lunes, 15 de diciembre de 2014

2015: la PBA partida

Las encuestas nacionales referidas a candidatos, todas hablan de un escenario de mayor o menor paridad entre Scioli, Massa y Macri (con el liderazgo atribuido a quien haya puesto el billete). Todas —hagamos la salvedad para que el lector piense que cazamos algún fulbo'— son foto de un momento y no están dadas las condiciones para afirmar que pueden ser inapelables: ni el soberano tiene el voto in pectore ni están cerca de formalizarse las candidaturas en todos los niveles. Pero un fantasma recorre Argentina. Es el fantasma de que TODOS GANARON ALGO MENOS VOS, BOC... Perdón, es el fantasma de que todo se decide en la PBA. Y si todo se decide en el distrito que concentra 4 de cada 10 votos nacionales, nada está decidido aún.

Manolo recientemente apuntó la división geográfica en la cual se insertan los candidatos en pole: Macri en la CABA, Massa en la PBA y Scioli en el NOA/Cuyo. Útil el esquema para entender a grandes rasgos nuestro país y las razones de cada voto, no toma en cuenta los gaps entre contendientes en los distintos distritos. A su favor: nadie lo hace. Manolo es el primero en advertir que la encuestología se queda corta en la PBA y que la realidad es que los profesionales del rubro y sus consumidores son náufragos en bolas,gritando que se cogieron a Claudia Schiffer cuando apenas rindieron tributo a Onán.

Lo anterior, que es válido para la PBA y parte de la región centro (zona núcleo, digamos), no lo es tanto para CABA y NOA/NEA/Cuyo, adonde las preferencias están más claras. La más reciente encuesta de Aragón & Asoc., para provincia de Buenos Aires, certifica lo escrito: Massa 26, Macri 25 y Scioli 22%, dice el encuestador de Sergio y el Frente Renovador. La PBA, entonces, se encuentra partida en tres en lo que a preferencias hace. Los números deberían hablar por sí mismos, pero cualquier pelotudo con blog —éste— se puede tentar y ponerlos a cantar. Escuchemos su melodía: si Macri hegemoniza CABA Y Scioli el interior profundo y más peronista, ¿alcanza la diferencia a tiro de margen de error para decir que Massa hegemoniza la PBA? Los números verifican también una de las hipótesis que pretendían explicar la derrota del FpV en las pasadas legislativas: territorio sí, pero Massa fue además el instrumento para castigar al oficialismo en las legislativas y no es pequeño el favor que le debe al PRO. Definitivamente había voto macrista en la composición del triunfo renovador, no hay otro modo de explicar el 41% de Massa en 2013 y su actual 26% de intención. Ese último número representa un 10% nacional y no asegura un lugar en un eventual ballotage.

Bajo esta luz, la PBA no decide la elección en las PASO o primera vuelta, pero sí puede hacerlo en ballotage. Otra: más importante que el acompañante en la boleta presidencial será el candidato a gobernador de la PBA, y las listas que acompañen a esa boleta. No hay margen de error al respecto y muy poco espacio para refritar un De la Rúa - Ruckauf: el candidato a PBA debe ser ganador y el espacio que se equivoque en su selección no tendrá Presidente. Imaginamos entonces a Insaurralde frotándose las manos o mandando a Jesica a decir en los medios que se las frot... ¡ups! Retornemos mejor a la seriedad que nos caracteriza: ¡QUE CALIENTE ESTÁS, BOSTER... Ah, no, quería decir que —lamentablemente para el interior profundo— será la PBA la que en este turno se lleve las mejores promesas y compromisos. País federal, las pelotas. Ya matamos a la agenda porteña como leitmotiv de lo nacional, ahora dividamos la PBA a sangre y fuego. ¡A las lanzas! Sirva lo anterior para explicar, en parte, —esto también—, la contradicción de que sea el gobernador de la PBA (valdría también para un bonaerense como Randazzo) quien pueda constituirse en el candidato más federal de los que pugnan con chances. Gajes del oficio adeudados a las condiciones de posibilidad de los acuerdos y alianzas disponibles. Una guacha, la Historia.

viernes, 12 de diciembre de 2014

La Gallina Mecánica: River campéon de la Sudamericana

La corrida y suspenso de Antonio Alzamendi, en el cabezazo de esa pelota que le había puesto Alonso y rebotado luego en el arquero; el control, mediavuelta y zurdazo del Búfalo Funes en aquel otro gol inolvidable; el salto perfecto y el cabezazo franco, impecable de Hernán Crespo; el doble enganche hacia adentro y el latigazo casi desde el piso de Marcelo Salas; la final de esta Copa Sudamericana merecía quizás un gol hermoso como el de Pisculichi en Colombia o que entrara alguna de las muchas, demasiadas que tuvo Teo Gutiérrez. En cambio, quedarán en la memoria los frentazos plenos de Gabriel Mercado, Germán Pezzella y también, ¿por qué no?, la explosión de bronca, incontenible, justificada del muy buen arquero de Atlético Nacional, Armani, ante lo inapelable del 2 a 0.

Dicen los que saben que conviene siempre empezar cualquier texto con una frase impactante, ganchera o que posea una belleza suficiente para acariciar el alma. Este ya está avanzado pero va de todos modos: ¡Viva el fútbol, Pisculichi! Y que viva el fútbol, River, campeón de una copa internacional luego de tantos y sufridos años que es el primer título de este tipo para los miles de hinchas sub-20 que riegan el suelo de la Patria, países vecinos y galaxias aledañas.

El fútbol tiene algunas máximas, pocas: la de la manta corta, los goles que se fallan en el arco contrario, dos cabezazos en el área, pero una de las más verificadas sea quizás esa de los delanteros que ganan partidos y las defensas campeonatos. En esta Sudamericana podríamos invertirla para decir que los atacantes nos depositaron en la instancia última y fueron defensores, en cambio, los que nos entregaron el campeonato en la finalísima. Claro, se trataría de una exageración o de una licencia literaria: tanto Mercado como Pezzella o aún Funes Mori actúan como atacantes en las pelotas paradas, y no podrían ser tan efectivos sin el aporte de una pegada exquisita como la de un jugador netamente ofensivo, Leonardo Pisculichi.

Y si de hacer nombres se tratara, que recién en este cuarto párrafo arribáramos al de Marcelo Daniel Gallardo sería una injusticia. Hacer Justicia, Su Señoría, sería decir que este es el equipo del Muñeco, el de Gallardiola®, la Gallina Mecánica, el Bayern Muñe. Un amigo, @CineBraille, supo distinguir ya tres etapas en este River del segundo semestre: la primera, de Oro, abarca desde el segundo encuentro por el campeonato local hasta que trocamos los triunfos arrolladores por aquellos conseguidos en base a convicción ganadora, fase de Plata esa que terminó a su vez con la derrota frente a Estudiantes de la ídem. La de Bronce sembró dudas pero River supo emerger, fortalecido, en la serie de semifinales frente a Boca que significó el pasaje a la final y el final, también, de ese fantasma que acechaba en dichos enfrentamientos por torneos internacionales. Con la coronación en la Sudamericana parece fácil decir que disfrutamos más de aquellos primeros siete u ocho partidos que del campeonato conseguido en el semestre pasado, pero tampoco era tan difícil antes. Un sobrino de catorce, fanático, reconocía sorprendido que jamás había visto jugar así a su River, y eso sólo bastaba para llenar el alma de este bilardianomundialista interpretado fielmente por Sabella durante Brasil2014. Ese primer River de Gallardo sumaba conceptos de diversas vertientes: bielsista, sostenían algunos por la dinámica y las transiciones rápidas; passarelliano decían otros, considerando el pressing en tres cuartos de campo rival; guardiolista aportaban más allá, amparados en la empiria de un equipo corto que adelantaba la defensa hasta mediocampo y tenía prohibido jugar a más de dos toques. La mano del técnico fue fundamental para potenciar a un equipo que se iniciaba disminuido luego de campeonar; basta recodar que cada vez que River lo necesitó, Gallardo supo interpretar momentos y necesidades. Aún con un plantel corto, exigido por demás, encontró variantes, cambios tácticos, estratégicos y siempre ese signo de todo equipo que pretende grandeza y gloria: la respuesta comprometida de sus dirigidos.

Con Ramón Díaz, River fue un digno campeón que nunca apeló al lirismo pero defendía razonablemente bien. Pero una vez ganador, el riojano decidió alejarse comprendiendo que lo que vendría no podría ser mejor: la dirigencia no aportaría contrataciones rutilantes, Ledesma no podría empujar más el final de su carrera, Carbonero y Lanzini –los desequilibrantes– emigrarían sin remedio, quizás también Teo Gutiérrez y ni siquiera podría contar con su estandarte, Fernando Cavenaghi. El panorama parecía desolador y llegó Gallardo. Entonces River, con la sola incorporación de Pisculichi y el retorno de un resistido Carlos Sánchez, desplegó un salto de calidad de naturaleza casi incomprensible. Atónitos asistimos a un cambio de mentalidad, de juego y compromiso por una idea futbolística sólo comparable a la experimentada en la renovación que barrió al River de los ’80 con el arribo de Passarella y sus veleidades europeas. Luego Gallego y Díaz pudieron disfrutar mejor el fruto del semillero hasta que la desgracia dictaminó que debíamos estrellarnos con Aguilar, el Locarno, Aruba y el fantasma –aparecido– de la B.

