miércoles, 22 de agosto de 2012

Las fuerzas centrífugas y la autorreferencialidad


La hiperinflación alfonsinista fisuró la representatividad del radicalismo y en 1995 determinó que fueran dos variantes del peronismo, la tradicional populista (de derecha) menemista y la versión progresista frepasista de anclaje mediático, las que se disputaran las elecciones. El bipartidismo sufría así un duro golpe del que se recuperaría en el '99 de la mano de la Alianza. Duró poco: la crisis de representación que significó diciembre/2001 determinó la escisión de los partidos políticos, que fragmentaron sus ofertas abandonando definitivamente los perfiles de partidos de masas por una más moderna versión de partidos electoralistas, en los que la impronta del liderazgo es la que, en definitiva, determina la adhesión de los votantes durante los comicios. Los casos paradigmáticos fueron las terceras fuerzas que intentaron, infructuosamente y de la mano de conducciones verticalistas, -vg- terciar en la disputa electoral y no ya estrictamente política sino más bien mediática: el ARI y la CC de Carrió y, más tibiamente, el PRO de Macri. El socialismo santafesino, como expresión nacional, tiene escrito en su horizonte al radicalismo o no ser.

El peronismo kirchnerista intenta ser una síntesis de ambas modalidades, configurando un híbrido en el que el  liderazgo cimienta los votos pero, a la vez, apela al nacional populismo, con el Estado y el peronismo como agentes de cambio desde una perspectiva colectiva. Y de cohesión social además, ante la permanente presión de las fuerzas centrífugas que buscan, en el individualismo más líquido, apoyarse para licuar el poder que la política, con sus idas y vueltas, fue recuperando a partir de mayo de 2003. El peronismo federal, hijo de la disputa con las patronales agropecuarias y el Partido de los Medios, y el peronismo puntano, fueron pymes del desangre del peronismo de hoy, kirchnerista.

Lo único que existe por fuera del peronismo, el partido de los Medios, es el principal generador/disparador de esas fuerzas centrífugas, que apelan a la corrupción, al psicologismo del ansia de poder por el poder mismo o a la perpetuación como argumentos para distanciar a la ciudadanía de la política, único vehículo que permite el contrabalanceo del poder del dinero. Es decir, del Mercado. Este distanciamiento es buscado para perpetrar un aislamiento de la política, empujándola a la autorreferencialidad y, así, quebrar la sensación de que es agente de cambio y de cohesión social. Traducido: "la gente no quiere que hablemos de candidaturas sino que nos dediquemos a gobernar".

Lo que queda de los Estados de Bienestar está a resguardo de lo que queda de política. Y lo que queda de política hoy, el peronismo, está en disputa camino a 2013 y 2015. Evitar que las fuerzas centrífugas lo escindan, adelgazando su capital político, y que la autorreferencialidad actúe en consonancia, debería ser, en mi pretendidamente humilde opinión pero verdaderamente humilde en términos de penetración, uno de los objetivos en este tránsito.

Imagen.

2 pusieron huevos y comentaron:

Javier dijo...

Lo atamo con alambre lo atamo . Sera verdad que eligieron el mal menor que es tranzar con Massa odiado por Nestor para tenerlo como propio contra Scioli ? No entiendo porque Cristina enfatiza cada vez mas que ella es peronista y Nestor también clausurando discursivamente la idea de que Nestor genera una nueva identidas superadora ? No se me parece que alambra y achica y que 2015 sigue siendo un gran agujero negro donde pareciera que todo vuelve a empezar sino se institucionalizan algunos cambios , hasta la AUH se saca en un día firmando un decreto para que estos vagos vayan a laburar y deliran en la bolsa de comercio los mercados y vuelve el riezgo país a diario

Ricardo dijo...

Javier: creo que el coqueteo con Massa tiene que ver más con limitar a Scioli.

Respecto al peronismo, eso que vos decís alambrar es más o menos lo que dice el buenazo de Laclau cuando habla de los límites, los elementos excluídos que los ponen de manifiesto y los elementos del campo positivo que se tornan equivalentes en relación a lo que está en el campo externo. O algo así, digamos, je.

Abrazo.