domingo, 29 de mayo de 2011

Estamos condenados al... populismo


No quiero decir, al referirme a esa frase duhaldista, que eso nos condene también al éxito. Ningún sistema, per se, ningún esquema en el éter de lo inmaterial, asegura resultados si no toma en consideración las condiciones de la coyuntura antes que la aplicación de recetas preestablecidas.

Uno de los posteos a rescatar este año, con seguridad, será este de Manolo: "Los Eunucos en el Paraíso de las Huríes; unas zonceras para la colección de Aníbal/Jauretche". En él nos habla -no solamente, es más amplio- del temor que existe en las altas esferas -usemos el término para abreviar- de la Globalización a la amenaza populista que representa el peronismo, nuestro país y, -yo agrego- en general, Latinoamérica.

Aún las experiencias más salvajes del neoliberalismo, en nuestro continente, fueron llevadas a cabo añadiéndoles un pizca de populismo: Menem en nuestro país, Fujimori en el Perú y hasta Pinochet en Chile, si me apuran un poco. Cuando estas experiencias carecieron del ingrediente popular permitieron que el rebote populista, luego, sea aún más profundo todavía: no sería posible entender la Venezuela de Hugo Chávez sin el Caracazo a Carlos Andrés Pérez, así como a Evo Morales lo explica el olvido sistemático de una gran franja de la población por parte de sucesivos gobiernos. El del "gringo" Sánchez de Lozada, sobre todo -hablaba mejor el inglés que el castellano- y la necesidad de un Hugo Banzer Suárez aggiornado a la democracia.

¿Será como dicen, que nos "acostumbró" el peronismo? Es una de esas zonceras de las que hablaba Jauretche (y ahora Aníbal): el peronismo como cáncer del país. El hecho maldito del país burgués, según Cooke. Desde el establishment se lo critica por acostumbrar al populacho a la dádiva, a esperar de un Estado de Bienestar cuando el Estado, en realidad, debiera ser gendarme de las ganancias de los grandes actores económicos -para que luego derrame, claro, ¿cómo no?-. Desde la izquierda la crítica corre por el lado de la cooptación que se hizo de la masa obrera, que se peronizó, convirtiéndose en cuerpo de la burguesía antes que en cabeza y vanguardia de la revolución. Sarlo misma, la estrella de estos días, reniega de un peronismo que la dejó sin partido socialista.

Las elecciones, cualquiera, son campo fértil para la promesa populista. Aún los partidos más identificados con el ideario liberal prometen el mundo a cambio del voto. Luego, al arribar al gobierno, toman "las medidas necesarias", aplican "las reformas pendientes". Veamos Perú: todos los candidatos, desde Humala hasta PPK o Toledo se presentaron como candidatos "populares". En nuestro país la oposición, el rejunte opositor, intentó infructuosamente alertar contra la amenaza populista, contra la profundización del proyecto nac&pop como un corrimiento hacia un chavismo diabólico. Las encuestas les están demostrando que el discurso republicano, institucional, que funcionó tan bien con De la Rúa porque la Alianza prometió no tocar la convertibilidad vigente, no interpela ya a la ciudadanía. El oficialismo contribuyó, claro, a desestructurar el pensamiento único, ese que permitía que cuando un gobierno intentara llevar adelante ajustes sobre la espalda de los trabajadores fuera catalogado como "valiente" por tomar "medidas impopulares".

Podemos ejemplificar con un triunfo reciente del populismo: la victoria más grande del rejunte opositor, luego de las elecciones de junio del 2009, fue la aprobación del 82% móvil. El desvelo no eran los jubilados, sino obligar al oficialismo a ajustar, a corregir el rumbo económico pero, aún así -lo dijimos en ese momento- tuvieron que apelar a una medida populista para conseguir un triunfo que una agenda republicana (consejo de la magistratura, DNUs, etc.) no les entregaba.

