–En particular existe la idea de que la falta de condicionamientos a los capitales es un factor que en sí mismo atrae inversiones.Alberto Fernández y los lobbistas de Repsol:
–Eso es parte de la literatura neoliberal. Un estudio reciente de la OCDE analiza las regulaciones a la inversión de China y Corea, las dos más severas, y también de Japón, que son todos países muy atractivos para la inversión incluso habiendo hecho políticas de captación de capitales en el marco de su política de desarrollo nacional. En el otro extremo está la Argentina, que tiene un nivel de extranjerización extraordinario, donde la inversión no generó desarrollo, aumentó la pobreza y la deuda externa. La inversión extranjera va hacia los países que ofrecen oportunidades de ganar plata, y se adapta a las reglas del juego que establece el Estado receptor. Si el Estado que fija las reglas tiene una política de desarrollo en el marco de un proceso de crecimiento, atrae a la inversión extranjera. Por otra parte, existe la idea de que el proceso de formación de capital en el país descansa sobre los recursos externos. Eso no es cierto, ya que más del 90 por ciento de la formación de capital se financia con ahorro interno. La literatura neoliberal está cada vez más desacreditada y se mantiene sobre la base de prejuicios y la fortaleza del sector financiero. Esto se demostró en la Argentina y en el mundo. Esa visión pierde la perspectiva de que estamos en un mundo global y que debemos comandar nuestra propia realidad, y que esa es una condición indispensable para el desarrollo.
–¿Cómo explica que gran parte de la sociedad argentina haya de algún modo acompañado un proceso de privatización inédito en el mundo como fue el de YPF?
–La explicación pasa por la carencia de densidad nacional, la falta de suficiente cohesión social en Argentina. Eso sucede por una serie de cuestiones. Una de ellas es la falta de liderazgos con una impronta nacional. Hubo una sucesión extensa de líderes con una visión de país periférico, vinculados a intereses transnacionales. En segundo lugar, en el siglo pasado tenemos el record mundial de debilidad institucional, y eso se paga. Entonces se implantó el pensamiento alienado, el pensamiento neoliberal en la dictadura. Fue a través del terrorismo de Estado. Y en los ’90, a partir de un gobierno legítimo. Ese gobierno construyó el Estado neoliberal más ambicioso del mundo. No hay otro país que haya avanzado tanto, incluida la venta del petróleo. A la vez, existió una falta de pensamiento crítico. En definitiva, la falta de densidad nacional impidió tener un Estado al servicio del desarrollo. Eso explica que hayamos tomado cursos de acción tan negativos. En los últimos años se ha ido produciendo una cierta recuperación. Han emergido dirigencias con visión nacional, las instituciones mejoraron, existe pensamiento crítico con visión nacional mucho más fuerte y visible, como por ejemplo el Grupo Fénix. En definitiva, ha habido un fortalecimiento de la densidad nacional....
...Hasta que las acciones de Repsol en YPF sean tasadas, es probable que la sociedad escuche que sobreviene el fin del mundo en clave chavista, como sugieren Fernández, Morales Solá, Blanck y Montamat. Lo cierto es que acuerdos existentes entre la Argentina y España desde la década del ’90 contemplan la expropiación “a un precio justo”. Para determinar ese valor influyen tanto la situación del mercado como las presiones políticas. Si no hay acuerdo entre el Estado Nacional y la empresa, son los tribunales nacionales los que deben dirimir, salvo que haya “arbitrariedad” en la medida, donde la parte disconforme puede acudir a instancias internacionales. Toda la campaña mediática de los grupos concentrados, y esto incluye la editorial de tapa de ayer del diario La Nación, apunta a señalar como injusto, arbitrario y anticonstitucional el proyecto de recuperación de la soberanía energética en YPF.
Es lo que Repsol necesita para ir al Ciadi.
Ahora ya sabemos a quiénes les paga para que la ayuden.
José Pablo Feinmann en la contratapa de P/12:
...En su camino hacia Dios llega un momento en que la razón, impotente, se detiene. El que quiera creer tendrá que saltar. El que no pueda saltar no creerá...
...¿Qué pasa con la política? ¿Cómo se toma una decisión? ¿Se tienen todas las variables posibles y se decide en base a ellas? No, jamás se tendrán todas las variables posibles. (...) Siempre la pregunta primera y fundamental es: ¿tenemos las fuerzas necesarias para derrotarlos o para intentarlo con razonables posibilidades de éxito? Aquí (y lamentablemente esto se ha hecho escasamente en América latina) hay que dejar de lado consideraciones laterales como: somos mejores; tenemos ideales, ellos son mercenarios; sabemos por qué luchamos, ellos no; uno de los nuestros vale por tres o cuatro de ellos porque la causa por la que lucha es justa; la justicia de nuestra causa nos hace poderosos; etc. La cuestión debe centrarse en una evaluación racional del poder de fuego del enemigo y del nuestro. Tampoco esto nos dirá jamás con exactitud: ahora, llegó el momento, el triunfo es seguro. No, también aquí hay que saltar. Toda decisión es un salto. Ninguna decisión se toma sobre terreno seguro. Ningún triunfo está asegurado...
...el punto más alto de la Constitución del ’49 está en sus artículos 38 y 40. El primero plantea la “función social de la propiedad privada”. Para el homo capitalista, la propiedad privada no puede ser violada, expropiada o vejada (es decir, extraída de las manos de sus dueños) porque expresa la manifestación objetiva de su libertad. Hegel, en su Filosofía del Derecho, postula que la propiedad privada, en tanto elemento objetal, es la expresión de la subjetividad al volverse objeto. La libertad del sujeto sirve para apropiarse del objeto y encontrar en él la expresión material de su libertad. Así, el homo capitalista –en su afán de apropiarse de las cosas– termina por identificarse por ellas...
...Este es el comienzo del artículo 40: “La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo (...) El Estado, mediante una ley, podrá intervenir en la economía y monopolizar una determinada actividad en salvaguardia de los intereses generales”...
...La incansable iniciativa política de CFK sorprendió una vez más al país. No hay nada que decir. Los que se opongan harán el ridículo. Conceptualmente, la medida significa afirmar una vez más la intervención del Estado en la economía. Hace muchos años decíamos: “Los países periféricos no tienen economía, la economía los tiene a ellos. Lo que tienen es la política”. Y Horacio González decía: “El hombre es el centro de la política”. El Estado nacional, popular y democrático es el gran enemigo de la economía de mercado. Habrá que defenderlo. Porque cada medida que se toma debe tomarse en relación con el poder que se tiene para imponerla...
4 pusieron huevos y comentaron:
Qué pasó con la distribución de Tiempo Argentino y Miradas al Sur¡¡?? En algunos kioskos no llegaron..no quiero ser mal pensado que es por la nota en que Repsol le pagaba a Alberto Fernandez y Morales Solá entre otros
¿Ajá? ¿Están protegiendo su "libertad" de expresión censurando?
Cuando Federico Bernal le dijo en A dos voces a Montamat que estaba garpado por Repsol, la carita de este tipo y su balbuceante respuesta,fue colosal... colosal para nosotros, digo... Saludos, Pablo, el bostero.-
Leí tarde hoy el editorial de Morales Solá, Pablo. Otro garpado. Es increíble.
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