Capitanich puede tener convicciones religiosas y es muy respetable. No coincido, eso sí, con que pretenda que su posición personal sea la posición del Estado. Chaqueño o nacional. Como gobernante tiene el deber y la responsabilidad de promover legislación que contemple a todos los ciudadanos. Y la realidad indica que las ciudadanas abortan, se mueren por abortos sépticos o quedan con secuelas por abortos clandestinos. Y actualizar la legislación actual respecto a la materia salvaría vidas. Respecto a la AUH para embarazadas, no significa, de ninguna manera, un argumento en contra de la despenalización del aborto.
Creo que le vendría bien al gobernador leer estas palabras del ex Presidente francés, Valéry Giscard D’Estaing:
“(…) Yo soy católico, le dije (al Papa Juan Pablo II, durante una entrevista en El Vaticano), pero soy presidente de la República de un Estado laico. No puedo imponer mis convicciones personales a mis ciudadanos (…), sino (más bien lo) que tengo que (hacer es) velar porque la ley se corresponda con el estado real de la sociedad francesa, para que pueda ser respetada y aplicada. Comprendo, desde luego, el punto de vista de la Iglesia Católica y, como cristiano, lo comparto. Juzgo legítimo que la Iglesia pida a aquéllos que practican su fe que respeten ciertas prohibiciones. Pero no es la Ley Civil la que puede imponerlas con sanciones penales, al conjunto del cuerpo social. –y añadía- Como católico estoy en contra del aborto, como presidente de los franceses considero necesaria su despenalización”.También leer este largo -larguísimo- pero didáctico artículo de Carl Sagan. Lo recomiendo. Aunque no sea exactamente mi posición, creo que aporta puntos de vista interesantes al debate:
ABORTO: ¿ES POSIBLE TOMAR AL MISMO TIEMPO PARTIDO POR «LA VIDA» Y «LA ELECCIÓN»? *Sigue aquí.
Carl SaganLa humanidad gusta de pensar en términos de extremos opuestos. Está acostumbrada a formular sus creencias bajo la forma de «o esto o lo otro», entre los que no reconoce posibilidades intermedias. Cuando se la fuerza a reconocer que no cabe optar por los extremos, todavía sigue inclinada a mantener que son válidos en teoría, pero que en las cuestiones prácticas las circunstancias nos obligan a llegar a un compromiso. John Dewey, Experience and Education, I, 1938
La cuestión quedó zanjada hace años. El poder judicial optó por el término medio. Uno pensaría que la polémica había concluido, pero sigue habiendo concentraciones masivas, bombas e intimidación, muertes de trabajadores de clínicas abortistas, detenciones, intensas campañas, drama legislativo, audiencias del Congreso, decisiones del Tribuna Supremo, grandes partidos políticos que casi se definen sobre la materia y eclesiásticos que amenazan con la perdición a los políticos. Los adversarios se lanzan acusaciones de hipocresía y asesinato. Se invocan por igual el espíritu de la Constitución y la voluntad de Dios. Se recurre a argumentos dudosos como si fueran certidumbres. Los bandos en liza apelan a la ciencia para fortalecer sus posiciones. Se dividen las familias, maridos y mujeres deciden no hablar del asunto, viejos amigos dejan de hablarse. Los políticos examinan los últimos sondeos para descubrir qué les dicta la conciencia. Entre tanto grito, resulta difícil que los adversarios se escuchen. Las opiniones se polarizan. Las mentes se cierran.
¿Es ilícito interrumpir un embarazo? ¿Siempre? ¿A veces? ¿Nunca? ¿Cómo decidir? Escribimos este artículo para entender mejor cuáles son las posturas enfrentadas y para ver si conseguimos hallar una posición que satisfaga ambas. ¿No existe término medio? Hay que sopesar los argumentos de uno y otro bando para determinar su consistencia y plantear supuestos prácticos, puramente hipotéticos en más de un caso. Si pareciera que algunos de estos supuestos van demasiado lejos, solicitamos del lector que tenga paciencia, pues estamos tratando de forzar las diversas posturas hasta su punto de ruptura a fin de advertir sus debilidades y fallos.
Cuando se reflexiona sobre ello, casi todo el mundo reconoce que no hay una respuesta tajante. Vemos que muchos partidarios de posturas divergentes experimentan cierta inquietud o incomodidad cuando se dualiza lo que hay detrás de los argumentos enfrentados (en parte por eso se rehuyen tales confrontaciones). La cuestión afecta con seguridad a interrogantes más hondos: ¿cuáles son nuestras responsabilidades mutuas?, ¿debemos permitir que el Estado intervenga en los aspectos más íntimos y personales de nuestra vida?, ¿dónde están los límites de la libertad?, ¿qué significa ser humano?