Pero permítanse por un momento, éste, deshistorizar esta conquista para apreciar que aún así brilla bajo la luz de un fixture que asemejó este campeonato a una Libertadores. Cierto, se trató de la Copa Sudamericana, pero Libertad (Par), Estudiantes (LP), Boca y Atlético Nacional o San Pablo parecen un dream team soñado para el torneo continental que da inicio a cada temporada. Y River supo imponerse ante cada choque con la autoridad necesaria para hacer innecesaria cualquier controversia. La serie de la gran final sirve para graficarlo: luego de un primer tiempo en el que el equipo colombiano parecía un par de categorías superior, River se repuso, adelantó y acortó sus líneas, practicó juego asociado e hizo del empate un resultado justo y merecido. Las repeticiones del partido de vuelta en el Monumental hacen del 2 a 0, en cambio, un resultado mezquino y hasta azaroso. Nacional jamás pareció capaz de reacción y los jugadores, el DT y todos, en el estadio y afuera, celebrando el campeonato antes del pitazo final lo atestiguan. Fue una fiesta y, contrario a lo que sostiene el popularizado cartel, la Navidad llegó en un despliegue de alegría, de rojo y blanco inundando las calles y en el estruendo de los fuegos artificiales. Resta un domingo con posibilidades en el plano local, claro, pero si Racing decidiera ser campeón como parece, la Banda de Gallardiola, el Bayer Muñe, la Gallina Mecánica celebrará este semestre en forma absolutamente merecida. Y todos nosotros con ellos. ¡Salud entonces por la alegría de una final y nueva copa internacional! ¡Salud por la apuesta del Muñeco! ¡Salud por los aportes fundamentales de Barovero y Mora! ¡Salud por el regreso de jugadores de River a la Selección! ¡Salud por todo eso y más… y que viva el fútbol, Pisculichi!

martes, 2 de diciembre de 2014

“El miedo es que en vista de la actual paridad entre Macri y Massa, las PASO no actúen direccionando voto útil" (entrevista con la PACO URONDO)

Muy amablemente, los amigos de la Agencia Paco Urondo nos obligan a tirar postas a lo loco (!) en una entrevista que agradecemos y en la que el campo opositor es el tópico principal.

Allí decimos sobre Massa que: “...noto en los análisis porteños una tendencia al error: creer que una foto implica un armado. Es una mirada superestructural que luego no se verifica. El FR más que el PRO carece de estructura territorial fuera de la PBA y las fotos con Morales, Cano o Naidenoff no la proveen. Al contrario, son una renuncia a construir...".

Respecto a Macri y la estrategia del PRO decimos que Durán Barba se la comEH... NO, PARÁ, lo que observamos es que: “...va allí adonde hay una mayor tradición radical (Córdoba, Mendoza) y Massa en cambio se dirige hacia donde hay más voto peronista (NOA, NEA). En las provincias puede desengancharse la pelea local de la nacional, algo más complicado en la PBA o la CABA. Esa es la apuesta de los radicalismos provinciales. Macri y Massa son accesorios en esa estrategia...".

También que: “...es en la UCR donde se ha desencadenado una rebelión de los coroneles, y se comporta en los hechos como una federación de caudillos provinciales... (y) ...que aún sin un candidato medidor supo en este último tiempo proyectarse como una sombre sobre todo el arco opositor...".

Le bajamos el precio a la venta de renovación del bipartidismo, decimos que las elecciones en Brasil asustaron a los promotores de la oposición, que el triunfo del FpV en primera vuelta es posible pero en segunda también y nos reímos mucho de Gigliotti y Lady Gag... (OK, ESO ÚLTIMO NO, pero deberíamos). Una vez más le agradecemos a la Paco Urondo, a Enrique de la Calle, pedimos disculpas por la autocita del título pero sabemos que comprenderán las razones autopublicitarias (!) y los invitamos a leer la entrevista completa acá...

domingo, 30 de noviembre de 2014

Charlas de Quincho tucumanas

Damos inicios a estos quinchos folclóricos y autóctonos con el relato de un asado que comí ayer en el cerro, mientras me cagaba un poco de calor y no tenía más que una gaseosa caliente para regarlo. Los problemas de no tener conservadora. Cero política, todo vacío, entraña, chinchulines y una morcilla vasca que tenía más nueces que las que rompía Tchaikovsky (la cita de autoridad necesaria, no hubiera sido lo mismo citar Nueces para el Amor). El superclásico que ganó merecidamente River fue el tópico principal, por supuesto, pero no lo será de este panorama interno tucumano. Dejemos de joder y vamos.

Las internas provinciales no suelen interesar a nadie más que a los directos involucrados y al pequeño subgrupo –humanoide (!)– de quienes nos preocupamos por lo político, por tal motivo raramente alcanzan estado en el interés público. Claro, a excepción de que sean rubricadas a balazos, piñas o su versión más civilizada: una guerra dialéctica desembozada a través de los medios. Las primeras dos excepciones no forman parte del caso tucumano, por suerte, pero existe desde hace tiempo una guerra de declaraciones cruzadas entre el alperovichismo y el amayismo. El PJ tucumano nunca fue un órgano sin discrepancias internas, pero siempre resultó más o menos claro quién conducía. Las crónicas periodísticas provinciales recordarán los enfrentamientos entre Olijela Rivas y Julio Miranda o, más cerca en el tiempo, el desafío de Fernando Juri, vicegobernador, a su compañero de fórmula y gobernador, José Alperovich. Esta última batalla vio su fin cuando Beatriz Rojkés se quedó con la presidencia del PJ provincial, relegando al ala jurista a un testimonialismo que hoy prácticamente se agota en el mismo Juri.

La imposibilidad de una re-reelección para el actual gobernador desató las fuerzas que antes podían marchar unificadas bajo el paraguas de Alperovich encabezando una boleta. Así, las corrientes internas fueron recibiendo nombre bautismal: alperovichistas, bettistas, manzuristas, jaldistas. El amayismo no fue nunca parte del dispositivo referenciado en el gobernador, y fue en cambio tributario del “municipalismo” que practicó desde sus inicios el kirchnerismo para inhabilitar la musculación de una Liga de Gobernadores que lo desafiara. Tan exitoso que dio lugar a la emergencia de la Liga de Intendentes de la PBA. Pero retornemos al presente y al ámbito local.

No fue difícil para cualquier interesado seguir el devenir de estas internas a través de los diarios tucumanos, particularmente La Gaceta. Hoy es prácticamente un hecho que la fórmula del oficialismo será Juan Manzur-Osvaldo Jaldo. El desafío proviene, claro, del sector liderado por el intendente capitalino, Domingo Amaya, quien también aspira al Sillón de Lucas Córdoba, acompañado por su secretario de gobierno, Germán Alfaro. La incógnita es si lo hará compitiendo por dentro del peronismo o por afuera y sólo para ejercer su poder de daño. Pretende terciar en esta disputa, como un modo de posicionarse, el secretario de Obras Públicas de la Nación, el tucumano José López. Hacia arriba, Manzur y Jaldo tuvieron junto a Alperovich su baño iniciático de sciolismo explícito, con fe, trabajo, esperanza y poniendo siempre el hombro. Amaya, por su parte, recibió recientemente a Randazzo, a modo de castigo al gobernador. Pero es abajo y localmente por donde transcurren los tironeos más importantes, con los distintos lugares de las listas en el horizonte. Como candidato a intendente capitalino, Alperovich seleccionó a su ministro de Salud, Pablo Yedlin, en una apuesta que desde aquí no consideramos la más pagadora. Claro, el radicalismo provincial considera probable tomar por las urnas la casa de gobierno, pero ve aún más cerca la posibilidad de la intendencia capitalina (y la de Yerba Buena) debido a los resultados obtenidos en las elecciones legislativas 2013.

En el radicalismo tucumano las cosas parecen más simples: no pone nada en juego en 2013 y lo que consiga será ganancia. José Cano encolumna a toda la estructura de la UCR y también al resto de vertientes republicanas: en Tucumán supo sobrevivir aquel experimento de 2009 denominado Acuerdo Cívico y Social. Fue muy comentada a nivel nacional, sabemos, su foto con Sergio Massa, que no incluyó cláusula alguna para formar una estructura que incorpore al Frente Renovador. Acuerdo cupular, entonces, que no movió el amperímetro del voto para Cano en Tucumán o para Massa a nivel nacional. La apuesta, claro, es otra. Como señalamos con anterioridad, el acuerdo se reduce a que Massa no divida el voto opositor, complicando a Cano para que luego, en retorno, el radicalismo provincial se vuelque hacia Massa en un hipotético ballotage. Aquí descreemos de los acuerdos cupulares tanto como del clientelismo vía bolsón, pero no faltarán quienes crean que de eso se trata hacer política. Para la capital provincial, el radicalismo se debate entre apoyar a la candidata que salió con fuerza a hacer campaña publicitaria, Silvia Elías de Pérez, o al más tradicional e histórico Federico Romano Norri, que bolacea con un Mapa del Delito como el del colorado De Narváez. Ninguno está plenamente instalado, entonces sus posibilidades hablan claramente de un voto antiperonista, muy educado (!) y antibolsonero, de grandes centros urbanos, que en buena medida hace todavía del radicalismo una persistencia –también– en el NOA.

