martes, 4 de junio de 2013

Lo pedís, lo tenés 2: sobre Lanata, corrupción y pejotismo

Hace poco sosteníamos que la polarización de relatos actual no alcanza para explicar a nuestra sociedad . Existen también otros intereses, clivajes, pertenencias más allá de -en aras de simplificar- 678 y Lanata. Esta introducción y posteo quiere ser una respuesta a un comentario reciente de Guillermo, quien no se reconoce enrolado en el clarinismo, le cree a Lanata y reniega del pejotismo. ¿Conocen a alguien así? Yo a muchos. Y para todos ellos, espero, este post.

Dice Guillermo: «...(el) grupo Clarín siempre estuvo complotando contra gobiernos constitucionales...», y aunque redundante en el microclima politizado, una coincidencia es siempre un buen punto de partida. Ese grupo, como O Globo, Fox News, etc., constituye el instrumento de influencia más importante de los poderes fácticos, no sujetos a la voluntad popular, en la manipulación del imaginario social. Ese grupo económico, diversificado, en el que tienen también intereses corporaciones extranjeras, tiene hoy como principal ariete en su pulseada contra el poder del Estado a Jorge Lanata, de quien Guillermo dice: «...Lanata no es ningún santo pero creo que es el periodista más confiable que puede haber. Yo no entiendo como muchos de ustedes lo vanagloriaban cuando investigaba la corrupción en el menemismo y resulta que ahora es un gordo golpista por que investiga al gobierno con el cual ustedes están de acuerdo...». Para comenzar, el “ningún santo" me parece una concesión exagerada. Puede parecer, pero no significa lo mismo que “turro", “chanta" o “mercenario". O periodista, je. Es decir -y esto fue uno de los avances en el grado de empoderamiento social que produjo el debate de la ley de Medios- tipo que labura de construir relatos sobre hechos ocurridos bajo la dirección o influencia de la empresa periodística -o no, hay muchas otras empresas a las que les interesa el país- que le paga un sueldo. Vale lo anterior, por supuesto, Guillermo, también cuando la empresa periodística forma parte del aparato comunicacional de un gobierno. ¿Qué significa esto entonces? Que es uno, con su sistema de creencias, historia personal, grupo de pertenencia y grado de interés por informarse quien le otorga mayor autoridad a uno u otro comunicador/periodista/relator. Vos preferís, así, creerle a Lanata. Porque en lo referente a pruebas es más bien poco, tirando a nada, lo aportado por Periodismo Para Todos.

Sigamos. Lanata antes y Lanata ahora. Durante el menemismo, el periodismo denuncista (de corrupción, por supuesto) fue el andamiaje que permitió atacar al gobierno del riojano sin poner en discusión el modelo económico neoliberal. Así, el progresismo periodístico -y político- se capitalizaba moralmente pero constituía, a la vez, un sostén más del Estado de Cosas pergreñado bajo el Consenso de Washington. Decíamos a propósito: «...como CQC, Lanata es desde hace un tiempo un producto fácil, de consumo adolescente, que le da a quienes lo siguen la tranquilidad de conciencia de no estar absorbidos por El Sistemasistema malo!), cuando son -CQC y Lanata- puntales de ese mismo sistema, ya que desde el mainstream sostienen una posición de supuesta lucha contra lo establecido...».

Como verás, Guillermo, nos limitamos a blanquear una estrategia de poder. No dijimos nada acerca de periodistas cobrando sobres para callar, de periodistas que apoyaban la ley de medios y ahora se esfuerzan para que no perjudique a sus empleadores, de periodistas que hicieron un culto de la lucha por los DD.HH. y luego se hartaron de ello, de periodistas que roban material al no citar fuentes, de periodistas que escribieron libros de historia usando Wikipedia, de periodistas que reivindicaban el reformismo gradualista y no son capaces de ver un solo logro de un gobierno reformista (y clausuran debates exigiendo cambios para ayer). Inclusive de un periodista que investigó el sesgo plutocrático del viejo INDEC que originó su intervención.

