La frase del día, a cargo de Magnetto: "ojalá en 2012 se acabe el mundo, así también se acaba el kirchnerismo" |
Así como el triunfo opositor de 2009 tuvo como uno de sus activos principales a la feroz prensa neoliberal y corporativista, el triunfo de Cristina y el peronismo, en 2011, tuvo a esa misma prensa opositora como a uno de los principales derrotados. Aún así, aunque estén desnudos -y se muestren feos tal cual son- no están completamente vencidos. O, podríamos decir, la derrota no es un estado permanente, sino que depende de factores temporales, coyunturales y estratégicos.
Que toda esta introducción sirva para un comentario que dejé en Tirando al Medio respecto al debate entre Diego F., de Mundo Perverso, y Esteban Schmidt. Este último plantea que Clarín ya fue vencido. Gerardo Fernández sostiene que eso es un "inmenso bolazo que hay que dinamitar". Uno; este; yo, imbuído de un espíritu cobista de consenso y macrista de concordia, tan coherente con los deseos de felicidades para este que va a comenzar, concuerda con ambos, Schmidt y Fernández. Así:
"...Clarín, si bien conserva todo el poder de fuego (y la chapa de ser "Clarín"), ya no configura la realidad como antes. Es decir, su "relato" dejó de ser el único y hay otras campanas. Además, no sólo por el accionar comunicacional del oficialismo: Clarín ha perdido mucha credibilidad de manera absolutamente premeditada. Sólos se cubrieron de barro y abandonaron esa posición de centro que antes ocupaban.
Pero a la vez no hace falta mucho para que Clarín recupere la centralidad que antes ostentó. Si (...) el gobierno y los sectores que lo bancan bajaran la guardia, Clarín podría recuperar credibilidad desradicalizando su discurso. No lo hizo luego de las elecciones porque se están metiendo con su poder (Papel Prensa y el artículo 161 de la Ley de SCA). Hay una centralidad, el oficialismo, que lo expulsa a pelear en los márgenes por cuestiones que son de su interés (del interés de Clarín, se entiende) y no del conjunto social. Lo que decía en twitter el otro día respecto a esa tapa con el Art. 32 de la CN: ¿cuántos diarios pueden sacar una tapa sólo hablando de ellos? Creo que ahí puede resumirse el poder de Clarín, pero a la vez el karma de su encierro en sí mismo".
Volviendo al prólogo: está bien, Clarín es todavía Clarín, pero un poco menos Clarín que antes. Esto no significa abandonar la pelea por el relato, lo que configuraría un error. Más cuando estamos demostrando que todo lo que sosteníamos a capa y espada en 2008 y 2009 no eran locuras sino cuestiones sensatas y muy realistas. Pero, como dijimos luego de las PASO, es la gestión la que permite, secundariamente, librar batallas culturales. Como ahora, lo que viene es -como bien dijo CFK cuando habló de "sintonía fina"- gestión.
A propósito, les dejo un minicuento de marzo de este año: "El diario que ya no puede hacer llover".