El resto de las fuerzas provinciales son netamente testimoniales. Fuerza Republicana, emprendimiento familiar de los Bussi, se encuentra reducida a sus mínimos históricos y usufructuando el discurso de seguridad en el recuerdo del Bussi padre gobernador de facto durante la Dictadura. El PRO de Mauricio Macri cuenta con cierta inserción, mínima, y en el pasado ha jugado junto al ACyS. No creemos que vaya a ser ese el caso en los próximos comicios. La izquierda tucumana no saborea las mieles de las que gozó recientemente en la ciudad de Salta, antes por una defección del radicalismo salteño –creemos– que por un reverdecer de la conciencia clasista, más difícil aún dentro de la clase media urbana de una capital de provincia.

Finalizamos estos quinchos tucumanos, como es costumbre, con un chiste (!).
Discutían acaloradamente un tucumano y un santiagueño acerca de sus respectivos pueblos. El tucumano dice:
–Donde vivíh’ e’ una mierda horrible, primo. Un calor e’pantoso y ni siquiera a’falto tení.
–Claro que tenemoss asssfalto, gato hijo e’ puta.
–¿Adónde, que no se lo veí’?
–¡Debajo de la tierra, para que no sse lo afanen loss tucumanoss gatosss!

domingo, 16 de noviembre de 2014

Encuesta nacional de Bacman: FpV, PRO, FR y FAUnen

Leemos en P/12 la última encuesta de CEOP (1085 personas entrevistadas de todo el país, en los últimos días de octubre): FpV 33,7%; PRO 18,1%; FR 15,5% y FAUnen 12%. Sabemos que difícilmente una encuesta hubiera arrojado estos valores en octubre del año pasad… Pará, ¿sabemos? Si observamos los números nacionales de las legislativas/2013 veremos que para Senadores éstos resultaron así: FpV 32,13%; PRO 14,23%; UNEN 10,04% y FC(SdeE) 4,37%. Para Diputados: FpV y aliados 33,15%; UCR, PS y aliados 21,38%; FR y aliados: 17,03% y PRO y aliados 9%.

Entonces, ¿son tan sorpresivos los porcentajes de CEOP (Bacman)? Un par de apuntes apresurados nos permitirían algunas herejías: 1) los humores sociales están bastante más a salvo del bombardeo mediático que lo que el kirchnerismo duro querría reconocer. 2) la situación económica, complicada por inflación, restricción externa, recesión, presión devaluatoria vía dólar blue, no es percibida como algo terminal ni mucho menos. De otro modo los resultados y las campañas de todos los aspirantes serían muy distintas. 3) el desangre del republicanismo tradicional (UCR+PS+CC) a manos del PRO y el FR permite comprender las fotos del radicalismo con el PRO o el FR en las provincias (nuestra evaluación sigue siendo la misma: no implican armados. Es fotopolítica y no movió votos). 4) lo anterior certifica que FAUnen, PRO y FR disputan el mismo electorado (y de ahí los espasmos republicanos del massismo, el ataque furibundo de Carrió a Massa y el intento de Macri por seguir siendo una tercera vía pura). 5) la estrella de las pasadas legislativas, Sergio Massa, no pudo capitalizar más allá de octubre su triunfo en PBA: ni garrochismo ni postkirchnerismo.

Pero retornemos a Bacman. Sabemos que toda encuesta es una foto y que todo encuestador tiene un empleador, pero hace trampa el de CEOP. Un poquito, al menos, cuando advierte que “…dado que el PRO o el Frente Renovador son todavía marcas poco conocidas, la encuesta se hizo preguntando por el PRO de Mauricio Macri o el FR de Sergio Massa…”. Traducido, la encuesta arroja números para el FpV como conjunto, sin personalizar, y para Macri y Massa como candidatos. Artilugio válido, porque permite una aproximación más ajustada a la realidad del voto que –debemos reconocer– aún debe estar lejos de definiciones terminantes (el casi 16% del NS/NC es botón suficiente). Preguntar por el PRO o el FR hubiera arrojado quizás datos más desalentadores para esas fuerzas. Son las ventajas y desventajas de los partidos unipersonales: tienen candidato puesto y, a la vez, no poseen la ventaja de unas PASO que generen expectativa.

Se entiende bajo ese cristal la evaluación de Bacman: “...al FpV le conviene tener unas PASO porque todos los candidatos tienen votos para aportar. Tanto Scioli, como Randazzo, Sergio Urribarri, Agustín Rossi o Jorge Taiana. Sería muy importante para el FpV la competencia que tire hacia arriba la intención de voto…”. Entonces, si bien coincido en todo lo demás que marca el encuestador (cómo se vota en una presidencial, la potencia de la marca PJ-FpV y lo referido a gobernabilidad), no estoy de acuerdo con esa evaluación. Y aquí retornamos al debate bloguero de la semana anterior: ¿cuál sería la mejor estrategia para el FpV? ¿PASO, lista de unidad, polarización? Mi humilde evaluación es que las PASO sólo serían un lastre si disminuyeran la intención de voto del espacio y de quien se perfila en punta, hoy Scioli. Si en cambio ambos porcentajes se mantuvieran, unas PASO no sólo serían deseables sino que potenciarían a ambos, PJ-FpV y el candidato que de ellas emergiera. Pero unas ordenadas, en la que los precandidatos fueran un par y no legión, porque hay que cuidar al de arriba, pero también a los de abajo. La pregunta sería: ¿aportaría que hubiera más de un candidato para expresar al núcleo duro kirchnerista? La polarización se daría luego en las generales, ordenando el voto K – anti K. Aquí comprendemos contraproducente trasladar esa polarización al interior del dispositivo oficialista, cuando sólo la unidad del espacio daría soporte a la especulación de Bacman: “…si se descartan los no sabe/no contesta, el porcentaje trepa al 40 por ciento. O sea que la posibilidad de ganar en primera vuelta está…”. Es dable pensar, claro, que ese 16% puede inclinarse en mayor medida hacia el carril de la oposición, así como también que en una hipotética segunda vuelta el resto de las fuerzas podrían funcionar como colectoras del candidato opositor. Como vemos, todo puede pasar, incluso que el PJ-FpV se alce con el triunfo en primera vuelta.

lunes, 10 de noviembre de 2014

El debate del FpV hacia 2015: ¿polarización o… sciolización?

Los blogs han muerto, viva Twitter –dicen–, pero en la semana que pasó Artemio, Abel Fernández, Ezequiel Meler y Manolo se empeñaron en desoír esa sentencia. Sigan con twitter, señores: sí, viraliza mejor; sí, es más efectivo para el punch; sí, qué piola (?), pero no es la espuma de la espuma para sostener razones que vayan más allá del “…y tu vieja en calzones”. El debate bloguero al que hacemos referencia giró en torno a las posibles estrategias del FpV hacia 2015. Polarizar o no polarizar, kirchnerizar o peronizar, Scioli sí o el manco hijo de mil puta no. Rápidamente se circunscribió al último tópico, debemos lamentar, pero lanzados al ruedo por Abel –que enloda a este humilde servidor en el barro de la heterodoxia o el librepensadorismo (!) realpolitikero– nos sentimos impelidos a intervenir.

Un apunte lateral para empezar y que el kirchnerista emocional se golpee la cabeza contra la pared como yo cuando suspenden un partido de River: todos hablan de Scioli. Puntito inteligente para el sciolismo. Ahora, por favor, lloren. Pero no se enojen con este bloguero de narcisismo hipertrofiado, porque ya habíamos advertido que era la propia cúpula kirchnerista la que hacía lo posible por evitar la emergencia de cualquier liderazgo que pudiera fungir como heredero. Hay mérito de Scioli, pero es antes esa la razón por la cual hoy está en pole dentro del FpV y es el único que visita provincias con el traje de candidato (aunque Taiana y Rossi estuvieron el viernes en el Chaco de Capitanich).

¿Es Scioli un fatalismo? Y, no lo sería si en 2015 crecemos al 8%... Pero vamos por partes.

¿Polarizar o no polarizar? La tesis de Artemio se sostiene algo así: Cristina es dueña de los votos del FpV. El FpV tiene un piso del 33%. Entonces polarizar, en su acepción, implica que el candidato del espacio debe ser K puro para que CFK pueda efectivamente trasladarle el total de “sus” votos. Aquí ya habíamos criticado la hipótesis del piso porque, les guste a los salvajes unitarios o no, los peronismos provinciales cuentan votos propios. Politics 101: es la coalición que uno es capaz de ensamblar la que tributa la totalidad de los votos. De otro modo no serían necesarios los partidos, las alianzas, la transversalidad, la concertación plural… el peronismo. Y esa, estimados, es en realidad la tesis del PRO de Durán Barba y Macri.

Por si lo anterior fuera poco, desde su primer desliz apresurado acerca de la manera de encarar la negociación con Griesa y los buitres, Scioli comprendió que en esta etapa debía asegurar los votos del espacio FpV, asumiendo sin beneficio de inventario el discurso y praxis del oficialismo. El propio kirchnerismo colaboró para hacer esto posible, alvearizándose respecto a su etapa cuasi dogmática circa el 54%. Claro, esto no fue tanto un logro de Scioli como una consecuencia del desafío Massa2013 y un saludable retorno a una visión más realpolitikera que voluntarista-ideológica.

