Argumentos clarinistas

Clarín anda perdido. Pegó demasiadas piñas al aire y recibió demasiados derechazos en la mandíbula. Está mareado. No así La Nacion, que conserva los modos republicanos y ataca por el lado de la "conexión montonera" y "qué dicen de nosotros en el Mundo". No importa si se trata de algo real, o si los Graiver o gente de su entorno eran nenes de pecho, lo importante es que tienen algún argumento y apelan a cierto imaginario con el cual identificar a la gente en su propia pelea.

Clarín no. Ya es demasiado prolongado su derrape. Otro diario, que no contara con la popularidad que tenía y aún conserva el diario de la vuvuzela, estaría en serio riesgo. No es gratis para la credibilidad tantas idas y vueltas. El guión clarinesco tienen más quiebres de cintura que Shakira y el Burrito Ortega en los '90.

El único argumento que todavía le rinde frutos a Clarín es: vienen por todo. Se quieren quedar con todo. De todos los que meneó es el único con capacidad aún de provocar daño. Los demás: el pobre campo y sus retenciones, la libertad de expresión, la oposición tiene el control del Congreso, la intangibilidad de las reservas, la crispación, todos quedaron obsoletos. Ahora mismo siguen apelando a la libertad de prensa como si no tuvieran la libertad de imprimir tanta mentira, tanta operación de prensa y distorsionar la realidad a su antojo. El que lee Clarín puede creer que a los Kirchner sólo les interesa el poder, ¿pero qué carajo le importa, entiende o se preocupa por el artículo 32 de la CN y Papel Prensa? ¿Le cambia la vida al lector de Clarín que la pasta de celulosa sea declarada de interés público?

¿Qué se puede esperar si intentan convencer con las increíbles y disparatadas inflamaciones verbales de Carrió? Los radicales comisionaron a Aguad, un tipo que tiene tanto carisma como simpatía, para que se inmole en la gesta clarinista. Alfonsín, Sanz, ¡hasta Morales!, bien gracias. Es una pena para el diario de la corneta que sus voceros sea gente tan desprestigiada. ¿Quién le cree a Giudici? ¿Quién es Giudici? ¿De qué ataque a la libertad hablan, si decían lo mismo con respecto a la Ley de Medios y ni TN ni Volver desaparecieron?

Algo de eso se nota en la mirada y en los gestos de los que ponen la cara por Clarín. Basta ver TN por un rato. Excepto Lapegüe y Etcheves nadie más refleja convicción en su mirada o en sus gestos.

Clarín basó toda su defensa del monopolio del Papel en un documento de Isidoro Graiver, firmado ante escribano público, hasta que Tiempo Argentino publicó y dió a conocer la grabación de su entrevista con el aludido, que tira abajo toda la estrategia magnettista. De semejante descrédito es difícil retornar. De todas maneras, ¿quién puede creer todavía que un negocio realizado luego del 24 de marzo de 1976, con la intervención de Videla y Massera, en relación a un recurso estratégico, en medio de tantas desapariciones, torturas y muertes, puede ser transparente, sin presiones y de buena fe?

Uno de los problemas del Gran Diario Argentino es que marcó la agenda por demasiado tiempo. Es como esos equipos que saben tener la pelota y atacar, pero que se desarman cuando se enfrentan a un rival que le quita la posesión del balón y la iniciativa. Y así anda Clarín, desorientado y mezclando Fibertel con Papel Prensa y la libertad de prensa con un negocio turbio, adquirido con la connivencia de la Dictadura en la época más sangrienta de nuestra historia reciente.