Santa Fe, Buenos Aires y Macri 2015

Página/12 señala a la elección en la Provincia de Buenos Aires, debido a su peso en la nacional, como la madre de todas las batallas. Concuerdo y disiento, optimista y pesimista: no es pecado señalar que Cristina finalmente ganará en octubre. Scioli hará lo mismo en territorio bonaerense. La pelea, así -aunque no se traten de otra cosa que vástagos de la madre esa (la de todas las batallas)-, se traslada, en mi opinión, hacia Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires. Optimista -y realista- por señalar el triunfo nacional y en la PBA. Pesimista porque los escenarios santafesino y capitalino muestran al oficialismo en real disputa pero en desventaja.

Un triunfo de Agustín Rossi en Santa Fe sería muy importante, pero no tanto como uno de Daniel Filmus en la CABA. El FCyS, que en la provincia señalada lidera Binner, tiene su expresión nacional en la candidatura presidencial del socialista. "No le habló al país, sino a la militancia", dijo Laborda en LA NACION refiriéndose al discurso de Cristina en el día de la Bandera. Binner -como agravante: local-, el otro candidato en el palco, no sólo no pudo hablarle a la militancia sino que hasta eligió no hablarle al país: "Sin embargo, el clima político hizo que el gobernador santafesino desistiera de emitir palabra. (...) Como sea, fue decisión del mandatario provincial no hablar".

Un triunfo de Rossi lo convertiría así en posible candidato pensando en 2015. Un triunfo de Daniel Filmus en la CABA, en cambio, significaría más que convertirlo en presidenciable: sepultaría definitivamente la aventura de Macri y el PRO. Es que la CABA, a diferencia de Santa Fe, guarda como una espora la candidatura nacional de Mauricio Macri hacia 2015.

Puedo ser más claro: el electorado de la CABA, de reelegir a Macri como Jefe de Gobierno, estará mandando un mensaje nacional: queremos Mauricio 2015. ¿Lo sabrán los ilustrados votantes porteños, adeptos ellos a mandar "mensajes al país"? ¿Sabrán que sentar nuevamente a Macri en el sillón que hoy ocupa es catapultarlo irrevocablemente -ya no habrán excusas- hacia una candidatura presidencial dentro de cuatro años? A liderar, definitivamente además, el espacio de la centroderecha que hoy, infructuosa y erróneamente, pretenden capitalizar De Narváez y Alfonsín.