–Pero, ‘pará un cachito, ¿y entonces… polarizamos o no?
–Ya vamos, aguantame. ¿Qué sería kirchnerizar o peronizar la campaña? Esto me parece más importante que plantear una polarización, ya que ésta será una consecuencia inevitable del devenir de estos años y más aún desde 2008. Al asumir el discurso más K, Scioli comprende que el eje del debate es aún oficialismo-oposición, que equivale a kirchnerismo sí o no. Y aquellas encuestas de hace unas semanas daban cuenta de que el ánimo social va más por el lado de la continuidad con cambios que de su espejo, los cambios con continuidades que Macri y Massa se apresuraron a revivir, en un intento de caprilización que habían abandonado, obligados en parte por la disputa que sostienen entre sí por el espacio de representación opositora.

–¡Qué manera de dar vueltas, macho! E’ corta la bocha: ¿kirchnerizamos o peronizamos?
–Bueno, depende de lo que entendamos por eso.
¿Kirchnerizar es plebiscitar los 12 años desde 2003? ¿Plantear sólo continuidades sin cambios? Entonces peronicemos, porque –como dijimos– lo anterior será consecuencia inevitable de estos años batalla cultural, y además –dato para nada menor– no es posible plebiscitar sin Cristina en la boleta. ¿Peronizar implica entonces cambio? No necesariamente, pero sí abre la compuerta de plantear futuro. Profundizar sí, pero el tema es cómo. El para qué, en cambio, implica peronismo y kirchnerismo en dosis iguales porque el último es el avatar actual del primero: empleo, salario, defensa del mercado interno. Tender hacia la justicia social, para resumir. Sólo el sciolismo y el Mov. Evita están mirando hacia adelante, pero cualquiera sea el candidato del FpV no debe hacer sino lo que viene advirtiendo Taiana: plantear una agenda de futuro (y habla de reforma tributaria, algo fundamental). En la acepción naranja esto vendría a ser algo así como “tuvimos crecimiento, ahora tengamos desarrollo”. ¿Desarrollo es eso que puso recientemente a Dilma al borde del knock-out: servicios públicos, salud, educación, transporte, infraestructura? Ojalá. Las demandas de segunda generación le ganan por goleada a la demanda por darle bronce al kirchnerismo, sobre todo porque el kirchnerismo mismo las generó, al modo en que explicaba Huntington. El presente es duro y muchas veces injusto, esperemos que la Historia no lo sea. Si no la escribe Luis A. Romero, puede ser. Pero vayamos cerrando este razonamiento antitwittero…

–Ah, ¿ahora se pone divertido?
–¡Claro!
–Era irónico lo mío…
–(…). No importa.
La tesis de este blog, desde hace un buen tiempo (puede remontarse a los tiempos del quiebre con Moyano), es que estrechar los límites de la coalición que da soporte al oficialismo no hace a la posibilidad de desarrollar un programa de gobierno. Luego del 54% vimos que no alcanza con el PEN + Congreso porque lo formal de la democracia termina allí pero la sociedad es más ancha (en razón de esos poderes que no se someten a las urnas). El quiebre del peronismo en la PBA el año pasado agregó un condimento más a lo anterior, disgregando aún más el poder, lo que sólo puede derivar en un gobierno post kirchnerista más débil, cualquiera sea su signo político. Por lo tanto, la respuesta cae de madura: es necesario ensanchar el sistema de alianzas. La teoría de Artemio es funcional a mantener el poder hasta 2015, pero no para reproducirlo hacia 2016. Por si hiciera falta un ejemplo –éste de política económica–, el modo en que el oficialismo paró el último intento de corrida y presión por devaluación: la emisión de uno (o dos) bonos dollar-linked (lo que además da por tierra aquello de que son los pequeños ahorristas los que generan la brecha entre el dólar oficial y el blue).

Una reflexión más para terminar: es poco más que extraño que sea el kirchnerismo, de corte tan centralista en su conducción y concentrado en el puerto, el espacio que tiene una visión más federal del país. Es más extraño aún que Scioli, gobernador de la PBA, aparezca como el más federal de los tres candidatos que hoy danzan al tope de las encuestas. Aún para un cripto-sciolista de bajas calorías como este bloguero.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Elecciones legislativas en EE.UU.: Obama lame duck (o lame black swan)

Los demócratas siempre me impresionaron como nuestros boinas blancas, timoratos y tan citadinos; los republicanos, en cambio, ostentan ese ansia de poder que los emparenta a nuestro peronismo. También en los modos el paralelismo garpa, aunque el bipartidismo yanqui tiene mucho del gerenciamiento de la política que Horowicz llamó democracia de la derrota. ¿Se pueden trazar más paralelos? El GOP tiene algo de peronismo en la base de su composición social... si EE.UU. no fuera un país de inmigración, ya que latinos y afroameri... y negros, bah, suelen optar por los demócratas (auque las últimas elecciones vienen mostrando que ese postulado puede ser puesto en duda). Es más complicado, claro, pero los demócratas hacen pie en las grandes urbes y los republicanos son más fuertes en los estados conservadores, sobre todo los del cinturón bíblico. En términos económicos ambos son liberales, aunque los demócratas tendrían un poquitín más de sensibilidad social y menos cariño por las reaganomics. Pero todo esto es una descripción superficial introductoria a dos notas que explican bastante acabadamente la paliza que los republicanos le propinaron al partido Demócrata en las legislativas nacionales/ejecutivas estaduales de ayer. El primero es un análisis previo que por su nivel de aciertos bien podría haber sido escrito con los resultados puestos. El segundo es del NYT y tiene un dejo de nostalgia por los tiempos de Obama que podrían haber sido y no fueron. Ahora que lo pienso, un poco como todo el mundo, hasta los muchachos que votan los Nobeles. No es el caso de este blog, claro, que hubiera votado (!) por Hillary en la interna, ante la presunción de que podría ser una presidenta más fuerte que el hawaiiano musulmán y marxista. ¿Debido al origen sureño de la carrera política de los Clinton en Arkansas? ¿A causa de la pelea que sostuvieron cuando el impeachment? ¿O sería que Barack impresionaba como una copia de presidente hollywoodense interpretado por Morgan Freeman, bueno hasta el hartazgo? En fin, basta de divague.

El análisis previo nos presenta un mapa de situación que debería haber jugado en favor de los demócratas: “…Hace seis años, cuando Obama ganó la presidencia y el partido ganó el control de las dos cámaras del Congreso, la tasa de paro rozaba el 11%, el déficit federal iba camino del 10% del PIB, el sistema financiero se hundía, la economía se contraía a un 8% anual (…). Seis años después el paro está por debajo del 6%, el déficit por debajo del 3%, los bancos son estables y tienen un sistema regulatorio completamente nuevo, la economía crece por encima del 3% (y lleva años de expansión continua) (…) el partido aprobó la mayor expansión del estado de bienestar americano desde los años sesenta (la reforma de la sanidad) y los salarios finalmente están empezando a repuntar (…) los resultados de los últimos seis años dan para estar orgullosos… pero los demócratas van a perder estas elecciones horriblemente de todos modos…

…la campaña de Obama y el partido demócrata ha sido bastante vergonzosa. El presidente es bastante impopular, en no poca medida porque ha sido incapaz de vender sus éxitos, y el su partido en vez de plantarse y decir que las cosas van bien se ha pasado los últimos meses haciendo lo que saben hacer mejor, esconderse para que los republicanos no les peguen. La campaña del GOP, mientras tanto, ha sido peculiar: quejarse que Washington no funciona (en no poca medida por su culpa), decir que la Casa Blanca está llena de inútiles que no han conseguido detener la epidemia de ébola en Estados Unidos (que no existe), decir que ISIS va a dominar el mundo de forma inminente (no) y prometer que van a bajar impuestos (eso siempre)…”
.

Bueno, he ahí un link más entre los demócratas y nuestra UCR en el poder (y –ay– con el kirchnerismo en modelo 2012/2013): los problemas de comunicación. What we´ve got here is failure to comunicate. Some men we just can reach… En fin, debe ser más profundo, y quizás se encuentre ligado a un problema de autoridad o a la incapacidad para liderar en un momento determinado. Nothing is for ever, cantaba Rudolph Páez. Un exceso de consensualismo, de diálogo, ejecutado conscientemente por Obama desde el inicio de su primer mandato. El análisis de Roger Senserrich continúa y volveremos a él para cerrar. Vamos con el análisis post electoral de Ross Douthat, bloguero (!) del NYT. Pinta el panorama para el Great Ol' Party luego de los comicios: “..Control del Senado, victorias fáciles en estados en los que se corrían carreras empatadas y victorias aún más fáciles en estados republicanos, un final para comerse las uñas en Virgina y una victoria inesperada en Carolina del Norte (…) baste decir que lo que esta noche vimos aparecer no encaja fácilmente en los modelos que vienen siendo aplicados para analizar la política norteamericana –modelos que permitieron prever una buena performance republicana pero no una tan buena, esta barrida tan geográficamente extendida. Bajo esta luz, estos resultados refutan implícitamente la escuela de análisis y estrategia “el pasado es prólogo” que observa tendencias existentes y asume que éstas pueden sólo continuar, que estudia estrategias ganadoras y asume que pueden repetirse a perpetuidad...