Respecto de los múltiples puntos de vista, existe la extendida opinión -sobre todo en los medios de comunicación, que rara vez tienen el tiempo o la inclinación debidos para establecer distinciones sutiles- de que sólo existen dos: «pro elección» y «pro vida». Así es como se autodenominan los dos bandos contendientes y así los llamaremos aquí. En la caracterización más simple, un partidario de la elección sostendrá que la decisión de interrumpir un embarazo sólo corresponde a la mujer y que el Estado no tiene derecho a intervenir, en tanto que un antiabortista mantendrá que el embrión o feto está vivo desde el momento de la concepción, que esta vida nos impone la obligación moral de preservarla y que el aborto equivale a un asesinato. Ambas denominaciones -pro elección y pro vida- se eligieron pensando en influir sobre quienes aún no se habían decidido: pocos desearán ser incluidos entre los adversarios de la libertad de elección o los enemigos de la vida. La libertad y la vida son, desde luego, dos de nuestros valores más apreciados, y aquí parecen hallarse en un conflicto fundamental...
10 pusieron huevos y comentaron:
Entré aquí solamente para ver su post sobre el baile que los decanos le propinamos a los millonarios: El UNICO tema importante del día.
Y me encuentro con un post sobre "el aborto". Tu acto fallido haría las delicias de más de un psicoanalista porteño.
Refugiarse por estas horas aciagas en el astrónomo Carl Sagan suena a escapismo estelar, casi como que querés abandonar la galaxia Ricardo.
Te entiendo. Pero siempre se puede estar peor: todavía tienen que venir a Tucumán.
Abrazo.
Yo al Capitanich no se lo voto. Espero que en el 2015 no sea el candidato.
¿Casarse con el bicho ese, la Sandra Mendoza, fue parte del plan de dios? que dios jodón.
A pesar de que comento menos, lo sigo leyendo, Kamarada.
La derecha siempre es ezquizofrenica. Mirenlo a DelSel fabulando que las mujeres se embarazan por el subsidio, o tienen más hijos para tener AUH, y a Olmedo "defendiendo la vida" para evitar que las feminas vayan en manada a abortar.
En fin... disfruten el viaje.
Comparto totalmente . Capitanich puede creer en lo que a el se le antoje y puede oponerse a la IVE si quiere , pero no puede mezclar sus decisiones politicas con sus convicciones religiosas . Que se a candidato en la conferencia episcopal y se coddee con todos esos complices de genocidio en el nombre de sus dioses
Me quedo con las palabras de : Valéry Giscard D’Estaing. Ese debería ser el razonamiento que yo pido a mis gobernantes.
Saludos.
Aldo: acá somos afectos al escapismo interestelar. Resabios de mi ultra-rodriguezsaaísmo, je. Y sí, nos bailaron en el PT. Había que suspenderlo y jugarlo de nuevo en cancha neutral. Jugar en el Monumental es una ventaja para los visitantes, fijate Bolivia.
Mostro: capaz la Sandra estaba linda antes, qué se yo. Hablando en serio ahora, Capitanich era, de entre los que parten en la carrera ahora, uno de los que más me convencían. Habrá que ver.
Daniel: ¿lo ponés a Capitanich en la derecha de una? No se, che. De entre los gobernadores, fue siempre uno de los que más bancó las políticas nacionales.
Javier: claro, es una propuesta para otro ámbito. Comparto plenamente.
Larabi: no es tan complicado, ¿no?
Abrazos.
A CAPITANICH LE SALIO DE ADENTRO EL JEFE DE GABINETE DE TACHUELA...DOBLE DERROTA AYER , RICARDO...OJALA MAÑANA DESDE BARRANQUILLA LLEGUE UNA BUENA, AUNQUE LA VEO DIFICILONGA ..SALUDOS.- PABLO, EL BOSTERO.-
Yo soy optimista, Pablo. Sabía que a Uruguay le ganábamos antes de Sudáfrica (!).
Comparto plenamente tu postura, incluidos los comentarios posteriores. Las palabras de Valéry Giscard D’Estaing no las conocía, y no puedo dejar de elogiarlas. Sagan... hace lo que puede pero no está tan mal... en la red se habó de este artículo...
A Capitanich lo traicionó su creencia, creo que no está en frente de mí, pienso que va a reflexionar y, tomará una postura adecuada. De todas maneras, por costumbre no más, estoy alerta.
Hilda: justo estoy leyendo tus comentarios en el blog de Daniel y coincido con vos.
Respecto a Sagan, me pareció interesante cómo, a través de un camino distinto al que yo hice y hago, llega a conclusiones similares. Se va por las ramas demasiado, nomás. Ventajas de ser Sagan y no Ricardo, de Los Huevos... Je.
Un beso.
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