hay que decirlo.
Inmediatamente después del triunfo esperaron una capitulación del oficialismo y que se entregaran atados de pies y manos a ellos, los "interpretadores" de la Voluntad Popular. No fueron pocos los que advirtieron al gobierno que, de no acatar las "nuevas" reglas, lo pagarían caro luego del 10 de diciembre. Durante meses esperaron el éxodo masivo de legisladores oficialistas a las filas de un nuevo movimiento: el coloradismo post peronista. O del duhaldismo residual. O de las hilachas del menemismo. Lo que fuera que no fuera kirchnerista. Los columnistas estrellas, azorados, se preguntaban por qué no ocurría.
No voy a enumerar acá las medidas impulsadas y aprobadas exitosamente por el oficialismo durante este escaso año. Son harto conocidas.
Llegó el 10 de diciembre y el momento de poner en hechos políticos toda la pirotecnia verbal. Liderados por Cobos, Morales y Carrió no pudieron, no supieron hacer lo que querían: apretarle el bolsillo al Estado -no importa si los muchos que trabajan o dependen de éste sufren-, lo trascendente era obligar al Oficialismo a ajustar.
Entonces primero pirotecnia verbal; luego quisieron imponer la pirotecnia de los votos que proclamaban poseer. Cero, reprobado, se la llevan previa para después del Mundial, señorita.
Asistiremos, seguramente, a un recrudecimiento del hostigamiento político y mediático -que no son lo mismo pero se parecen tanto...- a partir de la finalización de Sudáfrica 2010. Si es con derrota, mejor para ellos. Ganando deberán esperar a que la efervescencia del triunfo se esfume.
Clarín la tiene ahora con 82% jubilatorio. Es una movida inteligente, hay que reconocerlo. Como con la Asignación Universal por Hijo, creen que pondrán al Gobierno en aprietos. Como con el Impuesto al Cheque, coparticipación, uso de reservas, etc.
El 82% móvil es un viejo anhelo ya. Uno no puede estar en contra de una lucha que cree justa, pero tampoco puede enceguecerse ni dejar de observar que quienes de la boca para afuera declaman cosas, cuando estuvieron en el gobierno jamás intentaron llevarlas a cabo. Son los mismos que intentaron ajustar a los jubilados, maestros, presupuestos universitarios, etc., etc. Es redundante ya decir que son unos irresponsables hijos de puta: el que lo sabe, lo sabe. El que no, quiera nuestro señor Jebús que entienda que se trata de una engañifa. Si no dicen de dónde salen los fondos y qué afectan le están mintiendo, señora. Le mienten.
Huelga decir que todo se hubiera solucionado con un poco de consenso, que es como se entiende la gente, ¿no?:
1. Que el Estado no intervenga en Economía y siga siendo el Mercado el que determine, señalando con un dedo, quien se la lleva y quien la mira desde afuera.
2. Chau retenciones a la soja. Es casi la misma letra del punto 1.
3. Adiós Ley de Medios. O que el Estado no intervenga en la Economía de los Grupos Monopólicos que son el Mercado. Calcado del punto 1.
4. Basta de juicios a los genocidas y leyes progresistas como el Aborto o Matrimonio Gay.
5. Que sea el sector patronal el que imponga las reglas. Es el punto 1 siempre, ¿no?
6. Dejarse de romper con Latinoamérica y volver a las relaciones carnales.
7. Represión para aquellos que renieguen de estar con la ñata contra el vidrio.
Todos los documentos firmados por "la oposición" giran alrededor de esos puntos: el Pliego de Condiciones de José Claudio Escribano, la Propuesta Patriótica de Duhalde-Terragno y el reciente Consenso para el Desarrollo de Bergoglio-Roberto Dromi, al que asistieron, claro, De Narváez, Ernesto Sanz, etc. Es casi una plataforma electoral este último documento.
Es una simplificación pero Kirchner estaba en lo correcto el año pasado cuando decía que son las políticas de los 90s que quieren volver. Son vivos: les ponen otras caras, nada más.