…En este caso, lo que fue sobrestimado y juzgado erróneamente fue la efectividad del plano (blueprint en el original) demócrata de 2012, con su atractivo de cuestiones sociales y selección de votantes target ligados a la tecnología que se suponía funcionaban en tándem con tendencias demográficas para cementar una nueva coalición socialmente liberal y multicultural que hiciera insostenible la posición del GOP, obligándolo a un reboot ideológico (…) Por el contrario, los políticos republicanos y su partido se las arreglaron para adaptarse, y –como suele suceder– cuestiones que resonaban en un contexto político determinado aparecen como menos importantes que los fundamentals en otro contexto…”
. Douthat parece demasiado pesimista, pero termina al estilo de los panfletos de izquierda, en los que cualquier situación es en realidad una oportunidad para el advenimiento de la revolución del proletariado. Dice: “…es una elección, es una legislativa, la estructura de las fuerzas sociales todavía pintan bien para los demócratas y su coalición presidencial puede ser reensamblada por Ella (¿Hillary?) en 2016…”.

Debo advertir aquí que no considero equivocado el razonamiento: esta derrota no implica per se un triunfo republicano en 2016. Lo que sí, no creo que todo pueda atribuirse a la (mala) imagen poco ejecutiva que actualmente presenta Obama. Recapitulemos: elecciones ejecutivas 2008 ganadas por los demócratas, legislativas 2010 por los republicanos, ejecutivas de 2012 para los demócratas y las elecciones de medio término de ayer nuevamente para los republicanos. Obama fue lame duck (pato rengo) o lame black swan (cisne negro rengo) desde 2010 por mérito republicano y desde 2008 por responsabilidad propia debido a su espíritu pactista/conciliador. Su aporte más reformista fue la Health Care y pasó lavadísima por el tamiz del GOP. Aun así pudo revalidar su primer mandato. Pero adelantamos que volveríamos con Senserrich para finalizar. Coincidimos ampliamente cuando el analista sostiene: “…el mejor predictor de voto en las presidenciales es cómo va la economía, en las legislativas sin embargo es la popularidad del presidente (…) la valoración del jefe del ejecutivo tiene poco que ver con los resultados económicos (…) y mucho con cosas más generales como imagen de competencia, el nivel de rencor partidista en Washington, crisis fuera del control del gobierno pero que son vistas como su responsabilidad igual (…). Los medios leerán grandes mensajes en los resultados del martes, pero la realidad seguirá siendo la misma: Estados Unidos va (bastante bien), Washington seguirá bloqueado, el presidente está ya bastante de vuelta de todo…”.

lunes, 27 de octubre de 2014

Fiesta de fin del populismo: se suspende por lluvia

Uruguay es un caso raro y probablemente Mujica haya sido el menos “anti argentino" de los últimos Presidentes orientales (recordamos a Batlle). Retornará Tabaré y y es probable que hable con Kerry para solicitar la ayuda de EE.UU. en una muy posible (!) guerra contra nuestro país. No muy latinoamericano/populista/de izquierda, dirán ustedes, pero si gana Lacalle tenemos la obligación moral de adoptar la doctrina Bush y declarar un ataque preventivo contra Punta del Este. El Gral. Sabbatella ya está preparando a las tropas, por si acaso.

Pero lo verdaderamente importante era que ayer ganara Rive... Dilma, Dilma en Bras... ¡y River también, qué carajo!, pero el triunfo del PT en Brasil tiene un significado más profundo para la región y, particularmente, nuestro país. Puestos de trabajo en automotrices, comercio exterior, balanza comercial y apoyo político a organismos políticos sudamericanos podrían haber sido las primeras víctimas. El Mercosur, que nadie niega necesita de un impulso (del que carece en épocas de vacas flacas), podría haber sido su víctima última. En definitiva, nada quita que Dilma pueda realizar correcciones al rumbo actual del anterior entramado —demanda fundamental del complejo industrial paulista—, pero no significa a priori un cambio abrupto en la ecuación geopolítica sudamericana como el triunfo de Aécio Neves podría suponer.

Un par de líneas cortas: Brasil dividido en dos, prácticamente. Sur vs. Norte. O ricos vs. pobres. O capital privado vs. Estado. Son simplificaciones, claro, corporizadas en la campaña de la segunda vuelta y certificada ayer en las urnas. El discurso de la reelecta Presidenta llamó a la unidad y al diálogo —muy sciolista, Verbitsky, hacé algo—, y nada hace suponer que su segundo mandato pueda ser menos complicado que su primero. En 4 años, quizás, el PT enfrente una situación similar a la que en 2015 vivirá el kirchnerismo aquí, aún considerando a Lula. Es que al contrario de nuestro país, a 4 años del fallecimiento de un patriota, en Brasil la muerte no estuvo segura de vencer.

Pero además del factor vital, ¿cuánto influyó el discurso posterior a la primera vuelta de Dilma?, cuando aceptó comprender el mensaje de las urnas y la necesidad de corregir algunas cuestiones caras al imaginario de la clase media —clase C en Brasil—, terreno de disputa en en aquel primer turno. Tuvieron otras particularidades estas elecciones, y el factor Marina Silva no puede ser soslayado. Antes de la muerte de Campos, todo parecía encaminado hacia un triunfo más amplio de Dilma en primera vuelta que restara dramatismo al ballotage. Luego el huracán Marina, que parecía navegar con vientos sólidos pero resultaron sólo vientos encuestológicos. Los grupos de poder en Brasil tenían muy claro que era más fácil que los votos de Neves tributaran a Silva que a la inversa, (uno de los factores que consideramos para trazar paralelismos entre Marina y Sergio Massa en nuestro país). Los números y el mapa de Brasil indican que la disputa se desarrolló entre continuidad y cambio antes que sobre la tercera vía o la ancha avenida del medio.

Las más reciente encuesta de Poliarquía parece presentar un escenario similar en nuestro país para el próximo año. Pero para eso falta. Por lo pronto, el populismo latinoamericano se resiste a cumplir los pronósticos y morir. Enhorabuena.

lunes, 20 de octubre de 2014

FpV: escenarios a 2015, hoy (y la lectura displicente del periodo 97-99)

Decimos “hoy" porque nada está escrito en piedra cuando faltan más de seis meses para el cierre de listas y diez para las primarias. La contraparte es que el escenario ya ha adquirido su dinámica, y esas tendencias requieren demasiada energía para ser trocadas por otras. Vamos al hueso.

En P/12 plantearon ayer dos escenarios posibles. Leemos: “...En el oficialismo, no está claro si la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se abstendrá de intervenir en la disputa por las candidaturas presidenciales y se limitará a convocar a los postulantes (...) a que participen de las PASO del Frente para la Victoria (FpV). Esa hipótesis apunta a que la Presidenta dirá que el que gane en las PASO debe ser apoyado por todos los demás y punto. La segunda alternativa es que a principios de 2015, la mandataria convoque a los candidatos y les proponga el armado de una lista de unidad, señalando ella un candidato a presidente, a vice, a gobernador bonaerense y del resto de la provincias y las cabezas de las listas de diputados y senadores...". Para quienes siguen el blog no resultará difícil suponer que aquí creemos que la segunda hipótesis es menos probable que la primera, por aquello de que será lo local lo privilegiado antes que lo nacional. Por caso, algunas provincias tienen su calendario desanclado del nacional (Tucumán), otras optarán por desanclarlo ex profeso (¿Bacileff en Chaco?) y otras acompañarán las fechas nacionales. En esta nota cuentan que se negocia evitar adelantamientos para la primera mitad del año electoral. Significaría, claro, un espaldarazo a la fórmula nacional del espacio. Volvamos a las dos primeras hipótesis. Quien que tiró una bomba importante fue el Inge @nestorsbari. Pasen y vean: “...Ayer comenzó a circular con fuerza la versión que habría un acuerdo en el FpV con miras a las elecciones del año que viene en donde se confluiría en la candidatura a presidente de Daniel Scioli y finalmente luego de meses de negarse a la movida, Florencio Randazzo accedería a correr por la gobernación bonaerense, todo por supuesto con el aval y la conducción de Cristina Fernandez que determinaría la linea política y sería factor clave en la conformación de las listas de candidatosEs decir, se habla de un acuerdo integral en donde el cierre incluye todas las categorías, o la mayoría de ellas. No solo las candidaturas principales...". Fue el escenario imaginado como más favorable por este cronista insidioso. ¿Se trataría de una imposición de CFK? Difícilmente pueda determinarlo una sola voluntad —importante como es la de la Presidenta—, sobre la fuerza de las lecturas que cada peronismo realiza en su territorio. Por otro lado, “bendecir" un armado que no tome en cuenta aquello que cada realidad local dicta —aunque contradiga sus deseos— iría en detrimento del volumen de votos, del espacio al modo en el que planteaba anteayer Eduardo Fidanza (al relatar las probables tribulaciones del kirchnerismo emocional) y aún de su propio liderazgo (cuando para desazón de Clarín cuenta aún con un apoyo nada desdeñable). Para entender esta convergencia de intereses se impone leer desapasionadamente el devenir del escenario en los últimos años, cuando la vereda oficialista se estrechó en lo que a su sistema de alianzas respecta.

Puede resultar sorprendente que esta ingeniería electoral (PASO para todos y apoyamos al ganador aún si fuera Scioli o lista de unidad pragmática en orden de mantener esa unidad) ocurra en el peronismo sin que las disputas tomen estado público en titulares de catástrofe o sismos. Tendremos que pensar que el PJ es, a la vez que movimiento, un partido bastante más institucional de lo que suele atribuírsele. Por supuesto, existen también las fuerzas externas que proponen desafíos, y en 2013 señalamos que la emergencia del FR —o de Sergio Massa, si prefieren— jugaría a favor de la unidad del peronismo oficialista.