No se equivocan al demonizar al populismo. Es, como dice Manolo, la amenaza al status quo económico y político global. Este populismo, además, que se planta, negocia la deuda y discute los postulados que les bajan. Pero no es el socialismo, como decía esa tapa de la revista Barcelona. Es sólo y nada más que una forma distinta de capitalismo. Una más humana, eso sí.

12 pusieron huevos y comentaron:

Daniel dijo...

Pará que estamos ganando. Después vengo, leo y te comento.

Un abrazo.

Almita dijo...

Muy elaborado, producido e inteligente el posteo.
Me llevo la frase "...Es sólo y nada más que una forma distinta de capitalismo. Una más humana, eso sí".
Porque si perdemos eso de vista, estamos al horno.
Saludos.

MiTucumán dijo...

Para los capitalistas el populismo… es todo lo que vaya contra sus intereses personales y familiares: “primero yo, segundo yo y tercero mi familia, si es que queda algo. ¡Y los demás, que se vayan al carajo! … Entonces el “maldito populismo” es la invasión del Estado en la economía para distribuir un poquito de lo mucho que tienen los del grupito de privilegiados entre las personas que conforman la gran mayoría.

Ricardo dijo...

La pasión antes que la razón, Unfor. ;P

Gracias, Almita.
Quieren demonizar al populismo como si de comunismo stalinista se tratara. No te podés correr ni una coma de sus dictados que te dan con todo.

MiTucumán: he ahí la cuestión. Si vieran que un capitalismo más amigable les permite ganancias fabulosas sin la necesidad de protestas como las que tuvimos nosotros en 2001, los griegos, los españoles ahora, en la misma Inglaterra...

Algún Peronista Q. dijo...

Muy bueno, Ricardo.
Creo que no todos entienden lo mismo por populismo o popular, que para mí son lo mismo, es dar al pueblo lo que éste demanda. El problema lo tienen los iluminados (de derecha o izquierda), cuando quieren imponer sus ideas a espaldas del pueblo.
Abrazo.

Ricardo dijo...

Gracias, Algún.
No sólo la capacidad para satisfacer las demandas sino también la capacidad para prever y acompañarlo en su crecimiento y desarrollo.

¡Abrazo!

Daniel dijo...

Gran post y me gustó tu último comentario.

Un abrazo.

Ricardo dijo...

Gracias, Unfor.
Ahora nosotros vamos empatando. ¡Mamáaa!

HUINCA dijo...

La realidad es que nos "populistaron" mientras les valía la cosa para descalificarnos ante la opinión pública con cierta oportunidad de que esto calara electoralmente. Como ya ven que no, ya les sale lo que yo venía diciendo che, que es que para ellos somos unos zurdos de mierda; dicho en palabras de Grondona "izquierda autoritaria"; con lo que se abre la veda (otra vez) antidemocrática. Si uno es izquierda autoritaria, merece ser volteado en nombre de la democracia ¿no? No es el socialismo. Se hace camino al andar, Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar. Que en dialecto kirchnerista, más escueto es ¡nunca menos!
Abrazo a todos
PD, tocayo, ayer mientras miraba ¿el partido? pensaba en usté y sufría. Nos veía como al Coronol Kurtz, agonizando y diciendo "el horror..."

Ricardo dijo...

Pero Grondona atrasa con lo de la izquierda autoritaria. Lo que está de moda ahora es denostar al populismo. Aunque cuando el populismo les sirvió no se quejaron mucho, ¿no? Y ahí sí lo de zurdos de mierda y el sucio trapo rojo, je.

En cuanto al ¿partido?, me estuve descargando por twitter -si no rompía todo acá-, aunque bastante más respetuosamente que otros compañeros twitteros que decían cosas bastante feas de la mamá de Jotajota. Mencionaban recurrentemente cierta región anatómica de la señora...
En cualquier momento va a pasar lo peor: ni siquiera me voy a calentar por los resultados.

Un abrazo populista y gallináceo.

Javier dijo...

Como dice Cristina hay que institucionalizar para que nadie pueda salir jamas del populismo

Un abrazo

Ricardo dijo...

Y no pensar que la "batalla cultural sarleana" está ganada, je.

Abrazo, Javier.