Panoramas: CABA, PBA, nacional

Puede fallar, decía Tu Sam. Y, hasta ahora, las estrategias de armado opositoras vienen fallando.

La CABA. El segundo distrito nacional -y el que más vidriera tiene- está abierto. Su JdG planeó y llevó adelante un desdoblamiento electoral que le permitiera contar con un triunfo antes de las elecciones nacionales de octubre. Pensó -o le pensaron- que así potenciaría sus chances y vendrían a comer de su ganadora mano los financistas (Techint, por ejemplo), el Peronismo Federal, quizás un reticente Reutemann y hasta algunos radicales como Cobos y Sanz. Muchas tapas de Clarín sumarían también. Su incapacidad para aglutinar el espacio opositor como un todo, las encuestas que no lo favorecían y el crecimiento del FpV lo obligaron a arrugar y pelear por mantener lo conseguido antes que ir por más.

Por más va el oficialismo nacional que, con tres precandidatos -y dos muy competitivos-, más el apoyo de un arco amplio que va desde el progresismo porteño hasta la CGT, ve que no sólo cuenta con chances ciertas de acceder al ballotage sino de disputar la segunda vuelta con posibilidades de triunfo. Cristina, la dirigente que mejor mide, ordena el espacio. Ya se mencionan a los posibles acompañantes de fórmula. Puesto a elegir, me inclinaría por Gabriela Cerruti.

Solanas será una figura a destacar para el complejo mediático, con la esperanza de correr al peronismo fuera de la segunda vuelta y así Pino, haciéndole el juego a la derecha (je), pueda entregarle el triunfo en segunda vuelta a Mauricio Macri. Pensar que Solanas puede ganar el ballotage, antes que optimista, es poco realista. Los pueblos no se suicidan, y los porteños tampoco.

El radicalismo va sólo con Giudici, para mantener el piso leopoldomoreauista y no elevar el techo ni calear las paredes, pintar las ventanas o plumerear los cuadros centenarios. Stolbizer, enojada por las conversaciones con De Narváez en la PBA, eligió ir con Proyecto Sur en una señal a ser tenida en cuenta. El Partido Socialista porteño también, decisión no compartida por Binner, quien pierde así un elemento de presión para continuar negociando en Santa Fe y a nivel nacional.

La PBA. No sólo el espacio opositor está en danza. El oficialismo debatió las colectoras y Sabbatella tendrá la suya. Sergio Massa no, pero podría ir a la interna contra Scioli, algo que sumaría a Cristina y no conlleva gran riesgo para la aspiración reeleccionista de Scioli. Pero su poder estará en disputa y Massa puede superar el 25% necesario para colocar hombres en las listas. La CGT alienta esa posibilidad.

De Narváez, ya como líder indiscutido del partido filantrópico cafetero, arregla para ser el único candidato de la UCR en el distrito, con la promesa de no "molestar" a los intendentes radicales que reelijan, pero con el pedido de lugares en las listas de esos Consejos Deliberantes (lo que complicaría la gestión de esos mismos intendentes si reeligen) y las intendencias de La Plata, Lomas de Zamora, Avellaneda, Morón y Vicente López.

La nacional. Las internas se presentan como una incógnita. ¿Existe alguien que quiera discutirle la candidatura a Cristina? Por el radicalismo, ¿alguien presentará lista para competir contra la 3 alfonsinista? La reforma política que reglamenta las internas abiertas y obligatorias comenzó a diseñarse luego de junio de 2009 -cuando todo podía estar en discusión- como una manera de normalizar los partidos y, sobre todo, al peronismo (para que todos quisieran jugar por dentro) y al radicalismo. Hoy los partidos están normalizados detrás de las candidaturas de Cristina y Alfonsín Jr., aunque el mapa en la UCR no se haya completado debido a las dificiles alquimias electorales que está pergreñando.

Otra pregunta: ¿podrá algún otro espacio de disputar contra el peronismo y el radicalismo para evitar la polarización? Carrió y Duhalde pueden contar con alguna oportunidad, habiendo quedado vacante el espacio que ocuparía Macri.

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