Es que uno de los razonamientos que en 2013 llevó al quiebre del peronismo en la PBA (no replicado, mal que le pese al FR, en el resto de las provincias) se relacionó con el monopolio de la lapicera o el personalismo, fundamentalmente en el PJPBA. Si se verificara entonces la primera opción de las arriba citadas, utilizar las PASO, al decir de Rouvier, serviría como “...una expresión de que se avanza hacia una nueva etapa, no a una demolición de la actual, sino a una continuidad en evolución de la vigente".

Otro razonamiento que condicionó 2013 fue leer 1997 y 1999 en clave simplista: “la gente está cansada de esto y quiere otra cosa". Para no abusar de su paciencia, lector, no comprendieron que 1999, aunque implicara un cambio de elenco gubernamental, significó en realidad una continuidad del menemismo por otros medios o modos a través de la promesa Conmigo, un peso un dólar" . A esto nos referíamos antes cuando trazamos un paralelo entre 1997/1999 - 2013/2015 (y aquí sí abusaremos de su paciencia, lector, con una larga autocita porque lo creemos conveniente y porque además es nuestro blog y escribimos lo que queremos): “...Menem no se convirtió en jefe de la oposición a la Alianza, (su preocupación) pasaba por mantener viva a su criatura –era lo que le permitiría decir que había hecho las cosas bien– y su engendro político era el modelo neoliberal de exclusión con endeudamiento y paridad cambiaria insostenible. El establishment (...) también apostaba a la criatura menem/cavallista, pero consideraba que había llegado el tiempo de un menemismo sin peronismo (...). Duhalde, en cambio, prometía parir algo distinto: una emergencia del uno a uno. De la Rúa se propuso en cambio como médico, maestro, policía y babysitter de la creatura, de eso que significaba concretamente el menemismo. Fue el Menem blanco y ganó.

En el actual escenario, de modo esquemático, podríamos decir que Cristina representa a Menem, Scioli a Duhalde y Massa condensa a De la Rúa y Álvarez. Pero no tanto, porque allí también están Macri y el FaUNEN. Hoy (...) el modelo actual, aun entregando signos de estancamiento (...), goza de cierto consenso. Puesto de otro modo: nadie plebiscitó algo distinto en las pasadas legislativas que no fuera al elenco de gobierno actual (...). Cristina, como Menem entonces, tiene en brazos una criatura que la sociedad no pretende reemplazar de cuajo (...). Scioli, por su parte, representa algo diferenciado del kirchnerismopero dentro del peronismo; como Duhalde entonces. Pero es el diputado tigrense quien, como Duhalde antes, apela a un cambio más pronunciado del modeloun reemplazo más radical de la creatura– y a involucrar a la sociedad en la resolución de una interna peronista, antes que sólo a la estructura partidaria (...), carece (además) de la estructura de la UCR para enfrentar elecciones nacionales.

No es aventurado señalar que el objetivo de Massa (...) era colocarse en el centro del escenario y del imaginario político, corriendo al kirchnerismo, radicalizado entonces, a su izquierda. La ancha avenida del medio. Le bastó para triunfar en la PBA durante 2013, aunque evidentemente esperaba luego más ayuda del kirchnerismo para estimular la realización de un cielo encapotado de garrochistas. Pero suponer que el kirchnerismo y el peronismo entregarían, cómodos, el lugar que ocupaban, es inocente por demás (...). Ocurrió en cambio que luego de las legislativas, leyendo el resultado y la evolución del escenario, el kirchnerismo dio inicio a su etapa alvearista, comprendiendo que había abandonado en buena medida la pretensión de representación sobre algunas franjas que habían engrosado el 54%, y se corrió consecuentemente hacia el centro".

Como podemos ver, se verifique una u otra hipótesis, no estábamos lejos en el análisis: el oficialismo no regaló ni regalará el centro del escenario ni del imaginario política y apelará a la unidad como fortaleza frente a la dispersión del arco opositor. Como ventaja, depende más que ningún otro espacio de sí mismo; como desventaja, depende de la evolución de las variables económicas y sociales atadas a ésta, claro. Para ello cuenta con gestión en todos los niveles, mientras el “municipalismo" no puede sino desdibujarse en una compulsa ejecutiva nacional. Finalmente, aquello que en 2013 hizo usufructo del centrismo moderado debió correrse, empujado, hacia posiciones más duramente opositoras y denegatorias de la década kirchnerista. No sólo ello, sino que debe competir por ese segmento del electorado con Macri y lo que quede del FA-UNEN, mientras ambos realizan acuerdos netamente locales con las UCRs provinciales para dotarse de algún anclaje territorial allende sus territorios. No resta mucho para que comience la etapa de definiciones, y mientras antes se llamaba a pasar el invierno, al kirchnerismo se llama a pasar un verano.

viernes, 10 de octubre de 2014

UCR: la federación de caudillos provinciales que disputan Massa y Macri

Aún cuando Sergio Massa y Mauricio Macri encarnan figuras con proyección nacional, el Frente Renovador y el PRO constituyen actualmente partidos distritales sin inserción territorial más allá de la PBA y la CABA. A poco más de un año de las elecciones nacionales —y para dotarse de alguna estructura que de soporte a sus aspiraciones—, se encuentran en carrera para cooptar dirigentes locales del radicalismo, habiendo fallado antes sus estrategias de desarrollo electoral primigenias. Éstas eran, para Macri, construir una tercera fuerza nacional (y en cambio terminó ocupando el lugar que el radicalismo se reservaba en la CABA luego del Pacto de Olivos) y, para Massa, montarse sobre su triunfo legislativo 2013 para hacerse del peronismo, a la manera de Cafiero en los '80, luego de vencer en internas a la burocracia sindical. Fin de la teoría garrochista (aunque alguno pueda todavía saltar): el PJ no será fagocitado. Vistos sus últimos movimientos, deben conformarse en cambio Massa y Macri con cinchar por los jirones del bipartidismo tradicional que, como una persistencia identitaria, se niega a morir pese a agonizar en terapia intensiva desde el derrumbe de la Alianza en 2001.

A propósito de la foto de Gerardo Morales y Sergio Massa, con la hermosa ciudad de San Salvador de Jujuy como fondo, se ha comentado mucho y analizado poco. Los diarios no olvidaron mencionar, sí, que Morales estuvo pocos días antes en la presentación como precandidato presidencial de Ernesto Sanz, que el jujeño declaró que Massa sería presidente y él gobernador (para aclarar a las horas que su candidato continuaba siendo Sanz) y tampoco dejaron pasar las declaraciones comprensivas de Sanz y la bronca no contenida de Julio Cobos y Hermes Binner. Volveremos luego sobre esto último.

Morales-Massa, ¿por qué el acuerdo? En principio, es un reconocimiento de que, como oposición, comparten y disputan la misma franja electoral. Partiendo de esa base acuerdan no pisarse los cordones: Massa no le resta posibilidades de llegar a la gobernación a Morales colocando un candidato propio, y es Morales el que a cambio le puede sumar votos al del FR en el distrito. Por eso la foto es en Jujuy y no en Tigre: no es el jujeño el candidato de Massa sino al revés, es Sergio uno de los candidatos del radicalismo jujeño. Este pacto desnuda dos necesidades: la de Morales y el radicalismo de Jujuy, que si tuviera los números suficientes no necesitaría de la alianza con el del FR, y la necesidad de Massa que, si midiera como venden sus operadores, podría apelar a un candidato propio al cual traccionar desde arriba. Desnuda algo más: que con una figura instalada no alcanza y se necesita de una estructura. Marina Silva lo comprobó recientemente. Ah, la vieja política que se niega a morir a manos de la dictadura de la telepolítica.

Sin dudas, este arreglo no puede ser gratis. Conozco boinas blancas en Jujuy que están tragando bilis, e imagino que los que se sumaron al massismo antes no pueden estar felices del puenteo. La “razón (o condición) renovadora" entonces, al contrario de lo que sostienen sus partidarios, se afirmará en acuerdos cupulares. Pronto ocurrirá en Tucumán como en Jujuy, y tendremos a José Cano recibiendo el apoyo de Sergio Massa. La lógica del encuentro replicará la de Jujuy (hasta como parodia: ¡reconocen que al ballotage lo verán con la ñata contra el vidrio!). Traducirá que el massismo no contará tampoco en esta provincia con un candidato propio, mal que les pese a los mellizos Orellana y a Vargas Aignasse, sus referentes locales. Refuerza, todo lo anterior, algo que venimos sosteniendo: en 2015 será primero observar lo local para luego, recién, mirar lo nacional (a propósito de esto último, vaya una advertencia para quienes desde la visión centralista porteña se mofan de Morales o las UCR provinciales: en 2013 ganó en Jujuy, luego de perder en las PASO por poco, y en Tucumán triunfó en Capital y Yerba Buena. Recordemos, además, que el NOA es tradicionalmente un bastión del peronismo. Lo sería también del PT).