Pero dejemos a Lanata de lado. No fueron pocas las ocasiones en las que en este blog dije que no había que dar por él más de lo que vale (recientemente Forster dijo en 678 que hay que abandonar la agenda de Lanata y hablar de otras cosas. Sólo puedo concluir que, como Cristina, Sarlo y Pagni, el filósofo también lee este blog. Ja) y sí debatir de las cuestiones que hacen a la vida de cada uno de nosotros. Debatir de política. Pero siempre surgen reparos como el tuyo antes: «...terminemos con ese discurso del “roban pero hacenque nos está llevando a la hecatombe. No te das cuenta que la corrupción de un gobierno nos perjudica a todos los ciudadanos de un país, porque le roban al Estado o sea nos roban a nosotros (...) Felicitemos algún día a algún funcionario (presidente, gobernador, intendente o lo que sea) que haga una muy buena gestión y se retire con casi el mismo patrimonio...». Y luego de eso, lamentablemente, no hay posibilidad de discutir sobre política. Porque de utilizar ese argumento como base para el intercambio sería, en realidad, debatir o planificar pensando en un mundo ideal, que es la manera más fácil de no incidir en el mundo real pero sentirse satisfecho. Pensar la sociedad desde la posibilidad de que fueran todos Hombres-Santos y la Corrupción un mal olvidado es un ejercicio inútil e irreal. Choca casi contra la naturaleza misma del Hombre, un animal competitivo en un mundo donde los recursos no son infinitos. ¿O no es exactamente eso el capitalismo? Fue justamente esa manera de pensar (“el sistema no funciona por culpa de los argentinos, corruptos" -y fijate en la fe religiosa depositada en el neoliberalismo-) la que habilitó la posibilidad expresada por Rudi Dornbusch [1] de entregar, luego de haber renunciado a la económica, soberanía política y que fuera un gobierno tecnocrático extranjero el que asumiera el manejo del país. La democracia, a veces, es un obstáculo para el capitalismo. Y su defensa incondicional, una de esas tres o cuatro cosas en las que ponernos de acuerdo. Y una sola cosa más, políticamente incorrecta, si querés, sobre el tema corrupción: es una ingenuidad pensar que existe un solo lado del mostrador, y un infantilismo terrible creer que en el ámbito privado la corrupción no existe o es menor que en el ámbito público. Ah, y los privados se cansaron de robarnos a todos. De otro modo no se explica lo difícil que resulta retornar al casi fifty/fifty en el reparto de la torta o encarar una reforma fiscal más progresiva que nuestro actual sistema impositivo. A veces pienso que si la corrupción estatal no existiera se debería a que los privados, las corporaciones, ya le sacaron todo lo que querían.

Verás que no hable todavía de todo lo mucho y bueno realizado por este gobierno. Podríamos enumerar cientos de cosas, pero una caminata por cualquier barrio, pasar frente a escuelas y hospitales nuevos, revisar cualquier índice de la CEPAL, debería bastar. Y si se necesita más, recordemos que será el periodo en democracia de mayor permanencia para un movimiento político. No es casualidad. Y quienes pretendan tranquilizarse detrás de la excusa de supuestos fraudes, bueno, no sólo gustan de mentirse sino que en realidad, íntimamente, sospechan que la democracia no es el sistema más afín a sus intereses.

Algo breve, porque esta respuesta se extendió demasiado, sobre lo que mencionás respecto al “pejotismo": traduce la incapacidad del resto del arco político de plantear competencia detrás de una pretendida superioridad. Porque todo lo que le achacás al pejotismo también le calza al radicalismo, al socialismo santafecino, al Pro porteño, etc. Ejemplos sobran. Sólo que en la prensa opositora, Guillermo, no los vas a encontrar.

[1] http://www.lanacion.com.ar/m2/391041-la-batalla-por-la-argentina

6 pusieron huevos y comentaron:

Daniel dijo...

El caso que menciona lo puede encontrar Guillermo en Sabatella, para dar un ejemplo. No es tan imposible la cosa de no enriquecerse usufructuando el poder del estado.
Lanata se enriquece, y no parece preocuparlo.
El sueldo lo da Clarín del que tiene parte accionaria el Estado, que ha eludido cargas impositivas, que ha lavado dinero, que saca rédito de una empresa sin licencia, y decenas más de que...
De donde piensa Guillermo sale del dinero que se lleva cada mes Lanata? Un periodista mediocre, especulador, escasamente confiable y trabajando de mercenario.

daniel z dijo...

Creo que es erròneo equiparar al Lanata pre-2001 con el actual.Aquel funcionaba màs como un francotirador desde los màrgenes que como un lìder de opiniòn.Hoy actùa como mascaròn de proa de un grupo empresario que a su vez se ha constituido en la cabeza de la oposiciòn.No se puede comparar Amèrica con Clarìn.No es lo que Lanata hace,que no es distinto de lo que hacìa durante el menemismo cuando tambièn solìa presentar especulaciones como hechos y trivialidades como revelaciones pero a nadie le importaba,sino el contexto donde funciona.

Anonimo de Bs. As. dijo...

No viene al tema del post pero tengo una curiosidad:

Estuve leyendo la lista de blogs del libro de Aldo Jarma, y me gustaria saber cual es el criterio para ordenarlos. El primero es el de Carrasco, lo cual me parece una paradoja ya que en estos dias parece que esta en una posicion cuanto menos discordante con el kirchnerismo revolucionario.

Saludos.

Ricardo dijo...

Daniel: amén. Gracias por ampliar. A todo ese tipo de cosas nos referimos con los “ejemplos sobran". Se hizo largo el post, y tuve que dejar cosas afuera, como la corrupción judicial, en la figura de tráfico de influencias, connivencia, nepotismo, etc.

daniel z: muy cierto. Pero a mí me sigue pareciendo que lo fundamental es que el tipo critica aspectos casi cosméticos y no habla nunca de los sustratos políticos que sustentan los distintos procesos, ya fuera el menemista, el aliancista o el actual.

Anónimo de Bs. As.: criterios nebulosos, subjetivos.
La historia de cada blog, el momento por el que pasaban a mediados del año pasado, cuando elaboré el listado y el aporte que hacían y hacen a los debates de la coyuntura pero también con una mirada más amplia.
Respecto a Lucas Carrasco, me parece que volvió a postear aportando, y menos desde una autorreferencialidad que, por otri lado, también es marca de fábrica.

Camila dijo...

Terrrrrible Lucas! Muy bueno.

Ricardo dijo...

Gracias, Camila.