¿Y el radicalismo nacional? Se debate entre lo que expresan los dos mendocinos, Ernesto Sanz y Julio Cobos. Mientras el primero consiente los arreglos provinciales —que determinan que el centenario partido nacional se comporte en los hechos como una liga de caudillos provinciales, con amplia libertad para negociar con Macri y Massa— el segundo advierte que ello le resta fuerzas a la fórmula presidencial propia. La razón para esta diferencia de criterios reside en las posibilidades de ambos: Cobos sabe que mide más y debe saborear la nominación; Sanz sabe que no llega. Cobos piensa en los maltrechos pedazos del radicalismo como un todo que puede ser su plataforma, y Sanz piensa en cada uno de esos pedazos y en cómo potenciarlos. Lógica de candidato vs. lógica de hombre de partido. En 2015, lo adelantamos antes que nadie, el radicalismo puede usufructuar su condición antiperonista. Como una liga federal antes que un partido nacional, agregamos con los hechos consumados. Se lo advertimos por entonces a los peronismos provinciales.

lunes, 6 de octubre de 2014

¿Fin del giro ortodoxo? Zaiat dice no y este blog lo decía antes

Más allá del superclásico (fallido) y las elecciones en Brasil (Marina afuera y un desafiante ballotage para Dilma), la nota más interesante para leer ayer domingo fue la de Alfredo Zaiat en P/12. ¿Por qué? Porque es un economista razonable, cercano al gobierno y no tiene pruritos para señalar desafíos o deudas del oficialismo en su materia (aunque suele escribir sencillo cuando quiere que todos lo entiendan y de manera más compleja cuando quiere que lo “lean" en Palacio). Veamos qué dijo y luego, al final, qué decía mucho antes este humilde bloguero, que en materia económica es un legUN BOLUDO.

Zaiat (05/10): “Las crisis de los ’90 que sumaron 134 recesiones y profundos desequilibrios financieros y cambiarios en 87 países emergentes (...) entregaron un aprendizaje esencial para América latina y Asia (...) La lección fue que sumar dólares en cantidad en la banca central es la estrategia financiera contracíclica más firme (...) Para la Argentina (...) preservar un nivel suficiente de reservas se termina convirtiendo en un objetivo fundamental, ya no sólo económico-financiero sino también de estabilidad política...

...es evidente que esa trinchera defensiva ha estado bajo ataque constante en los últimos siete años, y el éxito para seguir resistiéndolos se encuentra en mantener la fortaleza de las reservas...

...Existen diferentes etapas en los procesos económicos y esos momentos requieren de políticas específicas para abordarlos (...) La cuestión central no pasa por estar o no en los mercados de deuda, sino en cómo estar. Ningún país cancela deuda en términos netos con el sector privado en forma permanente, hasta extinguirla...

...El actual contexto cambiario induce hoy a captar dólares del mercado de capitales a través de la colocación de bonos para ordenar la plaza cambiaria, con el objetivo de preservar la estabilidad económica y el empleo. El desendeudamiento con el sector privado utilizando reservas del Banco Central hoy es una restricción si el objetivo es recuperar el control del mercado cambiario y evitar otros cimbronazos en la paridad luego del despido de Juan Carlos Fábrega...

...La eventual colocación de deuda en el mercado no sería para cubrir gastos corrientes (década del ’80) o desequilibrios externos (’90) ni incrementaría la deuda en forma neta, sino que sería para refinanciar vencimientos con el objetivo de aliviar las presiones financieras y políticas sobre las reservas..."
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Para que se entienda: Zaiat dice que la política de desendeudamiento estuvo muy bien pero que chocó contra un límite que tiene que ver con cuestiones económicas, productivas y —también— políticas. Que es lo que venimos advirtiendo hace algún par de años. Vayan algunos ejemplos:

1. (diciembre/2011): “...la designación de Lorenzino puede enmarcarse en la negociación de un acuerdo con el Club de París para acceder luego al mercado de capitales. Hay que recordar que, de los integrantes de ese foro, los países europeos fueron hasta ahora los más permeables a un acuerdo, mientras que los EE.UU. mantuvieron una posición más dura. Lorenzino fue representante financiero del Estado argentino en Washington".

2. (septiembre/2012): “...poner un stop al debilitamiento que de las reservas del BCRA hacían las corridas cambiarias (...); resta ver si este cepo (...) no termina siendo un lastre en la economía, algo posible si el desdoblamiento cambiario oficializado se mantiene en el tiempo (ya que, como decíamos, no resuelve sino que agranda uno de los principales problemas estructurales argentinos cómo es el haber arribado a uno de los cíclicos cuellos de botella productivos en un sistema de altísima concentración). La necesidad de ingreso de dólares no puede supeditarse ya únicamente a "una buena cosecha que nos salve": quien esto escribe cree que está llegando el momento de hacer efectiva la razón de la selección de Lorenzino al frente de Economía y arreglar con el Club de París. Claro, no significa pregonar el viva la pepa endeudatorio, sino direccionar la inversión para el desarrollo...".

3. (abril/2013): “...Deben encontrarse caminos que permitan la inversión productiva, visto que la apuesta al mercado interno no es suficiente para quienes pueden invertir (...) Y si el Estado está dispuesto a ocuparse de algunas áreas, como hizo con YPF o al estatizar Aguas en manos de Suez y Agbar, encararlo con decisión, y no cuando ya es tarde y no queda otro remedio...".

A modo de comentario genial... FINAL, quise decir final (maldito subconsciente), anotemos que la nota de Zaiat está provocada —es claro— por la última corrida del blue y la salida de Fábrega del BCRA. A propósito de aquello, esta nota —de haber sido escrita antes— podría haberse intitulado "Economía: ¿el fin de la alvearización?" (y un lector, @LeandroMorzone, nos chicaneó al respecto). La pregunta es válida: ¿el litigio con Griesa/Singer, la presión devaluatoria, el discurso de CFK del martes pasado y la salida de Fábrega implican el fin del giro ortodoxo? Zaiat parece comprenderlo y se adelanta con la respuesta. Como marcan las autocitas, aquí coincidimos; y agregamos que continuar con el cantito “el dólar blue es ilegal como la cocaína, búh" es la verdadera falopa, compañeros, es por aquí, firmen al pie.

Si hay que hacer dos críticas entonces (algunos amigos pedirían que no haga ninguna), que sean estas: quizás este giro hubiera tenido una mejor aplicación llevado adelante inmediatamente luego de 2011 (el plan Boudou que mencionan en los Quinchos de Ámbito de la semana pasada y explicó Burgueño en mayo de 2013*; o el plan Scioli-Bein) y, una vez implementado, debió haber sido con decisión, reducción de subsidios incluida. Todo esto lo dijimos antes y con el diario del lunes parece sencillo, pero comprendemos que no es así: nada hubiera asegurado resultados y no podemos dejar de considerar la dinámica de último periodo de Cristina, con el agravante de que (por decisión propia) no cuenta con un sucesor/delfín con quien los factores de poder se vieran obligados a negociar. Porque si algo va quedando claro es que están esperando al próximo turno presidencial para ello y a éste sólo pretendieron arrancarle concesiones. Algo que el PEN no convalidó.

Pongamos punto final con el mantra de este blog humildón y narcisista: el futuro del proyecto nacional depende antes de la consecución de resultados en la gestión económica que de mil batallas culturales ganadas. Y a pelase'.

* Gracias, @CinAGCH

viernes, 3 de octubre de 2014

Evo de Bolivia


No es arriesgado pronosticar que Morales será el Presidente democrático de mayor permanencia en la Historia boliviana. Claro que hay razones para que ello ya sea así: históricas, pero también coyunturales. Desde el eternamente postergado indigenismo hasta un manejo bastante ortodoxo en algunos aspectos de la economía (niveles récords de reservas internacionales), el cese de la pasada y continua intervención norteamericana en el país (intercambiaba ayuda económica por sumisión a sus políticas, la anti-cocalera como bandera) y una muñeca política que lo llevó a lidiar tanto con intentos destituyentes (los liderados por la Medialuna rica oriental durante su primer gobierno) como con facciones de izquierda que lo desafiaban (la histórica COB, con la que recientemente “arregló”). Describir a Evo, a esta altura, sería para jardín de infantes. Quizás no tanto así describir a la Bolivia pre-Morales. Neoliberal, postergada, de exclusión como en casi todo el resto del continente… pero aún más. Perdió guerras con Chile, con Paraguay, fue saqueada por algunas familias que se enriquecieron en base al estaño y demás minerales. Esplendorosa en sus bellezas naturales: desde las selvas preamazónicas del norteoriental hasta la cordillera árida de su occidente. El Titicaca, el Salar de Uyuni, la Universidad de Chuquisaca. Hasta nos legó a Cornelio Saavedra. La Bolivia que conocí en los ’90 era profundamente desigual. Hoy continúa siéndolo, pero en mucho menor medida.

Pero basta de dibujar. Vamos a los bifes. Bolivia enfrentará elecciones nacionales en poco más de una semana, el 12 de octubre. Nadie espera que Evo Morales necesite una segunda vuelta para confirmar su triunfo electoral. Las encuestas, como es usual, no se ponen de acuerdo si Morales ganará por una diferencia mayor o –ligeramente– menor al 40% a quien resulte su inmediato perseguidor (aparentemente, Samuel Doria Medina). Citamos a El Deber, el diario de mayor tirada de Santa Cruz: “…en el estudio, realizado entre el 18 y el 29 de septiembre, la opción por el aspirante a la reelección por el MAS creció cinco puntos porcentuales a escala nacional, con 59% en intenciones de voto, desde el 54% que registró en la anterior encuesta, publicada el 15 de septiembre (…) Samuel Doria Medina, que sube a 18%, frente al 14% que anotaba en la encuesta anterior. Jorge Quiroga (…) se mantiene en el 9% registrado en la anterior...”.

Debo confesar algo antes de continuar: lo que me impulsó a este posteo fue la noticia de que aún en Santa Cruz, algo así como el summum de la legitimidad segmentada carriotista de Evo, Morales registra una intención de voto del 50%, frente a un 28% de Doria Medina y un 11% de Tuto Quiroga. Una caricia al alma, casi. Como esas pelotas “tomá y hacelo” en el área chica, Evo puede meter un gol de aquellos en escasos nueve días. Pero va más allá: Santa Cruz no tiene un representante compitiendo: Doria Medina es un empresario paceño, hombre del FMI y el Banco Mundial en los primeros ’90 y Jorge Tuto Quiroga un cochabambino a quien su tiempo de ser la esperanza blanca boliviana nunca le llegó. Fue, Tuto, vicepresidente de Hugo Bánzer Suárez –una suerte de Bussi más exitoso: militar y presidente de facto en su juventud, presidente democráticamente electo en sus últimos años– y presidente luego de la renuncia del anciano Bánzer. Durante los años dorados neocon bolivianos. Tan dorados que luego reasumiría Gonzalo Sáchez de Losada, el Goni, un boliviano agringado que ni siquiera podía quitarse el acento norteamericano de su castellano balbuceado. Luego comenzaría el estallido social que puso a su vice, Carlos Mesa, como interino y luego sí, Evo Morales. Mesa fue algo así como el Duhalde de Evo (no en términos partidarios, pero sí en referencia a lo político, con la convocatoria a una asamblea constituyente y el referéndum que recuperó la propiedad de los hidrocarburos para el Estado Boliviano).

Si Hugo Chávez hizo del chavismo el peronismo venezolano, Evo Morales es, directamente, el peronismo boliviano: vio a los excluídos del sistema y los incluyó.


Apeló a gestos políticos fuertes (corrió a cuanto embajador norteamericano le pusieran adelante) y a cierto pragmatismo en el manejo de lo público (a pesar del poco expertise de los ejecutantes de sus políticas). Tantos años al frente del poder ejecutivo y los números que hoy ostenta deberían ser prueba suficiente para soportar cualquier tesis que lo avale. Aunque ya advirtió que no buscará, luego de su seguro triunfo, reformar la Constitución para buscar un nuevo mandato (y los futurólogos piensan en Álvaro García Linera, su vicepresidente y mano derecha desde siempre, como su “natural” sucesor), podemos decir que hay y habrá Evo Morales para rato en Bolivia.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Escocia: carta del Indio Solari a Rod Stewart

A pesar de que Rod nació en Londres, es como Natalia Oreiro (!), que nadie cree que sea verdaderamente uruguaya (pero Escocia ni siquiera tiene a Catherine Zeta-Jones). Y como perdieron los secesionistas, copipasteamos nuestras agudas reflexiones tuiteras:

— ¡El que no salta es un inglés! ¡El que no salta es un inglés! *no salta el 54% de los escoceses*

— ¿Y la mesa de Necocheland?

— Los secesionistas celebraban su victoria en Pericoburgh.

— Escoceses putos, no se ponen los pantalones largos.

— La carta del Indio Solari a Sean Connery.

— Otra carta de Solari a Ian Anderson. Termina con un “vo' seguí soplando la flauta traversa nomá'".

— Soplar la gaita = soplar la quena.

— Calma, radicales escoceses, que faltan cargar las mesas de The Slaughtering (La Matanza)

— Slaughterinburgh, en el Conurbano británico, evidentemente no está gobernada por Barones.

— Pierden un plebiscito. Toman whisky.

— Lo que dice Alex Salmond. Y cómo lo dice.

— Que Escocia pretenda separarse de Gran Bretaña es como que Mendoza planteara independizarse de Chile *lo multa el INADI, la Conmebol, Vila, Manzano...*

— La guerra de secesión en tiempos gay-friendly *lo denuncia Alex Freyre*

—The number of Braveheart's jokes is too damn high.

— La secuela de Braveheart: Babeheart.

—Escocés secesionista / qué amargado se te ve / vos sos hincha de Mel Gibson / y lo míras por TV #IsSong

— #IsSong2: Escocés secesionista / qué amargado se te ve / proyectaste una de piñas / te salió El Paciente Inglés

— Olé olé / olé olá / vamo' todo' junto' / a granbretañear / si so' de Escocia, ¡puto! / te queré' matá'... #Song3

— Finalmente, CAMERON tuvo un buen DÍAZ:

lunes, 15 de septiembre de 2014

La Cámpora: ¿del consumo de poder a la generación electoral?

Se pueden realizar múltiples lecturas del acto de La Cámpora el sábado en Argentinos Jrs. Ciertamente el camporismo celebra la convocatoria (no es exagerado decir que no existe hoy aparato que convoque así; las últimas movilizaciones de Moyano y Barrionuevo lo certifican) y que Máximo Kirchner fuera el orador final del evento. El antikirchnerismo militante, por otro lado, centró su análisis en el desafío que implica nominar a Cristina para una re-reelección y en el carácter dinástico de la portación de apellido. La tapa dominical de Clarín fue sintomática: “Volvieron a caer la imagen de Cristina y la del gobierno”, cosa que no podría achacarse, claro, al acto de anteayer.


Vamos con algunas reflexiones al respecto. La primera es que no se entiende la necesidad de seguir colocando a la Presidenta en el centro de un escenario que nunca abandonó; fue lo que hizo su hijo cuando señaló las dificultades que tendría la oposición para ganarle. (Para nosotros, que venimos analizando el proceso electoral brasileño, éste sería aún más relevante en términos comparativos). El massismo digital celebraba luego las palabras de Máximo, recordando que Massa pidió el voto para “parar la re-re” y “lo hizo”, otro exceso de relato épico sin fundamento alguno en la realidad, sólo en el business del país dividido. Entonces, relanzar la fallida esperanza de una re-reelección, además imposible, es contraproducente y de corto vuelo. Pero logra algo: abonar el campo para el republicanismo versión Sabsay. Por si lo anterior no bastara, sirve para movilizar a la chanza y para el divertimiento del universo extra-camporista. Y me entristece. Más si consideramos que el pedido no le agrega nada al oficialismo: el escenario aún se ordena según las coordenadas gobierno/oposición, kirchnerismo/anti-kirchnerismo, peronismo/republicanismo socialdemócrata a la europea y cualquier otra dicotomía similar que quieran pensar.

Pensemos en términos electorales: no les sirve a Scioli o Randazzo, que basan su fortaleza en otros aspectos: el gobernador de la PBA en su historia dentro del espacio y su capacidad para ser el oficialista menos kirchnerista, Randazzo en la gestión en documentación, transporte y en ser el oficialista más K que mide. Sí les sirve a Massa y Macri, y podremos observarlo en estos siguientes días. Esta reflexión tiene justificación: vaya si hemos escrito largo y tendido en este blog sobre la inconveniencia de engordar al adversario y disminuir las chances de los propios.

Retornemos a la convocatoria. ¿Sólo sirvió para apuntalar a Cristina? No, fue antes un acto para consolidar a la propia organización, una demostración de músculo y un modo de continuar aglutinando a la militancia. También un mensaje hacia el afuera peronista al que hizo referencia Máximo al decir que el Frente para la Victoria es más amplio que lo que allí estaba presente. Traducido: pueden contar con nosotros… o no. Y es cierto, pero también advertimos que alcanzar un equilibrio será tarea delicada. ¿Cómo contar con el camporismo sin que éste convierta la campaña en un plebiscito de los años kirchneristas? Como venimos sosteniendo: la relación continuidades/cambios podrá inclinarse hacia la primera en términos electorales si y sólo si la economía acompaña. Y la posición de La Cámpora es de continuidad pura, imposible sin Cristina en la boleta (a modo de ejemplo, es distinta la del Movimiento Evita, que planteó la necesidad de mirar más allá de la defensa de lo realizado).

El capítulo Máximo Kirchner no puede ser soslayado: es innegable que la militancia kirchnerista se entusiasmó. Hay allí un germen de ruptura: la organización juvenil se nucleó siempre en torno a la electorabilidad de Cristina (por eso reclaman un dedo de CFK que señale al candidato) y ahora pretenden trasladar ese liderazgo a la siguiente generación Kirchner. ¿Podrán hacerlo? Para quien escribe resulta muy difícil (sino imposible) pensar en Máximo encabezando alguna boleta el año próximo, condición necesaria para sentarse a dialogar en la mesa peronista (no sería así, claro, en la mesa del radicalismo). ¿Alcanza con un acto masivo? La lógica militante es distinta de la lógica electoral y tenemos en nuestro país el ejemplo de Víctor De Gennaro. Martín Rodríguez resumió recientemente los años kirchneristas bajo las coordenadas “Orden y Progresismo”; podríamos traducirlas como gestión e ideología. ¿Alcanzaría sólo con lo segundo? Otra pregunta: la militancia camporista miró siempre hacia Cristina, ¿es posible que pose en cambio su mirada en Máximo mientras CFK está aún presente? Trocar la lógica de consumo de poder por la lógica de una generación electoral implica tiempos y herramientas distintas a las de un recambio cupular en una estructura piramidal. Significa, en cambio, hacer política de cara al electorado. O como suelen advertir los politólogos en sus elaborados papers académicos, antes de olvidarlos en la mesa de algún bar: implica meter la gamba hasta la rodilla en el barro, y no precisamente el de la Historia.

* Imagen: @srodriguezrey